Capitulo 22

* Sombras del Pasado

 

La simple pronunciación de ese nombre, Lanancuras, logró que fuese como una violenta  estocada en el pecho para ambos sirois... Pero lo  escucharon, escucharon a ese general Cardian llamar al Oráculo por ese nombre... Y el Oráculo pareció responder ante el...

Una risa malvada y frenética retumbó en los muros de aquella habitación.

Gundrad: Sin duda, veo que aun te gusta utilizar a los débiles para conseguir lo que quieres- comentó el general.

Lanancuras: No sabes lo fácil que fue...- añadió la voz del Rey Cardian que emanaba de aquellas llamas del circulo de fuego.

Sugai: ... Imposible... No... no lo creo!... ¿Están tratando de decirnos que... todo este tiempos estuvimos al servicio de los cardians?!! Es imposible! no lo acepto!!!- gruñó al borde del colapso nervioso. Su compañero parecía ser el más devastado al ser el que más fácil pudo aceptar la realidad. Su vista se encontraba perdida hacia el suelo, pensando en todos los errores que cometieron... Que los Guardianes Celestiales logren perdonarlos...

Lanancuras: Pero temo, que es la verdad absoluta... En la guerra de hace cinco siglos, ustedes y los suyos pelearon en nuestra contra, estúpidamente del lado de los humanos quienes nos arrebataron la victoria...- habló con despecho- Fueron excelentes y osados adversarios, pero su Imperio se volvió débil y decrepito!- dictamino- Cuando el meteorito en el que me encuentro aun prisionero se estrelló en este Planeta, fui capaz de conocer este mundo y cómo es que había cambiado después de la terrible guerra, logrando un vinculo con el Gaia de Enterra gracias a mi ejercito que duerme en las entrañas del planeta... Es así como adquirí un gran conocimiento de todo lo que los Guardianes se encontraban cultivando a mis expensas, queriéndome tomar desprevenido cuando mi liberación llegase por fin! Fue entonces en que puse mis ojos en ustedes, los Sirois, un pobre y huérfano imperio el cual necesitaba recuperar una fe que los guardianes no lograron preservar, y me aproveche de ello... Fui yo quien los alimento con esperanzas y fe de poder llevar su venganza a cabo, y ustedes ingenuamente creyeron en mí- rió nuevamente- Me convertí en símbolo de su fe absoluta, fue tan fácil el cortar ese delgado y débil vinculo de ustedes con los Guardianes Celestiales, y así poder llevar a cabo mi proyecto sin que pudiesen intervenir de ningún modo directo! Aunque... lo intentaron, pero ya al final de todo este teatro que hemos montado. Sí, con la presencia de esa chiquilla que en su mundo es la misma mujer a la cual ustedes siguieron fielmente como los perros sarnosos que son...

Gundrad permanecía en silencio mientras su Rey hablaba. Extrañamente, él no creía deber escuchar esa conversación, la recreación de los sucesos del pasado vinieron a su mente... Sintió curiosidad, puesto a que no tenia esas habilidades... Había vuelto a tener carne y huesos, pero se sentía diferente, ya era diferente y la impaciencia de comenzar a descubrir en cuantas formas lo invadió de pronto...

Lanancuras: Sugai, Isamu- los llamó- Ustedes fueron los más fáciles de corromper... Comieron de mi mano como lobos hambrientos y llevaron a su imperio a servirme...

Sugai: ... Maldito... Maldito engendro!- bramó impotente- Te burlaste de nosotros todo el tiempo!!!!!

Lanancuras: Deberían sentirse halagados, al ser escogidos por mí para que fueran los que dieran paso a mi pronta liberación, y conmigo, el retorno del Imperio Cardian! No hay forma en la que yo pueda ser liberado... aun, mas sin embargo, el adelantarme en todo fue mi mayor interés en estos años... Sus investigaciones, junto con mi conocimiento, fueron capaz de traer de nuevo a este mundo a mí máximo general, el cual, en mi lugar, preparara todo para el renacimiento de nuestro imperio!- habló con arrogancia.

Sugai: Desgraciado!... nos engañaste!!

Lanancuras: Solo torcí un poco la verdad y la acople a cómo mejor me convendría... Pero ustedes también aportaron grandes ideas, el proporcionarle a Gundrad más poder del que es originario, debo agradecérselos- dijo sarcástico- Y ahora que ya saben la verdad, y han cumplido con todas nuestras expectativas... No tiene caso que sigan en esta existencia de perro falderos hacia nadie...Gundrad- lo llamó atrayendo su atención- Libéralos de su patética existencia... Y como un ultimo obsequio de mi parte hacia mis mas grandes contribuyentes, que sea rápido y sin dolor...- dijo su voz siniestramente.

 

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

 

Al conocer perfectamente la base, Eizan conocía mejores rutas, incluso pasadizos que podrían llevarlo a la superficie, en dónde estarían a salvo.

El sonido de la alarma aun continuaba. Sabía que todos los soldados eran leales guerreros y que lucharían hasta morir, no huirían como cobardes, cómo el lo hacia ahora... Pero su conciencia se encontraba tranquila al saber que huía por una buena causa.

Serena observaba todo el caos aun en el hombro del lobo, quien se había rehusado a soltarla hasta que se encontrasen en un lugar seguro. Se preocupaba por el destino que sus amigos pudiesen tener aquí ante esta situación... Pero Eizan tenía razón, si los guardianes en verdad aun los necesitan, ella podrá verlos nuevamente... Sintió una gran fe de que volvería a estar con ellos, y en silencio, les había deseado suerte...

- General!. escuchó que lo llamaron a sus espaldas. Eizan se detuvo y espero a que un par de soldados de inferior rango lo alcanzaran- ¿A donde se dirige? el enemigo se encuentra en el sector 4-A, va en sentido equivocado! Necesitamos de su comandancia!

Eizan: El área 4-A... Con el Oráculo- murmuró.

- ¿A dónde lleva a la prisionera? qué es lo que esta ocurriendo, todo es un caos en la base!!!- habló el segundo con cierto pánico.

Eizan: Escúchenme bien... Tengo la seguridad que todo esto será destruido en cualquier momento, en vez de luchar inútilmente con un enemigo, será mejor que huyan, ahora!

- Pero señor...!

Eizan: Es mi ultima orden soldados!- bramó al interrumpirlo.

- General...

Eizan: Hagan lo que les digo.... Pero si no lo hacen, por lo menos tengan el poder para decidir su destino: Luchen y mueran inútilmente o salven sus vidas para luchar nuevamente y poder remendar lo que nuestro Imperio a desatado- finalizó, al continuar con su camino, con una Serena oyente de sus palabras...

Ambos soldados, aun ante los temblores de la base, sentían deseos de luchar, y morir por su imperio... El huir solo era de cobardes... Aunque, siendo bestias como eran, sus sentidos eran capaz de sentir el peligro latente... el olor a muerte y destrucción... Tal vez, aquella sería la ultima lucha para los de su clase...

 

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

 

Los cuerpos de quienes habían sido los comandantes de aquella raza, no lograron más el retener algun signo de vida. Seres cuyas convicciones los llevarían a defender sus ideales, habían muerto como traidores  en aquella habitación.

Gundrad se sintió satisfecho, la sensación que recorría su cuerpo al hacer uso de aquellos renovados poderes lograban una satisfacción que jamás antes había sentido. Aun no se conocía del todo, por lo menos no su nueva versión, un amplio deseo de saber cuales serían sus limitaciones lo invadió...

Lanancuras: Ahora escucha bien Gundrad- lo llamó, tratando de llamar su atención, pero parecía bastante distraído-  Ahora eres capaz de manipular el Gaia a tu antojo, liberar a los ejércitos, y finalmente, liberarme de mi prisión de roca. Así podremos retomar lo que conquistamos hace siglos! Un nuevo Imperio Cardian renacerá, y esta vez, no habrá nadie ya que pueda detenernos!- habló con entusiasmo. La sola idea de finalmente salir de la oscuridad lograba que se sintiese impaciente.

Aquel guerrero de cabello color de fuego, comenzó extrañamente a caminar alrededor de la cuadrada habitación, alrededor de aquel umbral de fuego. El Rey Cardian buscó respuesta a su comportamiento, pero no recibía palabras. Si tan solo él poseyese rostro, podría tratar de adivinar lo que su mente estuviese ideando en ese momento... Cuando él hubiese dado una vuelta completa se detuvo y miró fríamente hacia el circulo del fuego.

Gundrad: ... Es un buen plan- habló- Pero si me preguntas a mi, el imperio necesita de ciertas reformas...- habló.

Lanancuras: ¿Qué clase de reformas?- preguntó con interés.

Gundrad: ... Podemos comenzar, con suprimir a los elementos inútiles y débiles.... Empezando con el mismo Rey Cardian...

Lanancuras: ¿Qué?!!! Gundrad! Exijo una explicación! Cómo te atreves a decir tal blasfemia?!

Gundrad: Escuchaste bien- añadió desafiante- Fuiste tú una de las razones por las cuales todos nosotros fuimos relegados a nada! Tu exceso de confianza! Tus malas indicaciones!... El que hubieses sido derrotado fue lo que dio inicio del caos entre las tropas! El nuevo imperio que planeas iniciar no necesita un líder débil e inepto cómo tú, Lanancuras!

Lanancuras: Insolente!!- bramó con furia- ¿Así es como le pagas a quién te regreso la libertad primero que a nadie, a quién te dio la oportunidad de saborear las victorias al ser siempre mi mano derecha?! ¿Así es cómo piensas traicionar a tu Padre?!!

Gundrad: ... Y te lo agradezco- dijo al realizar una sarcástica reverencia- Te agradezco el que hayas depositado toda tu confianza, y este gran poder en mí, con el cual podré poner a disposición de mi legado, tu legado que como tu hijo pienso tomar...

Lanancuras: Ingrato! Pagaras cara por esta traición!!- sonaba cada vez más impotente.

Gundrad: El ejercito Cardian requiere de un nuevo liderazgo! No un ser acabado y decrepito cegado por la venganza... Padre, temo que tu reino llegó a su fin desde el instante en que fuiste relegado a esa prisión de roca, desde la cual espero puedas ver mi ascenso a la gloria que tú jamás pudiste alcanzar- habló con arrogancia.

Lanancuras: Gundrad! no te atrevas a traicionarme! ¿Qué te hace pensar que ellos te seguirán a ti?!

Gundrad: Simple- añadió- ¿A quién crees que sigan, al antiguo líder que los llevo a la derrota y humillación, o al que será quién los libere de su encierro iniciando un nuevo comienzo para los Cardians?...- añadió sarcástico- Fue un placer hablar contigo nuevamente Padre, gracias por los grandes obsequios que me has dado... Siempre te estaré agradecido, te visitare en esa prisión que tienes por tumba- dijo al dar media vuelta y querer salir del lugar.

Lanancuras: Es mi ultima advertencia Gundrad!! Retráctate inmediatamente!!!

Gundrad: ¿Oh sí no qué?- preguntó desafiantemente a un paso de abrir la puerta- ¿Acaso vas a salir del hoyo en el que estas?... No lo creo... Ahora si me disculpas, hay muchas cosas que debo de hacer antes de reunir a los fieles... Aprendí bien de ti Padre, te prometo que haré que te sientas orgulloso- finalizó, siendo capaz con su ki el traer una fuerte turbulencia en la habitación, rompiendo paredes, que el techo se viniese abajo.

Lanancuras: Lo pagaras muy caro infeliz!! Los traidores como tú, no viven para llevar a cabo sus ambiciones!!!- logró aun hacer llegar sus palabras.

Gundrad: Tal vez tengas razón... Y creo que eso debes saberlo mejor que nadie, siendo tú el traidor principal... Pero bueno, tal vez y tenga mejor suerte y logre romper esa maldición que me has lanzado Lanancuras...- el circulo de fuego se desvaneció al ser sepultado por las rocas. Cuando Gundrad hubiese deshecho la puerta de metal, fue recibido inmediatamente por múltiples y continuas ráfagas de energía, llenas de esperanzas de poder lograr algun daño al intruso.

Gundrad recibió los ataques con desprecio, no resintiendo ni uno solo... Movió su capa con refinamiento, y de aquel simple movimiento hubieron escapado ráfagas de viento cortantes que aniquilaron a la primera fila de ataque en aquella parte de la base.

Gundrad: inútiles perros... Su raza será la primera que vaya a perecer en mis manos...- habló malévolamente cuando su cuerpo se hubiese cubierto de total energía.

 

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

 

Eizan y Serena fueron capaces de sentir aquella intensa acumulación de energía dentro de la fortaleza, que ya estaban a un paso de abandonar estando dentro de una especie de ascensor hacia la superficie.

El gran estruendo de inmensas explosiones retumbaron en cada rincón del lugar. El ascensor estuvo a punto de colapsarse, pero la suerte estuvo del lado de ambos individuos y este, aunque se tambaleaba con mas intensidad, siguió avanzando.

Serena intuitivamente busco apoyo para no caer en el lobo, quien la ayudo a mantenerse en pie y la protegía de los pedazos de metal que comenzaban a caer del techo. Serena se asombraba cada vez más y más por el comportamiento de aquel guerrero hacia con ella... No lo entendía... Bueno, como sailor sabía que no necesariamente debía ver razones justificables para prestar ayuda a los demás, pero aun así, quisiera poder entender la actitud de aquel siroi, quien se había olvidado de su deber para con los suyos y en vez de ello se encontraba ayudándola y protegiéndola...

Las explosiones continuaron, una tras otra en aumento de intensidad. Eizan sabía que el ascensor no soportaría más, sin mencionar que el asenso de la temperatura se incrementó de golpe, siendo señal para él que lo conveniente sería el ya salir por sus propios medios, calculaba que estaba cerca de la superficie, por lo que confió en que lo lograría.

De su garra dejo escapar una esfera de energía que fulmino el techo  y todo el cableado que pudiese estorbarle, sujetó nuevamente a la humana e inició su vuelo por el conducto.

Serena pudo observar como es que el ascensor cayó, pero que fue consumido por la llamarada de fuego que los estaba persiguiendo por el estrecho conducto vertical. No pudo evitar gritar por el susto e impresión que el acercamiento de las llamas le provocó. El siroi observó el final de aquel ducto, y para adelantarse su energía logró apartar cualquier obstrucción de su camino. A la velocidad de un proyectil, Eizan y Serena lograron salir, y aun la llamarada tras ello formó una gran columna sobre la nieve que se consumió poco a poco.

Desde el cielo, ambos se percataron que aquel terreno comenzaba a hundirse con rapidez, al no ver nada allá abajo que le sirviera de cimiento para mantener en pie aquella gruta. Aquel hundimiento solo reflejo el final erróneo para los suyos... No creía ser tiempo para sentir pésame por lo ocurrido... Pero un nudo en su garganta se había formado ante la impotencia de ver todo derrumbándose y sintiendo como una gran cantidad de presencias se desvanecían con el mismo viento frío de aquella zona...Serena observó el semblante de aquel guerrero y pudo sentir la misma tristeza que él pudiese estar sintiendo.

Serena logró que él la soltase, y por si misma se mantuvo en el aire, resintiendo el frío de aquel lugar al no encontrarse vestida apropiadamente para la ocasión. No deseo molestar al lobo, por lo que prefirió guardar sus palabras para en otra ocasión. Ella agudizó sus sentidos tratando de encontrar a algun sobreviviente, pero el inmenso ki que aun debajo de la nieve y rocas se sentía opacaba cualquier otro con facilidad, deseo demasiado al pensar que posiblemente aquella criatura se hubiese autodestruido. Fue extraño cuando aquella presencia hubiese desistido, realizando una completa desaparición ante los sentidos de cualquiera... Que estuviese muerto no era una probabilidad, simplemente él había... desaparecido.

Los ojos de la sailor se abrieron de par en par cuando hubiese divisado algunas siluetas que comenzaron a luchar por salir de entre los escombros de aquel terreno hundido. Con rapidez ella descendió, y aun sabiendo que se trataba de alguno de los sirois, decidió ayudar comenzando a quitar todo lo que fuese humanamente posible para ella. Se quejaba de sus heridas, pero con palabras de animo ella intentaba reanimarlo y que no desistiese, logrando liberarlo de entre los escombros y ayudándolo a llegar a un lugar en el cual pudiese descansar.

Eizan observó con extrañeza los actos de la joven... después de lo que los suyos le hubiesen hecho, ¿estaba dispuesta a ayudarlos?... Para el antiguo General, no le quedaba ni la menor duda... Era acreedora del titulo de Princesa de la Luna, en su mundo, en este... e incluso ante él y los de su raza...

Serena: Tranquilo, todo estará bien ya, no trates de levantarte- le pidió con amabilidad al primer sobreviviente, el cual pareció tranquilizarse ante la presencia de su general tras la humana quien lo socorría- No te preocupes, con el cuidado adecuado, estará bien- añadió ella sonriendo- Seguramente debe haber más como él que lograron escapar, no te desanimes- le dijo al general quien intuitivamente asintió y dispuso sus esperanzas a lo que ella hubiese dicho.

Los minutos pasaban, y cada vez que creían que sería el ultimo, algun otro siroi daba signos de haber logrado escapar de destino tan atroz.

Dentro de ese lapso de tiempo, Eizan sintió cómo es que una presencia se había encendido de golpe. En algun punto en las cercanías de donde el general revisaba, notó cómo es que debajo de algunos escombros emanaba una luz, la cual levanto de golpe una gran cantidad de escombros con el paso del cuerpo del cual esta irradiaba... Se trataba del saiyajin!

No había sido capaz de salir antes que el derrumbe hubiese sucedido, pero había logrado protegerse, y abriéndose paso con su mismo ki, finalmente había logrado llegar a la superficie, sin ningún rasguño, al igual que su protegida.

El siroi fue capaz de notar que aun se encontraba bajo la influencia del hechizo... Pero los hechiceros ya han de haber muerto, ¿por qué es que continua estando vigente? se preguntaba.

Muchas veces, la resolución de grandes problemas suelen resultar lo más lógicos...

Cuando hubiese cumplido con éxito una de las ultimas ordenes recibida, su cerebro automáticamente paso a la recuesta final... Eizan notó como es que los ojos del saiyajin volvieron adquirir vida nuevamente, y que con ellos mismos miró su entorno con suma confusión y extrañeza, queriendo ubicarse en tiempo y espacio. Eizan prefirió mantener su distancia, no sabría cómo él reaccionaría al verlo nuevamente después de aquel despertar tan repentino.

Solo hasta que una mano amiga lo tocó por los hombros se sintió verdaderamente él... La sailor le sonrió y examino su semblante.

Serena: Sí... sin duda has vuelto a ser tú!- dijo notándose su alegría- Los dos están a salvo...- añadió al verificar que Yakumo estuviese con bien.

Cort aun la sujetaba entre sus brazos, ella aun 'dormía'.... No dijo palabra, puesto a que no se atrevía, una terrible sensación de culpabilidad lo golpeaba en el pecho... ¿Qué es lo que habría hecho?...

La sailor notaba aquel desconcierto que inundaban sus ojos- Cort... Cort... ey- le habló con suavidad al ver sus ojos al extremo del terror- Tranquilo, ya todo paso, eres tu otra vez- le dijo al lograr que voltease hacia ella e intentar tranquilizarlo-  Hablaremos con más calma al regresar al Monte Shinzo ¿esta bien?- dijo debiendo ser ella la que tomase ahora decisiones- Iremos allá, y hablaremos... Todo estará bien, créeme- logró que el saiyajin asintiese- Tu preocúpate por Yakumo, llévala a salvo, iremos tras de ti.

Eizan sonrió levemente al verla tomar el mando de la situación, pero aun conservando aquella tranquilidad y gentileza en cada una de sus instrucciones.

 

Serena se volvió a Eizan una vez que Cort hubiese obedecido.

Serena: ... No creo que haya más sobrevivientes- dijo- Lo lamento...

Eizan: ... No tienes por qué lamentarlo...

Serena: ... Me salvaste, y me ayudaste sin razón... Te lo agradezco mucho, pero ni siquiera sé cual es tu nombre...

Eizan: Mi nombre es Eizan- se presentó.

Serena: Es un placer Eizan. Pero podemos dejar presentaciones, y explicaciones para después. Este no es el lugar más propicio para los tuyos que están heridos... Conozco un lugar en el cual nadie podría molestarlos y en el cual serían bienvenidos.

Eizan: ¿Por qué deseas ayudarnos?... después de todo lo que paso...

Serena: Guardar rencores no es algo que acostumbro a hacer... Pero según intuí con lo que paso... ustedes no tenían idea de que esto pasaría cierto?

Eizan: ... Todo salió fuera de control... Solo Sugai e Isamu sabrían lo que en verdad ocurrió.... pero ellos ya están muertos...- murmuró con impotencia.

Serena: No importa quien haya tenido la culpa.... lo discutiremos después, ahora, guiemos a los demás a ese lugar del que te hable en el que podrán reponerse- habló tratando de que el siroi se concentrase  en el presente.

 

Solo habían sido 14... Catorce sirois, contándose él mismo... Catorce... de cientos que habían logrado sobrevivir por 500 años en aquella gruta que se convirtió en su completo mundo... Se encontraban heridos, confundidos, y no poseían ya nada en ese mundo...

Sintieron como es que la magia que Sugai e Isamu habían impregnado en ellos se había desvanecido, junto con aquel hechizo con el cual jamás envejecieron ni un día... Ahora estarían indefensos ante el paso del tiempo...

 

Finalmente había vuelto a aquel lugar, sin saber los días exactos en los que pudieron estar ausentes. Era un alivio el poder admirar esos paisajes conocidos y que pudiese tranquilizarse ligeramente. Sintió cierta reacción de parte de quien aun dormía en sus brazos, la humana dejo escapar un ligero suspiro y cómo si intentase despertar de una larga siesta logró abrir sus ojos soñolientos.

La mirada de ambos se encontraron nuevamente, para los dos hubiesen parecido siglos de no poder hundirse en la mirada del otro... Yakumo no creía haber soñado lo ocurrido, el verlo a él portando esa armadura no le permitió el desear creer que solo había sido una pesadilla.

Él observó cómo los ojos de la humana comenzaron a llenarse de lagrimas, cómo si el poder ver lo que él ocultaba tras ese rostro la hacia sufrir... Era un sentimiento que la acongojaba.... Se rehusaba a creer que él pudiese hacer tales actos tan inhumanos...

No se dirigieron palabras, simplemente Yakumo busco refugio de aquella confusión que la abrumaba en sus brazos. No solo estaba confundida sobre él, sino todo lo referente a lo que ocurrido, se sentía tan vacía ahora, un gran dolor, en cada uno de sus movimientos, sus músculos lo resentían... Todo lo que sentía era tan abrumante y sabía que esto era solo el inicio de todo lo que en verdad vendría.

El saiyajin también buscó conforte en ella... Ambos se sentían perdidos al haber descubierto cosas que ignoraban... Uno estuvo en contacto con su bestia interior, y la otra comenzaba a sentir el peso de la muerte cernirse cada vez más sobre ella...

Yakumo: .... No sabes cuanto quería... poder sentirte de nuevo tan cerca.... Estábamos tan lejos uno del otro, que el distanciamiento fue doloroso...- murmuró ella escondiendo su rostro. El saiya simplemente la escuchaba- ... Creí que jamás te alcanzaría de nuevo...

Cort: ... Ni yo mismo sé dónde me encontraba...- murmuró aferrándose a ella- Perdóname...- pidió al comenzar a entender lo que ella pudo haber visto o descubierto- Perdona... Entiendo el que puedas encontrarte asustada... jamás fue intención mentirte... Solo quería...- no sabía qué decir exactamente- ... Si te hice algun daño...

Yakumo: No- lo interrumpió ella- ... No me hiciste daño... Pero te vi haciéndoselos a otros... Resulto igual de doloroso...

Sabía la sensibilidad de aquella humana hacia lo que les ocurre a los demás... El que sufre igual o más que el mismo afectado de algun golpe, o de una muerte prematura... Su empatia era muy extensa, y si ella lo decía, entonces la lastimo... no de forma directa, pero fue casi como silo hiciera...

Yakumo hubiese querido desfallecer en ese momento ante lo cansada y débil que aun se sentía... Pero no quería, no deseaba el pasar todo el tiempo que restaba en la inconciencia...

Cort: Quisiera decir lo siento y que tu lo aceptaras... Pero eso jamás sucederá ¿cierto?... Viste algo en mí, que yo no quería jamás mostrarte, porque ni yo mismo sabía a lo que te expondría... Perdona. Y entenderé... entenderé si a partir de ahora.. me ves con ese temor- añadió al haber logrado levantar el mentón de la humana- Sí... ese mismo terror en tus ojos... es lo que siempre los saiyajins han causado... No te culpo... Tarde o temprano debía suceder... Lamento que hubiese sido de esta forma...- añadió al haberla soltado al creer que ella pudiese sentirse incomoda al estar cerca.

La humana quiso hablar, pero sus ojos divisaron algo entre los árboles, yaciendo en el tronco de alguno.

Yakumo se acercó con rapidez, se trataba de Hakuba, quien se encontraba inmóvil y notándose los daños que pudo haber recibido.  No estaba funcionando. La humana se preocupo por su inseparable amigo, cómo podría abandonarla, terminar de esa forma, después de todo lo ocurrido... No le permitiría el que la abandonase de esa forma tan prematura...

 

Cort simplemente la observó, la forma en la que lo había ignorado, sintiendo una opresión en el pecho que le causaba dolor... ante su posible rechazo y aquel distanciamiento que sintió en ese momento entre ambos... Un salvaje simio se había interpuesto entre ellos y no les permitía el encontrarse de nuevo...

Aunque Yakumo intentase el traer nuevamente  línea a su fiel amigo, sinceramente no era basta conocedora en cuanto a la tecnología y esa clase de mecanismos. Notó como es que el saiyajin se colocó del otro lado de la gran cubierta del robot, abriendo una escotilla y comenzando a maniobrar con el cableado. La humana simplemente lo observaba a través de la cúpula de cristal, viéndolo trabajar de esa manera tan segura.

¿Por qué estaba permitiendo esto? se preguntó al observar frente a ella solo al mismo joven quien cayó una vez del cielo, el cual la había acompañado desde entonces hasta aquí, a quien se le había confiado su seguridad... quien había despertado esos sentimientos desconocidos para su corazón de mujer... Por qué se permitía ser tan egoísta en aquel momento en que más lo necesitaba a su lado, al sentir que todo Enterrar se volvería en Caos... El conocimiento golpeaba su cabeza, pero el entendimiento de  ello aun se rehusaba a llegar, convirtiendo sus pensamientos y juicio en una tormenta de confusión e indecisiones... Lo amaba tanto, pero ahora no solo veía al dulce joven el cual ganó su corazón y confianza, sino siempre la sombra de aquella enorme bestia a sus espaldas, a la cual le temía tanto...

En ese momento en que lo vio trabajar, y que recordase los sueños con aquella enorme bestia, recordó algo más, las apariciones premonitoras de Serena... o de alguien que se le parecía a ella..., y lo que ella le transmitió en ese sueño vino a sus oídos nuevamente...

- 'No tienes porque temer, estoy segura que él jamás se atrevería a hacerte daño' 'No debes sentir miedo... Él jamás te haría daño. Yo lo traeré de vuelta ya que poseo la habilidad para controlar su agresividad... Confía en mi... No debes temerle a la bestia porque estarías temiendo al hombre de igual forma...-

Ciertos sonidos mecánicos se dejaron escuchar cuando los ojos del robot hubiesen mostrado haber recuperado algo de energía.

Hakuba: Oh... uh...- momento de silencio- ... Oh ya... no sé quién habrá repuesto la corriente de energía alterna a mis sistemas... pero gracias...- habló pausadamente el robot al encontrarse defectuoso por los daños recibidos, algunas chispas botaban de sus uniones con cada movimiento que intentaba realizar.

Yakumo: Hakuba ¿estas bien?- sujetando su mentón para que pudiese mantener su vista en ella.

Hakuba: ... No lo... creo... Demasiadas averías... Pero eso.. no importa ahora... Me alegra verte sana y salva... Lo ultimo que recuerdo... es el peligro que pudo correr... la señorita Tsukino... ¿ella esta... bien?- preguntó.

Cort: aun vive- añadió al ver como es que Yakumo no estaba segura de ello.

Hakuba: Joven Cort... me alegra verlo también... Vaya, que cambio... de estilo- añadió refiriéndose a la armadura- Usted fue... quien me conectó de nuevo?

Cort: Sí. No te preocupes- le dijo a Yakumo al verla angustiada por su amigo- Aunque el daño visible en su coraza se vea grave, solo necesita de ciertos ajustes y reparaciones para que regrese a la normalidad.

Hakuba: Temo que mis.. sistemas de auto reparación se... encuentran un tanto defectuosos... pero con la energía... cedida, podré comenzar... a repararme....

Yakumo: Me alegra que no te hubiese ocurrido nada grave amigo...- dijo al abrazar la cabeza metálica del robot- ... Gracias...- murmuró ella al saiyajin. El robot, aun en sus fallas mecánicas, fue capaz de percibir aquel distanciamiento que había en ambos... se preguntaba lo qué pudo haber ocurrido para que pudiese haber cambiado su forma de tratarse...  Sabía que habían dado un paso importante, pero ahora, parecía que habían vuelto de donde partieron la primera vez que se conocieron.

 

El acercamiento de numerosas presencias a ellos, llamó la atención de los tres hacia los cielos, desde donde muy animadamente Serena Tsukino  lograba destacar su presencia al llamarlos por sus nombres y descender con más rapidez en aquel claro en dónde solo puso sus pies y se lanzó hacia su amiga con suma alegría, al verla ciertamente repuesta.

Serena: Oh Yakumo, que bueno que ya estés bien, no sabes lo asustada que me tenías... jamás vuelvas a hacerme esto T.T- añadió.

Yakumo: Discúlpame Serena si es que logre hacerte pasar algun mal momento- añadió aliviada de que ella estuviese sana y salva.

Serena: Solo no vuelvas a hacerlo y asunto arreglado- añadió sonriente, fijando sus ojos después en el robot maltrecho- Hakuba!! oh, torpe lata de hojalata , mira cómo quedaste...- murmuró al arrodillarse para estar a la altura del robot.

Hakuba: Serena... me alegra que haya logrado... salir con bien...

Serena: ... Y no gracias a ti... Pero no importa eso, te comportaste como todo un héroe- dijo al haber abrazado la cabeza metálica con efusividad.

El saiya observó como es que los acompañantes de la sailor hubiesen descendido, sabiendo mantener su distancia, y una vez que hubiesen vuelto al suelo, la mayoría de ellos prefirieron alojar a los compañeros heridos bajo alguna sombra apropiada, solo quedando Eizan para dar la cara en nombre de los suyos ante todo lo ocurrido.

Serena: Espera Cort- lo persuadió al desear interceder por él- Yo les pedí que me acompañaran hasta aquí... Hay mucho que deseamos saber, y no siempre podremos contar con que los Guardianes respondan todas las preguntas como se debe...

Cort:  ¿Confías en ellos, aún después de lo que te hicieron?- preguntó al notar aquel vendaje en su hombro.

Serena: Él salvo mi vida... Merece que confié en él, así como el darle la oportunidad de explicarse... No sé tu, pero yo estoy harta de todo este misterio! Además... Ellos ya no tienen nada! su hogar, su raza, su vida misma termino allá atrás... No podía dejarlos... Espero y que ninguno se sienta ofendido por la decisión que tome allá atrás...- habló estando en medio del saiya, Yakumo y el Siroi- jamás eh sido partidaria de fingir no ver la desgracia de los demás...

Yakumo no estaba del todo convencida... La piedad y el perdón siempre habían sido partes fuertes en ella, pero en aquel momento...

Cort: ... Esta bien... Respeto tu decisión- dijo ante la sorpresa de la misma Serena- Espero y no te equivoques... Si te lo permito, es que yo también deseo saber qué rayos es lo que paso... Con todo y detalle- murmuró con frialdad al guardar cierto rencor hacia esa raza...

Eizan: Si decidí seguir a esta joven, solo fue con la intención de poder reparar lo que los de mi clan han desatado en este mundo nuevamente...- habló con solemnidad.

Cort: Entonces habla de una vez...

Yakumo: ... Eso podemos dejarlo para después- habló al tomar la palabra- Primero, debemos ayudar a los heridos- dijo con gentileza.

Serena: Sí, me parece bien- respondió- ¿Tiene algun impedimento ante ello General?- preguntó al volverse a Eizan, al haber escuchado de los demás lobos que lo llamaban a él con ese titulo. Eizan se sentía cada vez mas desconcertado por el comportamiento de aquella joven hacia los suyos... Pero termino aceptando.

 

Eizan no creía que ella desease convertirlos en sus aliados al brindar tales atenciones, aquella era su forma natural de ser... después de todo, ella sintió compasión misma hacia su alguna vez líder Sugai estando herido, pero el muy cobarde se atrevió a traicionar aquel acto de nobleza...

Era difícil que él u otro de los sirois se negasen a cualquier petición que ella pedía. Guerreros fuertes y orgullosos, jamás se hubiesen dejado atender por ningún humano o por medios tan primitivos como vendas y desinfectante... Pero sus palabras lograban domarlos como si fuesen animales domésticos... No le extrañaba en absoluto la existencia de ese vinculo hacia la joven si ella era en verdad la Princesa de la Luna... Sus palabras eran su ley, sus ordenes y ellos obedecían intuitivamente...

Solo catorce de los suyos habían sobrevivido... Todos ellos guerreros, y tal vez para su suerte, entre ellos se contasen con especimenes hembras de los de su raza. Observaba todo lo que ocurría desde algun punto fuera de aquel claro en donde sus hombres recibían la atención de dos humanas.... El ver sus nobles intenciones lograba que su vergüenza y culpabilidad se incrementase tanto hasta poder sentir nauseas por las acciones de su Imperio... Aunque él Supiese las verdaderas intenciones de Sugai e Isamu de haberlo hecho, aun no entendía lo que pudo haber salido mal... No creía que ni si quiera sus dos lideres lo hubiesen sabido, logró ver sus semblantes llenos de sorpresa la ultima vez... La única respuesta concreta y lógica que su mente podría encontrar, sería el que solo fueron engañados... engañados por el oráculo...

Cort: Explícame el por qué de tu actitud pacifica hacia nosotros ahora...- el siroi escuchó la voz del saiya, quien había permanecido con su actitud desconfiada hacia ellos.

Eizan: ... Entiende esto chico, jamás fue algo personal...- habló con seriedad al querer ubicarlo con sus ojos, pero mientras él estuviese recargado sobre aquel gran tronco, jamás lo vería, puesto a que el saiya se colocó en su misma posición pero de otro ángulo, justo tras él, lo único que impedía que sus espaldas se apoyasen sobre la otra era la madera del árbol.

Cort: Claro... Nunca es nada personal...- dijo sarcástico.

Eizan: ... Soy un soldado... es decir, más bien, lo fui... Solo seguía ordenes... y esas ordenes siempre las cumplí sin rodeos. El destino quiso que ustedes estuviesen en medio de ellas...

Cort: ... Eso no es suficiente...  No sé lo que le hayan hecho a Yakumo, pero ya no es la misma a la cual se llevaron... Explícame, qué es lo que los tuyos pretendían  con ellas dos...- dijo con rudeza.

Eizan: ... jamás llevaba acabo una orden sin tener una razón que la justificase... Pero nunca pude obtener la justificación de los actos de mis comandantes hasta que fue ya demasiado tarde...- comenzó- Los últimos lideres de mi clan, encontraron ciertos mitos, leyendas, sobre la ubicación de la Tarjeta del Guardián Celestial que había vencido a Lanancuras hace mas de 500 años... La idea de que esa tarjeta existiese, comenzó a llenar su cabeza de ideas... el 'Oráculo' que consultaban les lleno la cabeza con ideas de clases absurdas...- murmuró- Debes de saber, que cuando una criatura se convierte en tarjeta, no hay forma natural en la que pueda volver a la vida... Los métodos realizados en el pasado se perdieron, pero nosotros,  con nuestra tecnología en acorde con la magia, fueron capaz de idear un método, uno con el cual pudiendo poseer la tarjeta del ese Guardián, permitiría traerlo a la vida nuevamente, antes de que Lanancuras volviese...

Cort: ¿Lanancuras?... Pero si ese sujeto esta confinado eternamente en la prisión que los Guardianes hicieron ¿oh me equivoco?

Eizan: Lo mismo cuestione cuando me hubiesen puesto al tanto del verdadero plan... Pero, me mostraron que esa prisión no duraría eternamente... El que hubiese arribado a esta Tierra, el choque mismo, logró que las ataduras y cimientos se debilitaran.... Llegara un momento en que Lanancuras no podrá ser retenido por esa celda de roca por más tiempo!

Cort: No lo creo...

Eizan: Créelo... Eso ocurrirá... Los Guardianes lo saben, siempre lo supieron, y por ello me doy cuenta ya, que han arreglado todo este tiempo lo necesario para estar preparados...  A su manera, ellos intentaban colocar todas las piezas en su lugar para enfrentar el retorno de los Cardians.... Maldición! fuimos tan estúpidos!- bramó con fiereza- ¿Por qué... por qué no lo vi antes?... Nosotros siempre... siempre fuimos leales a los Guardianes, luchamos en su nombre en la guerra y con su respaldo logramos vencer... Cómo fue que nos dejamos corromper...- en ese momento lo vio con más claridad- ... Desde que... desde que ese oráculo apareció... hizo todo lo posible, para tener la confianza de los comandantes... Tanta como para que rompiesen su vinculo con los supremos... Solo alguien que desease corromper los intentos de ellos...

Cort: ... Lanancuras- se atrevió a decir, al encontrar el punto al cual Eizan quería llegar pero que no se atrevía.

Eizan: podrá ser?.... Sería lo más lógico...- dijo pasmado- ... Nos uso... nos uso para poder adelantarse a los Guardianes e impedir que  ellos pudiesen....

El saiya comenzó a entender, y  creer, que solo habían sido unas victimas más de lo ocurrido...

Eizan: ... Tiene sentido... El Oráculo se trataba de Lanancuras... él nos uso para evitar a toda costa que los planes de los Guardianes no hayan resultado como lo esperaban...  Que desconfiáramos de sus decisiones, pero todo el tiempo ellos tuvieron razón... Es por ello que tu estas aquí- dijo con extrema seguridad, como si todo pudiese verlo con claridad aunque no estuviese enterado de todo- ... Los Guardianes se dieron cuenta de nuestra 'traición', y al no poder intervenir directamente en los asuntos de los mortales... Te enviaron a ti para que protegieses a la humana Yakumo... Sus planes tuvieron que cambiar, creyendo que Yakumo lograría  llegar hasta ellos sin la ayuda de algun protector, tuvieron que pensar rápido y... por ello te escogieron a ti...

Cort: ... así que dices que todo esto estuvo escrito ya desde el principio...

Eizan: ... Lo que Lanancuras buscaba al disfrazarse tras la sabiduría de un Oráculo, no era que encontrásemos a su Guardián Némesis... si no a uno de sus Lugartenientes, Gundrad... Tontamente, no solo lo liberamos sino le dimos acceso a un poder mucho mayor... al renacer de tu sangre y que ahora corre por sus venas... el contar con el poder del cristal de plata... sin mencionar, del poder Celestial que le fue arrebatado a la humana Yakumo...- murmuró casi sin aire.

El saiya al escuchar lo ultimo pareció enfurecerse, su actitud tranquila se volvió un tanto violenta cuando hubiese caminado hasta pararse frente a él, y de un momento a otro lo hubiese tomado por el cuello dispuesto a romperlo, sin que el siroi se opusiera claro. Afortunadamente nadie se percató de ello.

Cort: Cómo es que se atrevieron a cometer tal barbaridad?!

Eizan: No fue mi decisión...

Cort: Aun así, ustedes se aprovecharon de los tres de la manera más sucia que jamás había visto!- dijo furioso- No simplemente me controlaron y me usaron como una marioneta para hacer todo su trabajo sucio, sino que también permitieron que algo tan oculto dentro de mí pudiese saborear la sangre de los débiles, un deseo que ahora ciertamente me esta transmitiendo... Despertaron un instinto en mí que no debieron tocar!... Y cínicamente... hicieron que Yakumo me viera así... Que mirase los ojos del monstruo que en verdad soy!- añadió al haber puesto mucha más presión sobre el guerrero quien se mantuvo sereno aun ante la amenaza- Las ganas no me faltan para quebrarte el cuello en este momento...

Eizan: Vamos... adelante... así de verdad demostraras que eres una bestia peor que yo...- añadió- Pero antes de que lo hagas... solo quiero decir, que deberías estar feliz por la humana...

CorT: Por qué debería? No la han beneficiado en nada lo que le han hecho!

Eizan: Tal vez no.... pero si lo vemos de la manera torcida de mis ex comandantes... Ahora ella es solo una humana... No cuenta con el poder con el que los Guardianes la ungieron, ya que fue transferido a Gundrad, el ser al que despertamos... Sin ello, ella jamás deberá enfrentar lo que los guardianes le tenían preparado... Ciertamente sentía una clase de lastima por ella al saber todo lo que debió pasar y lo que aun debía vivir... Ahora esta fuera del 'juego' que los Guardianes han tendido durante tantos siglos...

El saiya no lo había visto de esa manera hasta aquel momento...  Si lo que decía era cierto, podría darle un poco de valor... Yakumo ya no tendría por qué luchar... ni por qué morir...

- Tienes algo de razón...- añadió una voz femenina que llamó la atención de ambos. El saiya rápidamente dejo de hostigar al siroi y ambos muy benévolamente miraron a la humana- ... Ahora solo soy lo que siempre había deseado ser únicamente...- murmuró- Soy humana.... nada celestial o divino esta cubriendo mi sombra... Y la verdad no sé cómo sentirme respecto a eso... Tal vez y si usted me dijese a qué clase de ser le dieron ese poder... podré salir de este dilema.

Eizan: ... Es una lastima... pero todo de lo que se les privo a los tres, se le cedió a un General Cardian de nombre Gundrad- ante ese nombre, para el siroi fue como regresar en el tiempo- El Imperio Cardian constaba no solo con el liderazgo de su Rey, Lanancuras, sino también por el respaldo de tres generales de sus ejércitos... Uno de ellos era Eilis, un cardian con la capacidad de transformar su cuerpo en metal líquido *, la segunda se trataba de Lunaria, una cardian hembra con poderes místicos y relativos a la magia oscura... pero sobre ellos tres se encontraba el lugarteniente preferido y más confiado de Lanancuras, su siempre mano derecha... solo podía otorgarle tanta confianza en su propia sangre, el tercero es Gundrad, heredero de todo el Imperio de Lanancuras... Es a este ultimo al que trajimos de nuevo, estúpida e ingenuamente a la vida... Los Cardians son sombras del pasado de este planeta, sombras que no pueden ser consumidas simplemente al olvidarlas o mantenerlas limitadas... Es algo que siempre volverá hasta que se le elimine... Hace quinientos años no vencimos del todo... solo lo aplazamos a que terminase en otro tiempo bajo la responsabilidad de otros...

Yakumo: ... Ese aplazamiento... a un tiempo en donde no hay nadie quien sea capaz de hacerle frente a ese mal... - no lograba a terminar de hablar, ya que parecía que caería en cualquier momento, y así hubiese sido de no ser por una mano amiga que logró anticiparse a su desmayo- Estoy bien... Solo un poco cansada- añadió al querer que él quitase sus brazos de ella.

Eizan: No hace falta que lo digas humana... tu mirada lo dice todo...- añadió con seriedad- Hay mucho aun de lo que debemos hablar... Pero creo que la moral de los demás de mi raza necesita igual explicaciones que yo solo puedo darles, si no les molesta, prefiero hablar contigo cuando te encuentres en mejores condiciones- dijo cuando se hubiese atrevido a dejar a ambos, y a la humana con la palabra en la boca.

Cort: ... No tenía idea de lo que te habían hecho- dijo al ayudarla a incorporarse.

Yakumo: ... No estabas ahí para haberlo sabido- dijo al lograr reponerse y mantener distancia.

Cort: ¿Me culpas?- Yakumo solo negó al haberle dado la espalda. La muralla que ella había levantado entre ambos no tenia cimientos en su 'ineficiencia' como su guardián, sino el haber descubierto más de lo que deseo saber de él y el saiyajin lo sabía... pero no sabía cómo disculparse... - No sabes cuanto lamento que me hubieses visto de esa manera... Dos veces ya... Pero si no lo hice, fue por temer que esto ocurriera... Aunque creí que eras diferente y que jamás te dejarías llevar por las apariencias, creí que solo tú serías capaz de comprender que debajo de todas esas facetas que tengo en un combate, me encuentro yo- intentó acercarse a ella, pero la humana con timidez aun se alejaba.

Yakumo: Todo mundo cree conocerme...- añadió como en una especie de reproche- ... Creen que una inocente sonrisa de mis labios les permite leer cómo soy en realidad... Todos creen que todo lo perdonare, que siempre sonreiré, que no me duele si me lastiman... Yo no soy una maldita diosa de la misericordia!  Puedo odiar, puedo sentirme ofendida y enfadarme!- dijo tratando de retenerse, pero no le era posible, en aquel momento se sentía tan incompleta, perdida, sola y confundida... todo nuevamente debía de salir- Que siempre esconda todas esas emociones tras una sonrisa, no significa que siempre este feliz! Aprendí que debía esconder mi tristeza tras una animada sonrisa para que los que están a mi alrededor no pierdan la fe... Pero qué hay conmigo? ¿acaso yo no cuento? jamás eh contado para nadie?!...- de nuevo volvía su impotencia ante todo lo que sucedía a su alrededor-  ¿Por qué siempre debo pensar en los demás y jamás en mi?... Quisiera ser egoísta... solo una vez... Y es ahora... Pero me pesa que sea hacia ti- murmuró al finalmente volvérsele y encararlo- Creí que me había ganado tu confianza... Pero no, me ocultaste muchas cosas... Cosas que al haberlas sabido, jamás hubiese pasado todo esto... El que perdieses el control en esa batalla ah llevado a esto... Inicio toda esta locura... Si estas aquí fue para protegerme y fallaste! Los Guardianes te escogieron para eso, y nada más... Yo no debí haberte amado, ni tu a mí, pero lo hicimos, lo hice tal vez en signo de rebeldía... Y tal vez aun demuestre mi rebeldía al no haber luchado para evitar que me quitasen el 'poder'!- realizó una ligera pausa cuando las lagrimas y la congoja la comenzasen a consumir y hacerla flaquear.

Cort simplemente la escuchaba, sus palabras comenzaban a herirlo tan profundamente como jamás ni un enemigo lo había logrado, "El que te amase tal vez solo sea un signo de rebeldía"... Fue como una estocada en el corazón.

Yakumo: ... Pude haberlo intentado.. Pude haber luchado por retener lo que era mío... Pero para qué... Por qué luchar por conservar algo que ya no quería, que detestaba y que había destrozado mi vida...- murmuró- ... Fue dolorosa esa separación... Pero el sentir mi cuerpo liberado de esa carga, lo vale...

El saiya endureció la mirada en ese instante... No reconocía a la humana que él creí amar, no mientras hablase de es manera-  Esta no eres tu...

Yakumo: De lo mismo quise convencerme yo cuando te vi así... Pero la realidad duele no te parece...

Cort: Yakumo, entiendo que estés pasando por esto...- dijo al haber logrado tomarla por los hombros.

Yakumo: No lo creo... no creo que nadie lo entienda... Me han lastimado mucho... ya no lo soporto más.... Estoy cansada de esto!!- exclamó dejando escapar sus lagrimas sin intentar detenerlas. Ella hubiese deseado poder salir corriendo de aquel lugar, pero él no se lo permitía.

La humana por más que lo intento no pudo lograr que él la soltase, en vez de eso, él la abrazo aun sin su consentimiento. Ella luchó por que la dejase ir, pero aquella agradable sensación que era el encontrarse entre sus brazos la reconforto tanto que dejo de luchar y se entrego completamente a aquel abrazo.

Cort: ... Todo estará bien ya, lo prometo... No permitiré que nadie más vuelva a lastimarte...- le susurró conservando una mirada fría como el hielo en su semblante.

 

- Fin del Capitulo 22-

 

* Eilis, y Lunaria sí son personajes oficiales de la Serie de Shinzo; Gundrad es de la propiedad de esta escritora....

 

Notas de Ulti_SG:

Bien, espero y hayan podido digerir esto lo mejor que pudieron...... Como ven, no fue una explicación tan difícil, y menos para quienes conocieron la serie de anime.

Disculpen si estos capítulos los han considerado un tanto cortos...

Nos acercamos al final.... quejas, comentarios, sugerencias, a mi email, ulti_sg@hotmail.com

Regresar"

Anterior"