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Capitulo 10

 

* Melodías bestiales.

 

Como Ninja, Misao Makimachi había experimentado toda clase de pruebas, era conciente de muchas cosas al ser parte de los Oniwabanshu, desde secretos del Gobierno Meiji hasta información de negocios turbios que se infiltraba por sus redes, pero desde que su encuentro con Yuka sucedió, otras clases de conocimientos habían venido a ella, sobre la existencia de criaturas sobrenaturales y su magia. Todo le resultaba natural por alguna razón, el tener a Yuka ayudo a que así le resultase al ver a un león volador que habla, e incluso le parecía muy simpático, aunque parecía tener su temperamento, y ni hablar sobre su baja autoestima al encontrarse en su pequeña forma... Aunque aquella criatura le simpatizaba, era evidente que ella no encontraba alguna clase de conversación que pudiese mantener la atención en algún tema a esta criatura, por ello mismo, lo que llevaban de viaje había sido un trayecto silencioso, oh simplemente quejas de parte del león al tener ciertos problemas con la compañía del pequeño Yuka quien aun insistía en intentar meter su lengua por la nariz de este.

Kerberos se alegro tanto en cuanto habían llegado a territorios en los que nadie solía deambular demasiado, y más por el clima tan inestable del invierno. No tuvo que escuchar mas de una vez cuando Misao dijo que ya no había moros en la costa, para salir de aquel bolso en el que debía permanecer, e incluso optar por la libertad de alcanzar su forma real.

Misao no lo vio con malos ojos, ciertamente se sentía mucho más cómoda con una bestia de tal magnitud a su lado, sin mencionar que de esa forma le era más fácil el tratar de comenzar una conversación amena.

 

Misao contaba con una gran destreza para desplazarse por zonas tan difíciles como aquella que pasaban  infestada de blanda nieve, ya que sus cortas piernas se hundían con facilidad, si tan solo se encontrasen en un zona de grandes arboledas, ella sería capaz de desplazarse mejor por las ramas secas que por el suelo como siempre acostumbraba a hacer. Como bestia, Kerberos tenía mucha mas agilidad para desplazarse en cualquier clase de terreno, volteaba en ocasiones para verificar el estado de su acompañante, quien había optado por abrigarse con una gruesa vestimenta en cuanto el frío comenzó a incrementarse, eso solo significaba una cosa, una tormenta estaba próxima y por lo que han avanzado él no era capaz de sentir alguna presencia que lo orientase hacia el shintai que buscaban, sería mejor que avanzaran todo lo que pudieran antes de que la nevada comenzase, y la mejor manera de cortar tiempo era por los cielos, por lo que se detuvo para esperar a que la chiquilla le diese alcance.

Kerberos: Vamos, cómo una humana puede ser tan lenta y torpe para caminar?- dijo sarcástico.

Misao: Óyeme 'peluchito', hago lo que puedo, el trabajar sobre la nieve no es una de mis mayores virtudes ¬¬- se defendió.

Kerberos: Creí que los ninjas sabían manejar la situación no importando el terreno en el que se encuentren.

Misao: Y así es! >.< ... solo que.... No es algo en lo que me haya destacado como tal ._.

Kerberos: Estamos perdiendo tiempo, y por si no te has dado cuenta una gran tormenta se aproxima, debemos acelerar el paso.

Misao: Si claro, para ti es fácil decirlo.

Kerberos: Argh ya no te quejes y sube- dijo al acomodarse ofreciendo su lomo para que subiese.

Misao: ¿Qué? O.o

Kerberos: Me escuchaste bien, sube, yo te llevare.

Misao: Claro, como si montar leones fuese algo que hiciese todos los días- dijo sarcástica.

Kerberos: Solo sube y sujétate bien, yo haré el resto.

Misao: Esta bien, por esta vez, seguiremos lo que dices 'Kero'- añadió al subir arriba de su lomo.

Kerberos: ¿Kero? Por qué me llamaste así?

Misao: Qué, no te gusta? Vamos, tu nombre es bastante largo y se me traba la lengua en ocasiones que quiero llamarte, así que pensé que podríamos acortarlo y 'Kero' me pareció lindo n.n

Kerberos: Lindo? Ese nombre no va conmigo ><

Misao: Tal vez no vaya con tu forma bestia, pero le quede perfectamente cuando estas 'pequeño'- nuevamente hurgando la llaga con el dedo.

Kerberos: Deja de burlarte de mi quieres? >< No es mi culpa v.v

Misao: ¿Entonces de quien es?

Kerberos: De quien tengo la desgracia de llamar 'amo' u.u

Misao: Sabia que Clow-sama era extraño... pero no tanto o.ó... En fin- dijo intentando acomodarse mejor sobre el lomo de la criatura pero le resultaba difícil y ciertamente incomodo.

Kerberos: Oye cuidado ><- dijo al resentir ciertos golpes en sus costados por el movimiento de la jovencita.

Misao: Perdona, es solo que no puedo acomodarme bien.

Kerberos: Si yo no eh de ir cómodo ¿por qué tu si?- agregó sarcástico al comenzar a moverse, algo que tomo desprevenida a Misao y en su intento de sujetarse de algo, sus dos manos sujetaron con fuerza las orejas de la bestia, algo que no le agrado para nada- No vuelvas a hacer eso!!- bramó.

Misao: Es tu culpa por impaciente ò.ó No te costaba esperar solo tres segundos más!

Kerberos: Esta bien ya date prisa!

Misao: Deberías ser mas paciente querido Kero, ya, listo.

Kerberos: Bien, ahora sujétate bien... pero no de mis orejas ¿esta bien? ¬¬

Misao: Sí si entiendo ¬¬ que resentido eres...

Kerberos: Y por cierto ¿dónde esta esa bola de pelos?

Misao: en la valija que tu despreciaste.

Kerberos: Bien, ahí puede quedarse- dijo al finalmente comenzar a desplazarse sobre la nieve, al principio con lentitud pero Misao se daba cuenta como es que sus cuatro patas comenzaron a agilizar el paso, hasta que sin esperárselo, la criatura desplegó sus alas cortando el viento a su alrededor y en un instante estas los habían elevado por los aires.

Misao no pudo evitar adherirse al lomo de la criatura cuando se percato de lo lejos que se encontraba del suelo. Kerberos resintió la presión que las piernas de la joven realizo sobre sus costillas, pero ni hablar, solo debía pensar que así todo terminaría más rápido sin importar el dolor...

Misao: Ah!! no me dijiste que ibas a hacer esto!

Kerberos: No hay mejor modo que cortar el paso que no sea volando! Si lo sabré yo!- comentó al tener que subir el volumen de su voz ya que el golpeteo del viento impedía una recepción adecuada del sonido.

Misao: Pero debiste decírmelo... Ah estamos muy alto.. creo que me estoy mareando.

Kerberos: Ja ja ja no digas tonterías, te aconsejo que en ves de preocuparte por pequeñeces te des cuenta de la experiencia por la que pasas, te apuesto que eres de los pocos humanos que han llegado hasta el cielo sin la necesidad de maquinas!

Misao: ..... Sí... creo que tienes razón, pero aun así estamos demasiado alto... ¿qué pasaría si cayésemos T-T?

Kerberos: Oh descuida eso jamás me ha pasado...- guardo silencio por un instante- ARGH! Mi Ala!!- exclamó al instante en que parecía que se colapsaría hacia abajo, algo por lo que la ninja por muy disciplinada que se dice ser no puedo evitar el de gritar de terror cerrando sus ojos, para después solo escuchar las carcajadas provenientes de la voz grave de la bestia.

Misao: Eres un tramposo! ><- dijo al darse cuenta que había sido solo una broma de muy mal gusto a su parecer.

Kerberos: Ja ja ja debiste haberte escuchado y eso de "No quiero morir sin haber besado a Aoshi-sama" le dio un toque único- dijo al continuar riendo.

Misao: >///< yo no dije eso!!!... oh si o///o?

Kerberos: A todo pulmón...

Misao: Se le dices esto a alguien más te asesinare ò.ó

Kerberos: Deja eso de 'Kero' atrás y seré una tumba.

Misao: Esta bien... pero insisto que suena lindo.

Kerberos: Nunca dejaría que nadie me llamase de esa manera >< Suficiente tengo con tener que soportar que me vean con mis forma falsa como para aguantar que una niña me ponga nombres como si fuese su mascota ><° (Jo jo jo ^o^ si lo supieras Kero, si lo supieras...)

 

Poco a poco, Misao había optado por el gusto de aquel 'paseo', el movimiento regular de las alas de aquella criatura golpeando el aire transmitía un sonido ciertamente relajador, y al poder mirar aquel bello paisaje blanquecino resultaba una maravilla ya que podía ver las rocallosas que se encontraban lejanas cubiertas de nieve en su cima, las veía tan cera pero a la vez se encontraba tan lejos... Ante tal belleza, la imaginación de la joven ninja no pudo evitar soñar un poco... el de verse a ella en este mismo momento pero junto a su Aoshi-sama, quien la miraba como un hombre miraría a una mujer y la sujetase de la cintura mientras le hablaba dulcemente al oído mientras su cabeza descansaba en su fornido pecho...

La bestia volvió su cabeza un instante al creer el viaje silencioso puesto a que su acompañante había dejado de hablar. Sus ojos se tornaron picaros al darse cuenta del rubor que el rostro de Misao presentaba al estarse abrazando a si misma y manteniendo los ojos cerrados mientras murmuraba algunas palabras y ligeras risas salían de sus labios. El fino sentido del oído del animal le permitió alcanzar a escuchar lo suficiente.

Kerberos: Vaya que ese tal Aoshi te tiene siempre en las nubes- añadió con sarcasmo, trayendo a Misao de vuelta a la realidad pero aun sonrojada.

Misao: ¿Qué? o//O ¿de qué hablas? ¿Escuchaste?! ò//ó

Kerberos: Y cómo no hacerlo con esos suspiros!- añadió en tono burlón.

Misao: ò.ó Eres un... Grrrrr ya déjame en paz!- dijo al optar por una posición de indiferente, pero el rubor de sus mejillas aun se encontraba ahí.

Kerberos: Descuida, tu secreto estará a salvo conmigo... si te comportas bien.

Misao: Chantajista! ò.ó Me tratas como si fuese una chiquilla! Eres igual que todos ¬¬

Kerberos: Es porque eres una niña, Makimachi.

Misao: Eres detestable ¬¬ ¿Por qué escogiste venir conmigo?

Kerberos: Que, acaso preferías ir con ese tal Aoshi no es cierto?

Misao: Eso no es de tu incumbencia ¬//¬

Kerberos: Ah niña, me agradas, además preferiría mil veces el haberte escogido a ti en vez de acompañar al cabeza de pollo y al otro mocoso- explicó.

Misao: Sanosuke es temperamental pero ¿por qué no te agrada?

Kerberos: Porque es de esos hombres que parecen temer y despreciar a criaturas como nosotros... Es demasiado supersticioso y por ello no me hubiese sentido cómodo... Lo siento por 'Pelea' pero ella es mucho mas paciente que cualquier otra carta, sabrá manejarlo.

Misao: Entiendo...- la ninja sintió algo frío caer sobre su cabeza, fue el indicio de que la tormenta estaba por arribar, por lo que debían descender rápido y tratar de buscar alguna clase de refugio, pero no parecían encontrarse cerca de nada...

La nieve y el viento comenzaron a incrementarse, por lo que el guardián decidió descender. En tierra la condición era un poco más difícil, ya que los ventarrones eran demasiado fuertes y más para Misao.

Misao: Haz algo oh si no me congelare >.<- decía temblando de frío sin haberse bajado del lomo de la bestia.

Kerberos: Me ves cara de calefacción o qué? ¬¬

Misao: Estoy hablando en serio òó

Kerberos: Si no pienso en algo, seguramente esta niña se morirá de hipotermia...- pensó al tratar de buscar una solución y al ver algo en el terreno se le vino una idea.

El guardián se apresuró a aproximarse a un gran sauce que era el único árbol que se mantenía en pie en todo aquel terreno baldío y cubierto de nieve. Examino la corteza y tamaño del tronco, el cual era enorme, no contaba con ya ninguna clase de vida por lo que supuso que se encontraba hueco, oh por lo menos eso esperaba. Con sus feroces garras se atrevió a comenzar a dañar la corteza de aquel sauce, logrando destruir la única gruesa capa de corteza con el que aquel sauce contaba al pronto final de su posible larga presencia en ese mundo. Kerberos trabajó de una manera rápida e hizo un orificio lo suficientemente grande como para que Misao pudiese entrar y él también con un poco de dificultad.

Tuvo suerte, aquel sauce si se encontraba hueco de entrañas, pero por el orificio que había hecho aun se colaba parte de la tormenta.

Misao: Fantástico ¬¬ ahora qué?

Kerberos: Humana de poca fe...- murmuró al colocarse frente al muro y con su enorme ala inexplicablemente fue capaz de cubrir el paso de la nieve y parte del frío.

Misao: Wow o.o ... no se te congelara el ala o algo.

Kerberos: No lo creo, confía en mi.

Misao: ¿Y qué es lo que se supone haremos ahora?

Kerberos: Esperar a que esto pase.

Misao: Si claro... como tu tienes un abrigo extra de piel la pasaras muy confortable- dijo al sentarse en un lugar y tratando de guardar todo el  calor posible dentro de su abrigo.

Kerberos: ¿Crees que soy inmune al frió? Para nada, que tenga mas resistencia y que no me este quejando a cada rato no quiere decir que la tenga ¬¬ Pero esta bien, junta esos trozos de corteza en medio.

Misao: ¿Para qué?

Kerberos: Solo hazlo.

Misao hace lo que él dice, y en unos momentos juntó varios trozos de corteza en medio de aquel lugar.

Misao: Listo ¿ahora? ¿planeas que comience a frotar estas cosas para traer fuego o qué?

Kerberos: Eso es bastante primitivo y humano, hay métodos mas rápidos, déjame a mi- añadió al abrir ligeramente su hocico y que de este emanara una llamarada de fuego, el cual supo controlar para que solo quemase los leños y que brindase un agradable fuego a una adecuada temperatura.

Misao: Cielos o.o

Kerberos: ¿Ya, contenta?

Misao: Vaya... tienes tus cualidades, me impresionas.

Kerberos: Y eso que no has visto nada- dijo con el pecho inflado de orgullo.

 

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En algún lugar de las cercanías de la enorme capital de Kyoto...

La nieve caía con tranquilidad y en menor cantidad después de la tormenta que se desató por la región. Aquel hombre con sombrero oriental continuo su caminata después de haber probado ya que el filo de su espada era excepcional, y también como es que su capacidad resultaba como en los viejos tiempos...

Nadie se le había atravesado ya en el camino, incluso después de haber cometido asesinato múltiple no muy lejos de ahí... Bien, mejor para quien quisiera ponerse en su camino, viviría más...

Finalmente se detuvo frente a la puerta de un establecimiento no muy amistoso a simple vista, por lo que ahí debía ser el lugar...

 

Aquel establecimiento solía ser un lugar abierto para cualquier visitante cansado que buscase refugio por una tormenta oh solo para saciar la sequedad de su garganta con un trago, pero en la actualidad, solo hombres escrupulosos o peligrosos eran quienes dominaban ya ese sitio como si se tratase de un punto de reunión en donde solo ellos pudiesen entrar.

Aquel lugar estaba impregnado de olores putrefactos, y más aun por la cantidad de humo que escapaban de las pipas o cigarros de los usuarios, el olor a alcohol también era devastador, pero tal parece que quienes estén adentro ni lo sentían si quiera. La atmósfera denotaba un lugar de juegos, alcohol e incluso prostitución, un circulo al que no cualquiera era invitado a entrar y en el cual nadie podía salir...

Un ventarrón de aire y nieve logró colarse en aquella encerrada construcción, atrayendo el disgusto y atención de todos los usuarios del lugar. Todos los ojos se concentraron en la silueta que se había atrevido a entrar con la tormenta para después haber cerrado la única entrada / salida del lugar.

Aquel viajero no sintió ninguna clase de amenaza pese a que no lo miraban amistosamente. Era claro el momento de tensión que se vivió, pero aquel hombre como si nada comenzó a quitarse la nieve que se había acumulado sobre sus prendas, cayendo sobre las bebidas y caras de otros, solo provocando más a los sujetos para después sonreír.

Uno de ellos, quien parecía ser el más grande y experimentado por sus múltiples cicatrices en sus músculos. Se adelantó a todos los demás y se coloco frente a frente, aquel hombre de sombrero era la mitad de estatura de lo que el gigantón era...

- Al parecer no te has dado cuenta en el lugar en el que te metiste enano- habló con valor.

El hombre no le respondió, tal pareciese que ni lo notase frente a él ya que se volvía a algunos rincones del establecimiento, como si buscase a alguien.

- ¿Te comió la lengua el gato enano? ¿o es solo el terror al darte cuenta de la situación en la que te encuentras...?

Finalmente aquel hombre de sombrero inclinó su rostro a la altura de poder mirar a los ojos a aquel gigante. Sus ojos eran tan fríos y vacíos que causarían escalofríos a cualquiera que se atreviese a sostenerlos con su mirada... pero aquel hombre rudo logró ocultarlo, no muy convincentemente pero lo suficiente para no quedar mal.

Y pese a que aquel hombre parecía que jamás sus labios se habían abierto para decir palabra, habló casi como en un susurro- ... Dime, respondes al nombre de Tane Fujifujih o Hiro Geujikyos?- preguntó sin rodeos.

- Je, el ratón si tiene lengua después de todo- se burló- ... No, ninguno de esos nombres me pertenece.

- Bien, entonces no eres ya necesario- murmuró con una sonrisa cínica en sus labios y al instante el sonido de una cuchilla cortando el aire dejo helados a todos los espectadores cuando vieron como es que habían degollado a su compañero de juegos.

Las prostitutas fueron las primeras en gritar aterradas, mientras que la mayoría de los presentes se levantaron y blandiendo sus armas intentaron dar muerte a aquel sujeto por su compañero caído.

 

Si alguien hubiese pasado por las afueras de aquella construcción, hubiese podido escuchar aquellas terribles lamentaciones, gritos y últimos alaridos, junto con cortes de aire y carne blandidos por una espada asesina, sonaba a todo un campo de batalla y sangre como las que acontecedieron en la era Tokugawa... El haber escuchado esos espantosos alaridos hubiesen helado la sangre a cualquiera, solo para que después todo quedase nuevamente en silencio... un aterrador silencio.

En el interior, las paredes e incluso techo se encontraban manchadas por sangre, los cuerpos caídos habían  roto mesas, el olor de alcohol fue superado fácilmente por el abundante olor a sangre que se desato, todo se volvió un escenario aterrador y tétrico. Solo había cadáveres a sus pies, y lo siguiente que hizo fue tomar un gira de ropas malolientes para limpiar el filo de su katana. Se volvió hacia una de las esquinas, en donde tres personas permanecían en una mesa, tranquilos y sin inmutarse al ser espectadores de lo ocurrido.

El hombre de sombrero comenzó a caminar hacia ellos con tranquilidad mientras sujetaba su arma sin haberla envainado, deteniéndose a escasos centímetros.

- ... Imagino que ustedes deben ser Tane Fujifujih, Hiro Geujikyos y Ochiromoe Jun ... oh me equivoco?- preguntó al haber guardado su arma finalmente a esas tres personas, dos hombres jóvenes y una jovencita que jugaba con hilos entre los dedos de sus manos.

- ¿Y si no lo fuéramos?- habló uno de los jóvenes.

Su respuesta fue más que sencilla, ya que sujetó la Kodachi que se encontraba clavada en la pared mas cercana, la cual mantenía el cuerpo de una mujer contra la pared, la cual desprendió y el cuerpo cayó.

- Uh, Me agrada su rudeza...- murmuró la jovencita.

- ¿Cómo es que harías para saber que decimos la verdad?

- Ustedes deben ser lo suficientemente aptos para ver lo que los demás no, ver más allá de este rostro y de esta carne...- añadió al privarse de aquel sombrero sobre su cabeza, permitiéndoles ver por completo el rostro y cabellera de aquel asesino, de cuya cicatriz de una mejilla brotaba sangre...

Aquellos tres sujetos lo miraron en silencio por unos instantes.

- Vaya vaya si que esto es interesante- agregó uno al probar un poco de sake.

- No sé quien te habrá hecho esto criatura pero es una excelente imagen- añadió la joven.

- Debió haber sido un poderoso hombre quien logro darle esta clase de vida y forma a un Lethifold...

El asesino envainó su Kodachi al escuchar lo que creyó suficiente para saber que había encontrado a las personas que su señor había enviado buscar.

- ¿Por qué nos buscabas precisamente a nosotros?

- Mi señor Gaho requiere de sus servicios..- habló el asesino.

- No trabajamos para cualquiera...

- Pero no es cualquier hombre... y ya se han dado cuenta- insistió el hombre de la cicatriz.

- Es verdad... debe ser uno con grandes poderes y habilidades... pero ¿para qué desea de nuestros servicios un señor tan poderoso?- preguntó la mujer.

- Simple... diversión...- murmuró el asesino al haber tomado asiento en aquella mesa.

 

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Yuka rebotaba con alegría sobre la cabeza de Misao quien comía algo de los alimentos que llevaba en su mochila al estar frente a aquel sobrecogedor fuego. Comía con mucho placer, una enorme bola de arroz con algo de té que empacó como si se encontrase ella sola, pero después de sentir una atmósfera tensa a su alrededor ocasionada por la nube de centellas que se había formado sobre la cabeza del guardián al ver la desfachatez de la humana de comer frente a él y sin tomarse las molestias de invitarle algo después de lo que ha hecho por ella...

Misao: ¿Qué pasa?- preguntó con rastros de comida en los labios.

Kerberos: Y todavía tienes la osadía de preguntar ¬¬

Misao: .... ah ¿quieres?

Kerberos: Los sonidos de mi estomago te dicen algo? ><

Misao: Oh lo siento hehehe debiste decírmelo.

Kerberos: pensé que serias caritativa y me ofrecerías ><

Misao: ya, ya, lo siento, en seguida te daré algo.

El sonido de la tormenta había disminuido notablemente, por lo que el guardián optó por apartar su ala del orificio y darse cuenta que solo una ligera nevada era lo que quedaba de aquel tormentoso clima...

Misao: Que bien, ya termino, podemos seguir- añadió después de haberle acercado un par de bolas de arroz a la bestia y un poco de té en un recipiente.

Kerberos: después de que termine- sus grandes fauces tomaron con rapidez una de las esferas para masticarla cuidando de saborearla lo mas que pudiese.

Misao: Como supongo terminaras rápido, creo que es mejor que vayamos pensando en apagar esto- dijo al instante en que con un leño seco removiese los leños ardiendo del fuego, lo que provocó que varios rastros de cenizas se alzaran, y lo siguió haciendo un par de veces más... Misao no lo sabía, pero esas cenizas ardiendo lograrían molestar a los originales usuarios de aquel tronco de sauce sin vida...

El fino sentido de oído del guardián logro percibir como es que comenzaron a escucharse ligeros zumbidos por el lugar... como si se tratase de los sonidos que realiza alguna mosca al mover sus alas con suma velocidad. Al principio no le tomo demasiada importancia, pero cuando comenzó a sonar como si se tratase de un enjambre de abejas, comenzó a preocuparse.

Misao: ¿Qué demonios es eso?- se preguntó al percatarse de los mismos sonidos, que pusieron nervioso a Yuka que aun aguardaba sobre sus cabellos.

Pronto Misao tuvo algo frente a su rostro que volaba y zumbaba con el movimiento de sus alas, al verla, lo primero que su joven mente pensó fue que se trataba de...

Misao: ... Una hada?...- dijo al intentar tocarla con su dedo índice, esa criaturita no era más grande que la palma de su mano, pero poseía forma femenina, claro que todo su cuerpo se encontraba cubierta por un áspero pelaje negro y poseía 4 piernitas y 4 brazos, y sin mencionar sus pequeñas alas a sus espaldas que se movían a gran velocidad.

Kerberos: Makimachi, no la toques!- dijo al reconocer esa clase de criatura.

Misao se sorprendió ante la alerta dada, aquella hadita abrió su boca mostrando diminutos pero filosos dientes e intento morder a la humana, pero Yuka salió al rescate al rebotar sobre ella y dejarla fuera de combate.

Kerberos: Debemos salir de aquí y pronto!

 

Misao salió primero, mientras que Kerberos la siguió llevando consigo a la pequeña bola de pelos, corrieron hasta alejarse lo suficiente. Se volvieron hacia donde se encontraba aquel árbol y vieron como es que cientos de pequeños puntos oscuros comenzaron a emerger como si se tratasen de un enjambre de esas criaturas mordelonas.

Misao: Pero qué son esas cosas?!

Kerberos:Doxys*!! Su mordedura es venenosa, tuviste mucha suerte de que la bola de pelos hubiese sido mas inteligente que tú esta vez.

Misao: Oye! ¬¬- pero no tuvo tiempo de seguir discutiendo porque aquellos puntos  se apresuraron a darles alcance a ellos- Vienen hacia acá!- añadió al salir corriendo primero que nadie en dirección opuesta al saber intuitivamente que sus habilidades como ninja no servirían contra tantas de esas cosas.

El león dorado la siguió cubriendo su retaguardia, pero era evidente que un Doxy pese a ser pequeño, era muy veloz, por lo que no tendría caso correr, por lo que Kerberos frenó sobre la nieve y se volvió hacia la marejada de criaturas que venían sobre él, y concentrando su poder en su hocico, liberó el fuego acumulado con furia sobre estas, desintegrando en las llamas a un gran numero, pero continuaban siendo ellas cientas de veces más numerosas, sin mencionar que no dejaban de salir aun de aquel sauce.

Para el guardián, era fácil mantener a aquel enjambre atrás con sus llamas, pero el cúmulo de puntos se dividieron en dos proporciones, una que continuo tratando de llegar hasta él, y la segunda se dirigió hacia la otra silueta que se encontraba más allá.

Kerberos: Oh no, Makimachi!- aunque sus cuatro patas quisieron moverse hacia la joven ante inminente peligro, las pequeñas criaturas no le permitieron hacerlo.

Misao sabía que no seria útil el desperdiciar sus armas, ya que no tenia las suficientes ni para destruir a más de 30, y frente a ella veía cientas! Por lo que único que atino a hacer fue correr, no demasiado ya que su pie tropezó con una piedra que se encontraba cubierta por la nieve y con la que no se espero toparse. Su cuerpo cayó sobre la fría nieve, y aunque intentó reponerse para seguir sus pasos, la marejada de pequeñas criaturas venía sobre ella...

 

Repentinamente, todos pudieron ser capaces de escuchar algo... una canción... no se trataba del viento, era una melodía, proveniente de algún instrumento de viento...

Misao, quien había escondido su rostro cubierto de nieve con sus brazos, se animó a enfrentar lo que pudiese suceder a continuación, pero para su sorpresa miró como es que las doxys que lideraban aquel escuadrón solo se encontraban a escasos centímetros de su posición, quietas, mientras que la melodía continuaba.

Kerberos miró esto con desconcierto, ya que todas y cada una de las diminutas criaturas se detuvo, como si se encontrasen paralizadas ante tal melodía, de una manera sorpresiva todos aquellos puntos oscuros comenzaron a regresar al interior de aquel enorme hueco tronco, su madriguera, como si nada hubiese ocurrido. Los zumbidos que producían sus alas poco a poco se opaco hasta que nuevamente solo el sonido del viento, junto con esa melodía, era lo único que podía escucharse.

El guardián se volvió hacia donde aquella música provenía, y entre los pocos copos de nieve que aun caían, pudo divisar como es que dos siluetas se aproximaron a Misao.

La jovencita se volvió al escuchar la melodía tan cerca, y ahí puedo ver a un perro, que simulaba parecer mas un lobo que canino, cuyos cabellos eran de un color tan blanco como la nieve misma y sus ojos eran de color rojizo, y su cola se encontraba extrañamente peinada, ya que parecía estar moldeada de una manera en la que eran dos colas, era un animal muy bello quien parecía venir en compañía de aquel joven quien sujetaba una especie de flauta entre sus manos, cuyos colores azules y zafiros combinaban con la vestimenta de monje que portaba. Pocos de sus cabellos oscuros, con algunos tonos verdes, recaían sobre su frente mientras que sus ojos color vino miraban a la jovencita, mientras su labios se mantenían en la boquilla del instrumento, hasta que momentos después, la melodía termino....

- ¿Estas bien?- preguntó con una voz tranquila aquel monje al extenderle su mano a Misao para ayudar a que se pusiese de pie.

Misao: Pero que apuesto n//n- pensó- Sí, estoy bien, gracias.

- Tienen mucha suerte de que estuviese cerca, y más suerte el que no te hayas dejado morder por alguna de esas traviesas ya que hubiese sido peligroso.

Misao: No me imagino por qué- ella notó como es que la mirada de aquel monje se desvió hacia algún punto más allá. Misao se volvió y solo pudo sonreír nerviosamente al darse cuenta que había visto a la criatura dorada.

- Viene contigo?- preguntó al devolverle la mirada a Misao.

Misao: Ah bueno... sí, si viene conmigo o.o descuide no va a lastimarnos, es mi amigo y es mas dulce que un gatito n.n°- añadió al persuadir al hombre de que no debía preocuparse por él... aunque si hubiese sido ella y hubiese visto a un león con alas hubiese pensando muchas cosas negativas...

- Descuida... esa criatura, es muy similar a mi compañera aquí presente- añadió al acariciar la cabeza de su fiel canino.

Misao: ¿Qué quieres decir?

- ¿Qué les parece si vamos a mi templo y ahí podremos hablar?- añadió sonriendo al invitarla.

Misao: Claro, me parece bien, también tengo algunas preguntas para ti...

 

Kerberos no objetó sobre la invitación, además que él al igual que el monje, se habían dado cuenta de la esencia de el otro.

A pocos kilómetros de aquella posición del sauce, un sencillo templo shintoista se encontraba, al cual la ninja y la criatura mágica fueron invitadas a pasar.

El monje prendió un pequeño fuego después de la caminata que había acontecido, quitándose el sombrero que llevaba sobre su cabeza que dejaron ver con mas claridad sus cabellos cortos de color negro verdoso descansando sobre su cabeza. Misao lo miró con rostro interrogante, puesto a que aquel joven apuesto le parecía muy familiar...

Misao: Fuiste muy amable al habernos ayudado e invitado a tu casa.

- Fue un placer- añadió sonriente al haber tomado asiento junto a sus invitados, mientras que la hembra canina se colocó al lado de su amo- Mi nombre es Toyo, es un placer, y aquí mi fiel amiga es Kiwa.

Misao: Soy Misao Makimachi, y él es Kerberos- dijo con su habitual alegría.

Toyo: Me intriga el saber la razón por la cual una jovencita como tu y una criatura mágica se encontraban en tales situaciones como las que acontecieron.

Misao: ¿Cómo puedes saber que es una criatura mágica?

Kerberos: Es lógico, al ser un monje debe tener la suficiente capacidad y disciplina espiritual para ver más allá que un humano cualquiera, sin mencionar que... mi apariencia no dejaría duda a nadie torpe ¬¬.

Misao: ¬¬

Toyo: hehehe tu llamativa apariencia no me deja ninguna duda de que seas una criatura mágica, pero también eres diferente, no eres como los Doxys o como Kiwa, tu no naciste naturalmente ¿no es verdad?

Misao: Entonces tu can no es un normal? o.O

Toyo: No, Kiwa es una criatura sobrenatural como las que las atacaron hace poco, se les clasifica como Crup*, pero no es muy diferente a un canino normal- explicó algo que el guardián ya sabía con tan solo verla la primera vez.

Kerberos: así es, yo soy un ser nacido de los deseos y magia de un hombre.

Toyo: Increíble... Es la primera vez en mi joven vida en ver una criatura de tal magnificencia... Tenía conocimiento que era posible, pero aun así jamás creí que algún ser humano pudiese ser capaz de crear vida de esta forma... ¿Quién es el hombre responsable de esta gran hazaña?

Kerberos: Li Clow.

Toyo: Oh, eso lo explica, solo algún descendiente de los Li sería capaz de tal hallazgo- comentó.

Misao: ¿Puedo preguntarte algo?

Toyo: Dime.

Misao: ¿Acaso fue la melodía de esa flauta la que ahuyentó a esas hadas malvadas? o.ó

Toyo: Más que ahuyentarlas, simplemente las tranquilizo- dijo al sujetar entre sus manos aquel instrumento entre sus manos nuevamente- Este instrumento tiene algunas capacidades especiales, entre ellas se encuentran el poder 'controlar' a esta clase de seres especiales...

Kerberos: ¿Eres capaz de manipular sus actos con ello?- preguntó con sorpresa.

Toyo: 'Manipular' es una palabra que no me gusta usar, pero así es, el simple sonido de la melodía que puede desprender este instrumento, es capaz de poner a cualquier criatura como ustedes que la escuche bajo el control de quien la este tocando...

Misao: Entonces, así es como hiciste que esas cosas no nos atacaron y regresaran de dónde salieron...

Toyo: así es.

Kerberos: No es demasiada responsabilidad para un humano tan joven? Oh más bien...'tentación' de poseer tal poder.

Misao: No seas grosero ¬¬

Toyo: Entiendo sus preocupación al ser usted una criatura que pudiese ver afectada por este artefacto... Pero, mi antiguo maestro me confió la seguridad de este instrumento antes de morir, dejándome solo con la responsabilidad de resguardar esta región, este templo y lo que en su interior resguarda. Puede confiar en mi palabra de que jamás eh utilizado esto para acciones de ambición propia o situaciones similares...

Misao: Y no te preocupes, te creemos, vimos como es que solo la utilizaste para que no nos atacasen... ¿verdad? ¬¬- mirando duramente al guardián quien solo atino a guardar silencio.

Toyo: Y bien, eh hablado algunas cosas de mi persona ¿qué me pueden decir ustedes? ¿Qué es lo que viajeros como ustedes buscan aquí?

La joven y el guardián se miraron entre si por unos instantes, para después ser el león quien tomaría la palabra para pasar a explicaciones...

 

Minutos después...

Toyo: así que, eso es lo que buscan...

Kerberos:  así es, creo que es en este sitio en donde se encuentra resguardado uno de los shintais que representan a alguna generación divina... aunque no soy capaz de sentir su presencia.

Toyo: ... Temo que desconozco de lo que hablan, mi sensei que en paz descanse, jamás menciono algo como lo que relatan.

Misao: ¿Entonces dices que no es en este templo?

Toyo: Temo que no...

Misao: Ouh u.u

Kerberos: ¿Estas seguro?- dijo desconfiando.

Toyo: Posiblemente haya habido alguna equivocación, sin embargo, en el otro extremo de este valle, custodiando la aldea más próxima, existe otro lugar como este resguardado por un anciano, posiblemente el sería capaz de ayudarlos en lo que buscan.

Misao: Es una lastima, creo que no queda mas mas opción que intentarlo- dijo con cierto desanimo.

Toyo: Seguramente han tenido un viaje largo y este clima es inestable, por qué no pasan la noche aquí y son mis invitados.

Misao: ¿De verdad? ¿No seria una molestia? ^^

Toyo: Ninguna, además Kiwa y yo tenemos tiempo sin tener visitas.

Misao: ¿Qué dices, podemos quedarnos?

Kerberos: ... Esta bien- añadió al dar su visto bueno, pero no porque necesita descansar, sino porque intuía que aquel joven no estaba siendo del todo sincero.

 

La tarde pasó, y Misao como agradecida invitada que era se ofreció a ser la que preparó el almuerzo, ya que según ella le servía de practica para cuando debiese de cocinarle a su amado Aoshi-sama... Debía admitir que no tenía un buen sazón, pero la practica hace al maestro, por lo que debía confiar en ese proverbio.

No importaba que tan mala pudiesen estar los alimentos, Toyo pareció disfrutar mucho de la comida casera de la joven, al estar almorzando juntos, ya que la bestia alada no se encontraba presente, tal parece que aun intentaba percibir la esencia de lo que rastreaban.

Misao: ^^° oye, trata de masticar- dijo con discreción al ver como arrasaba por si solo con la comida.

Toyo: ... Lo siento n.n es que esto esta delicioso...- añadió al darse una pausa para dejar de comer y al finalizar nuevamente mover con agilidad los palillos.

Misao: ¿De verdad lo crees? Me alegra n.n

Toyo: ... además que tenia muchos años sin probar comida casera...

Misao: Pues que es lo que comes? O.o

Toyo: ... Lo que se puede, a veces paso días sin comer ^^...

Misao: Pobrecillo ^^- pensó- Me sorprende que un muchacho tan joven como tú tenga antas responsabilidades al custodiar este lugar tan retirado tú solo, no aparentas tener más edad que yo-  comentó al dar una probada a lo de su platillo.

Toyo: ... Lo que sucede es que desde hace algunos años, el monje anciano de este templo en aquel entonces me brindo asilo al haber quedado solo en el mundo- comenzó a explicar- Era muy joven, no recuerdo muchas cosas, pero recuerdo haber pertenecido a una familia de Médicos, como consecuencias de diferentes conflictos mi familia creo que murió...

Misao:  ¿Crees? ¿no estas seguro?

Toyo: En el momento en que todo eso ocurrió, había demasiada conmoción por las calles, la gente corría por todos lados y pese a buscar con desesperación a alguno de mis padres, o mis hermanos y hermanas, jamás los encontré, era pequeño y me vi solo por las calles por algunos días, recuerdo haber podido leer un articulo de un periódico que hablaba sobre ese incidente y claramente anunciaba que toda mi familia había muerto, era una pena pero el papel se encontraba roto y no pude finalizar de leer toda la información. Fue en ese entonces en el que un anciano monje decidió ayudarme, y me trajo aquí a vivir con él, me enseñó lo que sabía y me convertí en su discípulo, pero antes de que pudiese terminar con mis enseñanzas mi sensei murió por su avanzada edad, dejándome a mí como su heredero y protector de este sitio.

Misao: Entiendo, lo lamento- dijo-  No sé por que pero la situación me suena muy familiar a la de alguien...- pensó- ¿Y que me dices de Kiwa?

Toyo: Ella es mi fiel compañera, no permanece a mi lado por ninguna influencia de la flauta, simplemente porque somos buenos amigos- dijo al voltear y mirar al bello espécimen quien se encontraba echada en uno de los rincones del lugar durmiendo.

Misao: Creo que los humanos nacimos para tener a fieles amigos de esta clase de orígenes, yo también tengo al mío- musitó al instante en que la pequeña bola de pelos brincase hacia la cabeza de Misao y rebotase un par de veces en ella.

Toyo: Vaya, que criaturita tan mas simpática ^^- comentó al encontrarla graciosa.

Misao: La llame Yuka ^^ Tiene un nombre raro en cuanto a raza... pero ya lo olvide ^^ Yuka es más fácil.

Ambos jóvenes continuaron charlando amenamente por algún tiempo más, más específicamente hasta que la comida pudo aguantar ^^.

 

Cuando menos pensó, Misao se encontró sola en aquel templo... Toyo debía realizar algunas tareas antes de que el día terminase, seguramente debía tratarse de algunos rezos, oraciones, en los altares o algunos momentos de meditación. Kerberos no se había parado todo el día desde que salió de ahí, que manía de dejar a una señorita como ella sola...

Se dispuso a acomodar la pequeña habitación que tomaría por aquella noche,  alistando el futón que durante la tarde tuvo que sacudir para quitarle tanto polvo acumulado que tenía.

Cuando resintió el silencio de aquel lugar, que fue después de haber tomado un baño tibio, por lo que se decidió a buscar a los demás.

Sus pasos resonaban en cada tabique que su pie pisaba, aquel lugar le era desconocido y pese a la pequeñez se le dificultaba recordar qué pasillo llevaba a dónde.

después de algunos instantes, ella fue capaz de poder escuchar aquella melodía una vez más, la misma que escuchó aquel día que la salvaron de volverse comida de hadas malignas... Trató de guiarse a través de ella para encontrar a Toyo, pero la música parecía venir de todas direcciones ¿qué clase de juego pretendía?...

Cuando finalmente salió de la construcción, pudo divisar a Kiwa, aquella canina que se confundía fácilmente con la nieve a sus patas... Venía caminando tranquilamente hacia ella, Misao incluso se acuclilló para poder acariciarla cuando estuviese cerca, pero al hacer eso, simplemente fue un signo por el cual el canino aumentase su velocidad hacia dónde se encontraba y sorpresivamente lanzarse sobre ella como si se tratase de una bestia salvaje.

Misao, poseyendo grandes reflejos, fue lo suficientemente rápida para  rodar en el suelo y por mero instinto con agilidad introdujo sus manos entre sus ropas extrayendo sus kunais (dardos afilados), 5 en cada mano.

Al momento en que sintió como es que un tibio liquido resbalo por su mejilla, fue cuando nuevamente el animal se volvió hacia ella como siendo un perro salvaje, le pelaje de su lomo se erizaba y mostraba sus dientes afilados que intimidarían a cualquiera.

Misao: ¿Pero qué rayos es lo que esta sucediendo?- pensó al haber saltado nuevamente para esquivar las garras de el animal, conteniendo de utilizar sus armas contra este.

Se desorbitó un poco al no haber visto cuando fue que se movió aquel animal para encontrarse justo sobre su cabeza ahora. La cuadrúpeda cayó sobre la Oniwabanchu, tirandola al suelo y quedando sobre ella mientras gruñía ferozmente. Misao interpuso sus brazos sin dejar de sujetar sus dardos, intentando con fuerza quitárselo de encima, pero poseía demasiada fuerza! Con gran fuerza logró empujar con sus piernas al canino, y después de algunos giros sobre la nieve se encontró dispuesta a utilizar sus dardos al darse cuenta que sus brazos y muslos se encontraban con algunas heridas menores, Toyo debería de perdonarla!

Aquellas filosas agujas las lanzó contra la can, pero antes de que estas lograsen llegar si quiera a la mitad del camino, fueron  incineradas por una llamarada de fuego.

Misao se volvió rápidamente hacia de donde aquello provino y sus ojos no pudieron evitar mostrar su sorpresa al ver quién había evitado que su ataque concluyera: Kerberos, quién nuevamente se encontraba acumulando fuego en su boca y el blanco, era ella.....

 

 

-Fin del Capitulo 10-

 

Notas de Ulti_SG:

Bien eh aquí un capitulo más de este crossover n.n. ¿Que qué paso con Yue y Kaoru O.o? Ah bueno, verán, así es como trabajare hasta que los grupos vuelvan a unirse: primero un capitulo de el equipo Yue/Kaoru, después uno de este Kerberos/Misao, el siguiente será de Pelea/Yahiko/Sannosuke, y después un cap de Clow/Kenshin, para después volver nuevamente a continuar en lo que nos quedamos con Yue y Kaoru y así sucesivamente n.n ¿Que dónde va a entrar el equipo Aoshi/Espejo? ah pues así como le eh estado haciendo con el equipo de los 'malos', así manos lo haré, intercalados en algunos capítulos dependiendo de cuanta será su participación =p

Ahora, aclaraciones sobre los ***

DOXY*: (a veces llamada 'hada mordedora') son criaturas que a menudos son confundidas con un hada, pero ambas son especies muy distintas. Posee una diminuta forma humana, pero esta cubierto por un tupido pelaje negro, y tiene otro par de piernas y brazos. Sus alas son gruesas, convexas y brillantes, parecidas a las de un escarabajo. Muestran predilección por los climas fríos. Tienen 4 filas de dientes afilados y venenosos. En caso de mordedura es necesario tomar un antídoto.

CRUP*: Se parece mucho a un perro, salvo porque tiene una cola bifida.

 

Si sobresale alguna otra duda ya lo saben, mi correo esta abierto para ellas, así como para sugerencias, comentarios, etc. ulti_sg@hotmail.com

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