UN AÑO BAJO AMENAZA DE GUERRA

2002 ha supuesto el afianzamiento del poder autoritarista y absolutista de los Estados Unidos a nivel mundial. La psicosis creada por el gobierno norteamericano frente al terrorismo internacional, ha supuesto un desprecio al Estado de derecho en todo el planeta. Vivimos atrapados bajo la amenaza de guerra.

Según las propias palabras del presidente norteamericano: “Nuestra nación ésta en guerra, nuestra economía se halla en recesión y el mundo civilizado encara peligros sin precedentes”. Desde el 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos ésta en guerra. Para ello ha incrementado el presupuesto de defensa a unos niveles insólitos. El ataque biológico del ántrax, que nunca pudo ser demostrado, se empleó desde la Casa Blanca para despertar, dentro de la opinión publica, una psicosis de seguridad interior. Las libertades y garantías de las personas se han recortado súbitamente en todo el mundo. Los presos talibanes encerrados en el campo de concentración de Guantánamo es el mayor desprecio por los derechos humanos desde la II Guerra Mundial: Los presos se encuentran encadenados de pies y manos en celdas de alambre y con una máscara en la cara.

Estados Unidos quiere intervenir en cualquier punto del planeta por razones egoístas. Todo lo que pueda significar un peligro en cualquier punto del planeta para sus ciudadanos, su territorio o sus intereses, incluido el abastecimiento de petróleo, supone una amenaza ha su seguridad interna. Estados Unidos quiere una cooperación internacional, pero solo si está al servicio de sus propios intereses. Ha cedido, ante la petición de países europeos, a pasar por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas las resoluciones que permitirían atacar Irak, pero ha dejado claro su propósito de terminar con Sadam Husein en cualquiera de los casos.

En Europa también se está dejando notar el empujón conservador de Bush. La extrema derecha populista y xenófoba se ha hecho notar en las elecciones (Austria, Francia, Holanda, Portugal,...), en los Gobiernos (España, Italia,...) y en el debate político. La Alianza Atlántica y la Unión Europea han decidido ampliar sus fronteras con la incorporación de un amplio número de países. Esto hace temer una UE diluida en una inmensa zona de librecambio, sin cohesión política alguna.

África no queda dentro de los intereses norteamericanos más visibles, aunque sigue siendo la lucha por el petróleo y por los diamantes lo que explica los conflictos que afectan al continente africano.

La situación que deja el 2002 en América del Sur es desesperante, aunque la victoria de Lula en las elecciones presidenciales de Brasil supone una nueva esperanza. Argentina expresa, mejor que nadie, la desesperación ante la crisis económica y los populismos. La presidencia de Lula hará compatible el crecimiento y la prosperidad con la igualdad y el desarrollo para todos.

--------------------------------------------------------------------------------------- Miguel