Doble Moral
Por ejemplo, las protestas también han sido nutridas por una importante población de trabajadores informales que solían vender sus productos adentro del servicio público, y para quienes la Caracas era la mayor fuente de ingresos. Transmilenio en una decisión no tan descabellada decidió prohibir la venta de productos adentro de las estaciones o dentro de los buses. Además de ello, por la fuerte presencia policial a lo largo de las vías y su tradicional enemistad con la economía informal, ya casi no hay vendedores ambulantes cerca de la avenida.Pero lo imperdonable del asunto es que en los últimos meses ha empezado a permitirse la entrada a las estaciones vendedores, claro que esta vez no los informales que tanto se demonizan, sino empleados de "respetables empresas", que aprovechan el público cautivo de las estaciones. Me refiero en particular a los vendedores del periódico EL TIEMPO. No es que yo esté en contra de que haya un número controlado de vendedores dentro de las estaciones, pero me parece muy deshonesto que no haya igualdad de condiciones. ¿Por qué los empleados de EL TIEMPO pueden hacerlo, pero cualquier otro vendedor es perseguido?Esto ya está empezando a concientizar a los mismos usuarios del sistema sobre hasta qué grado tienen razón las protestas que lo acusan de "negociado".
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