Chocó 7 días

Secciones

 

 

 

BOCADILLOS DE PRENSA

Liberados tres policías bachilleres

El Tiempo, ene. 15/05

Los familiares de los tres policías bachilleres que habían sido secuestrados por las Farc en Sipí (Chocó) el pasado 30 de diciembre, luego de un ataque a esa población, apenas pudieron celebrar el año nuevo ayer.

Jhon Edinson Castillo, Jerson Beltrán Garavito y Elkin Vertel Rivas, recuperaron la libertad ayer hacia las 2 p.m. cuando el frente Arturo Ruíz de esa guerrilla los entregó a una delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

Sed de gobierno

Semana, enero 16/05.

Aunque terminaron más de dos meses de paro de los operarios del acueducto y el agua volvió a correr por la estrecha y vieja tubería que

riega el centro de la ciudad, el jueves nadie hizo fiesta en Quibdó. Todo amaneció igual: la mercadería callejera de verduras y pescados bullía envuelta en la humedad y el calor, sobre la arena, los charcos y los huecos de la avenida La Alameda, corazón del comercio local. Tanta calma era la confirmación de que casi nadie había extrañado el agua del acueducto.

"¿Que no hubo agua durante dos meses, que estábamos en emergencia por el paro del acueducto? ¿Cuándo? Si es que aquí nunca ha habido acueducto. ¿Cómo vamos a sufrir por un servicio que nunca hemos tenido?", preguntó una señora que abría su tienda de abarrotes.

Cuando la red funciona sin contratiempos, la gente de Quibdó goza de tres horas de agua al día en sus canillas: entre las 6:30 y las 7:30 de la mañana, entre las 12:30 y la 1:30 de la tarde y entre las 6:30 y las 7:30 de la noche. Pero además el líquido tiene un uso muy restringido, en general para el aseo de los pisos, debido a que no es potable porque su fuente y su tratamiento no son los indicados para el consumo humano. "Con decirle que hay que hervir el agua para lavar la trapeadora", bromeó uno de los comerciantes antioqueños de La Alameda.

En el sitio donde se encuentra la bocatoma del acueducto de Quibdó, sobre el río Cabí, una anciana pescaba sardinas el miércoles 12 de enero con una caña. La línea de su nailon se hundía en un remolino de agua turbia, pantalones viejos, envases plásticos de aceite para motocicletas y una que otra lata de verduras oxidada. "Hay que aprovechar la corriente ahora, porque cuando el río se seca esto huele a mil demonios y toda la basura se junta en los tubos del acueducto".

Liberación de policía bachiller en Sipí devolvió la vida a su familia

El Tiempo, enero 16/05

Flor Garavito, un ama de casa del barrio San Miguel, en Bosa, había recibido una llamada telefónica con noticias de su hijo mayor, Jeisson.

Era la primera razón que tenía de él desde el 30 de diciembre cuando las Farc lo secuestraron, junto con otros dos policías, en Sipí (Chocó), donde prestaba servicio militar obligatorio.

"Vamos a liberar a su hijo y a los otros muchachos en Istmina. Avíseles a las otras familias, a la Cruz Roja y a los medios de comunicación", le anunció una voz anónima que colgó de inmediato.

La tragedia para ellos comenzó el 31 de diciembre, cuando Enrique, quien trabaja como vigilante, llamó al cuartel de la Policía en Sipí. Se quedó frío cuando un compañero le informó que las Farc habían secuestrado a su hijo la víspera, durante un ataque a la población.

El muchacho, de 18 años, había sido reclutado luego una batida del Ejército en los alrededores de la discoteca África, en Bosa, a donde Jeisson iba a rumbear con los pesos que se ganaba como ayudante de albañilería.

Lo asignaron a la Policía y luego de tres meses de entrenamiento, Jeisson le anunció a su familia que lo mandaban para Sipí.

"Y eso donde queda?", le preguntó Flor. Y bien pronto comprendió que era una zona selvática del sur del Chocó.

Quibdó bebe del cielo

El Colombiano, enero 16/05

Los habitantes de la capital chocoana no comprenden del todo por qué "tanta bulla" por el último paro de los trabajadores de las Empresas Públicas de Quibdó (EPQ).

La extrañeza de los quibdoseños se debe a que no era la primera vez que los trabajadores de la empresa paralizaban sus labores por la misma razón y a que para ellos no es una ‘emergencia’ la falta de agua potable porque, igual, nunca la han tenido debido a que el servicio de acueducto sólo llega a unos 40.000 habitantes de los 150.000 que tiene Quibdó, y por horas.

No contar con el servicio más indispensable para cualquier comunidad los obligó a convertirse en expertos para la construcción de ‘miniacueductos’ al interior de sus casas, un sistema que es para ellos más efectivo y económico.

"Levantaron el paro y dijeron que volvió el agua a Quibdó, pero eso no es cierto porque la comida la preparamos con el agua lluvia que se recoge a diario y la guardamos en tinas o en tanques de almacenamiento. Cuando se construye una casa, se sabe que toca hacerle el sistema de recolección", cuenta Antonio Mosquera, dueño de uno de los locales de la calle 31, también conocida como la ‘Zona Rosa’ de la capital chocoana.

© 2005 Chocó 7 días
http://www.choco7dias.vze.com