Yakumo se dirigió a la habitación después
de probar bocado. Había estado delicioso, le recordó la manera
tan culinaria con la que Kutal cocinaba. Por un instante se preguntaba qué
es lo que los tres estarían haciendo en estos momentos, de qué
manera habrían cambiado sus destinos.
Tocó antes de entrar, y al no recibir respuesta entró.
Observó como es que su acompañante se encontraba en medio de la
habitación, parado de manos realizando lo que parecían flexiones.
Este al notar su presencia, se giro hábilmente permaneciendo de cabeza.
Las mejillas de Yakumo se ruborizaron ante su desconcierto, al mirar a Cort
simplemente en pantalones, teniendo a la vista aquel torso y pectorales tan
bien marcados que poseía el muchacho. Yakumo se dio la vuelta para no
verlo, se sentía bastante apenada.
El saiya por su parte no entendió la reacción de la humana.
Cort: Oye Yakumo ¿te sientes bien?- preguntó continuando con su
ejercicio.
Yakumo //n//n// sí, sí, estoy bien es solo que.... no, no, nada
olvídalo- dijo nerviosamente sin que el rubor de sus mejillas se desvanecieran.
Cort: Espera un momento, ya casi termino con esto.
Yakumo: Descuida //n//n// tarda todo lo que quieras- volteo discretamente hacia
él nuevamente, solo para verlo pero al encontrarse con su mirada volvió
la vista hacia la pared.
Yakumo: ...Veo que posees grandes habilidades físicas- comentó.
Cort: Bueno... eso se debe a que durante toda mi vida me he entrenado, tuve
un muy buen maestro, sin mencionar estricto.
Yakumo: ¿Y cual es la razón por la que entrenan ustedes los saiyajins?
Cort: A pues... No creo que haya una razón sólida ante esto pero
creo que se debe a que esta en nuestra sangre, somos una familia guerrera y
creo que esta en cada uno de nosotros alcanzar una gran fortaleza, nos agrada
pelear- explicó- Por un tiempo es lo único para lo que nuestra
raza vivió.
Yakumo: Una familia guerrera- repitió la frase- Eso explica muchas cosas
sobre ti. ¿Y tú maestro es muy fuerte?
Cort: Así es, es mucho más fuerte que yo, es el único 'familiar'
que tengo desde que recuerdo, el fue mi única imagen a seguir, no necesitaba
más, siempre lo he admirado.
Yakumo: Debe tratarse de alguien muy excepcional para que hables así
de él.
Cort: Le debo mucho, sin embargo tengo bastante tiempo sin verlo- sus pies nuevamente
volvieron a tocar la superficie. Se volvió para tomar su vestimenta que
terminaría de complementar el traje de combate, sin embargo...
Yakumo: Cielo santo, Cort ¿qué es esto?- preguntó al acercarse
y tocar su espalda desnuda, esto logró que resintiera una herida.
Cort: Cuidado!
Yakumo: Lo siento. Pero esto se ve muy mal- añadió al observar
un corte diagonal adornando la espalda del saiyajin, la herida aun parecía
fresca, con la carne viva pero no sangraba- ¿Cómo es que puedes
soportar esto? Debe dolerte mucho.
Cort: Bueno, no importa que tanto la cuide, jamas desaparecerá...
Yakumo: ¿Como puedes estar tan seguro?
Cort: Por que el tipo que me la hizo fue muy claro- añadió- Dijo
que jamas sanaría hasta que mi propia alma lo hiciera, y eso sería
cuando encontrase lo que he estado buscando... al principio no entendí
a lo que se refería y creí que eran solo patrañas, pero
después de meses de tenerla y no ver mejora me hizo ver que debí
tomar más en serio al sujeto...
Yakumo: ¿Qué clase de persona pudo hacer algo así?- se
preguntó- Pero se cure o no, creo que es recomendable que la mantengas
lo mejor posible y no en un contacto directo con tus ropas o tu armadura, eso
tal vez evite mucho más dolor.
Cort: No creo que tenga caso.
Yakumo: Tonterías, creo que vi un botiquín de primero auxilios
en la gaveta del baño, siéntate que yo iré por él.
Cort: Yakumo...
Yakumo: Ssshhh, por esta vez ahora tú eres quien tienes que acceder a
lo que YO creo que es correcto ¿esta bien?- sonrió.
Cort: (suspiro) Como quieras.
Sintió un intenso ardor al momento en que Yakumo
paso gentilmente un pedazo de tela húmedo por su espalda, trataba de
ser lo más cuidadosa posible. Mientras ella trabaja el saiya pensaba
lo que había dicho ese hombre antes de desvanecerse, tenía tiempo
sin pensar en ello... Él dijo que ese corte sería la representación
o manifestación de lo que ocurría en su propio interior, la manera
en la que se encontraba su alma, 'herida', y que solo sanaría cuando
encontrase la paz que necesitaba, al encontrar lo que estaba buscando... Al
principio estas palabras no tenían significado algunos para él,
sin embargo poco a poco tomaron forma... ¿Qué es lo que él
buscaba? Bueno, buscaba superar los poderes de su primogenitor... No, eso no
era lo que realmente buscaba, lo que él buscaba era poder comprender
a los seres que tuvo como padres, llegar a entender lo que paso en verdad entre
ambos, pero no ha podido hacerlo y tal vez nunca lo haría, por lo tanto
esa herida jamas se cerraría y lo acompañaría siempre como
un recordatorio de lo herida que aun conservaba su alma ante el conocimiento
de su origen, el jamas haber contado con ellos...
La humana había colocado trozos de gasa sobre aquel corte para después
comenzar a vendar. Le resultaba curioso no sentirse tan nerviosa como antes
al ver el pecho y torso desnudo del guerrero, aunque eso si, estando tan cerca
y en contacto de su cuerpo tan bien formado lograba que su corazón latiese
a mil por hora. ¿Que era esto que sentía en su pecho? Jamas se
había sentido de esta manera, al estar con Mushra y los demás
jamas habían logrado sensaciones como estas, nunca, pero con él
todo era diferente.
El silencio se había presentado desde que ella comenzó a vendarlo,
y como ya sabemos, Yakumo no era partidaria del silencio, por lo que decidió
iniciar una conversación.
Yakumo: Me has hablado mucho de tu mundo y de los tuyos, pero me gustaría
que me contases más sobre los saiyajins como tú.
Cort: ¿Que te gustaría escuchar de ellos?
Yakumo: Bueno... ¿por que no empiezas desde el principio?- preguntó
sonriente.
Cort: Bueno... los orígenes de nosotros los saiyajins no son muy placenteros
de oír que digamos...
Yakumo: ¿Que tan malo podría ser?
Cort: Si tu insistes... Bien, esto se remonta a aproximadamente un poco más
allá de 100 años, mis padres aun ni siquiera nacían. Los
saiyajins vivían en un planeta de una galaxia lejana a la Tierra, según
esto ellos eran un pueblo bárbaro y sin ninguna clase de tecnología
o cultura. Era un pueblo que se regía por fuerza y los más hábiles
eran quienes gobernaban o lideraban a los demás. Originariamente el planeta
donde habitaban se llamaba Plant, planeta que compartían con una raza
mucho más civilizada, los Tsufurus, estos en mi opinión eran todo
lo contrario a los saiyajins... Tiempo después los saiyajins se unieron
para ser la única raza existente en el planeta, exterminando por completo
a los Tsufurus...- explicaba no muy orgulloso por sus antepasados- Estos actos
de agresividad y brutalidad llamaron la atención de un tirano espacial
de nombre Freezer, que se dedicaba a la conquista de otros planetas, saqueándolos,
destruyendo a la población originaria del lugar para después venderlo
al mejor postor.
Yakumo: Que sujeto tan más horrible- murmuró.
Cort: Freezer ofreció una clase de alianza a mis antepasados que ellos...
es algo que la historia no lo describe bien pero, tal vez no tuvieron opción
más que aceptar ante un sujeto tan poderoso como en aquel entonces Freezer
lo era- añadió- Durante largos años los saiyajins estuvieron
al servicio de Freezer, arrasando planetas y conquistándolos en su nombre,
recibiendo dinero y tecnología a cambio, según esto, esa fue la
era dorada de nuestra raza, patrañas... Freezer al ver como el poder
de mis antepasados comenzaba a incrementarse, y viendo esto como una amenaza
latente, decidió de una vez por todas eliminarlos...
Yakumo: Que crueldad.
Cort: Tal vez mi raza se lo merecía.... después de todo nosotros
no éramos tan diferentes de Freezer- agregó.
Yakumo: No importa que tan malo haya sido alguna persona, tiene derecho a recibir
piedad de los demás- dijo ella muy segura de que era lo correcto.
Cort: No creo que ese Freezer supiese cual es el significado de la palabra 'piedad'...
En ese momento en que destruyo nuestro planeta de origen, se pensó que
los saiyajins estaban al borde de la extinción... Pero para nuestra fortuna
y para desgracia del universo algunos de ellos salvaron la vida- dijo con sarcasmo-
Era imposible estar seguros que en ese momento en que Freezer destruyo el planeta,
todos los saiyajins hubiesen estado en él... Fueron pocos los que sobrevivieron
para contarlo, entre ellos se encontraban mis abuelos. Según esto hubo
tres saiyajins, entre ellos el príncipe de nuestra raza que aun seguían
bajo las ordenes de Freezer desconociendo por completo la existencia de más
sobrevivientes, y todos pensaron que solo ellos tres se habían salvado.
Los demás que salvaron la vida no sabían que es lo que debían
hacer, estaban conscientes de lo que Freezer había hecho y desde entonces
vivieron con miedo a que los encontrase... Por décadas vivieron en planetas
diferentes, separados, escondidos como ratas con temor a que Freezer los encontrase,
escondiendo su propio origen para evitar ser delatados o no ser bienvenidos
en ningún lugar. Décadas después, apareció un hombre...
un saiyajin quien tuvo las agallas y el poder necesario para exterminar a Freezer
y vengar a todos los que murieron bajo sus manos.
Cort: Con la muerte de Freezer, todos los demás saiyajins podían
respirar aliviados y vivir sin agobio alguno ante la amenaza que él representaba
para nuestra raza. Poco a poco los sobrevivientes pudieron encontrarse unos
con otros, sabiendo así que los saiyajins no estaban tan extintos como
se pensaba, eran alrededor de 50, quienes durante su estadía en algún
planeta habían logrado adoptar una vida pacifica, muy similar a la de
los humanos. Tomo un poco de tiempo pero se organizaron en una forma en la que
encontraron un planeta para ellos a los cuales podrían llamar hogar,
el planeta Ohzaru, así es como decidieron llamarlo. Es en ese lugar en
donde crecí.
Yakumo: Una fantástica historia.
Cort: El planeta Ohzaru poco a poco fue habitado por los saiyajins que se encontraba
esparcidos en el universo, muchos de ellos traían familia consigo al
haber 'mezclado' su sangre con alguno de otros planetas. Se decidió que
jamas volverían a cometer el mismo error al permitir que algún
otro tirano los manipulara, adoptando así una clase de vida pacifica,
sin embargo eso no quitaba que estuviésemos deseos de hacernos más
fuertes. Tomo tiempo, pero poco a poco nuestra raza se ganó la confianza
de las demás civilizaciones, inclusive la mitad de la población
de mi planeta pertenecen a diferentes razas.
Yakumo: Ciertamente son una raza muy interesante...
Cort: Espero que al saber esto no me veas como una clase de monstruo o algo
similar.
Yakumo: Yo no he dicho nada, además sé que serías incapaz
de lastimarme... Además por lo que me has dicho, han cambiado, a todos
los seres les llega la evolución tarde o temprano.
Cort: Es lo mismo que yo suelo decir...
Yakumo: ... Alguna vez mi pueblo paso por algo similar al tuyo... Cuando los
enterrícolas nos cazaban como si fuésemos animales... exterminándonos
a todos, escondiéndonos como ratas por miedo a que nos encontrasen...
Estuvimos al borde de la extinción, pero gracias a tres valientes enterricolas
mi pueblo tuvo la oportunidad de comenzar nuevamente...
Cort: Todos, excepto tú...
Yakumo: ... ¿Que crees que podría hacer?... Lo único que
puedo hacer es continuar en el viaje en el que siempre he estado...
Cort: Eso es tener demasiada devoción al destino... Si hubiese sido tú,
ya lo hubiese mandado todo al infierno...
Yakumo: Créeme que a veces lo he pensado- murmuró. Un incomodo
silencio había vuelto a cubrir la habitación- Es un lindo adorno
el que llevas en tu cuello- comentó.
Cort: Esto? Es una 'antigua reliquia familiar'- agregó al pasar sus dedos
sobre ella por unos momentos.
Yakumo: Algo más que tenemos en común...Yo también mantengo
muy cerca de mi una 'reliquia familiar'- murmuró al buscar entre sus
ropas, extrayendo algo con cuidado en la palma de su mano.
Cort: Anillos...
Yakumo: No cualquier anillo, fueron las 'alianzas' que utilizaron mis padres
al casarse- explicó.
Cort: A sí... los humanos poseen esa tradición del matrimonio
que consiste en boda, cena y baile... o por lo menos así me lo explicó
mi hermana...
Yakumo: ¿Acaso ustedes no hacen algo similar?
Cort: En absoluto, nosotros simplemente escogemos a nuestra 'pareja' y se acabo,
nada de formalidades.
Yakumo: Son personas muy practicas.
Cort: ¿Y que se supone que simbolizan esos anillos para ustedes?
Yakumo: Como te dije se les llaman 'Alianzas', la mujer entrega uno de estos
a un hombre y él debe hacer lo mismo, estas aras son la representación
de la unión que existirá entre ellos al jurarse amor eterno- explico.
Cort: Suena algo cursi...
Yakumo: Ha ha ha- rió melodiosamente- Puede ser así, pero los
humanos lo vemos como un acto muy serio y bastante significativo. Estas alianzas,
es lo único que tengo de mis padres... es lo único que me queda
de ellos, me es difícil recordar a mi padre, era tan joven cuando tuvimos
que separarnos y no poseo ningún recuerdo de mi madre, jamas la conocí...
Cort: Ja, todo indica que poseemos mas cosas en común de lo que creemos-
dijo sarcásticamente- Esto es lo único que poseo de mi madre,
y es solo a través de este aparato por el que... conozco a mi padre-
dijo refiriéndose al scouter pequeño.
Yakumo: Entonces si era tu padre...- murmuró inconscientemente.
Cort: Vaya, al parecer estuviste revisando mis cosas -
Yakumo: 0V.V0 no fue mi intensión, lo siento yo...
Cort: Descuida, no te preocupes, no estoy enojado, simplemente que si tenías
tantos deseos de saber qué tenía esto solo debiste haberlo preguntado...
Yakumo: Jamas lo pense...
Cort: De cualquier forma... ¿ya terminaste?
Yakumo: ¿Que?... ah, sí, termine, creo que con esto no te molestara
tanto.
Cort: Gracias, a decir verdad se siente bastante mejor, posees manos para curar.
Yakumo: No es para tanto //^_/^//.
Cort: Bien, no se tu pero yo me siento cansado, quisiese dormir un poco.
Yakumo: Esta bien, la verdad es que hemos hablado durante bastante tiempo, yo
también tengo un poco de sueño.
Cort: Entonces será mejor que descansemos, mañana partiremos ¿o
no?- preguntó esperando la respuesta, después de todo, era ella
quien lo decidía. Ella no contesto rápidamente, pareció
titubear, en su mirada se reflejaba la inconsciente indecisión ante la
pregunta.
Yakumo: ... Sí... mañana deberemos continuar...- dijo no muy convencida.
°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°
En la dimensión de donde los saiyajins son originarios.
En el planeta en donde los 'Guardianes' de su Universo habitaban, una silueta
de un ser que no pertenecía a ellos y que tal vez a ninguna raza en la
existencia, se encontraba de pie, su imponente figura se mantenía rígida,
cruzado de brazos y sus ojos cerrados, como si estuviese muy hundido en sus
pensamientos...
Había permanecido en este planeta alrededor de un año, bajo la
'enseñanza' del Supremo más antiguo. Había aceptado su
ayuda y no se arrepentía, había aprendido mucho en este lugar,
más de lo que llego a imaginar, y ciertamente había tomado cierta
'simpatía' por el anciano Kaiohsama, aunque a veces era demasiado extraño
para ser alguien de tan alto rango de 'divinidad', en un principio se resistía
a hacer caso a sus palabras, pero ellas le habrían brindado 'armas' con
las cuales había logrado controlar aquello que una vez se descarriló.
Pero aún así los recuerdos se mantenían latentes, todo
lo que hizo no se había borrado, continuaba en su mente tan fresco como
si hubiese sucedido ayer. Tal vez lo que más le había 'dolido'
es que su mano había atravesado sin remordimiento alguno el cuerpo del
joven a quien había educado y protegido desde pequeño....Él
lo había herido de muerte, lo había hecho una vez cuando era más
pequeño, pero había sido un accidente... O por lo menos eso quería
creer él... Pero cuando se convirtió en 'aquello', peleo contra
él sin remordimiento o titubeo alguno... Eso es lo que más lo
enfurecía, que por un momento la vida de su protector estuvo pendiente
de un hilo del cual él estuvo a punto de cortar... Pero gracias a los
Kaiohsamas, el muchacho tuvo una oportunidad para salvarse. Eso era algo que
les agradecía en silencio a ambos Kaiohsamas.
Trataba de no pensar demasiado en sus actos en el pasado, pero era algo que
no podía evitar, tal vez sería algo que lo acompañarían
siempre pero que estaba decidido a que no permitir que su pasado controlase
su futuro... Sin embargo por el momento su preocupación estaba en lo
que había sucedido hace unos instantes, en la que un 'visitante' de otra
dimensión se habría presentado ante Ro Kaiohsin y de él.
Ese sujeto se había presentado ante ellos como 'Un Guardián Celestial
de Shinzo', El anciano Kaiohsama parecía estar familiarizado con el titulo
pero para sus oídos había sido irreconocible.
Ese Guardián habló mucho con ambos, para su sorpresa, lo que tenía
que decir en parte estaba vinculado a su protegido. El muy torpe ya se había
inmiscuido en algo que no debió haber hecho, ¿cuantas habían
sido las veces que lo había reprendido a que no se inmiscuyera en asuntos
ajenos?
Y como si aquel sujeto hubiese leído su mente en aquellos momentos, aclaro
que ese hecho ya había sido previsto por ellos y por los Kaiohsamas.
Esto lo había desconcertado aun más, y exigió respuestas
prontas, sin embargo no logró ninguna.
Ahora estaba consciente de que él se encontraba en una dimensión
paralela, siendo simplemente una especie de 'pieza de ajedrez' de esos tales
Guardianes y de los Kaiohsamas. Ante su opinión, ellos no poseían
ningún derecho para manipular el destino de otros... Solo esperaba a
que Cort supiese como manejar las situaciones que se le presentasen y que ojalá
que ese año en el que no haya estado a su lado su joven aprendiz haya
aprendido a ser un poco más consciente de sus actos...
°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°
Todo se encontraba en constante silencio, un ensordecedor
silencio...
El resplandor de la luna creciente que se encontraba en el cielo entraba fácilmente
por la ventana de la habitación, iluminando la figura de la humana que
descansaba plácidamente en la cama. Por sus facciones, se notaba que
su sueño era tranquilo, y más aun al saber que tenía a
su lado a alguien que había accedido a protegerla, el saber que él
estaba a su lado era suficiente para que se sintiese muy segura.
No recordaba haber dormido tan bien. Sin ninguna preocupación en su mente.
Una gentil brisa se abrió paso en la habitación, que trajo consigo
malos sueños al subconsciente de la humana... En ellos, se veía
a si misma en el suelo, volteaba a su alrededor y solo veía una gran
destrucción y llamas. Las imágenes y la sensación era tan
real que se encontraba asustada, y más aun cuando escucho un fuerte rugido
que resonó en todos los rincones del lugar. Ahí estaba nuevamente
aquella gigantesca bestia, causando destrozos, de su hocico se disparaban potentes
rayos de energía que desintegraban lo que hubiese a su paso. En su sueño,
Yakumo se puso de pie y miró a la bestia con detenimiento, extrañamente
había perdido el miedo.
- 'No tienes porque temer, estoy segura que él jamas se atrevería
a hacerte daño'- escuchó de alguien a sus espaldas. La humana
volteo lentamente, para encontrarse con la figura de una mujer, una hermosa
mujer de cabello rubio curiosamente peinado, vistiendo un elegante vestido blanco-
No debes sentir miedo... Él jamas te haría daño. Yo lo
traeré de vuelta ya que poseo la habilidad para controlar su agresividad...
Confía en mi... No debes temerle a la bestia porque estarías temiendo
al hombre de igual forma...-
Yakumo: ¿Quien eres?- preguntó dentro de sus pensamientos, sin
embargo no hubo respuesta ya que las imágenes en su mente comenzaban
a desvanecerse, no sin antes divisar como una silueta sombría se cernía
sobre la mujer de cabellos dorados.
Yakumo despertó sobresaltada, le tomo unos instantes reponerse de la
impresión que aquel sueño le había traído consigo.
¿Qué es lo que sus sueños trataban de decirle? Aquel mismo
sueño volvía a ella cada vez que cerraba sus ojos, y cada vez
le mostraba cosas aun más extrañas.
Al momento en que su confundida mente regreso a la realidad, notó como
es que ya había amanecido, los rayos del sol se colaba por la ventana
junto con los sonidos de la gente que comenzaba a movilizarse en aquella pequeña
comunidad. Vaya que la noche había pasado muy rápido a su parecer.
Se volvió hacia donde escucho una puerta cerrarse, observando la silueta
del joven que la acompañaba, mostraba su rostro húmedo por lo
que era evidente que se había aseado para comenzar el día, se
encontraba listo para cualquiera que fuese la decisión de la humana.
Yakumo: Veo que te levantaste temprano, eres muy madrugador.
Cort: Estoy acostumbrado- agregó seriamente- Pasaste buena noche?- preguntó.
Yakumo: Ah pues... sí- no creía conveniente contarle sus sueños,
no quería que él la viese de forma extraña.
Cort: Bien por ti, cuando uno viaja debe hacerlo descansado.
Yakumo: Si lo sabré yo...
Cort: Entonces tomate tu tiempo para levantarte.
Yakumo: Crees que tendremos tiempo para desayunar?- preguntó inocentemente-
Después de todo no probaste bocado ayer por la noche.
Cort: Hay que recordar que el desayuno es la comida más importante del
día, por supuesto que lo tomaremos, ya que aquí entre nos me estoy
muriendo de hambre!
Siempre resulta impresionante, no importa cuantas veces
uno lo vea, la manera de comer de un saiyajin. Al momento en que Yakumo metiese
una cucharada a su boca, Cort ya terminaba con una ración entera, pero
en fin, la joven humana penso a que se debía en particular porque no
había probado bocado la noche anterior, aunque sabía que él
poseía una apetito muy insaciable. Era divertido verlo, debía
admitirlo, sin mencionar que la manera en que su cola de movía tan alegremente
en el aire ayudaba a que viese el cuadro ciertamente tierno.
Yakumo: Cort... ¿puedo hacerte una pregunta?
Cort: ... Dime...- dijo pausadamente al no ingerir como se debe la comida.
Yakumo: ¿Por que los saiyajins tienen cola?
Cort: ... Bueno, la razón por la que este ahí no la sé
con exactitud, sin embargo tiene ciertos 'usos'.
Yakumo: ¿Como cuales?
Cort: Mmm puede servir como una tercera extensión del cuerpo, así-
dijo al tomar una taza y colocarla en el suelo y sujetarla con su cola de mono
momentos después, levantándola para después colocarla en
la mesa nuevamente.
Yakumo: Vaya...
Cort: También representa nuestra mayor debilidad...
Yakumo: ¿Pero por qué?
Cort: Bueno, si no se entrena lo suficiente, con un tirón brusco de ella
perdemos toda nuestra fuerza, sin embargo mi maestro hizo que la entrenase desde
pequeño por lo que ya no representa ningún peligro que alguien
me la sujetase.
Yakumo: Mmmm yo puedo intuir que refleja el estado de animo de uno de ustedes
^^
Cort: ¿Por qué crees eso?
Yakumo: Bueno, te veo contento y ella se mueve de una manera en la que refleja
estar contenta... bueno así lo veo yo.
Cort: ... No estas muy lejos de la realidad- decidió terminar con la
explicación, no creía conveniente decirle que su cola también
le brindaba la capacidad de transformarse en un monstruoso simio gigante...
Aunque Yakumo ciertamente no se sentía entusiasmada
por la idea de volver a reiniciar su viaje, que ya comenzaba a creer que jamas
tendría fin, ahora se encontraba dentro de Hakuba nuevamente, y frente
a ella el Oeste, el solitario e inalcanzable Oeste, pero se sentía confortable
al poder voltear a su derecha y observar a su acompañante, el cual estaba
dispuesto a venir junto con ella sin importarle a donde, solo rezaba porque
su destino le permitiera tenerlo a su lado hasta el final de su travesía,
estaba segura que necesitaría de su fortaleza para llegar a su destino,
Shinzo, aunque día con día comenzaba a preguntarse si todo lo
que había vivido, todo lo que había sufrido, todo lo que había
sacrificado ¿a valido la pena?
Por otro lado, al saiyajin no le incomodaba aquel silencio, más bien
le intrigaba. Por poco que tenía conviviendo con Yakumo, se había
dado cuenta que era una joven que difícilmente gustaba del permanecer
callada o estar rodeada del silencio... A estas alturas se la imaginaba preguntando
nuevamente sobre él y su vida, interesada en cualquier cosa que ella
desconociese, pero en vez de eso permanecía en silencio.
La observaba mientras los dedos de sus manos pasaban por su cabello cobrizo,
tratando de acomodarlo, hasta que había decidido sujetárselo con
un pequeño y delgado listón para que no le estorbase. Inconscientemente
su mirada había quedado 'prendida' de aquella manera tan gentil y sutil
de moverse por parte de aquella humana... Al momento en que se dio cuenta de
lo que estaba haciendo se sonrojo y finalmente logró desviar su mirada
hacia el frente nuevamente. ¿Que rayos le estaba pasando?... ¿Qué
es lo que lograba ella sobre él para que lograra que se sintiese de esa
manera?
La joven no apartaba su vista del horizonte frente a ella, cuando un ligero
tambaleo en Hakuba se presentó, llamando la atención.
Hakuba: Oye ¿que haces ahí? Baja inmediatamente- dijo el robot
sin detener su marcha.
Cort: Vamos Hakuba, no creo que te moleste que vaya aquí solo por un
par de kilómetros- dijo al estar sentado arriba del robot- Es molesto
caminar tanto.
Hakuba: Me lo hubieses pedido primero y gustoso te hubiese permitido hacerlo
dentro de la cabina.
Cort: No, es mejor la vista panorámica acá arriba- agregó
sarcástico.
Yakumo: Ya Hakuba, déjalo que permanezca ahí.
Hakuba: ... Esta bien, esta bien, pero que no raspe la pintura.
Yakumo: No lo hará te lo aseguro.
Hakuba: Eso espero...
Yakumo: Jamas se me había ocurrido intentar viajar de esa manera- comentó
rotandose en la cabina y poder mirarlo.
Cort: Sería muy peligroso para ti, hay que tener buen equilibrio para
no resbalar.
Yakumo: ¿Crees que no podría? Observa- dijo bastante decidida
y aunque Hakuba estuviese en movimiento ella logro subir, por supuesto que al
perder un poco el equilibrio estuvo a punto de caer, pero los brazos del saiya
fueron mucho más rápidos y la sostuvieron por la cintura, inconscientemente
la había llevado a sentarse sobre sus piernas. Yakumo había llevado
sus manos a sujetar las del saiya quien aun tomaba de su cintura.
Después de unos instantes ambos se percataron de la posición tan
comprometedora en la que se habían enredado, riendo nerviosamente hasta
que Yakumo logro acomodarse sobre la cabina, dándole la espalda al horizonte
y observar al saiya de frente, recibiendo la cálida brisa que le brindaba
el movimiento.
Cort: Yakumo- la llamó de pronto.
Yakumo: Sí?
Cort: ... ¿hay algo que te moleste... que te preocupe?
Yakumo: ¿Por que crees que me pase algo malo?
Cort: No sé... has estado muy callada y no eres una persona de pocas
palabras... de eso si estoy seguro...
Yakumo: ... No es nada... solo... simplemente pienso en que... si todo esto
que hago valdrá la pena...
Cort: ¿Es ahora cuando comienzas a dudar?
Yakumo: Siempre lo he hecho... desde que Mushra y los demás murieron
comencé a hacerlo... y no había tenido la oportunidad de hablarlo
con nadie... Jamas he podido hablar con alguien abiertamente sobre ello... Sobre
lo que siento con respecto a todo esto...
Cort: El hablar logra que el alma de uno descanse...
Yakumo: ... Me gustaría poder contártelo a ti...
Cort: Apenas me conoces...
Yakumo: Ah sido suficiente para que confíe en ti...
Cort: Mi maestro me hubiese reprendido fieramente si lo hubiese contrarrestado
de esa manera...
Yakumo: ¿Acaso era demasiado estricto?
Cort: Entre otras cosas, pero no le agradaba que me mostrase o él mostrarse
sentimental...
Yakumo: ¿Puedo preguntarte algo?
Cort: Dime.
Yakumo: ... Has hablado mucho sobre tu tutor pero... ¿que me dices de
tus padres? Jamas hablas de ellos...
Cort: ¿Cómo hablar de personas de quienes no conozco?- dijo tratando
de ser indiferente ante la pregunta.
Yakumo: ¿Quieres decir que jamas los conociste?
Cort: En persona no... mi madre murió cuando yo nací... y mi padre...
mi padre es un tema que no esperes a que trate contigo ni con nadie... Pero
esta muerto... o por lo menos eso dicen... quien lo sabe y con lo que respecta
a mi no me importa en lo más mínimo.
Yakumo: Hablas con mucho resentimiento cuando lo mencionaste y lo veo en tus
ojos...
Cort: Es solo que... no es un tema el que me agrade recordar... Pero el caso,
es que con la falta de ellos, quien mi crió fue mi tutor, Sett es su
nombre, y creo que hizo lo mejor que pudo por mi cuando seguramente nadie más
se hubiese ocupado de hacerlo.
Yakumo: Pero aun así ¿no los extrañas,
a tus padres?
Cort: ¿Cómo extrañar a personas a quienes ni conocí?...-
nuevamente tratando de ser indiferente.
Yakumo: ¿Cómo puedes hablar de esa manera tan cruel? ...Desconozco
la causa de tu manera de hablar de ellos... pero aun así los hijos siempre
necesitamos y necesitaremos del afecto de los padres. Aunque los míos
murieron ya hace tanto tiempo los añoro tanto... no sabes lo que daría
por tenerlos de vuelta conmigo... De conocer a mi madre y de volver a ver a
mi padre... Creo sinceramente que lo que dices es solo algo con lo que intentas
esconder tus verdaderos sentimientos...
Cort: ...Alguna vez pensaba como tú respecto a ellos... El pensar qué
sería de mi vida si ellos estuviesen, el pensar cómo sería
conocerlo... Sin embargo cuando uno crece tiene que dejar esas fantasías...
Yakumo: No es malo añorar a alguien... no importa que ya no se encuentren
en este mundo... Ya que de seguro, algún día, en la próxima
vida tendrás la oportunidad de reencontrarte con ellos y aunque jamas
los hubieses conocido, sabrás que son ellos con tan solo mirarlos...
Esta idea es una de las que logra que día con día pueda levantarme
y continuar en esto, así como también es mi esperanza...
El saiya permaneció en silencio ante las palabras de la humana pero...
por más que quisiese poder decir que estaba de acuerdo con ella o que
es lo que quisiese creer, no podía... simplemente, era demasiado bello
para que aceptase una realidad así, alguna vez llego a pensar de esa
manera cuando era más pequeño... pero ahora esas patrañas
había decidido a echarlas de su mente.
Se disponía a hablar nuevamente, para intentar contrarrestar aquellas
palabras, sin embargo algo atrajo toda su atención.
Cort: Hakuba, detente- dijo al transporte quien rápidamente obedeció.
Hakuba: ¿Qué sucede? ¿por qué la prisa?
Cort: ... Simplemente es que...- un inaudible sonido para los seres comunes
y corrientes fue captado por el agudo sentido del saiya, quien de un movimiento
rápido tomó a Yakumo en brazos y bajaron del transporte. La humana
no entendió la razón de aquel acto, pero basto con ver lo que
parecía una flecha incrustada en el suelo para darse una idea, sino se
hubiesen movido, de seguro aquel lanzamiento habría acertado en alguno
de los dos- ... Estamos rodeados- finalizo al sentir varias presencias a su
alrededor, la manera en que los asechaban.
Yakumo: Pero si yo no veo nada- decía al voltear a todas direcciones
y no distinguir a nadie más.
Cort: Son muy rápidos... son alrededor de 6... y no se ven muy amigables-
murmuró al darse cuenta de la situación.
Seis siluetas se movían a una velocidad por la que no podían ser
visualizadas por ningún ojo humano que careciera de alguna clase de entrenamiento
claro esta. Era evidente que esperaban el mejor momento para acercarse, parecían
ser bestias salvajes acechando a alguna inofensiva presa, como si con ello intentaran
ponerlos nerviosos.
Fue entonces hasta ver que una de ellas se dignó a aparecer frente a
ellos. Se trataba de una criatura, bípeda, con facciones de lobo salvaje,
sobretodo en el rostro, portaban aditamentos que simulaban una especie de armadura
que cubría pecho, espalda, abdomen, brazos y piernas; podía verse
una especie de cola mal peinada por detrás de él. Tal pareciese
que se trataba de un lobo caminando en dos piernas. El pelaje que lo cubría
era de color grisáceo y sus ojos amarillentos sobresaltaban.
- "Entréganos a la humana"- dijo con una voz muy profunda que
transmitía cierto eco.
Por supuesto que ante esto Yakumo se sobresalto un poco, su misma experiencia
le alertaba que esto no era nada bueno... Después de todo, habían
sido tanto los 'enemigos' que han venido diciendo lo mismo antes de una batalla...
Cort: ¿Y por qué crees que debería hacer lo que me pides
cara de lobo?- agregó con un semblante neutral.
- "Si no quieres meterte en problemas será mejor que te largues.
No sería saludable para ti si te inmiscuyeras en asuntos que no te conciernen"
El saiya sintió como es que Yakumo inconscientemente se había
aferrado a su brazo con mas fuerza.
Cort: No creo que tengas ningún derecho para decidir eso... Y será
mejor que tú seas el que te largues en estos momentos si el que quiere
preservar su salud física fueses tú...- dijo seriamente.
- "A los guerreros Sirois no nos agrada mancharnos las garras con la sangre
de vulgares enterricolas"
Cort: ¿Y quien dijo que yo soy uno de esos enterricolas?- agregó
desafiante- Yakumo, entra a Hakuba mientras yo me encargo de lo demás...-
murmuró a la humana.
Yakumo: Pero...
Cort: Por esta vez no me discutas ¿esta bien?- dijo con un semblante
mas que serio.
- "Veo que insistes en hacernos perder el tiempo"
Cort: ¿Y de verdad crees que yo estoy brincando de alegría por
esto? Solo preguntare una vez... ¿Quién demonios eres y por qué
tanto el afán por Yakumo?
- "Me temo que esa es información que no te interesa, pero si puedo
presentarme, soy el general Eizan de las Fuerzas del Imperio Sirois y llevar
a la humana Yakumo ante nuestro líder es nuestra prioridad.
-Fin del Capitulo 5-