Como consecuencia de las fuertes críticas a que se ha visto sometida la Fiscalía General de la Nación, su director general, Luis Camilo Osorio, contrató con una empresa americana experta en reposicionamiento de imágenes corporativas, para menguar en parte la imagen negativa que la ciudadanía se encuentra percibiendo, de tan importante institución en la vida organizativa del país.

El perfil corporativo va estrechamente ligado con el producto o servicio final que cada institución pública o privada "vende" al público. Si la imagen es positiva los usuarios y consumidores perciben psicológicamente un producto y servicio de alta calidad y lo contrario sucede cuando ella es negativa.

Es reciente sondeos de opinión realizados con egresados y estudiantes de la UTCH, ellos se expresan "La Dieguito". Esta notación peyorativa va en consonancia con la imagen institucional. Luego, el producto, es decir, los egresados, en el mercado laboral competitivo se encuentran con dificultades de enganche.

Por estos días se comenta con mucha insistencia de la pérdida de unas joyas de oro en el edificio de la Fiscalía en Quibdó, en el llamado inteligente, el bunker, la fortaleza, aquel imposible de penetrar por timadores callejeros; dichas prendas hacían parte de una prueba judicial.

Muchos han comentado jocosamente que este caso es muy parecido al del ladrón honrado que se robó la custodia de Badillo. Se piensa que la cosa no es tan sencilla como parece ser; dado que está en juego nada más y nada menos que la imagen corporativa de su majestad: la justicia.