Capitulo23
Qué era aquella sensación que inundaba su juicio y no le permitía concentrarse en la situación que debería.
Desde que Serena tomó a Yakumo a su cuidado, él había optado mejor por no estar demasiado cerca de ella si es que la dañaba de tal forma para que no fuese capaz de verlo como antes... Se había acostumbrado a aquella mirada dulce y gentil que la humana siempre tenía para él, para con todos, pero le gustaba pensar de forma egoísta que era solo para él...
Había fallado, ciertamente no debería importar ya que esto jamás lo había visto como una obligación, sino como algo que deseaba hacer a libertad... Pero el fracaso había desencadenado sucesos que lastimaron a muchos de diferentes formas... jamás se había preocupado o sentido tal culpabilidad en su vida como en ese momento... No había sido una derrota cualquiera, sino una que alcanzo la integridad de la persona que más le importaba y que consideraba ser a la única que no debía decepcionar jamás...
¿Qué es lo que debía hacer ahora?... Los guardianes parecieran haberles dado la espalda al Yakumo perder lo que le cedieron. Sería esto un castigo... o probablemente las habilidades de la humana era el único contacto que ellos tenían en Enterra. Fuese cual fuese la razón, la realidad es que se encontraban solos... Aunque el sentimiento del abandono no era nuevo para el saiyajin, en aquel momento resentía la ausencia de Yakumo, a quien había aprendido a apreciar a que permaneciese a su lado desde que había llegado a este mundo. Durante todo ese tiempo, aunque no se diese cuenta, cada vez en la que resentía la soledad, tendía a buscarla a ella, y solo su sonrisa bastaba para comprobar que no estaría jamás solo de nuevo mientras ella estuviese a su lado. Sentía la necesidad de estar con ella, estrecharla en sus brazos, pero no como la ultima vez, en la que ella lo tomó con hostilidad y él solo lo hizo para escapar de aquel momento en la que vio su temor por él y todo lo que le rodeaba en su mirada celeste.
Levantó su mirada solo para divisar a algunos sirois que parecían estar inspeccionando la zona. Eran veloces pero no podían esconderse a sus sentidos. La presencia de aquellas catorce criaturas ya no le desagradaban... En un principio se había mostrado muy hostil ante ellos, pero conforme las horas hubiesen pasado y descendido con el mismo sol, logró recapacitar lo sucedido con la cabeza fría, y se daba cuenta que no debía culparlos del todo... Además, parecían tener buenas intenciones al permanecer en la cercanía de ellos, más bien, parecían tener mucha más simpatía por Serena, quien igualmente se había mostrado tan cortés con ellos... Por lo menos, podía sentirse tranquilos al saber que no eran enemigos, solo guerreros desamparados de algun 'señor'... Aunque intuía que pronto encontrarían una nueva razón para luchar y sobrevivir, aparte de la venganza claro.
- Si piensas tanto, se te cocinara el cerebro- comentó una voz femenina quien lo devolvió de la nubosidad de sus pensamientos.
Serena Tsukino rápidamente tomó asiento al lado del saiyajin, al creer que necesitaba cierta compañía, como muchos de los otros que se encontraban refugiados en aquel bosque que se encontraba al pie del Monte Shinzo.
Cort: ¿Cómo esta?- preguntó antes que cualquier cosa.
Serena: Esta descansando, no te preocupes- respondió- Son demasiadas las emociones que la están golpeando ahora, pero ya veras que se recuperara, solo necesita... desahogarse, y algun tiempo a solas.
Cort: Esta devastada... Comprendo que no quiera verme después de que soy yo una de las razones por las cuales esta así... Le falle...
Serena: No digas eso. Suficiente auto culpabilidad hay en este lugar.... Tú te culpas, yo me culpo, ellos se culpan... Pero si me lo preguntas, los únicos responsables de todo este mal son esos 'Cardians', quienes han jugado con la vida de muchos al mismo nivel que esos Guardianes que me desagradan tanto...- comentó.
Cort: ... Pero pudo haberse detenido... Pude haber evitado que Yakumo fuese privada del poder que poseía, el que lograsen tomar posesión de el cristal que has protegido tanto para que terminase en las manos equivocadas...
Serena: Debo admitir, que yo misma me siento derrotada al haber perdido el Cristal de Plata... Pero, si ciertamente me siento agradecida que solo tomaron partes insignificantes de nosotros comparadas con nuestras vidas... El Cristal de Plata siempre ah sido un precio que eh estado dispuesta a pagar si con ello significa preservar la vida de mis amigos- explicó tratando de sonreír ante su forma de ver la situación.
Cort: ... Veo que no solo pueden salir comentarios sin sentidos de tu boca Bombón...
Serena: Tomare eso como un cumplido- dijo sin enfadarse.
Cort: Puedes llegar a pensar como una sabia líder, lo demostraste al haber tomado decisiones cuando nadie más se encontraba en condiciones físicas y mentales para hacerlo... No lo has hecho nada mal... Y agradezco que estés aquí.
Serena: Siempre trato de hacer mi mejor esfuerzo cuando se necesita ^//^- dijo sonrojada por los cumplidos.
Cort: Tal vez, ellos también se dieron cuenta de lo mismo, y eso explicaría el por qué esos lobos te han tomado mucho aprecio...- comentó.
Serena: No creo... Eh tenido oportunidad de hablar con el que parece el líder, Eizan, me ha hablado mucho sobre la historia de los de su raza y el papel que tuvieron en la guerra de hace cinco siglos contra los Cardians... Es un tanto interesante, lucharon todas las fuerzas de la Tierra, Caballeros con sagradas Armaduras, Dioses... Sailors como yo- añadió al aun costarle creer lo que escucho.
Cort: ... Bueno, tiene coherencia. Este planeta sigue siendo el Planeta Tierra, por supuesto más apegado a la Tierra de tú mundo, no se puede descartar que en algun momento en la historia pudiera haber chicas en minifalda luchando por su protección- dijo sarcástico.
Serena: Aunque lo digas de esa manera tan burlona, te doy la razón. Y así es, Eizan me lo contó, el como es que sailors como yo ayudaron en la guerra y que igualmente existía una Princesa de la Luna como yo, claro que ellos la llamaban "La Dama de la Luna", un tanto extraño si me preguntas...
Cort: Creo que te has interesado demasiado en esa historia...
Serena: Solo creo que lo mejor es saber todo lo necesario para cuando la verdadera lucha comience- dijo con seriedad.
Cort: ... ¿Verdadera lucha?...
Serena: Sí, tú sabes, al Cardian al cual entre los tres- refiriéndose al saiyajin, a ella misma y a Yakumo- y ellos- hablando de los sirois- regresamos a este mundo... Es nuestra obligación. Sin mencionar que, si él tiene mi Cristal, lo ultimo que quisiera es que lo usase para sus fines atroces...
Cort: Los cuales aun desconocemos...- agregó seriamente.
Serena: Tengo entendido que desapareció su presencia... Pero te aseguro, tarde o temprano resurgirá de dónde quiera que este.
Cort: Eso es lo que estoy esperando- murmuró con cierto resentimiento.
Serena: No solo tú, créeme... Pero aun así, no debes confiarte por mucho el que tu poder sea... Y cómo es eso que tu cabello se vuelve rubio?- preguntó incrédula.
Cort: ... Te lo dijo Yakumo ¿cierto?...
Serena: Hablamos un poco antes de que pudiese conciliar el sueño...
Cort: ¿Qué es lo que dijo sobre mi?...
Serena: ... después de que se calmara un poco... Estaba molesta consigo misma por haberse permitido el que la vieras en ese estado...- respondió.
Cort: Solo dijo lo que en verdad quiso decir... Algo que no muy comúnmente tiene la oportunidad de hacer... porque sabe que lastimaría a muchos...
Serena: Ambos necesitan tiempo para pensar- agregó la sailor al tocar su hombro- No sé si lo has notado, pero su presencia disminuyó tanto... Es casi igual a la mía y desde que soy capaz de tener tal percepción, el ki de Yakumo siempre fue mucho mas amplio que el mío y ahora... no hay mucha diferencia.
Cort: ... Es porque perdió el poder que los Guardianes le cedieron en su niñez... Ahora no hay nada especial que la separa de las chicas normales como tú, se ah convertido en una de ellas...
Serena: Bueno... eso, podría presentar una gran oportunidad para ella no lo crees?- preguntó- ... Si eran por esos poderes por lo que debía llevar esta clase de vida, eso quiere decir que ya no esta obligada a involucrarse en nada referente a esto... Podría llevar la vida que tanto ah deseado ¿no te parece?- preguntó.
Cort: Sí... es lo mismo que eh estado pensando desde hace algun momento... Y veo tu punto. Y tal vez tengas razón... Pero, si esos Cardians aun son una amenaza, tal vez no haya mundo en el cual ella podrá tener esa vida que merece...
Serena: ... Podemos tomar eso como nuestra verdadera misión al encontrarnos en este mundo ajeno- dijo- Lograr que sea lo suficientemente estable para que ella pueda iniciar la vida de chica normal con la cual ah soñado tanto, ¿que te parece? Sé que suena cursi pero ^//^...
El saiyajin sonrió levemente- Me parece una buena idea..- comento ante la incredulidad de la sailor- ... Sería como un regalo...
Serena: Precisamente...- sonrió ampliamente al ver que había logrado que compartieran aquella idea, SU idea- Un regalo final para ella...
Era notorio el aire de impaciencia alrededor del circulo que formaban los sobrevivientes de aquel antiguo Imperio. Se sentían desprotegidos pese a los bravos guerreros que pudiesen ser. Una larga era termino para ellos, su sociedad, gobierno, todo su estilo de vivir se había derrumbado frente a sus ojos, y sin la orientación adecuada el futuro de ellos no parecía estar muy claro. Habían optado por permanecer en aquel lugar, era el ideal, tomando en cuenta que no había rastro de otros humanos mas que aquellos tres quienes les habían mostrado cierta hospitalidad. Aun veían a Eizan, al ser con el grado más alto de los sobrevivientes, como su líder, a quien debían seguir, pero el siroi parecía no compartir la idea.
Se encontraban todos juntos en alguna parte de aquel bosque, recuperándose de sus heridas solo con la ayuda de su fuerte metabolismo al carecer ahora de su antiguo método de curación. Algunos miraban el cielo nocturno esperanzados de divisar el astro lunar, pero aquella noche ella también los había abandonado.
- ¿Qué es lo que haremos ahora General?- se atrevió a preguntarle uno de los soldados, sacándolo de su meditación mientras observaba el fuego alrededor del cual habían comido y descansado.
Eizan se volvió y miró al sujeto, en su mirada pudo ver, al igual que en la de los demás, cómo es que esperaban que él los dirigiese y guiara hacia el siguiente paso... Pero él se sentía tan perdido como ellos...
Eizan: Podrían empezar por dejar de llamarme 'General'- habló el siroi con solemnidad- Ahora, yo no soy tan diferente como ustedes... Solo somos soldados sin dueño.
- No diga eso General, aun sin Imperio usted sigue siendo el mas sobresaliente de todos los presentes, es natural que deba tomar el liderazgo- muchos de los soldados mostraron estar de acuerdo.
Eizan: Y qué tal si les dijera que no me interesa...- murmuró- ... Tomar el liderato ¿para qué?...
- Para continuar el legado de nuestra raza- respondió otro- Todos murieron luchando contra ese mal que despertó, no podemos permitir que la basura Cardian siga existiendo y se reproduzca por el universo!- dijo al saber ya todos lo que en verdad paso.
Eizan: Entonces lo que quieren es que los dirija hacia la muerte? es eso?- preguntó con cierto despecho.
- No señor, sino a la victoria, a lograr lo que por muchos siglos hemos soñado! Justo como la ultima vez, en la guerra.
Eizan: Entonces yo solo era un soldado... Y aunque haya posibilidades de que esto se vuelva a desatar, temo decirles que no será como hace 500 años, porque esta vez estamos solos...- añadió al ponerse de pie para ser capaz de escucharse claro ante todos ellos- Ya no existen los caballeros del Santuario, ni Athena, ni los Guardianes Celestiales... Y aunque estuvieran aquí no mereceríamos de ninguna de su ayuda después de lo que hemos hecho!
- Fue una trampa...
Eizan: Una en la que estúpidamente caímos. Es demasiado riesgoso el brindar completa confianza a solo un individuo, y que este estuviese a cargo de nuestras vidas mismas... Ese fue el error de nuestro Imperio desde un inicio... y ahora lo pagamos caro, con la vergüenza y la traición...
- ¿Qué sugieres entonces, qué nos sentemos aquí a esperar la muerte a manos de los Cardians? Porque definitivamente ellos volverán, una vez que ah quedado libre uno, el resto solo es cuestión de tiempo...- añadió uno de ellos con cierto desespero, logrando que la atmósfera se tensara entre ellos.
Eizan: Yo ya no son nadie para decirles qué es lo que deben hacer...
- Si sobrevivimos fue por una razón, y una de ellas es para evitar que nuestra raza desaparezca tal y como sucedió hace siglos- habló una hembra. Su apariencia no era tan diferente a la de un macho de los de su raza, pero poseía facciones un tanto estéticas y delineadas- No me importa que nuestro Imperio haya sido el causante de la liberación de ese Cardian, no toda la culpa debe expandirse en cada miembro del clan como si fuese una peste... Nosotros no hicimos nada, y si lo hicimos ya lo hemos pagado al encontrarse nuestra especie en esta crisis...
- Hembras... - murmuró uno con tono de fastidio ante las palabras de la siroi- Aunque traten de actuar duramente, el temor es notorio en la mirada de cada una... Acaso sugieres que le demos la espalda a todo esto, a lo que hemos deseado durante años, el vengar nuestro planeta y civilización destruidos?!
- Sí! - exclamó- Ya basta de continuar vivir por cuestiones del pasado... Nos han obligado a vivir por 500 años gracias a la magia solo esperanzados de la venganza que jamás llegara por lo que podemos ver!- agregó la hembra con furia- Como soldados, nuestra opinión no contó para nada, nuestros 'dos grandes lideres' tomaban todas las decisiones que creían convenientes para llevar a cabo sus absurdas ideas - dijo con sarcasmo- Y ahora que esa calamidad a terminado, tomare la palabra de Eizan, ahora ya no tenemos 'dueño', el Imperio se acabo, y por lo tanto, tenemos la oportunidad de recomenzar de nuevo, justo de la manera en la que solía ser la vida en nuestro planeta... antes de que lo invadieran los Cardians...- murmuró nostálgica.
- No suena tan mala idea...- agregó uno que había permanecido en silencio todo el tiempo.
- ... Ya no puedo recordar bien cómo era esa vida... fue hace tanto tiempo ya...- comentó nostálgico uno que miró hacia el suelo.
- Eso es absurdo, somos guerreros, no granjeros o criadores!
- Lo fuimos alguna vez! Esas fueron las bases de nuestra civilización antes de la guerra... Creo que podríamos darnos esa oportunidad, los nuestros han estado cegados por la venganza, que nos estancamos en un punto del pasado del cual no queremos avanzar- añadió la hembra nuevamente- Y aun en este... terrible suceso para los de nuestro clan, se deben de tomar las mejores decisiones... Y no creo que el encaminarnos a la muerte sea la mejor de las ideas en este momento...- añadió al mirar desafiante al antiguo general. Los demás esperaron a qué el hablase puesto a que no había dado su opinión, la cual aun era importante de escuchar para ellos pese a que expresasen tales deseos de independencia.
- Señor...- intentó persuadirlo uno de que dijese algo, cualquier cosa.
Eizan: ... Yo sí recuerdo nuestra antigua vida- murmuró el siroi con cierta nostalgia- Esa, en la que solo éramos cazadores, comerciantes, agricultores... padres... En estos últimos quinientos años, jamás me había detenido un momento a recordar esa forma de vivir que nos fue arrebatada, por lo cual tuvimos que optar por la que nuestra sangre guerrera traía consigo... Guerreros que fuimos acogidos por los humanos... y que esperábamos lograr continuar esa vida en este lugar... Pero los Cardians nos privaron de esa oportunidad nuevamente, así como de todos los buenos amigos que hicimos aquí... Y ahora, nos privaron de nuestro orgullo, nuestra dignidad al trabajar para ellos, nos han llevado casi a la extinción... !!No Más!!- exclamó de pronto- Dos veces esos desgraciados nos han arrebatado oportunidades para lograr avanzar, no pienso permitir que una tercera suceda! No saben cuanto me gustaría el poder librarme de estos atuendos- dijo al palpar el peto de la armadura- Al igual que tú Kara- mirando a la hembra- yo desearía poder sentirme desencadenado de las ataduras que el Imperio nos impuso... Comparto tu visión, créeme... Pero aun no podemos sentirnos liberados... Aun no es tiempo...
Kara: ¿Por qué consideras que no es tiempo?- preguntó- Quinientos años en ese agujero no se te hacen suficientes?
Eizan: Siempre, para poder iniciar una nueva vida, se debe de destruir la anterior... Eso nos han demostrado los Cardians hasta ahora. Nosotros no podemos avanzar sin haberle dado solución a todo esto que hemos causado, al intervenir ,ya sea directa o indirectamente, en los planes de los Celestiales no nos hace merecedores para ello... Yo no me sentiría liberado sabiendo que somos culpables de tal osadía... ¿y tú?- preguntó a la hembra, que no respondió, abriendo la pregunta a todos pero ninguno respondió- No puedo obligarlos a nada, ya no soy un general, ni me interesa el que me sigan... Pero piensen, cómo seríamos capaces de comenzar de nuevo en este planeta que pronto los Cardians van a tomar...
- ... Eso, si lo permitimos...- dijo uno comenzando a mostrar disposición.
- No tenemos la capacidad de ir a otros planetas... Hemos estado varados por siglos aquí, y la verdad llegue a creer que moriría en este planeta...
- El General tiene razón, si los Cardians reaparecen, este planeta quedara devastado y nosotros con ellos...
- Eso quiere decir que de una forma u otra debemos pelear... y tal vez moriremos en ese intento... Tal vez todo el Imperio hubiese tenido oportunidad... pero ahora solo somos catorce...
Eizan: ... El futuro siempre será incierto... Pero si de verdad desean tener esa oportunidad de reestablecer nuestra civilización, hay una ultima cosa que debemos hacer como los guerreros Sirois que somos, luchar y frenar lo que hemos desatado... No sé ustedes, pero yo eh encontrado una razón aun más fuerte para querer dar aun la cara por los nuestros... Una persona...
Kara: La chiquilla ¿cierto?- preguntó, recibiendo una respuesta afirmativa- Eizan, 'ella' ya esta muerta, no regreso en esa mocosa... Murió, al igual que todos los demás...
Eizan: Sé que no es ella Kara... Pero representa para otros lo que alguna vez representó 'ella' para nosotros... Cada vez que la veo la recuerdo, es la misma sensación de su aura que logre que me sienta tranquilo y capaz de encontrar alivio en la situación más desesperada...
Kara: Recuerdo eso perfectamente... Embobaba a todos, pero debo admitir que fue un placer pelear a su lado... Pero la chiquilla que esta aquí no es la misma mujer por la cual peleamos alguna vez...
Eizan: ... No espero que pienses como yo- agregó al entrar ambos en un debate privado- Pero el cristal que le fue arrebatado es la peor amenaza con la que pudimos equipar a un Cardian... Aun olvidas lo que ese cristal representa, su importancia en la historia?...
Kara: No, no lo olvido... Usando ese cristal es por lo que ella murió al aprisionar a los Cardians.
Eizan: Es más que eso, es como si fuera la llave de la cerradura de esos infelices... Es nuestra culpa que lo tenga Gundrad. Si los Cardians son liberados por el mismo artefacto que los selló, el sacrificio de 'ella' no habrá significado nada... Nada! Y no pienso permitirlo! Si el ayudar a esa niña a recuperar lo que es suyo, y lo que jamás debimos haber traído aquí, es la forma en la que puedo enmendarme estoy dispuesto a luchar...
Kara: ... No creo que sea solo por eso...
Eizan: Escucha Kara, escuchen todos, pueden hacer lo que les plazca, pero tomen en cuenta lo que hemos hablado... No pienso obligar a nadie a seguirme, pero me satisface el tener más de una razón para arriesgarme, a ser simplemente por egoísmo o conveniencia personal...- finalizó al salir de aquel circulo- Y si aun quieren buscar a un líder, Kara sería la mejor opción si me lo preguntan- añadió antes de desaparecer en las sombras de los árboles.
El silencio sacudió al grupo, pero al sonido de una chispa saltando de las brazas llevó a Kara a volverse a los demás. Había mucho de lo cual se debía hablar...
Serena: ¿Cómo sigues?- preguntó al robot al estar a su lado y observar cómo es que parecía estar reparándose, le resultaba muy extraño el ver las extensiones extras que Hakuba escondía en su coraza.
Hakuba: No puedo quejarme... Estaré a un 90% de mis funciones en un par de horas más- respondió.
Serena: Lamento que esto te hubiese ocurrido...
Hakuba: Descuida, es parte de este trabajo. Soy un protector, no un guerrero, hice lo que debía hacer... No muy buen trabajo pero hice lo que pude- respondió con tranquilidad.
Serena: Creo que la intención es suficiente para mí, gracias, y me alegra que hayas logrado mantenerte en una sola pieza- añadió al dar una palmada en la coraza del robot.
Hakuba: Me alegra escuchar eso, como haberme agradado el oír la explicación de todo lo ocurrido, te agradezco que me mantengas al tanto.
Serena: No hay de que... parece que soy la única con la mente lo suficientemente fría como para preocuparse por los demás.
Hakuba: Tan mal esta la situación?
Serena: Digamos que... muchos necesitan un tiempo para pensar. Y Me alegra que esa 'cosa' nos lo este proporcionando.
Hakuba: Lo ocurrido es muy grave y delicado... Pero me preocupa más Yakumo ahora, y esa separación tan drástica del poder que habitaba dentro de su cuerpo... Temo que podrían presentarse complicaciones...
Serena: No digas eso! No debemos ser tan pesimistas!- añadió un tanto preocupada ante lo que el robot comento- No creo que eso pueda dañarla, más bien, ahora es libre de esa vida nefasta que esos 'poderes' le han dado.
Hakuba: ¿Qué opina ella al respecto?- preguntó.
Serena: ... No lo sé- respondió- Aunque haya hablado con ella, se resistió a tocar el tema... Esta confundida, también lo estaría yo después de tales calamidades, no sabes por todo lo que paso.
Hakuba: Esto se ah salido del control, el plan de los guardianes ah perdido la balanza... Eso no traerá nada bueno.
Serena: De esos ni me hables!- dijo con enfado- Con 'amigos' así, quién necesita enemigos en todo caso. Si por mi fuera, al final de todo esto me llevaría a Yakumo conmigo, lejos de esos miserable!
Hakuba: No es para que te exaltes, y cuida lo que dices, son seres divinos a quienes no se debe contradecir...
Serena: La impresión que tengo de ellos esta muy lejos de la de ser divinidades que están de nuestro lado...- dictamino al cruzarse de brazos.
Hakuba: Bien, esa es tu decisión... si me disculpas, ahora debo reiniciar algunos sistemas y verificar que funcionen bien, debo desconectarme un momento si no te importa...
Serena no objetó. Solo suspiro cuando se hubiese encontrado sola sentada sobre el húmedo césped y miró el cielo, como si intentase obtener respuestas o direcciones hacia dónde debía de girar sus acciones.
Eizan: ... así es como 'ella' solía sentirse hacia los Guardianes Celestiales, estaba en desacuerdo con la metodología que utilizaban, pero aun así, ella siempre fue su mejor aliada- agregó el siroi al no haber resistido el recalcar el parecido que encontró con la Princesa de la Luna de su mundo en Serena misma.
Serena: Eizan, qué haces aquí, creí que preferirías estar con tus compañero- preguntó al volvérsele y no sentir ninguna clase de rechazo por el que estuviese tan cerca. después de todo, es con él precisamente con quien había hablado más desde que estaban refugiados en aquel sitio, había comenzado a agradarle puesto a que era un ser muy sabio y conocedor de la historia que envolvía los enigmas de este planeta.
Eizan: Tenían mucho que discutir, algo que debían hacer por si solos- respondió permaneciendo respetablemente de pie.
Serena: Si discutían algo, no deberías estar ahí también... Creí que serías su líder desde ahora- preguntó con extrañeza.
Eizan: No me interesa serlo...
Serena: ... ¿Entonces, qué piensas hacer?
Eizan: ... Quiero ayudarte- dijo, recibiendo un mirada que dejaba ver la sorpresa de la sailor- Ayudar en lo que sea con tal de reparar el daño que hemos causado a este planeta por cuya protección muchos murieron en el pasado... No pienso darle la espalda a lo que hicimos, y aunque tenga que dar la cara por todos los de mi clan, estaré satisfecho sabiendo que luchare por tratar de resolver mis errores cometidos.
Serena: No puedo oponerme a eso ya que suena ser lo más correcto y noble...- comentó ante sus palabras.
Eizan: Debo reparar mis errores, y uno de ellos es el devolverte lo que yo mismo te quite, el cristal- murmuró recordando que había sido su mano la única que pudo sujetar el cristal de plata para poder extraerlo.
Serena: ... Me dijiste que nadie había sido capaz de acercársele lo suficiente para tomarlo- dijo al palpar su pecho, justo en la zona en dónde comúnmente el cristal recaía en su transformación- El Cristal... en ocasiones eh llegado a pensar que posee conciencia propia, eso explicaría muchas veces como es que cuando yo me encuentro inconsciente y alguien intenta quitármelo, el cristal suele reaccionar violentamente... Pero en cambio, se deja tocar por otras manos que considere y lo mantendrán a salvo...
Eizan: Tal parece que se equivoco conmigo. En vez de mantenerlo a salvo se lo entregue a quienes lo codiciaban...- habló con desgano al haber admitido su error- Le falle a la memoria de la Dama de la Luna al ser el iniciador de la profanación de la tumba que ella selló con su vida para librar a este y todo el universo a los Cardians... La única manera de enmendarme sería el luchar a tu lado, al luchar por ti...- dijo al momento de inclinarse hasta lograr que una de sus rodilla tocase el suelo, como si se tratase de una reverencia- Permíteme estar a tu lado a partir de este momento. Servirte lealmente...
Serena: ... Eizan yo...- intentó persuadirlo.
Eizan: Por favor. Es lo menos que debo hacer...- intervino. La sailor lo observó en silencio, notando la determinación que había en la mirada de aquel guerrero, cómo decirle que no... Pero Sailor Moon no era de quienes se aprovechaban de las buenas intenciones de los demás de esa manera.
Serena: ... Tanto te la recuerdo Eizan?...- preguntó sonriendo levemente.
Eizan: Ciertamente... al verte, es como si la viese a ella nuevamente... Por supuesto que no es solo por ello que siento el que debo estar a tu lado, sino también porque sé que es lo correcto...
Serena: ... No puedo aceptar tu ofrecimiento- dijo con seriedad- No deseo que estés a mi lado como si fueses mi sirviente- dictaminó con firmeza en su mirada- ...Pero si me agradaría que estuvieses a mi lado como mi aliado y mi amigo- añadió al suavizarse su mirada en una dulce y cálida- Solo así podría aceptarte- dijo al sonreír.
Eizan sonrió levemente ante sus palabras, sin duda alguna, no podía evitar mirarla y sobreponer por unos instantes a los de la mujer de cabellos dorados que había tenido el privilegio de conocer y proteger...
Eizan: ... Si lo pones de esa manera, acepto tus condiciones- agregó al ponerse de pie.
Serena: así esta mucho mejor. Si vamos a estar en estos juntos, debe de haber igualdad entre nosotros. Es un placer contar con tu ayuda y tu confianza Eizan.
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Los Cuerpos sin vida de los dos guerreros alados, cayeron sin vida de los cielos mientras que plumas oscuras que se desprendieron de sus alas ante los ataques continuos que recibieron , simulaba una lluvia de ellas. Siendo sus propias armas las que habían atravesados sus pechos, al no lograr contener más un soplo de vida, volvieron a su forma de cuervos cualesquiera. La sacerdotisa se mantuvo con un semblante indiferente aun en medio de aquellas plumas que caían sobre su cabeza , sin haber apartado su vista de aquella 'visita' que había llegado hasta la santidad de su templo.
A aquella persona ya la conocía... Habían pasado 500 años y aun su identidad de encontraba fresca en su memoria. Cómo no hacer, si había sido una de las peores amenazas en la antigua guerra.
- Ha pasado mucho tiempo...- habló aquel hombre de cabello rojo como la sangre, que envolvía su cuerpo en una capa- ... Demasiado... ¿Acaso no me darás una bienvenida que en verdad merezca?- agregó sarcástico al acercarse a la mujer, tan cerca, que con su mano fue capaz de retener su mentón y que ella no realizase ningún movimiento de rechazo, simplemente mirándolo de un modo ausente- Sigues igual de bella... Sailor Saturn- murmuró al haber pasado su mano por el rostro de la sacerdotisa y que por unos instantes hubiese jugado con su suave cabello- Sagame... ¿acaso no piensas decirme nada?...
La mujer no respondió de ninguna forma.
- Veo que aun hay resentimientos después de tantos siglos... Vamos, era para que lo olvidaras- dijo al volver a acariciar su rostro, pero esta vez, la mujer retuvo su mano.
Sagame: ... Aunque rece día y noche durante estos años el que jamás volviese a tener que verte... sabía en mi corazón que este momento debía ocurrir tarde o temprano... El pasado no puede solo retenerse... debe destruirse... Pero lamentablemente, aun con nuestra sangre y sacrifico de muchos solo logramos aplazar lo inevitable- habló con serenidad- Gundrad... - pronuncio su nombre con cierta repugnancia en su tono.
Gundrad: Me alegra que no me hubieses olvidado...
Sagame: ... Como ya te dije.... sabía que esto tenía que pasar... Los errores del pasado cuando no son atendidos debidamente a su tiempo, regresan de una forma u otra... Y tu eres mi error... el error por el cual aun estoy aquí...
Gundrad: Ambos hemos tenido cinco siglos para repasar una y otra vez nuestras remembranzas...- nuevamente logro acariciar el rostro de la mujer, pero esta vez Sagame mostró cierto placer por aquella caricia- ... Dime, ¿te arrepientes de haberme perdonado la vida?...
Sagame: ... Cada día, o cada vez que tu imagen emergía de entre los recuerdos- murmuró- Creí haber visto algo en ti que merecía ser salvado... Pero me equivoque, y mi error llevo a quien protegía a morir por lo mismo...
Gundrad: Mi bella Sailor Saturn, aun estas a tiempo... Sabes perfectamente que no puedes vencerme ahora, no después de resurgir con este renovado poder...
Sagame: Me di cuenta de mi posición desde que lograste entrar a este lugar...
Gundrad: Y por eso no pusiste resistencia... Me agrada ver que sigues poseyendo la prudencia en tus actos y forma de pensar...
Sagame: ... Hace 500 años me pediste lo mismo... que fuese tu aliada... Decline tu invitación, qué te hace pensar que ahora será diferente- preguntó mirándolo con tristeza después de haber intuido lo que venía.
Gundrad: ... No lo creí por ningún momento... Pero no perdía nada intentándolo... es una lastima.
Sagame: Sabía que debías ser tu quien vaya a terminar mi estancia en este mundo- dijo con cierto aire de tranquilidad- Nadie más... después de todo, esto debía pasar tarde o temprano...
Gundrad: Por los viejos tiempos mi sailor guerrera...- murmuró el cardian al haber colocado sus dos manos sobre las majilla de la mujer, quien cerró sus ojos por unos instante y sonrió débilmente, diciendo- ... Me alegra que vaya a ser un cardian el que vaya a darme la mejor herramienta para luchar nuevamente... Me alegra que vayas a ser tú, Gundrad, el que vayas a liberar mi espiri....- sus labios no pudieron terminar de hablar. Solo bastó con un brusco y bien realizado movimiento sobre el eje del cuello de la mujer, para que Gundrad hubiese podido privarla sin algun dolor de la vida que su cuerpo mantenía por fuerzas superiores.
El Cardian no permitió que el cuerpo de la mujer se colapsase hacia el suelo y que se ensuciase con la sangre de las aves guerreras que rociaba el césped a sus pies. La sujetó con delicadeza, casi hasta con dulzura, tomando unos instantes para admirar aquel bello y terso rostro por el cual alguna vez despertó una atracción y un sentimiento desconocido para cualquiera de su especie... Se conocieron como enemigos en los campos de batalla. El enfrentar a la sailor de la destrucción logró convertirse en su interés, y ante sus enfrentamientos continuos e inconclusos, el tener cualquier pretexto para encontrarse se volvió una obsesión. Los recuerdos de ese pasado pasaron rápidamente en su retorcida mente. No deseaba el saber que el cuerpo de tan valiosa guerrera estuviera destinado a ser devorado por los gusanos y demás bacterias... no sería digno, por lo que en un ultimo detalle para ella, merecedora de su admiración, con su energía logró envolver aquel cuerpo sin vida que comenzó a consumirse en una especie de aura, volviéndose transparente cada célula, cada cabello, desintegrándose como si fuese un delicado polen de alguna flor que fue arrastrado por el gentil viento que soplo en ese instante.
El Cardian permaneció inmóvil por unos momentos, como si entregase en su silencio un ultimo adiós hacia aquella humana que se había atrevido a causarle irreparables males en el pasado... Claro, como si el amor pudiese ser considerado como un mal irreparable... Pero para un cardian, no había peor humillación...
Observó aquel sitio, al cual había llegado después de haber erradicado a tal basura de aquel planeta como los Sirois. Aquel pequeño ejercicio le permitió refirmar sus nuevas aptitudes como guerrero cardian, pero necesitaba tiempo para conocer sus limitaciones (si las poseía claro) no era de quienes les agradaba correr riesgos, y mucho menos tener en sus manos 'una espada de doble filo' que pueda poner su vida en peligro... No la había recuperado para perderla por falta de conocimientos...
Buscaba respuestas y por ello mismo había accedido a dirigirse a dónde las encontraría. Consultar a la fuente de conocimiento más completa en este planeta, y con la cual debía arreglarse para poder liberar a los de su raza: El Gaia.
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El saiyajin se desplazó lentamente por aquel estrecho túnel de roca a los pies de la gran montaña que los refugiaba. Se había alarmado al no haber localizado a Yakumo en la casa cápsula donde se suponía debía estar y de la cual no había querido salir.
Se tranquilizó cuando hubiese sentido su presencia, un tanto débil y ausente, pero aun conservaba la misma esencia de excesiva bondad y tranquilidad que le alegraba tanto el de percibir...
Llegó hasta aquel lugar en el cual había un acceso directo al Gaia de este planeta, pero todo se había vuelto un tanto diferente... Recordaba que solo se trataba de una cueva con paredes abstractas de piedra caliza, pero ahora, era un paisaje diferente con el que contaba. Todo alrededor de aquella fuente de energía se había llenado de vida, una que no poseía antes pero que indicaba el restablecimiento del Gaia ante lo saludable que se veía aquel entorno: el suelo se había llenado de blando follaje, así como la mitad de las paredes se había forrado de la misma textura. En el techo había unas cuentas ramificaciones que colgaban, del suelo emergieron algunos fornidos árboles, el aire era limpio y fresco aun al encontrarse en un lugar cerrado como aquel, variedades de flores adornaban el suelo, y lograban una gran cama alrededor de la misma fuente que conducía la energía del Gaia. Todo lo había dotado de nueva vida, era una buena señal.
Aunque cualquiera se hubiese sentido maravillado al ver aquel bello lugar, al saiya simplemente compartió la misma perspectiva cuando vio a la humana dentro de aquel tan perfecto cuadro.
Yakumo parecía vacía de aquella vitalidad que siempre había mostrado, tanto en su semblante como en su forma alegre de ser o actuar ante los demás, pero aquella vez no sentía ni las fuerzas como para poder sonreír y fingir que estaba bien, puesto a que no lo estaba...
Sostenía tristemente una flor en particular, la misma que había renacido en Enterra con la rehabilitación del Gaia. El tan solo admirarla lograba reconfortarla de cierta forma.. Como si un mensaje pudiese leer en sus pétalos, comenzaba a ver aquella flor de pétalos de plata como un símbolo de esperanza, ya que no importaba que tan difícil pudiese ser la decisión a su alrededor, mientras flores como aquella florecieran significaría que aun había oportunidad de vida...
Se sentía un tanto avergonzada por cómo había actuado, pero la desesperación y la confusión juntas pueden lograr malas jugadas en el juicio... Pero no podía negar que su corazón hubiese sentido un gran libertad, pero a la vez un terrible resentimiento. Pero ahora más tranquila, teniendo tiempo para pensar bien lo que estaba sucediendo, comenzaba a descubrir algunas cosas de ella misma... Como si estuviese a un paso de conocer un aspecto de ella que jamás detecto se encontrase ahí. La carencia de los poderes que los guardianes le otorgaron desde su niñez, ha sido la pauta para que algo dentro de ella comenzase a tener la necesidad de emerger...
Aunque sus poderes hubiesen disminuido, algunas habilidades que había adoptado durante su 'entrenamiento' no habían desaparecido, por lo que fue capaz de percibir a su acompañante, con el cual ella se sentía apenada después de estar conciente de todo lo que pudo haberle dicho... Cómo atreverse a hablarle después de su comportamiento... El que él no se acercase lograba que el distanciamiento que había ya entre ambos fuese aun más difícil de sobrepasar.
Sus mejillas se encontraban levemente coloradas al sentirse nerviosa por no saber qué es lo que debía hacer, y por lo avergonzada que pudiese sentirse... Pero deseaba tanto el poder escuchar su voz, o ella poder decir su nombre, hablarle...
Por qué no podía ser todo como antes de que aquel desastre ocurriese. En la memoria de ambos, en aquel momento, los últimos momentos que compartieron juntos en la playa pasaban en su memoria con mucha claridad y lograba en la humana el desear sentir aquellas emociones nuevamente por el solo hecho de estar a su lado... Deseo que pudiese ser todo como antes entre ellos...
Yakumo: ... Vas a quedarte ahí todo el día.. o pasaras- preguntó con cierta timidez.
El saiya no supo cómo tomar la indirecta, pero siguiendo sus instintos, escogió lo que más le convendría, lo que más deseaba hacer, acercarse, no importando si solo sería para escuchar recriminaciones nuevamente... Termino acercándose, conservando la distancia aun con ella quien parecía estar eludiendo el encontrarse con su mirada. Cort también perdió el habla en aquel instante, no quería hablar a menos que supiese en la clase de terreno en el cual se había introducido.
Yakumo: ... Antes que nada... - comenzó ella- Solo quiero disculparme contigo... Lamento si algo de lo que pude haber dicho te hubiese herido de alguna forma...- dijo sinceramente- De verdad... lo lamento... No tenía ningún derecho... Espero y puedes perdonarme...
El saiya solo sintió un descanso en su alma ante sus palabras- Te equivocas... Estabas en tu derecho de recriminar mis errores y mi falta de confianza ante ti...
Yakumo: ... Los dos hemos cometido errores... Y aunque me duele el haber descubierto secretos tuyos por medios inapropiados... entiendo por qué lo hiciste... - añadió al recordar la explicación que él le había dado con anterioridad, pero que no deseo escuchar- Lamento haberte decepcionado... Creías que era diferente a los demás, pero demostré que puedo llegar a ser tan incomprensiva como cualquier humano... Lo siento...
Cort: ... No te culpo... Es algo difícil de digerir en ocasiones... Pero así somos los saiyajins, te lo había dicho... No todo al respecto pero... creo que ahora entiendes el porque te dije que somos una raza que no merecía haber sobrevivido...
Yakumo negó con rapidez su afirmación- Toda vida tiene derecho a preservarse... La tuya no es la excepción... Debo admitir que... te tuve miedo- murmuró avergonzada al confesar, finalmente dirigiéndole una mirada- Me aterrorice al verte comportándote como un animal... Creí que el hombre que eras se había consumido tras ese rostro lleno de rabia... Temí más el no volver a verte que otra cosa!- dijo con firmeza.
Cort: ... jamás me cansare de decir cuanto lo siento...- dijo al sentirse recriminado nuevamente.
Yakumo: No es mi intención el culparte de lo que me sucede... aunque mi conciencia quiera traicionarme al querer ocultar la verdad tras tu responsabilidad... No quiero!... Yo solo deseo que todo vuelva a ser como antes...- dijo con cierta desesperación.
El saiya le sonrió dulcemente, estiró su mano para postrarla sobre la tersa mejilla de la humana- No sabes cuanto me gustaría ello... Mis sentimientos por ti no han cambiado Yakumo...- aclaró.
Yakumo: Ni los míos por ti tampoco- repuso con rapidez- ... Aunque no sea la misma ya, yo sigo queriendo permanecer a tu lado...
Cort: Sigues siendo la misma para mi... por qué aseguras lo contrario. Eres la misma Yakumo que yo eh conocido...
Yakumo: Sabes que no es cierto... Se han llevado algo de mi, una parte de mi que logra que siente un vacío aquí- colocando sus manos sobre su pecho- jamás me había sentido tan insegura como ahora... No sé qué es lo que debo hacer...
Cort: Lo que has hecho siempre, seguir adelante.
Yakumo: De qué forma... Solo soy lo que ves frente a ti... una simple humana que fue privada de aquello que la hacia especial y necesaria en este mundo... Ya no tengo ningún uso para los Guardianes... qué es lo que harán conmigo...
Cort: Nada... No se los permitiría y tu lo sabes...- agregó con prontitud- Sigues siendo única Yakumo y aun eres necesaria para este mundo... Yo te necesito...- murmuró al haberse acercado más, y poder casi susurrar a su oído- Y sabes que no te dejare sola, aun soy tu guardián...
Yakumo: ... Ya no deberías... no hay necesidad de protegerme más... solo soy lo que siempre había deseado ser... pero ahora ya no estoy tan convencida...- murmuró débilmente.
Cort: No continué protegiéndote porque hubiese seguido la orden de esos Celestiales... Lo hice y lo seguiré haciendo para proteger a la mujer que amo y que se ah convertido en lo más importante para mi desde que llegue a este mundo...- repuso.
Yakumo: ... Te lo agradezco...- dijo al sonreír levemente al sentirse tan especial y amada para alguien, y mas aun sabiendo que era difícil para un guerrero como él el ser tan abierto en cuanto a sus sentimientos.
Cort: Y en cuanto a no saber qué hacer ahora... Y ya que eres una chica como cualquier otra, y nada te ata a tus responsabilidades en este mundo... Podrías... podrías venir conmigo- añadió con cierta timidez, algo extraño en un saiya, después de haber sujetado sus manos entre las suyas con cuidado.
Yakumo: ... ¿Hablas en serio?...- susurró.
Cort: ¿Por qué no?... Una vez que terminemos aquí podríamos encontrar la oportunidad de permitirte vivir como en verdad te mereces... En mi mundo, en donde no existen peligros para ti- explicó con cierto animo.
Yakumo: ... Suena muy linda tu intención... Pero no creo que eso sea posible... Cómo podrías de cualquier forma- dijo con ligera tristeza.
Cort: Encontrare la manera, lo prometo... Y de cualquier forma, yo no me iré de este lugar sin ti, sin importar que ello signifique el jamás volver a mi mundo, después de todo allá no tengo nada y aquí tengo todo lo que necesito ahora- agregó al acariciar levemente la mejilla de la humana quien mantenía un ligero rubor en sus cachetes ante sus palabras.
Yakumo: ... ¿lo prometes?- murmuró tímidamente- ... El que no me abandonaras aquí...?
El saiyajin solo asintió con firmeza- No importa en cual mundo deba de ser, prometo que permaneceré contigo... Y cuando esto termine viviremos de la manera en la que tu quieras. Pero consideraría mi mundo como una mejor opción, ahí nadie te lastimaría como lo han hecho aquí...
Yakumo: Eso me gustaría mucho- dijo sonriendo levemente, recobrando ánimos- ... Pero no tengo ninguna idea...
Cort: Cuando esto finalice... tal vez podamos asentarnos en algun lugar cerca del mar y vivir ahí...
Yakumo: ... Tal vez podría acudir a una escuela como lo hace Serena...
Cort: La decisión mas difícil que tomarías sería al escoger el sabor de tu helado- bromeo ligeramente, logrando que Yakumo sonriese mas vivamente.
Yakumo: Podría tener muchas amigas... Disfrutar el ir de compras... Ir de paseo contigo...
Cort: Ver lo feliz que serías si llegase con un presente para ti, un cachorro por ejemplo...
Yakumo: Estar contigo, tener una vida pacifica... Llegar a ser tu esposa- había dicho en un acto de inconciencia, algo que desencadenó nuevamente el silencio entre ellos. La humana al darse cuenta de su 'error' al haberlo notado en la mirada del saiyajin, no pudo evitar sentiré sumamente apenada y nerviosa. Hubiese deseado pedir disculpas por lo que había dicho, que se había tratado de un error... pero no... no lo sentía... Pero sabía que debía decir algo para no quedar mal- ... Lo lamento... fue un tontería lo que dije....- repuso tartamudeando ligeramente.
Cort: ... No me suena como alguna tontería...- dijo ante la sorpresa de la humana- Nada de lo que pudieses decir podría tomarla de esa forma... No me desagrada la idea de poder pasar el resto de mi vida contigo- habló sinceramente al haber juntado su frente con la de la humana.
Yakumo: ... Comparto el mismo deseo- murmuró al comenzar a buscar los labios del saiyajin con cierta discreción- No sabes cuanto me alegra todo lo que has dicho... Me vuelve tan dichosa el solo pensar que podríamos hacer todo aquello... Sería como un sueño....- de pronto cierta tristeza invadió su rostro- ... Pero no es más que eso... un sueño y lo sabes... No puedo hacerlo....- dijo al comenzar a llorar nuevamente por la impotencia- No puedo... Estoy atrapada en todo esto... parte de mi siempre estará ligada este sitio, a mi destino inicial... no puedo cambiar eso, lo sé... quisiera creer todo lo que dices... pero no puedo...
El saiya la miro en silencio, la forma en la que lloraba entre leves sollozos que parecían y la deberían sin aire.... La había visto llorar tantas veces y aun continuaba sintiendo culpabilidad propia por cada una de ellas...
La humana logro sobreponerse, miró al saiya aun con ojos llorosos para rápidamente buscar refugio sobre su pecho esperando encontrar el conforte que aquellos brazos jamás le habían logrado negar. Cort solo podía estar ahí para ella, como siempre, en silencio.
La misma dulce sensación que ella sintió aquella vez en la playa volvieron a ella atreves de sus recuerdos... Se aferró a él de la misma forma en la que lo había hecho con anterioridad, siendo a través de su abrazo y movimientos el que se hubiese dado a entender ante el saiyajin... Yakumo buscó un beso cálido de su parte. Buscaba el sentirse una humana como cualquier otra, el sentirse lo que era, una mujer y no solo una muñeca de porcelana que podían usar a su antojo... Quería experimentar todo lo que como humana fuese posible ahora que lo era completamente y que ya no existía ninguna barrera que le impidiese acercarse de verdad a otro ser viviente. La necesidad de sentirse amada por lo que ahora era... Y recibiría todo lo que ella deseaba conocer y saber a través de él... Debía ser en aquel momento o tal vez nunca hubiese otra oportunidad....
- Fin del Capitulo 23-