Chocó 7 días

El más grande reto de su historia en el Chocó

Lo que expresa el editorial de Chocó 7 días en la edición 461 de julio 16, en parte es la expresión de los chocoanos a quienes preocupa el presente o se deleitan recordando un pasado grato en donde se construyó la fisonomía de un territorio y sus gentes. Una sociedad distinguida, con méritos bien ganados, una administración pública incipiente pero bien orientada, subsidiada por la experiencia y el conocimiento de nuestros vecinos, Antioquia, Valle y Caldas.
Así transcurrieron los primeros cincuenta años de nuestra existencia institucional. El decoro, la honradez y la laboriosidad fueron el distintivo característico de esta época. Los años de oro de la chocoanidad y que me sirven de inspiración en mi afán de garrapatear en este semanario y la voluntad de generosos lectores que se identifican con mi trasnochada necedad periodística.
Una amiga inteligente me anotaba que nuestro desastre administrativo comenzó con el acto constitucional de la “elección popular de gobernadores y alcaldes”. Hasta allí fueron normales los ánimos, la integridad y el comportamiento público. Después el atropello y desbordamiento en la cosa pública, sin ninguna contención. Todo ha quedado subalterno al dinero que usted posea. Los demás valores éticos y todo lo que en principio constituyó la sociedad chocoana se fueron por las alcantarillas a confundirse con la inmundicia.
Antes existía la selección en calidad y valía. Hoy se agrupan los intereses personalistas y escogen lo que el dinero hace realidad. Todo ello completado con una situación de desalojo y miseria inconmensurable. Las consecuencias no se harán esperar. La subordinación, la inclinación al mal, el tráfico sexual en universidades y colegios. Las trincheras inexpugnables donde cada quien con ametralladora en mano defiende su terreno y lo poco que queda de la sociedad sana y preocupada, la prensa atemorizada y la justicia expectante que da pasos atrás y adelante, sin dar aún la batalla que todos esperamos en un entorno corrupto y putrefacto.
Desde luego que hay excepciones que la dignifican. Pero que es pequeña dado la magnitud del cáncer que nos corroe.
Oí decir en una mañana salpicada de lluvia, aquí en Quibdó al dr. Gómez Méndez, cuando era fiscal de la nación, que solo la justicia bien aplicada podría salvar al Chocó. El diagnóstico existe y hay identificación de objetos que se yerguen altivos.
¿Cuándo será?
Dice la gente que como estamos en un gobierno de resultados, alguien dijo allá arriba que los fiscales del Chocó, están en el dilema de que dan con el quinto tono o se van. Hay denuncias del mismo Presidente y del Ministro de Protección Social. Todo un reto, dice la gente.