Capitulo 24
* Despertares
Al no percibir más la respiración de su compañero cerca de su oído llevó a la humana Yakumo el decidir despertar pese al confortable sueño en el cual durmió toda la noche. Logró levantarse un tanto soñolienta y con mucho esfuerzo, pero logro abandonar la cama al final.
Buscó qué ponerse, buscando su imagen en el espejo del tocador de la habitación, tratando de encontrar alguna diferencia en su aspecto puesto a que durante los días anteriores se sentía una persona diferente... Pero ante el espejo seguía siendo la misma humana quien ya había dejado de ser una niña y finalmente había comprendido lo que era convertirse en una mujer de verdad, tal vez esa transición era lo que le extrañaba tanto, pero se sentía alegre, contenta pese a todo lo que ocurría en su planeta. Aun el enemigo no hacia ninguna clase de movimiento que pudiesen percibir, pero bien era el dicho sobre la calma antes de la tormenta...
Aquellos últimos días habían sido muy especiales para ella, había crecido en diferentes formas y todo era gracias al compartir tanto con el saiyajin. Desearía que aquella paz y tranquilidad en su vida jamás terminara... pero sabia que era demasiado pedir, solo podría guardar el recuerdo de aquellas bellas remembranzas en su corazón para que se convirtiesen en su fuerza en los tiempos difíciles que estarían por venir...
Sonrió levemente al percatarse de la presencia de una especie de ramillete de Flores de la Esperanza sobre el tocador, lo tomó con delicadeza y aspiro su aroma con dulzura. Era difícil de creer que un saiyajin pudiese mostrar tales detalles, por supuesto que solo las llevaba a cabo con la condición que no se los mencionara a nadie ya que era un tanto penoso para su orgullo de guerrero... Él también había cambiado mucho ante sus ojos, se alegraba el que fuese a su lado en el cual había crecido, y con el cual había compartido momentos tan especiales.
Repentinamente sintió una terrible debilidad que logró que flaquearan sus rodillas y se golpease levemente contra el mueble. Sentía sus extremidades temblar al no ser capaz de mantenerse sobre ellas, pero logro aferrarse a pared para no caer completamente al suelo. Que terrible sensación de debilidad la golpeo en ese momento... Ya había ocurrido en los días anteriores, pero notaba como es que cada vez que se presentaban se intensificaban o prolongaban... Cada día se sentía más cansada y débil, incluso su rostro no mostraba la misma tonalidad de antes, había optado por uno pálido. Tal vez los demás se habían dado cuenta, tal vez no... Pero no ah permitido que ello arruinase los últimos días, con mucho esfuerzo intentaba actuar como normalmente lo hacia, pero posiblemente ya no podría seguir con la farsa.
Se dejó caer al suelo al sentirse desfallecer, pero siguió conciente pese a todo. En el suelo algunas ideas rondaron su cabeza... la posibilidad de morir si aquello continuaba... Aun le tenía miedo a la muerte, pero si debía de morir pronto, le alegraría el saber que lo hizo como una humana normal y que tuvo momentos por los cuales sentía ya había experimentado una vida completa... Lo que no había podido vivir en más de quinientos años logró hacerlo en solo algunas semanas... Estaba agradecida por tal oportunidad... Aunque no deseaba morir, no ahora, no creía que fuese momento, pero quién era ella para oponerse a su destino...
Se vio obligada a reposar un poco antes de lograr acumular fuerzas que combinadas con determinación lograron ponerla de pie una vez mas, debiendo caminar con lentitud hasta que el suelo dejase de movérsele. Suplicó en silencio que por favor le diesen mas tiempo de vida...
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La capa de Gundrad se ondeaba con elegancia mientras se desplazaba por los pasadizos subterráneos en los cuales días atrás había logrado entrar sin ningún problema, y ahora se disponía a salir victorioso de ellos, no sin antes haberse detenido y observar la pared de zafiro en la cual el cuerpo de la guardiana del lugar se encontraba preservado, contemplándola por unos instantes... si poseyera labios seguramente se encontraran curveados por una sonrisa torcida que denotaba su victoria sobre las ultimas fuerzas de la Tierra... Palpó levemente la pared antes de volverse hacia la paralela de esta, una pared cuyo color azul zafiro fue desplazada por uno negro, como si la pared estuviese hecha de petróleo o masa pútrida.
Gundrad rió levemente- Finalmente.... después de siglos de soñar con este momento... Todo se volverá realidad... Resurgiremos gloriosamente de las entrañas de este planeta que será el primero el que el renovado Imperio Cardian conquistara!- exclamó ante las paredes- Ahora mis fieles súbditos no se desesperen ya será su turno... pero por el momento requiero la presencia de solo dos de ustedes- murmuró cuando hubiese levantado su mano derecha, abriendo la palma de su mano en donde sorpresivamente descansaba el cristal de plata al mantenerse incrustado en su piel. Ante sus deseos el cristal había brillado de una forma opaca y hasta lúgubre de acuerdo a la esencia de su propio ki, el resplandor ilumino un punto en las paredes oscuras y no tomó mucho tiempo para que algo comenzase a emerger de entre ellas.
Un par de extremidades cubiertas de aquella masa putrefacta lograron emerger, con esfuerzo propio de aquellas criaturas que intentaban resurgir a aquel mundo fue que dos siluetas lograron separarse de los demás de su clase, después de siglos de estar juntos, formando una entidad con una sola conciencia, finalmente lograron volver a su individualidad. Aquellas criaturas retorcían sus extremidades con dolor hasta que la masa que los cubría comenzara a acoplarse a sus cuerpos, delineando sus figuras, sus facciones, todo lo que ellos eran... Gundrad observaba con satisfacción cada instante de aquel procesos, hasta que finalmente a sus pies se encontraban dos de sus compañeros, el par de generales con quienes compartió misiones y victorias...
Gundrad: Lunaria...- llamó por su nombre a la cardian femenina que logró retomar la compostura primero. Poseía una apariencia humana, sus ojos azules mostraban arrogancia y vanidad, su cabello rubio lograba retenerlo con una diadema de color amarillo al igual que su traje que cubría su esbelta figura- ... Eilis...- murmuró el nombre del segundo, un Cardian que poseía una portentosa armadura que cubría la mayoría de su cuerpo grisáceo, la mitad de su rostro se ocultaba tras un visor que funcionaba como casco pero que permitía apreciar su sien cubierta de cabellos azules. El sonido de su capa al ponerse de pie fue la señal para que Gundrad se dispusiese a hablar- Bienvenidos nuevamente amigos... hay mucho de lo que debemos hablar- musitó ante los dos generales con un aire de triunfador.
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Serena Tsukino había logrado llegar a donde la fuente del Gaia emanaba bajo el Monte Shinzo. Aquel día solo bastó que abandonase la casa cápsula para que de una forma inconsciente sus delicados pasos la condujeran hasta allá, sin saber la razón por la cual su presencia era requerida. Asomó su cabeza sobre la fuente, logrando ver el río de luz que bajo ellos debía pasar.
Igual que los demás, se había sorprendido al ver el cambio que aquel recinto ahora poseía, hubiese sido capaz de notar una especie de disminución en la flora del lugar si fuese una chica observadora... Pero la sensación de un llamado tenía en su mano toda su atención. Era imposible que aquella densa luz pudiese reflejar su imagen, pero se acercó lo más que pudo al intuir que lo que la llamaba se encontraba dentro de aquella masa de luminosidad.
Pasaron unos instantes cuando Serena se sintió estúpida al haber ido a aquel lugar y más al estar esperando algo como si en verdad fuese a suceder, pero al no hallar nada optó mejor por regresar por donde vino.
Antes de que hubiese despegado sus manos de la fuente de roca, una mano enguantada tomó la de la sailor con cuidado, esto tomó desprevenida a Serena, pero aquel contacto no la asustó extrañamente. Aquella mano que emergió del causal de luz tenía una consistencia transparente, como si se tratase de la de algun fantasma u holograma.
Serena observó entonces algo que creyó una apariencia, de una chica, la misma que había visto antes al encontrarse dentro del Gaia.
- No temas Princesa... Todo esta bien- murmuró una voz a sus oídos, sin siquiera que la imagen de la sailor frente a ella moviese sus labios.
Serena: Eres tu de nuevo... Sailor Jupiter- susurró al reconocerla.
La imagen de le Emisaria del Gaia logró elevarse lo suficiente para que su completa figura sobresaliese de la fuente, sin dejar de sostener las manos de la chica frente a ella.
Serena: Creí que ya no volvería a verte- dijo.
- Temo que mi presencia aquí es apresurada, y las noticias que traigo no son alentadoras- dijo la sailor mostrando un rostro preocupado.
Serena: ¿Qué sucede?- preguntó al percatarse de la angustia de la joven.
- Lo que siempre esperamos esta por suceder, pero no de la forma en la que estaba predestinada a ser...- dijo- El Gaia aun en recuperación se ah visto atacada por el General Cardian que ah despertado antes de tiempo...
Serena: ¿Esta dentro de ella?- preguntó al dirigir su mirada a la luz de allá como queriendo buscar un indicio de lo que la sailor decía.
- Así es... Ni siquiera yo o Saturn hemos sido capaz de contrarrestar su fuerza para expulsarlo... Es demasiado fuerte para nosotras ahora que posee tres resplandores tan poderosos...- explico- El Gaia lo sabe... Sabe que nuestros esfuerzos serían inútiles y en su bondad nos ah prohibido el intervenir...
Serena: ¿Qué es lo que busca ese sujeto?- preguntó con exaltación.
- Lo que todos los de su clase buscan, liberar a los suyos... Gundrad fue conocido por ser la mano derecha del mismo Rey Lanancuras, tal puesto solo podía ser tomado por el hijo del mismo, creyendo que su propia sangre jamás lo traicionaría... Pero Lanancuras a sido traicionado por él... Al querer elevarse del Gaia como el nuevo líder Cardian...
Serena: Es terrible... Cómo es que podemos evitarlo?!
- Temo que no hay manera... Mientras este en el interior del Gaia es inalcanzable... Ah permanecido días en la inmensidad de esta antigua fuerza, adquiriendo conocimiento que solo ella puede retener, así como también debilitándola, debilitando cada minuto la fuerza que mantiene a los cardians en su encierro... El que posea tu cristal no era un peligro inicial puesto a que no sabía como usarlo, tal vez jamás lo hubiese sabido, pero extrayendo el conocimiento del Gaia mismo es solo cuestión de tiempo para que lo logre...- explicó notándose su desesperación.
Serena: ¿Entonces qué es lo que podemos hacer?!
- Es inevitable que los Cardians emerjan de la tierra... causaran una devastación por donde quiera que sus pasos los lleven... Deberán luchar contra ellos... no hay otra salida...- dijo con tristeza.
Serena: Luchar?... Pero si somos tan pocos...- murmuró con cierto miedo.
- Este planeta esta lleno de notables héroes... ya veras que en muchas partes de este mundo hay guerreros que lucharan por defender su mundo... Aunque eso no será suficiente para detenerlos... Aun no era tiempo de que sucediese, Yakumo no esta lista para esto, su compatibilidad con el Gaia aun es nula...
Serena: Entonces no hay esperanzas de poder vencerlos?...
- Es el destino de Yakumo y el de los Guardianes poner fin a la raza Cardian... Pero este accidental adelanto de los sucesos es algo que no se pudo evitar... pero puede volver a retrasarse- dijo con cierta esperanza en su mirada.
Serena: Dilo entonces, ayudare en lo que sea- dijo con determinación.
- Es fácil decirlo... pero será duro el lograrlo. Para traer de nuevo el equilibrio deben repararse los daños, devolver lo que fue arrebatado... Tu cristal es lo único que podrá sellarlos nuevamente y nosotras te ayudaremos a recuperarlo cuando sea el momento...
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Hakuba: Esto no esta bien Yakumo- dijo el robot a la humana que salió de su cabina.
Yakumo: Imagino que no... pero ¿qué es lo que dicen tus estudios?- preguntó con cansancio al tener que retomar asiento- Nada alentador ¿cierto?
Hakuba: Temo que así es...- respondió tristemente al ser el único al tanto del bienestar de la chica en los últimos días- No hay una mejora en tus signos vitales, mas bien, decaen día con día... y temo que ese proceso se acelerara pronto...
Yakumo: ¿Cuanto tiempo?- preguntó al lograr permanecer indiferente.
Hakuba: No lo sé... Pero tu y yo sabemos la razón por lo cual pasa, y creo que deberías decírselo a los demás.
Yakumo: Y que me tengan más lastima de lo que ya me tienen? No... De cualquier manera no gano nada con ello, solo los preocuparía más y el saberlo... Si Cort lo sabe...
Hakuba: Sabes que hay una forma de salvarte- interrumpió.
Yakumo: ... Pero de verdad crees que pueda ser posible?- preguntó con seriedad- No creo que exista forma ya en la que pueda recuperar lo que él me quito... No deseo que Cort lo sepa... sé que en algun momento él deberá enfrentar a ese cardian... y si lo sabe... No creo que piense en luchar como debe... Estoy segura que entrara en la desesperación por no poder hacer nada que... eso provocaría que lo maten...- murmuró con cierta impotencia con la mirada hacia el suelo- Y lo ultimo que quiero es que muera por mi culpa...
Hakuba: Lo entiendo... pero...
Yakumo: Hakuba, promételo- le pidió- Prométeme que no se lo dirás a nadie, mucho menos a Cort.
Hakuba: ¿No crees que ya se han de haber dado cuenta?
Yakumo: Tal vez... pero no deseo que sepan la razón... Eso los perjudicaría en la lucha que esta por desatarse y lo ultimo que deseo es ser mas un estorbo...
Hakuba: Yakumo... soy tu guardián, pero más aun soy tu amigo... solo deseo lo mejor para ti, y sé que habrá una manera, ya lo veras...
Yakumo: ... El destino desde que nací me ah dirigido hacia la muerte... qué diferencia hay ahora... No importa cuanto uno luche, el final es inevitable... De una forma u otra moriré... Qué importa que no vaya a ser frente a Lanancuras o ahora...
Hakuba: Oh Yakumo... no sabes cuanto me duele que hables de esa forma... Has cambiado en tantos aspectos que a veces me es difícil reconocerte...
Yakumo: Lo siento Hakuba... Pero pronto eso ya no importara. Solo espero que él vaya a ser capaz de perdonarme...- musito cuando un ligera lagrima resbalo por su mejilla.
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El que tuviese la suficiente concentración como para poder mantener su transformación de SSJ fuera de alguna batalla determinante y ante un oponente como Eizan, quería decir que su corazón se mantenía tranquilo y fuera de cualquier rastros de desesperación.
En aquellos días en las que los sentidos de ambos no bajaban su guardia ante la inminente e inesperada aparición de sus enemigos, habían logrado conocerse mutuamente ambos guerreros, algo que estaba predestinado y debía ocurrir tarde o temprano. Por las situaciones pasadas en las que se presentaron como enemigos fue imposible el que llegasen antes a encontrarse como aliados, como siempre debió ser, solo que los cardians torcieron los hilos del destino para lograr retrazar muchas cosas, y adelantar otras más.
Eizan había sido el único de su raza quien decidió permanecer al lado de ellos, los demás no tuvieron ninguna clase de consideración como para 'despedirse', solo abandonaron la zona una noche sin dar explicaciones. Serena intentó persuadir mas de una vez al siroi el que fuese al lado de los suyos, pero él ya había tomado una decisión y si eso significaba alejarse de ellos... que así fuese.
Eizan: Los saiyajins son extraños- comentó el guerrero en medio de un enfrentamiento más por entrenamiento que por alguna otra razón.
Cort: Cómo puedes hablar tan seguro cuando soy el único saiyajin que conoces- preguntó divertido manteniéndose su defensa en alto aun ante el intento de detener Eizan el combate.
Eizan: Bueno... Cuando se conoce a uno se puede conocer a los demás- añadió.
Cort: Y qué es lo que te parece extraño?
Eizan: El nivel de combate que poseen... Tal vez este equivocado pero cada vez que tuve la oportunidad de enfrentarme a ti, me parecía sentir que no estaba frente al mismo individuo... Cambias de acuerdo al tiempo que pasa ¿o me equivoco?
Cort: ¿Cambiar?...- preguntó confundido.
Eizan: No me refiero a un cambio en cuanto a apariencia, eso hasta yo puedo hacerlo, bien pudiste verlo, pero yo me refiero a tu estilo de pelea, técnicas, velocidad... todo cambia... ¿Podrías explicármelo?
Cort: Desconozco los procesos biológicos exactos que un saiyajin puede pasar pero, ciertamente es que nuestro nivel se incrementa con cada pelea que libramos o al recuperarnos físicamente de alguna situación que pone en riesgo nuestra vida... Y en este planeta eh pasado por muchos de esos sucesos- explicó.
Eizan: Entiendo... Interesante... Sí que son una familia de guerreros, deben ser de cuidado- comentó- En las ultimas ocasiones tuvimos que luchar contra el otro, pero me alegra que en los sucesos que no tardan en realizarse vayamos a pelear del mismo lado... Eres un buen guerrero Cort, y será un placer pelear a tu lado- añadió el siroi.
Aquella forma de hablar y de expresarse... al saiya le recordó mucho al guerrero que tuvo por maestro y tutor durante toda su vida, esa perspectiva lograba que Cort pudiese sentir plena confianza en Eizan, incluso ahora ya sería capaz de confiarle su vida misma, había aprendido mucho al tan solo escucharlo, entendía el porque a Serena le resultaba tan agradable su compañía. Era bueno el hacer esa clase de amigos, algo que él siempre tenia en mente en su mundo y que recordaba no haberlo practicado más... no después de aquel año en el que se mantuvo errante vagando por la galaxia...
Antes de que alguno de los dos hubiese determinado si aquel combate finalizaría o continuaría, la tierra bajo sus pies se había comenzado a estremecer.
Resultó alarmante, no solo para ellos, ya que aquel fenómeno se había extendido hacia todo el globo terrestre, en todas las ciudades y pueblos, todos los terrícolas y enterricolas, sintieron aquellas vibraciones de la corteza. Empezó como un sismo cualquiera, pero la intensidad se incrementaba cada segundo, siendo capaz el movimiento de las placas tectónicas que el suelo comenzase a mostrar más deformaciones, grietas, elevaciones, hundimientos. Los que estaban enterados del inminente peligro que los asechaba tomaron aquello como el inicio del caos...
El Monte Shinzo era una fortaleza de roca que no cedió ni ante aquel sacudimiento de la tierra. Con rapidez y oportunidad ambos hombres se habían separado y asegurarse que las mujeres se encontrasen bien.
Eizan tuvo algunos problemas para localizar a Serena, pero fue oportuno el que la hubiese divisado cuando su figura emergió de la cueva, ya que en ese momento algunas rocas de gran tamaño se habían desprendido de la montaña y la hubiesen aplastado de no ser por su intervención al convertirlas en piedra caliza con su energía.
Eizan: ¿Estas bien?- preguntó al elevarse ambos en el aire.
Serena: Si, gracias a ti... Pero no necesitas preocuparte por mi, sino por lo que sucede. Ah comenzado Eizan, los cardians ya han abierto su camino hasta nosotros por todo el mundo.
Eizan: Tarde o temprano debía suceder- dijo manteniendo la calma, algo que la sailor no mostraba en su mirada.
Serena: Son centenas de ellos, emergerán en todas partes, muchos van a morir, será un desastre- atino a decir.
Eizan: No podremos ayudar a todos... Muchos perecerán este día Princesa... Pero los Enterrícolas son guerreros por herencia, lucharan y protegerán a los que puedan, nosotros debemos preocuparnos por los generales importantes y el Rey Cardian, sin ellos, su imperio no sería nada, esa será nuestra estrategia, deberás confiar en la fortaleza de los habitantes de este mundo- le dijo con determinación.
Serena: ... Es lo mismo que ellas dijeron- murmuró cabizbaja. El siroi no intentó preguntar a lo que se refería- ... Esta bien... en ese caso... confiaremos en los que viven en este planeta, ahora más que nunca deberán luchar para proteger lo que los cardians les han querido arrebatar por tantos siglos...
Aquellos estremecimientos fueron interceptados por los sentidos de Yakumo de otra manera, tantas exclamaciones y lamentos que llegaban a sus oídos con el mismo ondeo de la tierra. En un intento por disminuir aquellos estresantes sonidos tapó sus oídos y comenzó a pedir que se detuviera. El terror que Enterra misma sentía por el regreso de aquellos monstruos se lo transmitía a aquella humana, tal vez a propósito. Imágenes pasaron ante sus ojos, de monstruosos seres, del rostro de quien los dirigía, de los cientos que iban a luchar hasta morir, de otros miles que iban a perecer... La experiencia fue terrible, debiendo gritar por el terror que sintió, la impotencia y el dolor que verlo le causaba... No pudo percatarse como es que la tierra se abrió bajo de ella, la sensación de caer ni siquiera su cuerpo pudo distinguirla de entre lo que estaba golpeando su sistema nervioso, pero no fue devorada por las entrañas de la tierra ya que una fuerte mano logró sujetarla y sacarla del apuro. Cort tomó a Yakumo quien solo logró dirigirle una ultima mirada antes de que sus ojos hubiesen perdido esencia y su conciencia completa con ella.
Hakuba logró valérselas por si mismo para encontrar un lugar seguro en donde no sería victima de ningún derrumbe, siendo sus censores los que registraron las nuevas formas de vida que habían comenzado a desplazarse en el planeta.
Entre la enorme conmoción que aquel desastre 'natural' efectuaba sirvió para que las legiones cardians emergieran entre la confusión y que sus primeros movimientos tuviesen el toque sorpresa sobre las poblaciones.
Gundrad observaba airoso el caos que su ejercito en su arribo causaba, aunque sus ojos desde aquel rascacielos no pudiesen verlo, sus sentidos agudizados por los poderes diferentes que circulaban por su cuerpo le permitían tener tal percepción. Sonrió cínicamente al volverse en dirección hacia donde la prisión de Lanancuras debía encontrarse.
Gundrad: ¿Te gusta padre? Espero que estés disfrutando de este espectáculo y que no te quede la menor duda que tu tiempo termino hace mucho tiempo... La sangre nueva de este reformado Imperio superara fácilmente al antiguo- pensó sin apartar la vista de aquella dirección esperando que el antiguo rey Lanancuras se encontrase aun maldiciéndolo...
Los sacudimientos sobre la corteza cesaron después de pocos minutos, tiempo suficiente para deteriorar el subsuelo, ciudades, viviendas, provocando maremotos, y como si no fuese suficiente, aquellos fenómenos fueron como trompetas musicales que dieron el aviso del arribo de los Cardians quienes ya habían comenzado a moverse, destruyendo todo lo que había a su paso incluyendo vidas humanas.
Serena, Eizan, Cort y Hakuba observaban los diferentes horizontes frente a ellos desde lo más alto del Monte Shinzo, sus sentidos les relataban los sucesos como si pudiesen verlos frente a ellos, percatándose de como es que muchas presencias, algunas fuertes y otras no tanto, despertaban ante la presencia cardian, mientras que otras tantas desaparecían...
Eizan: Esta claro lo que debemos hacer entonces- murmuró.
Serena observó su hombro la forma en la que el saiya se despedía de la humana, quien cayendo en un profundo sueño debió ser confinada en la cabina del robot en donde descansaría. Cort no sabía la razón de aquel suceso, pero el tan solo sujetar su mano, sentir cómo es que su calor comenzaba a perderse y que su presencia estuviese disminuyendo a niveles peligrosos, no eran favorables señales... Hakuba solo podía fingir demencia, alentar al saiya a que hiciese su trabajo, que ella estaría bien. Si tan solo Yakumo hubiese podido hablar y decirle que todo estaría bien él le hubiese creído pese a la contradicción que sus ojos pudiesen tener en ese momento, pero en cambio de eso debía marcharse intranquilo y con un mal presentimiento.
Eizan: Debes quedarte aquí- pidió el siroi a la sailor, quien no se atrevió a contradecirlo por el momento, el dejar a Yakumo no le permitiría estar tranquila y sabiendo que el saiya no se marcharía dejándola solo al cuidado de Hakuba fue por lo que no emitió ninguna clase de protesta.
Serena: Lo entiendo...
Eizan: ¿Estas listo?- preguntó a Cort quien logró separarse de la joven para encaminarse al lado del siroi quien lo esperaba.
Cort: ... Terminemos esto rápido- murmuró con seriedad, logrando divisar la dirección en donde el ki más fuerte se desprendía y que no se había movido, la presencia que irradiaba una esencia combinada y que parecía querer provocarlo para animarlo a ir en su encuentro. jamás había visto la apariencia del ser a quien liberaron, pero a través de su presencia fue capaz de imaginarlo y le resultó detestable.
Serena: Sean precavidos- les advirtió la sailor- Que ni se les ocurra morir ¿entendido?- Eizan le dirigió una ultima sonrisa antes de que sus pies despegaran del suelo y se desplazase por los aires- Y lo digo especialmente por ti- añadió al saiya.
Cort levantó su mano con el dedo pulgar extendido- No te preocupes, tratare de que esa vaya a ser la única orden que acatare de ti- bromeó- Cuídala bien Cabeza de Bombón- le pidió al sonreírle discretamente- Hakuba, estas a cargo... protégelas- finalizó para disponerse a seguir al siroi.
La sailor solo pudo desearles buena suerte al mirar su partida con tristeza, sabiendo todo lo que ese combate conllevaría.
Hakuba: No te preocupes, regresaran con bien- intentó animarla el robot- Son guerreros difíciles de vencer.
Serena: Lo sé. Lo sé Hakuba... Pero mi preocupación va mas allá de eso.... Sé lo que le pasa a Yakumo, me lo dijeron...
Hakuba: ¿Lo sabes?- preguntó tratando de mantenerse discreto.
Serena se aproximó hacia Hakuba sin apartar la mirada de la cabina en la que su amiga reposaba- Cualquiera podría creer que Yakumo aun tiene mucho que pagar aún... es como si todo lo que le sucede es por todos los errores que en este planeta han ocurrido y que ella debe pagar por ellos... Y aun no termina...
Hakuba: No me gusta pensar de esa manera tan triste, ni Yakumo misma lo aprobaría... Pero tienes razón, es su destino.
Serena: Deben ser tan pocos los recuerdos gratos que puede guardar en su memoria... La respeto y admiro tanto por su fortaleza, en su situación yo me hubiese dado por vencida desde hace ya mucho tiempo... sin amigos o alguien que pudiese sujetar su mano cuando la situación se vuelve difícil...- murmuraba sintiendo nuevamente una gran impotencia por ella.
Hakuba: Ah tenido buenos amigos, pocos, pero todos han estado dispuestos a dar su vida por ella. Ahora están tú y Cort aquí con ella... creo que no la había visto más feliz de lo que ha sido con ustedes.
Serena: Son vivencias que siempre atesorare... Estoy segura que Cort también no había sido más feliz que ahora que conoció a Yakumo... Me alegra por ellos, yo sé lo que es encontrar a alguien especial con la cual esperas pasar el resto de tu vida- dijo al palpar discretamente el anillo que había en su dedo- ... Pero incluso el amor debe ser algo trágico y angustioso para Yakumo... Si Cort destruye a Gundrad él va... él también destruiría a la persona que más quiere...
Cort y Eizan volaban lado a lado a gran velocidad, sintiendo por cada región por la que pasaban todas las presencias descubiertas que hacían frente a los cardians y que luchaban por erradicarlas de su vida. El saiyajin alguna vez fue impetuoso en sus acciones por querer ayudar a las personas que pudiesen están en peligro... pero su corazón se había endurecido tanto por meses que, pese a que Yakumo a logrado que se sintiese el mismo adolescente de antes, no se preocupara demasiado por los demás, sus pensamientos se esparcían en dos polos diferentes: destruir a ese maldito que lo estaba provocando a distancia y proteger a las dos humanas a quienes estimaba en aquel mundo.
Si Cort supiese lo que Serena y Hakuba debieron ocultarle, seguramente no tendría aquellos pensamientos tan perversos hacia el Rey Cardian, el eliminarlo se convirtió con rapidez su blanco. Serena había tenido que contenerse tanto para no hacerlo... Pero quiso albergar esperanzas de que todo finalizaría bien.
Ciertamente no tenían un plan de ataque o sabían siquiera la forma en la que actuarían al llegar allá, pero las circunstancias les daría el método...
Eizan fue el primero en percatarse de un ser indeseable, incluso ante los olores salados del mar por el que sobrevolaban, el olfato del lobo logró percibir un inmundo aroma para sus sentidos.
Eizan: Cuidado!- bramó el antiguo general al lograr alejar al saiya del punto en donde una columna de agua emergió al intentar esconder el verdadero ataque.
Ambos se mantuvieron alejados de la silueta uniforme de metal que emergió del océano y logró mantenerse suspendido en el aire para tomar forma. Como si se tratase de metal liquido tomó una forma semihumana cubierta con una armadura de colores grises mientras que una capa ondeaba a sus espaldas. Aquel nuevo individuo los miró con ironía y seguridad.
- Ah, pensé que cinco siglos lograría erradicar a tu raza de perros sarnosos, pero veo que es algo imposible...
Eizan: No podemos morir antes que ustedes- agregó el siroi al reconocer con rapidez al cardian frente a él- Eilis.
Eilis: Jejeje pero si solo eras un soldado de tercera la ultima vez, y ahora... mírate- añadió al ver su armadura.
Eizan: Los siglos pasan y las cosas cambian...
Cort: Disculpen que quiera interrumpir este reencuentro tan 'encantador' entre ustedes- agregó sarcástico- Pero no deseo perder mi tiempo aquí en su charla- dijo al siroi.
Eilis: Oh saiyajin, no es mi intención el obstruir tu camino, es mas, puedes pasar- dijo al realizar cínicamente una reverencia para otorgarle el 'permiso' para retirarse- Pero temo que Eizan debe quedarse aquí... tenemos cosas que platicar- agregó sarcástico.
Cort: Ja, no sería la gran cosa el destruirte en un instante- dijo al verse deseoso de acabar con el cardian con rapidez.
Eizan: Espera- le pidió al interponérsele- No vale la pena que desperdicies tu fuerza con él- comentó- Aunque sea un de los Generales Cardian, no se compara con Gundrad ahora... Has lo que dice, vete.
Cort: ¿Eso es lo que quieres?...
Eizan asintió con firmeza- Este infeliz no deja ser uno de los cuatro cardians que debemos eliminar para que el resto sea solo cuestión de tiempo, así que date prisa, así terminaríamos mas pronto- murmuró con confianza.
El saiya lanzó una mirada furtiva al cardian que parecía esperar a que terminaran.
Eizan: Aunque si el separarnos es a propósito... Ten cuidado, uno jamás debe dejarse llevar por las apariencias, y esta raza es muy traicionera, aunque tengo plena confianza en que lo harás bien tu solo, cuando se conocer a uno se conocen a todos, no lo olvides- murmuró finalizando.
Cort: Lo tendré en cuenta...- susurró tras su hombro- ... Nos veremos después- añadió sin ser capaz de brindarle buena suerte con palabras directas.
Cuando ambos generales, cardian y siroi, se prestaron la atención debida retomaron una actitud desafiante ante el otro.
Eizan: No sé que es lo que planean tras todo esto, pero no va a funcionar.
Eilis: Je, no me preocupas en lo absoluto lobo. Sé que no eres el mismo de antes, pero yo tampoco lo soy, nuestro nuevo Rey nos ha demostrado su confianza a mí y a Lunaria al habernos dotado de poderes diferentes, tu morirás aquí como debió ser hace quinientos años- dictaminó a la defensiva.
Eizan: Siguen siendo las mismas ratas asquerosas... El poder que dices tener solo es una ilusión, mas vale que ustedes cardian no se acomoden en este mundo... porque no pasara de este mismo día para que regresen a donde estaban- añadió desafiante.
Eilis: Es lo que tu crees... Pero cuando terminemos con este planeta ya habremos tenido una nueva arma de conquista...- susurró con cierta malicia.
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Recordaba haber recorrido aquella misma ciudad antes, durante sus primeros días en el que había formado parte de este universo que le era desconocido. Aquella ciudad frente a la costa en donde gratos recuerdos se suscitaron se había visto reducido a un campo de destrucción y muerte, al igual que muchas otras ciudades alrededor del planeta; gritos y estallidos sacudían cada edificación o zona por donde los cardians pasaban. Aquel sitio ya había pasado por el ataque de aquella monstruosa raza, solos las ruinas, los heridos y los cuerpos de los difuntos adornaban el suelo, Cort se había detenido un momento y ser observador de aquellas escenas tan desastrosas... Pensar que los saiyajins, su raza, dejaron escenarios similares o peores en su universo, era ahora en el que se alegraba que ellos hubiesen cambiado y que no hubiese nacido dentro de una raza en la que provocaba tales cataclismos.
Un ki llamó su atención prontamente, a propósito claro esta. El saiyajin no dudo en aceptar la invitación para acercarse, por lo que dejo su remordimiento atrás para acudir al llamado. No sabía exactamente a lo que se enfrentaría... Si ese ser nació de su sangre y posee los poderes de los guardianes así como las del peculiar cristal de Serena... Debía tener cuidado y no dejarse llevar por su fuerza... - Si eres fuerte, siempre habrá alguien que te supere- alguna vez escuchó decir a su maestro, y sabía que sus enseñanzas no debían olvidarse.
El saiya se detuvo sobre la cornisa de un rascacielos, el único que quedaba en pie. Y ahí, dándole la espalda, aquel individuo que se auto proclamó el nuevo Rey Cardian se encontraba, teniendo una vista panorámica de la destrucción que lo rodeaba y que le complacía ver... Pensar que solo era el inicio lograba que se regocijase.
Aunque se encontrase de ese modo, Cort no lo atacaba, no es que no lo desease pero aunque no lo pareciese la defensa de aquel sujeto era inquebrantable, no encontraba ningún ángulo por el cual atacar.
Gundrad: ¿No te agrada ver tan espléndido panorama?- le habló finalmente pero aun permaneciendo en la misma posición- ... Lo imagine- dijo al no haber recibido respuesta directa pero al intuirla- Pero es extraño proviniendo de un saiyajin, deberían amar esta clase vistas... Pero veo que tu eres diferente 'padre'- dijo sarcástico al darse ligeramente la vuelta y encararlo al fin.
Cort: Ni siquiera nos hemos presentado y crees conocerme bien- preguntó del mismo modo.
Gundrad: Tal vez... O tal vez es que tu misma sangre que corre por mi cuerpo me permite conocerte bien 'padre'.
Cort: Déjate de estupideces- murmuró con cierta furia.
Gundrad: Te desagrada mi gratitud? Vamos, no es nada extraño... Te considero uno de los 'padres' que me dieron esta nueva vida y esta gran oportunidad! Ni siquiera mi autentico engendrador me obsequio algo de esta magnitud al nacer... Pero te estoy agradecido, has sido tu el que me ah dado grandes obsequios y te lo agradezco- dijo con un cierto toque burlón.
Cort: Tal vez ayude a que estés aquí, pero no pienso sentirme culpable por lo sucedido, en vez de eso prefiero resolver el problema que ayude atraer y todo se sintetiza con tu muerte 'hijo'- añadió sarcástico al apuntarlo.
Gundrad rió levemente- ¿De verdad crees poder hacerlo? vamos, soy tu sangre ahora y puedo hacer lo que tu de igual o mejor forma- añadió con exceso de confianza.
Cort: Me gusta arriesgarme.
Gundrad: Eso puedo verlo... Sabía que vendrías directamente a mi, no podía esperar menos... Y me alegra que este aquí por fin mi 'maquina de destrucción'- murmuró.
Cort: ¿Qué demonios quieres decir con eso?
Gundrad rió nuevamente- Ya lo veras, muy pronto aparecerá y tu quedaras en el olvido- añadió con malicia.
El saiya no se inmutó visiblemente, pero un escalofrió recorrió su cuerpo al escucharlo- Bah, solo dices tonterías. Sabes a lo que estoy aquí y tu mismo me condujiste hasta a ti, por lo que esperabas este combate ¿cierto?
Gundrad: Era inevitable ¿no lo crees?
Cort: Claro que si...
Gundrad: Por eso mismo decidí acelerar el encuentro y no esperar a que nuestro amigo 'destino' se le ocurriese ayudar... Es bastante satisfactorio el poder tener control sobre la vida...
Cort: No planeo que tu ansiedad haya sido en vano... Pero temo que tu puesto como Rey no durara mucho...
Gundrad: ¿Eso crees?... Bien, entonces ven aquí y demuéstrame lo que tienes saiyajin- dijo al provocarlo con movimientos de su mano- Que el poder vencerte en tu propio terreno me concederá el verdadero titulo de Rey Cardian y así sabré que nadie en este patético universo podrá hacerme frente!
- Fin del Capitulo 24-
* Eilis y Lunaria son personajes originales de la Serie de Shinzo la cual solo transmiten ahora solo los Sabados y Domingos por el canal FOX KIDS a las 8:30 p.m. hora México