Miras a tu alrededor y desprecias los defectos de tu casa, de tu vecino, de tus familiares, de tu perro y hasta de ti mismo: - estoy muy gordo, muy flaco, odio esta alergia, el pelo, la cintura, las arrugas, nada me queda bien, ...
Y estas tan molesto de ti mismo, que comienzas a ver esos defectos en los demás: -está muy gordo, el pelo parece de paja, está muy arrugado - ... y miles de otros que con solo ver a tu vecino se te vienen a la cabeza.
Ni hablar los que te hicieron daño. No solo hablas mal. Uno siempre tiende a hacerlo aún más grande para que los demás lo desprecien como uno lo hace. Te llenas de odio y resentimiento.
Y para el colmo, traes a tu mente ese momento tan desagradable que pasaste una y otra vez, y cada vez que lo haces, le añades algo nuevo y lo haces más grande. Y más te enojas y más te amargas. Pero lo que aún no te diste cuenta es que a la única persona que haces daño es a ti mismo y a aquellos que amas porque están compartiendo de una u otra forma tu dolor. Y le enseñas así, a vivir con ese dolor y formarlo parte de él. Luego, comenzará a tener problemas similares porque tus hijos tienden a repetir lo que ven.
Si amas a tu hijo, ¿por qué les trasmites hechos negativos? No te das cuenta que le enseñas a tener malas actitudes frente a la vida. ¿Dios te enseña de la misma manera?
Dios es amor y él nunca te haría daño. O el te dice que debes odiar a los que tienes alrededor. ¿Cuál es el mandamiento mas importante aparte de “Amar a Dios sobre todas las cosas”?
Tu eres responsable de lo que te sucede. Analízate concientemente. Observa como piensas y lo que sientes. Mira lo que piensas de los demás, si es amor y deseos de prosperidad o cualidades negativas. Entonces, trata de cambiar tu actitud porque al único que haces daño es a ti.
Si Dios es Amor y Dios creó a cada hombre en este planeta, cada uno de ellos es parte de Dios. ¿Por qué quieres dañar a Dios al dañar a tu hermano?
Y si ahora piensas en el daño que los demás te hicieron, te recuerdo que Jesús dijo:
No todos pueden ver claramente la realidad. No todos somos iguales. Algunos fueron golpeados duramente en la vida y lo único que aprendieron es a atacar y defenderse. Nadie sabe lo que no aprende. Por eso, si no le das una mano, no aprenderán a recibirla y darla a su vez como tu le enseñaste. O quizás están tan lejos de la luz, que ni siquiera pueden ver tu mano. Estas personas son dignas de perdón, porque si bien tu ahora tienes la oportunidad de mejorar tu vida, esas personas no.
El perdón pone fin a todo sufrimiento. Trata de no ser negativo. Trata de encontrar tu verdadero ser. No tiene sentido ver la vida negativamente. Lo único que lograras es que todos se alejen de tu lado y odiarte a ti mismo.
Nadie quiere escuchar los problemas ajenos porque bastante tienen con los suyos. Si eres negativo, la gente se irá de tu lado. Y luego te quejarás porque estás solo.
No te odies ahora por todo lo negativo que hiciste. Perdónate porque no sabías lo que hacías. No puedes ser valerosos si no tienes un cobarde en tu interior, no puedes ser generoso si no tienes un tacaño, no puedes ser virtuoso si careces de capacidad para actuar con maldad. Busca la maldad que hay en ti y tómala de ejemplo para cambiar hacia el lado opuesto. Mira lo que no te gusta de ti y modifícalo.
Es difícil al principio, pero es cuestión de comenzar. Perdónate a ti mismo, acepta tus errores, pero con la misión de mejorar tu vida y de los demás.
Perdona a esa persona que te dañó. No tiene sentido amargarte. No tiene la culpa de su ignorancia del Amor de Dios. No le hagas daño, al contrario, trata de que también se acerque a Dios.
Todos dicen que creen en Dios, pero cuantos pueden ver la realidad tal como es, disolviendo lo negativo que nos enseñaron desde niño, rechazando y eliminando todas las ideas negativas. ¿Cuantos lo hacen con el corazón?. ¿Cuantos aceptan que están equivocados, que la culpa de lo que le sucede es solo de ellos?.
Todos quieren tener la razón, pero la realidad es que casi nadie la tiene. Solo Dios. Y sólo los que viven en Dios conocen esa realidad.
Perdónate a ti mismo y a los demás. Aléjate de los que quieren dañarte.
¿No te entristece escuchar a una persona de la que solo palabras negativas salen de su boca, porque eres conciente que no está bien en su interior, que lo que refleja es simplemente su tristeza interior?.
Escuchamos nuestros seres queridos con tanta tristeza en su corazón. Cuando escuchas hablar mal de alguien, ¿no tenés ganas de salir corriendo?. Piensas: ¿Por qué tengo que escucharlo si puedo estar disfrutando de la suave brisa que hay en el jardín o podría estar escuchando una suave melodía que regocije mis oídos? ¿O debo de llenar mi mente de negatividad así también me ponga mal?.
Enseña a esa persona que puede ver la vida desde otro ámbito, que a ti eso te hace mal y ella también, que nosotros somos los responsable de lo que nos sucede.
Si estás muy negativo, sigue estos pasos para aliviar tu corazón:
Libérate de las ideas negativas y destructivas que creaste desde pequeño, perdona a los que te hicieron daño. Olvida lo que te hicieron y ya no lo tendrás presente en tu mente. Comenzarás a sentirte libre. Aprende a ser feliz.
Si perdonas, podrás tener la oportunidad de ser feliz. Es el camino que todos queremos tomar.
Si ahora eres conciente de la importancia del perdón y quieres caminar por el sendero que lleva a la felicidad, te estoy esperando, dame tu mano y caminemos juntos. ¿Vamos?