“Una vez que un
sistema pasa a formar parte de la vida diaria de la
empresa, cada programa, cada procedimiento y cada
estructura de datos se convierte en una pieza del
negocio que, como tal, deberá funcionar en
forma constante, exacta y confiable. L a operación
del negocio ahora dependerá del funcionamiento
del sistema, por lo que las tareas de mantenimiento
cobran vital importancia.
Durante
la fase de mantenimiento, se ponen en práctica
todas las políticas y los procedimientos
destinados a garantizar la operación continúa
de los de los sistemas y a asegurar su uso efectivo,
con el fin, de que éstos se constituyan en
una verdadera herramienta de apoyo al logro de los
objetivos estratégicos de la empresa (Lloren
Fabregas).”
|
•
Producción
Finalmente, en la etapa de producción se asegura
que el sistema funcione correctamente en la mayoría
de los casos, y con intervención mínima
de los administradores del sistema. Para esto se realizan
nuevas pruebas, se reevalúan los resultados y se
hacen refinamientos del sistema, los cambios necesarios
deberán ser introducidos sin afectar a los usuarios,
y deberá conseguirse la máxima confianza
de los usuarios. El resultado de esta etapa un sistema
listo para su operación.
• Mantenimiento
Luego
que el nuevo sistema ha estado operando, el auditor de
sistemas independiente de las otras fases de la vida del
sistema, revisará lo siguiente: Determinar si el
programa ha logrado los requerimientos de los objetivos,
se debe prestar especial atención a la utilización
y la satisfacción de los usuarios finales, ellos
constituirán un indicador excelente. Verificar
que se miden, analizan e informan adecuadamente a la gerencia
los beneficios identificados con el estudio de factibilidad.
Revisar las solicitudes de cambios a los programas que
se han realizado, para evaluar el tipo de cambios que
se exigen al sistema, el tipo de cambios puede indicar
problemas de diseño, programación o interpretación
de los requerimientos de usuario.