Divino Niño Jesús fue el santo por preferencia de mi abuelita y durante estos momentos tristes su mirada compasiva me sirvió de aliento. Comencé a pedirle poco después de que había comenzado a pedirle a San Judas y como son primos sentí la necesidad de orarles juntos. Me ayudó mucho mi niño Jesús y por eso quiero también dedicarle esta página a el y a los otros dos santos que me han empujado de una manera u otra a salir de mi gran depresión Gracias Divino Niño siempre seré tu gran devota como lo fue mi abuelita.
