Soluciones que deben imitarse
Víctor Cetre Mosquera
A pesar de que un fallo de la Corte Constitucional respaldó la actividad de los vendedores ambulantes, la ocupación del espacio público continúa siendo uno de los grandes problemas que deben enfrentar los alcaldes, tanto en las grandes capitales como en pequeñas ciudades, en razón al creciente desempleo que azota al país, lo cual obliga a las gentes a instalar en las calles ventas diversas que se constituyen en único medio de sustento de cientos de familias colombianas.
Sin embargo, por encima de esta realidad social, existen sectores de la población que sin consideración alguna solicitan a toda costa el despeje de lo que han dado en llamar espacio público. Así se genera un conflicto que en la mayoría de los casos ha recibido tratamiento de fuerza, por cuyo motivo es de común ocurrencia que estos rebuscadores de la vida se enfrenten a la fuerza pública, con palos y piedras en defensa del sagrado derecho al trabajo.
Para fortuna, en la ciudad capital, por cientos de razones, centro mayor del rebusque, no obstante algunas críticas se trabaja por una salida razonable y equilibrada que consulte
los intereses de unos y otros, es decir una solución en la cual se garantice el derecho al trabajo y al mismo tiempo se respete el libre tránsito de peatones y automotores.
En esta dirección en el concejo de Bogotá cursan dos proyectos de acuerdo. Uno, radicado por el alcalde Luis Eduardo Garzón, titulado Plan Maestro de Espacio Público, y el segundo bajo la autoría de los ediles Carlos Romero y Gustavo Paéz. Las dos iniciativas coinciden en los propósitos de legalizar y reglamentar la explotación del espacio público por parte de ciudadanos que laboran en las calles como trabajadores informales o vendedores ambulantes; con lo cual se pretende reconocer un drama social de inmensas proporciones.
Con este artículo me propongo invitar a todas las administraciones municipales del Chocó, donde exista el referido fenómeno, a que tomen como ejemplo la solución que se plantea para la capital colombiana, a fin de encontrarle a este asunto salidas humanas y equilibradas; bien lejos de las imposiciones y medidas de fuerza.
Se trata de saludables proyectos que deben imitarse.