Capitulo 5
* Heridas incurables.

Yakumo se dirigió a la habitación después de probar bocado. Había estado delicioso, le recordó la manera tan culinaria con la que Kutal cocinaba. Por un instante se preguntaba qué es lo que los tres estarían haciendo en estos momentos, de qué manera habrían cambiado sus destinos.
Tocó antes de entrar, y al no recibir respuesta entró.
Observó como es que su acompañante se encontraba en medio de la habitación, parado de manos realizando lo que parecían flexiones. Este al notar su presencia, se giro hábilmente permaneciendo de cabeza.
Las mejillas de Yakumo se ruborizaron ante su desconcierto, al mirar a Cort simplemente en pantalones, teniendo a la vista aquel torso y pectorales tan bien marcados que poseía el muchacho. Yakumo se dio la vuelta para no verlo, se sentía bastante apenada.
El saiya por su parte no entendió la reacción de la humana.
Cort: Oye Yakumo ¿te sientes bien?- preguntó continuando con su ejercicio.
Yakumo //n//n// sí, sí, estoy bien es solo que.... no, no, nada olvídalo- dijo nerviosamente sin que el rubor de sus mejillas se desvanecieran.
Cort: Espera un momento, ya casi termino con esto.
Yakumo: Descuida //n//n// tarda todo lo que quieras- volteo discretamente hacia él nuevamente, solo para verlo pero al encontrarse con su mirada volvió la vista hacia la pared.
Yakumo: ...Veo que posees grandes habilidades físicas- comentó.
Cort: Bueno... eso se debe a que durante toda mi vida me he entrenado, tuve un muy buen maestro, sin mencionar estricto.
Yakumo: ¿Y cual es la razón por la que entrenan ustedes los saiyajins?
Cort: A pues... No creo que haya una razón sólida ante esto pero creo que se debe a que esta en nuestra sangre, somos una familia guerrera y creo que esta en cada uno de nosotros alcanzar una gran fortaleza, nos agrada pelear- explicó- Por un tiempo es lo único para lo que nuestra raza vivió.
Yakumo: Una familia guerrera- repitió la frase- Eso explica muchas cosas sobre ti. ¿Y tú maestro es muy fuerte?
Cort: Así es, es mucho más fuerte que yo, es el único 'familiar' que tengo desde que recuerdo, el fue mi única imagen a seguir, no necesitaba más, siempre lo he admirado.
Yakumo: Debe tratarse de alguien muy excepcional para que hables así de él.
Cort: Le debo mucho, sin embargo tengo bastante tiempo sin verlo- sus pies nuevamente volvieron a tocar la superficie. Se volvió para tomar su vestimenta que terminaría de complementar el traje de combate, sin embargo...
Yakumo: Cielo santo, Cort ¿qué es esto?- preguntó al acercarse y tocar su espalda desnuda, esto logró que resintiera una herida.
Cort: Cuidado!
Yakumo: Lo siento. Pero esto se ve muy mal- añadió al observar un corte diagonal adornando la espalda del saiyajin, la herida aun parecía fresca, con la carne viva pero no sangraba- ¿Cómo es que puedes soportar esto? Debe dolerte mucho.
Cort: Bueno, no importa que tanto la cuide, jamas desaparecerá...
Yakumo: ¿Como puedes estar tan seguro?
Cort: Por que el tipo que me la hizo fue muy claro- añadió- Dijo que jamas sanaría hasta que mi propia alma lo hiciera, y eso sería cuando encontrase lo que he estado buscando... al principio no entendí a lo que se refería y creí que eran solo patrañas, pero después de meses de tenerla y no ver mejora me hizo ver que debí tomar más en serio al sujeto...
Yakumo: ¿Qué clase de persona pudo hacer algo así?- se preguntó- Pero se cure o no, creo que es recomendable que la mantengas lo mejor posible y no en un contacto directo con tus ropas o tu armadura, eso tal vez evite mucho más dolor.
Cort: No creo que tenga caso.
Yakumo: Tonterías, creo que vi un botiquín de primero auxilios en la gaveta del baño, siéntate que yo iré por él.
Cort: Yakumo...
Yakumo: Ssshhh, por esta vez ahora tú eres quien tienes que acceder a lo que YO creo que es correcto ¿esta bien?- sonrió.
Cort: (suspiro) Como quieras.

Sintió un intenso ardor al momento en que Yakumo paso gentilmente un pedazo de tela húmedo por su espalda, trataba de ser lo más cuidadosa posible. Mientras ella trabaja el saiya pensaba lo que había dicho ese hombre antes de desvanecerse, tenía tiempo sin pensar en ello... Él dijo que ese corte sería la representación o manifestación de lo que ocurría en su propio interior, la manera en la que se encontraba su alma, 'herida', y que solo sanaría cuando encontrase la paz que necesitaba, al encontrar lo que estaba buscando... Al principio estas palabras no tenían significado algunos para él, sin embargo poco a poco tomaron forma... ¿Qué es lo que él buscaba? Bueno, buscaba superar los poderes de su primogenitor... No, eso no era lo que realmente buscaba, lo que él buscaba era poder comprender a los seres que tuvo como padres, llegar a entender lo que paso en verdad entre ambos, pero no ha podido hacerlo y tal vez nunca lo haría, por lo tanto esa herida jamas se cerraría y lo acompañaría siempre como un recordatorio de lo herida que aun conservaba su alma ante el conocimiento de su origen, el jamas haber contado con ellos...
La humana había colocado trozos de gasa sobre aquel corte para después comenzar a vendar. Le resultaba curioso no sentirse tan nerviosa como antes al ver el pecho y torso desnudo del guerrero, aunque eso si, estando tan cerca y en contacto de su cuerpo tan bien formado lograba que su corazón latiese a mil por hora. ¿Que era esto que sentía en su pecho? Jamas se había sentido de esta manera, al estar con Mushra y los demás jamas habían logrado sensaciones como estas, nunca, pero con él todo era diferente.
El silencio se había presentado desde que ella comenzó a vendarlo, y como ya sabemos, Yakumo no era partidaria del silencio, por lo que decidió iniciar una conversación.
Yakumo: Me has hablado mucho de tu mundo y de los tuyos, pero me gustaría que me contases más sobre los saiyajins como tú.
Cort: ¿Que te gustaría escuchar de ellos?
Yakumo: Bueno... ¿por que no empiezas desde el principio?- preguntó sonriente.
Cort: Bueno... los orígenes de nosotros los saiyajins no son muy placenteros de oír que digamos...
Yakumo: ¿Que tan malo podría ser?
Cort: Si tu insistes... Bien, esto se remonta a aproximadamente un poco más allá de 100 años, mis padres aun ni siquiera nacían. Los saiyajins vivían en un planeta de una galaxia lejana a la Tierra, según esto ellos eran un pueblo bárbaro y sin ninguna clase de tecnología o cultura. Era un pueblo que se regía por fuerza y los más hábiles eran quienes gobernaban o lideraban a los demás. Originariamente el planeta donde habitaban se llamaba Plant, planeta que compartían con una raza mucho más civilizada, los Tsufurus, estos en mi opinión eran todo lo contrario a los saiyajins... Tiempo después los saiyajins se unieron para ser la única raza existente en el planeta, exterminando por completo a los Tsufurus...- explicaba no muy orgulloso por sus antepasados- Estos actos de agresividad y brutalidad llamaron la atención de un tirano espacial de nombre Freezer, que se dedicaba a la conquista de otros planetas, saqueándolos, destruyendo a la población originaria del lugar para después venderlo al mejor postor.
Yakumo: Que sujeto tan más horrible- murmuró.
Cort: Freezer ofreció una clase de alianza a mis antepasados que ellos... es algo que la historia no lo describe bien pero, tal vez no tuvieron opción más que aceptar ante un sujeto tan poderoso como en aquel entonces Freezer lo era- añadió- Durante largos años los saiyajins estuvieron al servicio de Freezer, arrasando planetas y conquistándolos en su nombre, recibiendo dinero y tecnología a cambio, según esto, esa fue la era dorada de nuestra raza, patrañas... Freezer al ver como el poder de mis antepasados comenzaba a incrementarse, y viendo esto como una amenaza latente, decidió de una vez por todas eliminarlos...
Yakumo: Que crueldad.
Cort: Tal vez mi raza se lo merecía.... después de todo nosotros no éramos tan diferentes de Freezer- agregó.
Yakumo: No importa que tan malo haya sido alguna persona, tiene derecho a recibir piedad de los demás- dijo ella muy segura de que era lo correcto.
Cort: No creo que ese Freezer supiese cual es el significado de la palabra 'piedad'... En ese momento en que destruyo nuestro planeta de origen, se pensó que los saiyajins estaban al borde de la extinción... Pero para nuestra fortuna y para desgracia del universo algunos de ellos salvaron la vida- dijo con sarcasmo- Era imposible estar seguros que en ese momento en que Freezer destruyo el planeta, todos los saiyajins hubiesen estado en él... Fueron pocos los que sobrevivieron para contarlo, entre ellos se encontraban mis abuelos. Según esto hubo tres saiyajins, entre ellos el príncipe de nuestra raza que aun seguían bajo las ordenes de Freezer desconociendo por completo la existencia de más sobrevivientes, y todos pensaron que solo ellos tres se habían salvado. Los demás que salvaron la vida no sabían que es lo que debían hacer, estaban conscientes de lo que Freezer había hecho y desde entonces vivieron con miedo a que los encontrase... Por décadas vivieron en planetas diferentes, separados, escondidos como ratas con temor a que Freezer los encontrase, escondiendo su propio origen para evitar ser delatados o no ser bienvenidos en ningún lugar. Décadas después, apareció un hombre... un saiyajin quien tuvo las agallas y el poder necesario para exterminar a Freezer y vengar a todos los que murieron bajo sus manos.
Cort: Con la muerte de Freezer, todos los demás saiyajins podían respirar aliviados y vivir sin agobio alguno ante la amenaza que él representaba para nuestra raza. Poco a poco los sobrevivientes pudieron encontrarse unos con otros, sabiendo así que los saiyajins no estaban tan extintos como se pensaba, eran alrededor de 50, quienes durante su estadía en algún planeta habían logrado adoptar una vida pacifica, muy similar a la de los humanos. Tomo un poco de tiempo pero se organizaron en una forma en la que encontraron un planeta para ellos a los cuales podrían llamar hogar, el planeta Ohzaru, así es como decidieron llamarlo. Es en ese lugar en donde crecí.
Yakumo: Una fantástica historia.
Cort: El planeta Ohzaru poco a poco fue habitado por los saiyajins que se encontraba esparcidos en el universo, muchos de ellos traían familia consigo al haber 'mezclado' su sangre con alguno de otros planetas. Se decidió que jamas volverían a cometer el mismo error al permitir que algún otro tirano los manipulara, adoptando así una clase de vida pacifica, sin embargo eso no quitaba que estuviésemos deseos de hacernos más fuertes. Tomo tiempo, pero poco a poco nuestra raza se ganó la confianza de las demás civilizaciones, inclusive la mitad de la población de mi planeta pertenecen a diferentes razas.
Yakumo: Ciertamente son una raza muy interesante...
Cort: Espero que al saber esto no me veas como una clase de monstruo o algo similar.
Yakumo: Yo no he dicho nada, además sé que serías incapaz de lastimarme... Además por lo que me has dicho, han cambiado, a todos los seres les llega la evolución tarde o temprano.
Cort: Es lo mismo que yo suelo decir...
Yakumo: ... Alguna vez mi pueblo paso por algo similar al tuyo... Cuando los enterrícolas nos cazaban como si fuésemos animales... exterminándonos a todos, escondiéndonos como ratas por miedo a que nos encontrasen... Estuvimos al borde de la extinción, pero gracias a tres valientes enterricolas mi pueblo tuvo la oportunidad de comenzar nuevamente...
Cort: Todos, excepto tú...
Yakumo: ... ¿Que crees que podría hacer?... Lo único que puedo hacer es continuar en el viaje en el que siempre he estado...
Cort: Eso es tener demasiada devoción al destino... Si hubiese sido tú, ya lo hubiese mandado todo al infierno...
Yakumo: Créeme que a veces lo he pensado- murmuró. Un incomodo silencio había vuelto a cubrir la habitación- Es un lindo adorno el que llevas en tu cuello- comentó.
Cort: Esto? Es una 'antigua reliquia familiar'- agregó al pasar sus dedos sobre ella por unos momentos.
Yakumo: Algo más que tenemos en común...Yo también mantengo muy cerca de mi una 'reliquia familiar'- murmuró al buscar entre sus ropas, extrayendo algo con cuidado en la palma de su mano.
Cort: Anillos...
Yakumo: No cualquier anillo, fueron las 'alianzas' que utilizaron mis padres al casarse- explicó.
Cort: A sí... los humanos poseen esa tradición del matrimonio que consiste en boda, cena y baile... o por lo menos así me lo explicó mi hermana...
Yakumo: ¿Acaso ustedes no hacen algo similar?
Cort: En absoluto, nosotros simplemente escogemos a nuestra 'pareja' y se acabo, nada de formalidades.
Yakumo: Son personas muy practicas.
Cort: ¿Y que se supone que simbolizan esos anillos para ustedes?
Yakumo: Como te dije se les llaman 'Alianzas', la mujer entrega uno de estos a un hombre y él debe hacer lo mismo, estas aras son la representación de la unión que existirá entre ellos al jurarse amor eterno- explico.
Cort: Suena algo cursi...
Yakumo: Ha ha ha- rió melodiosamente- Puede ser así, pero los humanos lo vemos como un acto muy serio y bastante significativo. Estas alianzas, es lo único que tengo de mis padres... es lo único que me queda de ellos, me es difícil recordar a mi padre, era tan joven cuando tuvimos que separarnos y no poseo ningún recuerdo de mi madre, jamas la conocí...
Cort: Ja, todo indica que poseemos mas cosas en común de lo que creemos- dijo sarcásticamente- Esto es lo único que poseo de mi madre, y es solo a través de este aparato por el que... conozco a mi padre- dijo refiriéndose al scouter pequeño.
Yakumo: Entonces si era tu padre...- murmuró inconscientemente.
Cort: Vaya, al parecer estuviste revisando mis cosas -
Yakumo: 0V.V0 no fue mi intensión, lo siento yo...
Cort: Descuida, no te preocupes, no estoy enojado, simplemente que si tenías tantos deseos de saber qué tenía esto solo debiste haberlo preguntado...
Yakumo: Jamas lo pense...
Cort: De cualquier forma... ¿ya terminaste?
Yakumo: ¿Que?... ah, sí, termine, creo que con esto no te molestara tanto.
Cort: Gracias, a decir verdad se siente bastante mejor, posees manos para curar.
Yakumo: No es para tanto //^_/^//.
Cort: Bien, no se tu pero yo me siento cansado, quisiese dormir un poco.
Yakumo: Esta bien, la verdad es que hemos hablado durante bastante tiempo, yo también tengo un poco de sueño.
Cort: Entonces será mejor que descansemos, mañana partiremos ¿o no?- preguntó esperando la respuesta, después de todo, era ella quien lo decidía. Ella no contesto rápidamente, pareció titubear, en su mirada se reflejaba la inconsciente indecisión ante la pregunta.
Yakumo: ... Sí... mañana deberemos continuar...- dijo no muy convencida.

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En la dimensión de donde los saiyajins son originarios.
En el planeta en donde los 'Guardianes' de su Universo habitaban, una silueta de un ser que no pertenecía a ellos y que tal vez a ninguna raza en la existencia, se encontraba de pie, su imponente figura se mantenía rígida, cruzado de brazos y sus ojos cerrados, como si estuviese muy hundido en sus pensamientos...
Había permanecido en este planeta alrededor de un año, bajo la 'enseñanza' del Supremo más antiguo. Había aceptado su ayuda y no se arrepentía, había aprendido mucho en este lugar, más de lo que llego a imaginar, y ciertamente había tomado cierta 'simpatía' por el anciano Kaiohsama, aunque a veces era demasiado extraño para ser alguien de tan alto rango de 'divinidad', en un principio se resistía a hacer caso a sus palabras, pero ellas le habrían brindado 'armas' con las cuales había logrado controlar aquello que una vez se descarriló. Pero aún así los recuerdos se mantenían latentes, todo lo que hizo no se había borrado, continuaba en su mente tan fresco como si hubiese sucedido ayer. Tal vez lo que más le había 'dolido' es que su mano había atravesado sin remordimiento alguno el cuerpo del joven a quien había educado y protegido desde pequeño....Él lo había herido de muerte, lo había hecho una vez cuando era más pequeño, pero había sido un accidente... O por lo menos eso quería creer él... Pero cuando se convirtió en 'aquello', peleo contra él sin remordimiento o titubeo alguno... Eso es lo que más lo enfurecía, que por un momento la vida de su protector estuvo pendiente de un hilo del cual él estuvo a punto de cortar... Pero gracias a los Kaiohsamas, el muchacho tuvo una oportunidad para salvarse. Eso era algo que les agradecía en silencio a ambos Kaiohsamas.
Trataba de no pensar demasiado en sus actos en el pasado, pero era algo que no podía evitar, tal vez sería algo que lo acompañarían siempre pero que estaba decidido a que no permitir que su pasado controlase su futuro... Sin embargo por el momento su preocupación estaba en lo que había sucedido hace unos instantes, en la que un 'visitante' de otra dimensión se habría presentado ante Ro Kaiohsin y de él.
Ese sujeto se había presentado ante ellos como 'Un Guardián Celestial de Shinzo', El anciano Kaiohsama parecía estar familiarizado con el titulo pero para sus oídos había sido irreconocible.
Ese Guardián habló mucho con ambos, para su sorpresa, lo que tenía que decir en parte estaba vinculado a su protegido. El muy torpe ya se había inmiscuido en algo que no debió haber hecho, ¿cuantas habían sido las veces que lo había reprendido a que no se inmiscuyera en asuntos ajenos?
Y como si aquel sujeto hubiese leído su mente en aquellos momentos, aclaro que ese hecho ya había sido previsto por ellos y por los Kaiohsamas. Esto lo había desconcertado aun más, y exigió respuestas prontas, sin embargo no logró ninguna.
Ahora estaba consciente de que él se encontraba en una dimensión paralela, siendo simplemente una especie de 'pieza de ajedrez' de esos tales Guardianes y de los Kaiohsamas. Ante su opinión, ellos no poseían ningún derecho para manipular el destino de otros... Solo esperaba a que Cort supiese como manejar las situaciones que se le presentasen y que ojalá que ese año en el que no haya estado a su lado su joven aprendiz haya aprendido a ser un poco más consciente de sus actos...

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Todo se encontraba en constante silencio, un ensordecedor silencio...
El resplandor de la luna creciente que se encontraba en el cielo entraba fácilmente por la ventana de la habitación, iluminando la figura de la humana que descansaba plácidamente en la cama. Por sus facciones, se notaba que su sueño era tranquilo, y más aun al saber que tenía a su lado a alguien que había accedido a protegerla, el saber que él estaba a su lado era suficiente para que se sintiese muy segura.
No recordaba haber dormido tan bien. Sin ninguna preocupación en su mente.
Una gentil brisa se abrió paso en la habitación, que trajo consigo malos sueños al subconsciente de la humana... En ellos, se veía a si misma en el suelo, volteaba a su alrededor y solo veía una gran destrucción y llamas. Las imágenes y la sensación era tan real que se encontraba asustada, y más aun cuando escucho un fuerte rugido que resonó en todos los rincones del lugar. Ahí estaba nuevamente aquella gigantesca bestia, causando destrozos, de su hocico se disparaban potentes rayos de energía que desintegraban lo que hubiese a su paso. En su sueño, Yakumo se puso de pie y miró a la bestia con detenimiento, extrañamente había perdido el miedo.
- 'No tienes porque temer, estoy segura que él jamas se atrevería a hacerte daño'- escuchó de alguien a sus espaldas. La humana volteo lentamente, para encontrarse con la figura de una mujer, una hermosa mujer de cabello rubio curiosamente peinado, vistiendo un elegante vestido blanco- No debes sentir miedo... Él jamas te haría daño. Yo lo traeré de vuelta ya que poseo la habilidad para controlar su agresividad... Confía en mi... No debes temerle a la bestia porque estarías temiendo al hombre de igual forma...-
Yakumo: ¿Quien eres?- preguntó dentro de sus pensamientos, sin embargo no hubo respuesta ya que las imágenes en su mente comenzaban a desvanecerse, no sin antes divisar como una silueta sombría se cernía sobre la mujer de cabellos dorados.
Yakumo despertó sobresaltada, le tomo unos instantes reponerse de la impresión que aquel sueño le había traído consigo. ¿Qué es lo que sus sueños trataban de decirle? Aquel mismo sueño volvía a ella cada vez que cerraba sus ojos, y cada vez le mostraba cosas aun más extrañas.
Al momento en que su confundida mente regreso a la realidad, notó como es que ya había amanecido, los rayos del sol se colaba por la ventana junto con los sonidos de la gente que comenzaba a movilizarse en aquella pequeña comunidad. Vaya que la noche había pasado muy rápido a su parecer. Se volvió hacia donde escucho una puerta cerrarse, observando la silueta del joven que la acompañaba, mostraba su rostro húmedo por lo que era evidente que se había aseado para comenzar el día, se encontraba listo para cualquiera que fuese la decisión de la humana.
Yakumo: Veo que te levantaste temprano, eres muy madrugador.
Cort: Estoy acostumbrado- agregó seriamente- Pasaste buena noche?- preguntó.
Yakumo: Ah pues... sí- no creía conveniente contarle sus sueños, no quería que él la viese de forma extraña.
Cort: Bien por ti, cuando uno viaja debe hacerlo descansado.
Yakumo: Si lo sabré yo...
Cort: Entonces tomate tu tiempo para levantarte.
Yakumo: Crees que tendremos tiempo para desayunar?- preguntó inocentemente- Después de todo no probaste bocado ayer por la noche.
Cort: Hay que recordar que el desayuno es la comida más importante del día, por supuesto que lo tomaremos, ya que aquí entre nos me estoy muriendo de hambre!

Siempre resulta impresionante, no importa cuantas veces uno lo vea, la manera de comer de un saiyajin. Al momento en que Yakumo metiese una cucharada a su boca, Cort ya terminaba con una ración entera, pero en fin, la joven humana penso a que se debía en particular porque no había probado bocado la noche anterior, aunque sabía que él poseía una apetito muy insaciable. Era divertido verlo, debía admitirlo, sin mencionar que la manera en que su cola de movía tan alegremente en el aire ayudaba a que viese el cuadro ciertamente tierno.
Yakumo: Cort... ¿puedo hacerte una pregunta?
Cort: ... Dime...- dijo pausadamente al no ingerir como se debe la comida.
Yakumo: ¿Por que los saiyajins tienen cola?
Cort: ... Bueno, la razón por la que este ahí no la sé con exactitud, sin embargo tiene ciertos 'usos'.
Yakumo: ¿Como cuales?
Cort: Mmm puede servir como una tercera extensión del cuerpo, así- dijo al tomar una taza y colocarla en el suelo y sujetarla con su cola de mono momentos después, levantándola para después colocarla en la mesa nuevamente.
Yakumo: Vaya...
Cort: También representa nuestra mayor debilidad...
Yakumo: ¿Pero por qué?
Cort: Bueno, si no se entrena lo suficiente, con un tirón brusco de ella perdemos toda nuestra fuerza, sin embargo mi maestro hizo que la entrenase desde pequeño por lo que ya no representa ningún peligro que alguien me la sujetase.
Yakumo: Mmmm yo puedo intuir que refleja el estado de animo de uno de ustedes ^^
Cort: ¿Por qué crees eso?
Yakumo: Bueno, te veo contento y ella se mueve de una manera en la que refleja estar contenta... bueno así lo veo yo.
Cort: ... No estas muy lejos de la realidad- decidió terminar con la explicación, no creía conveniente decirle que su cola también le brindaba la capacidad de transformarse en un monstruoso simio gigante...

Aunque Yakumo ciertamente no se sentía entusiasmada por la idea de volver a reiniciar su viaje, que ya comenzaba a creer que jamas tendría fin, ahora se encontraba dentro de Hakuba nuevamente, y frente a ella el Oeste, el solitario e inalcanzable Oeste, pero se sentía confortable al poder voltear a su derecha y observar a su acompañante, el cual estaba dispuesto a venir junto con ella sin importarle a donde, solo rezaba porque su destino le permitiera tenerlo a su lado hasta el final de su travesía, estaba segura que necesitaría de su fortaleza para llegar a su destino, Shinzo, aunque día con día comenzaba a preguntarse si todo lo que había vivido, todo lo que había sufrido, todo lo que había sacrificado ¿a valido la pena?
Por otro lado, al saiyajin no le incomodaba aquel silencio, más bien le intrigaba. Por poco que tenía conviviendo con Yakumo, se había dado cuenta que era una joven que difícilmente gustaba del permanecer callada o estar rodeada del silencio... A estas alturas se la imaginaba preguntando nuevamente sobre él y su vida, interesada en cualquier cosa que ella desconociese, pero en vez de eso permanecía en silencio.
La observaba mientras los dedos de sus manos pasaban por su cabello cobrizo, tratando de acomodarlo, hasta que había decidido sujetárselo con un pequeño y delgado listón para que no le estorbase. Inconscientemente su mirada había quedado 'prendida' de aquella manera tan gentil y sutil de moverse por parte de aquella humana... Al momento en que se dio cuenta de lo que estaba haciendo se sonrojo y finalmente logró desviar su mirada hacia el frente nuevamente. ¿Que rayos le estaba pasando?... ¿Qué es lo que lograba ella sobre él para que lograra que se sintiese de esa manera?
La joven no apartaba su vista del horizonte frente a ella, cuando un ligero tambaleo en Hakuba se presentó, llamando la atención.
Hakuba: Oye ¿que haces ahí? Baja inmediatamente- dijo el robot sin detener su marcha.
Cort: Vamos Hakuba, no creo que te moleste que vaya aquí solo por un par de kilómetros- dijo al estar sentado arriba del robot- Es molesto caminar tanto.
Hakuba: Me lo hubieses pedido primero y gustoso te hubiese permitido hacerlo dentro de la cabina.
Cort: No, es mejor la vista panorámica acá arriba- agregó sarcástico.
Yakumo: Ya Hakuba, déjalo que permanezca ahí.
Hakuba: ... Esta bien, esta bien, pero que no raspe la pintura.
Yakumo: No lo hará te lo aseguro.
Hakuba: Eso espero...
Yakumo: Jamas se me había ocurrido intentar viajar de esa manera- comentó rotandose en la cabina y poder mirarlo.
Cort: Sería muy peligroso para ti, hay que tener buen equilibrio para no resbalar.
Yakumo: ¿Crees que no podría? Observa- dijo bastante decidida y aunque Hakuba estuviese en movimiento ella logro subir, por supuesto que al perder un poco el equilibrio estuvo a punto de caer, pero los brazos del saiya fueron mucho más rápidos y la sostuvieron por la cintura, inconscientemente la había llevado a sentarse sobre sus piernas. Yakumo había llevado sus manos a sujetar las del saiya quien aun tomaba de su cintura.
Después de unos instantes ambos se percataron de la posición tan comprometedora en la que se habían enredado, riendo nerviosamente hasta que Yakumo logro acomodarse sobre la cabina, dándole la espalda al horizonte y observar al saiya de frente, recibiendo la cálida brisa que le brindaba el movimiento.
Cort: Yakumo- la llamó de pronto.
Yakumo: Sí?
Cort: ... ¿hay algo que te moleste... que te preocupe?
Yakumo: ¿Por que crees que me pase algo malo?
Cort: No sé... has estado muy callada y no eres una persona de pocas palabras... de eso si estoy seguro...
Yakumo: ... No es nada... solo... simplemente pienso en que... si todo esto que hago valdrá la pena...
Cort: ¿Es ahora cuando comienzas a dudar?
Yakumo: Siempre lo he hecho... desde que Mushra y los demás murieron comencé a hacerlo... y no había tenido la oportunidad de hablarlo con nadie... Jamas he podido hablar con alguien abiertamente sobre ello... Sobre lo que siento con respecto a todo esto...
Cort: El hablar logra que el alma de uno descanse...
Yakumo: ... Me gustaría poder contártelo a ti...
Cort: Apenas me conoces...
Yakumo: Ah sido suficiente para que confíe en ti...
Cort: Mi maestro me hubiese reprendido fieramente si lo hubiese contrarrestado de esa manera...
Yakumo: ¿Acaso era demasiado estricto?
Cort: Entre otras cosas, pero no le agradaba que me mostrase o él mostrarse sentimental...
Yakumo: ¿Puedo preguntarte algo?
Cort: Dime.
Yakumo: ... Has hablado mucho sobre tu tutor pero... ¿que me dices de tus padres? Jamas hablas de ellos...
Cort: ¿Cómo hablar de personas de quienes no conozco?- dijo tratando de ser indiferente ante la pregunta.
Yakumo: ¿Quieres decir que jamas los conociste?
Cort: En persona no... mi madre murió cuando yo nací... y mi padre... mi padre es un tema que no esperes a que trate contigo ni con nadie... Pero esta muerto... o por lo menos eso dicen... quien lo sabe y con lo que respecta a mi no me importa en lo más mínimo.
Yakumo: Hablas con mucho resentimiento cuando lo mencionaste y lo veo en tus ojos...
Cort: Es solo que... no es un tema el que me agrade recordar... Pero el caso, es que con la falta de ellos, quien mi crió fue mi tutor, Sett es su nombre, y creo que hizo lo mejor que pudo por mi cuando seguramente nadie más se hubiese ocupado de hacerlo.

Yakumo: Pero aun así ¿no los extrañas, a tus padres?
Cort: ¿Cómo extrañar a personas a quienes ni conocí?...- nuevamente tratando de ser indiferente.
Yakumo: ¿Cómo puedes hablar de esa manera tan cruel? ...Desconozco la causa de tu manera de hablar de ellos... pero aun así los hijos siempre necesitamos y necesitaremos del afecto de los padres. Aunque los míos murieron ya hace tanto tiempo los añoro tanto... no sabes lo que daría por tenerlos de vuelta conmigo... De conocer a mi madre y de volver a ver a mi padre... Creo sinceramente que lo que dices es solo algo con lo que intentas esconder tus verdaderos sentimientos...
Cort: ...Alguna vez pensaba como tú respecto a ellos... El pensar qué sería de mi vida si ellos estuviesen, el pensar cómo sería conocerlo... Sin embargo cuando uno crece tiene que dejar esas fantasías...
Yakumo: No es malo añorar a alguien... no importa que ya no se encuentren en este mundo... Ya que de seguro, algún día, en la próxima vida tendrás la oportunidad de reencontrarte con ellos y aunque jamas los hubieses conocido, sabrás que son ellos con tan solo mirarlos... Esta idea es una de las que logra que día con día pueda levantarme y continuar en esto, así como también es mi esperanza...
El saiya permaneció en silencio ante las palabras de la humana pero... por más que quisiese poder decir que estaba de acuerdo con ella o que es lo que quisiese creer, no podía... simplemente, era demasiado bello para que aceptase una realidad así, alguna vez llego a pensar de esa manera cuando era más pequeño... pero ahora esas patrañas había decidido a echarlas de su mente.
Se disponía a hablar nuevamente, para intentar contrarrestar aquellas palabras, sin embargo algo atrajo toda su atención.
Cort: Hakuba, detente- dijo al transporte quien rápidamente obedeció.
Hakuba: ¿Qué sucede? ¿por qué la prisa?
Cort: ... Simplemente es que...- un inaudible sonido para los seres comunes y corrientes fue captado por el agudo sentido del saiya, quien de un movimiento rápido tomó a Yakumo en brazos y bajaron del transporte. La humana no entendió la razón de aquel acto, pero basto con ver lo que parecía una flecha incrustada en el suelo para darse una idea, sino se hubiesen movido, de seguro aquel lanzamiento habría acertado en alguno de los dos- ... Estamos rodeados- finalizo al sentir varias presencias a su alrededor, la manera en que los asechaban.
Yakumo: Pero si yo no veo nada- decía al voltear a todas direcciones y no distinguir a nadie más.
Cort: Son muy rápidos... son alrededor de 6... y no se ven muy amigables- murmuró al darse cuenta de la situación.
Seis siluetas se movían a una velocidad por la que no podían ser visualizadas por ningún ojo humano que careciera de alguna clase de entrenamiento claro esta. Era evidente que esperaban el mejor momento para acercarse, parecían ser bestias salvajes acechando a alguna inofensiva presa, como si con ello intentaran ponerlos nerviosos.
Fue entonces hasta ver que una de ellas se dignó a aparecer frente a ellos. Se trataba de una criatura, bípeda, con facciones de lobo salvaje, sobretodo en el rostro, portaban aditamentos que simulaban una especie de armadura que cubría pecho, espalda, abdomen, brazos y piernas; podía verse una especie de cola mal peinada por detrás de él. Tal pareciese que se trataba de un lobo caminando en dos piernas. El pelaje que lo cubría era de color grisáceo y sus ojos amarillentos sobresaltaban.
- "Entréganos a la humana"- dijo con una voz muy profunda que transmitía cierto eco.
Por supuesto que ante esto Yakumo se sobresalto un poco, su misma experiencia le alertaba que esto no era nada bueno... Después de todo, habían sido tanto los 'enemigos' que han venido diciendo lo mismo antes de una batalla...
Cort: ¿Y por qué crees que debería hacer lo que me pides cara de lobo?- agregó con un semblante neutral.
- "Si no quieres meterte en problemas será mejor que te largues. No sería saludable para ti si te inmiscuyeras en asuntos que no te conciernen"
El saiya sintió como es que Yakumo inconscientemente se había aferrado a su brazo con mas fuerza.
Cort: No creo que tengas ningún derecho para decidir eso... Y será mejor que tú seas el que te largues en estos momentos si el que quiere preservar su salud física fueses tú...- dijo seriamente.
- "A los guerreros Sirois no nos agrada mancharnos las garras con la sangre de vulgares enterricolas"
Cort: ¿Y quien dijo que yo soy uno de esos enterricolas?- agregó desafiante- Yakumo, entra a Hakuba mientras yo me encargo de lo demás...- murmuró a la humana.
Yakumo: Pero...
Cort: Por esta vez no me discutas ¿esta bien?- dijo con un semblante mas que serio.

- "Veo que insistes en hacernos perder el tiempo"
Cort: ¿Y de verdad crees que yo estoy brincando de alegría por esto? Solo preguntare una vez... ¿Quién demonios eres y por qué tanto el afán por Yakumo?
- "Me temo que esa es información que no te interesa, pero si puedo presentarme, soy el general Eizan de las Fuerzas del Imperio Sirois y llevar a la humana Yakumo ante nuestro líder es nuestra prioridad.

-Fin del Capitulo 5-

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