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El Gobernador se vio
envuelto en un secuestro con video de tintes
pornográficos incluido. Firmó transferencias de
medio millón de pesos para entidades que él y su
familia presiden. Y las declaraciones de su
hermano quebraron las relaciones con la
Iglesia.
Lo que
le sucedió al Gobernador de San Luis ese jueves
por la noche aún sigue siendo un misterio. A fines
de octubre de 1993, Adolfo Rodríguez Saá denunció
haber sido secuestrado mientras estaba con su
funcionaria y amante Esther "La Turca" Sesín, el
21 de ese mes, en un hotel alojamiento puntano
llamado "Y... no C". En aquella oportunidad,
Rodríguez Saá dijo haber sido obligado por sus
secuestradores a participar de un video
degradante, mientras era vejado por los
delincuentes. También se habló de drogas, esposas
y otros elementos, pero la realidad nunca quedó
del todo clara.
Este
episodio siguió dando pie a múltiples lecturas
sobre presuntas venganzas u operaciones armadas en
las que el Gobernador variaba alternativamente en
los papeles de victimario y víctima.
Luego
de ese incidente, San Luis vio construir la que
pasó a llamarse la "Casa del Perdón", una fastuosa
residencia amurallada, con salida a dos calles y
ubicada a pocas cuadras del centro, que el
Gobernador construyó para su mujer, con la que
siguió formalmente casado.
Su
romance con los votantes tampoco fue alterado por
esa infidelidad. Incluso, una de sus parientes
mujeres le echó la culpa por el desliz amoroso al
propio General San Martín, "que obliga a los
hombres puntanos a cumplir con más de una mujer"
desde que se llevó buena parte de la población
masculina para integrar el Ejército de los Andes.
Sin
embargo, la infidelidad parece ser un tema
preferido por los Rodríguez Saá, su hermano
Alberto, a la vez, senador nacional con desahogos
de poeta, escribió una "Cantata trágica de la
muerte de Pringles" para este Coronel, máximo
héroe puntano, en la que le hizo aparecer una
amante, personaje no registrado por la
historiografía oficial de la provincia.
No
conformes con lo sucedido, los hermanos Rodríguez
Saá siguieron haciendo de las suyas. Fiel a su
estilo, Alberto Rodríguez Saá difundió por radio
su ateísmo y, con aire borgeano, definió a la
Biblia como "un libro de ciencia ficción". A
partir de allí, las relaciones con el Arzobispado
provincial quedaron, obviamente,
resquebrajadas.
Hace
menos de un mes, el 11 de octubre, el Gobernador
autorizó la transferencia de algo más de medio
millón de pesos a tres fundaciones que presiden él
mismo, su hermano y su esposa.
La
información salió publicada en el Boletín Oficial
de la provincia, en los decretos mediante los
cuales el Ejecutivo puntano cedió 503 mil pesos a
estas tres organizaciones no
gubernamentales.
Así, se
entregaron 217 mil pesos a la Fundación de
Investigación Social Argentino-latinoamericana
(FISAL), que preside el propio Adolfo Rodríguez
Saá.
El
Estado puntano también benefició al hermano del
Mandatario, Alberto Rodríguez Saá, quien recibió
94 mil pesos para su Instituto de Ciencia y
Cultura El Diario.
De
acuerdo con el decreto, firmado meses atrás
estableciendo esa transferencia de dinero, según
publicó también el Boletín Oficial, el monto fue
destinado a la gira y puesta en escena de la
"Cantata trágica de la muerte de
Pringles".
Finalmente, el Gobierno de San Luis
estableció un convenio con la Fundación de Acción
Social (FAS), que preside María Alicia Mazzarino
de Rodríguez Saá, esposa del Gobernador. De esta
manera, se concedió a la fundación de la primera
dama provincial 192 mil pesos, destinados a un
Programa de Desarrollo Juvenil.
Las
repercusiones no tardaron en llegar y varios
frentes opositores hicieron sentir su desacuerdo
con estas transferencias por demás
dudosas. |