EDITORIAL

¿Por fin tendremos Consejo Comunal?

Para mañana sábado –por tercera vez– está anunciada la esperada visita del presidente Uribe Vélez al Chocó y la realización del consejo comunal en donde se analizará la problemática regional con ministros, el gobernador del departamento y altos funcionarios del orden central. Si ello se cumple, enhorabuena.

Pese a que desde diversos sectores se ha discutido el estilo presidencial de ocuparse personalmente de unos problemas que unos buenos y eficaces colaboradores están en la obligación de atender y resolver en perjuicio de otros de mayor envergadura para el cual no queda tiempo, hay que reconocer y respetar el estilo de este primer mandatario que no ahorra esfuerzos para conocer directamente frente a los voceros de la comunidad, sin las intermediaciones consagradas y no siempre idóneas, el "estado de la nación", como han dado en llamarlo en Norteamérica.

Con ocasión de las dos frustradas visitas que anteceden el anuncio de la del próximo sábado, en esta misma página formulamos advertencias y recomendaciones a las autoridades, entidades y voceros cívicos tendientes a que tan importante instancia no se diluya en medio de imprecisiones, inexactitudes y folclorismos.

En la exposición de nuestra dramática situación no hay lugar para que el Presidente y sus acompañantes se regocijen con chirimías y danzas, sino para mostrar los horrores de una coyuntura letal llamada a determinar la extinción de la etnia y la liquidación –subsumida por otras regiones y culturas– de nuestra integridad territorial y de nuestra entidad.

Para comenzar, es ineludible el tema de la quiebra del departamento, como un hecho cierto y concreto sobre el cual las responsabilidades convergentes y acumuladas es inútil volver.

Contra lo que se predica, gran parte de la catástrofe fiscal es atribuible a la irresponsabilidad, desvío y notoria incapacidad propia, adobado lo anterior con la corrupción y pérdida de los valores que alimentan la tendencia al enriquecimiento fácil.

Al gobernador le corresponde exponer descarnadamente las llagas condicionantes de nuestra postración y pedir, como lo hemos planteado reiteradamente, un tratamiento de excepción no solo en fomento regional sino en lo concerniente en lo relativo con las obligaciones financieras contraídas con el Estado, cuya atención le impiden al departamento cumplir con obligaciones primarias y proyectar obras de aliento social.

Pero las cosas –que son tantas a la espera de que una mano providente o providencial acuda en ayuda del Chocó– no paran ahí. No queremos atribuir, ni vamos a hacerlo, la visita del presidente Uribe Vélez al Chocó a su propósito de conseguir la reelección presidencial.

Pero en círculos comarcanos se la conecta con los resultados del reciente foro en la UTCh que arrojó el resultado esperanzador de que finalmente el tapón de la vía al mar hacia Nuquí sería removido en esta administración, según los anuncios del Ministro del Transporte, Andrés Uriel Gallego. Sea lo que fuere, precisamos que el Presidente se pronuncie en este tema trascendental en forma concluyente y definitiva. Y avale con autoridad los compromisos del Ministro en el sentido de que las obras se reiniciarán en el 2005, removidos los obstáculos de estudios ambientales que la han paralizado por largos años. Desde luego, hay que obtener un compromiso serio para definir los recursos que se precisan para los estudios finales y ejecución de la obra, pues es obvio que los 12 mil millones que para el próximo año anunció el Ministro son insuficientes para su terminación. Si Uribe Vélez es positivamente categórico en este particular, el foro del próximo sábado estará a salvo y así habrá que registrarlo.

Adicionalmente hay ítems que por fuerza habrá que plantear, como que hacen parte del paquete de compromisos suscritos entre el pueblo del Chocó, representado por el comité del paro cívico del 2000, y el gobierno: el acueducto por gravedad de Quibdó, paralizado por un estudio de factibilidad con costo irrisorio, pese a que existe el de prefactibilidad. Las interconexiones eléctricas entre Chigorodó-Riosucio y entre Bahía Málaga-Litoral del San Juan, con extensión a Pizarro, cuyos estudios han sido en tres oportunidades rechazados por el Minambiente sin justificación razonable.

Y otros asuntos puntuales: la permanencia de Invías Chocó, la nivelación del departamento en el régimen subsidiado de salud al resto del país; el hospital regional San Francisco, en donde no se practican cirugías represadas desde hace seis meses y su personal médico y paramédico no recibe sueldos; el desempleo galopante, la indigencia general, etc. Ojalá y se obtuviera un pronunciamiento del primer magistrado –antioqueño además– sobre el litigio de Bajirá – definitorio de las pretensiones de su bancada en el senado, para el despojo que se cocina en detrimento de nuestro territorio. Estos, entre otros, los temas que esperamos del foro de mañana y sobre cuyos resultados estaremos expectantes.