Cuando Carmen Garzón estuvo como rectora encargada de la Concentración Escolar Bolívar 83, de Zipaquirá, tuvo que recurrir más de una vez al computador de su casa para hacer el formato de entrega de calificaciones para sus 200 estudiantes. Después, le sacaba fotocopias y los maestros lo llenaban a mano. En su colegio no había máquina de escribir, ni fotocopiadora y mucho menos fax. “Ni siquiera puedo comprar el papel higiénico con lo que entra -se quejaba-. Mi principal función es administrar la pobreza”.

Daniel Álvarez no renegaba por la falta de recursos cuando tuvo a su cargo la dirección del Colegio Básico La Violeta, en una vereda de Sopó (Cundinamarca), él se veía “a gatas -como decía- con tanto problema social”.

Su plantel no tenía un psicólogo u orientador educativo y entonces tenía que atender los problemas familiares de sus estudiantes e incluso los de los habitantes de la vereda.

La situación de estos rectores es la misma de Darlys Núñez, rectora de un colegio público en Santa Marta, de Patricia Arias y Juvenal Nieves, rectores de planteles de Bogotá, y de otros tantos del país que muestran la falta de definición de las funciones de los rectores de colegios públicos.

Estudios realizados por Corpoeducación y por el Ministerio de Educación, relacionados con el tema, señalan que pueden haber tantas funciones como rectores: hacen de secretarios, mensajeros, maestros, contadores, orientadores...

A esa situación se añade el hecho de que los rectores no cuentan con las herramientas para cumplir sus funciones. Por ejemplo, no tienen la posibilidad de organizar su equipo de maestros, pues las contrataciones se hacen desde el departamento (es fácil que les contraten un profesor de ciencias cuando necesitan uno de matemáticas) y los recursos de los Fondos de Servicios Docentes (provienen de diferentes fuentes) no les alcanzan para realizar su proyecto educativo institucional porque tienen que gastarlo en las necesidades urgentes.

Patricia Arias, rectora de la Escuela Distrital General Santander, divide su tiempo entre las reuniones con estudiantes, profesores, padres de familia y las que le imponen desde la Secretaría de Educación.

Colegios autónomos

El programa Nuevo Sistema Escolar del Ministerio de Educación, que inicialmente se trabajará en cinco departamentos durante tres años, espera cambiar esta situación. La idea es dar mayor autonomía a las instituciones para que los rectores puedan organizar sus maestros y puedan contar con más recursos para sus proyectos educativos.

Además, se fusionarán colegios (cuando sea necesario) para que en un solo plantel se dé primaria y secundaria. Es lo que ha llamado Colegio Completo. “El dar la primaria en un lado y la secundaria en otro complica la gestión e imposibilita la permanencia de los niños”, explica María Cristina Olano, coordinadora de los componentes de gestión educativa e incentivos del Nuevo Sistema Escolar.

Para lograr estos cambios, el departamento se encargará de pagar a los maestros, pero permitirá que el municipio los organice según las sugerencias de los rectores. Además, el municipio trasladará recursos a los colegios para que puedan cumplir con sus proyectos pedagógicos.

Estos cambios, según Olano, no requieren una nueva ley o reformas en las existentes. De hecho, dice, están contemplados en la Constitución Política, la Ley General de Educación y el Plan Nacional de Desarrollo, que imponen la descentralización de la educación.

La Federación Colombiana de Educadores (Fecode) considera que este esquema de funciones convierte a los rectores en gerentes, pues deben responder por una empresa rentable, y su fuerte ya no será la pedagogía sino la administración.

Según Olano, eso no es cierto. La fortaleza estará en la capacidad de liderazgo para responder por una empresa educativa, no productiva. “Eso significa ser la cabeza de la gestión pedagógica y administrativa”, explicó.

Álvaro Morales, miembro del comité ejecutivo de Fecode, asegura que la agremiación ha leído todo lo contrario en informes del Departamento Nacional de Planeación y del Ministerio de Hacienda que, dice, son los que manejan la educación del país.

árticulo tomado del periodico EL TIEMPO del dia 1 de Abril de 2001 ÁNGELA CONSTANZA JEREZ Subeditora Relaciones con la Comunidad