Mercurio Radiante

UNA MISA ALQUÍMICA (Melchior Cibinensis) Traducción del inglés al castellano: Eduardo Moya Zamorano

(Este es un interesante texto de Melchior Cibinensis, en el que un proceso alquímico es descripto en la forma de la Misa. De Theatrum Chemicum, Vol III, 1602)     Introitus. Nuestro Señor, fuente de bondad, el inspirador del Sagrado Arte del cual todas las cosas buenas vienen a su fiel, tenga misericordia. Christe. Cristo, Santo único, la piedra bendita del arte de la ciencia quien para la salvación del mundo ha inspirado la luz de la ciencia, para la extirpación de los incrédulos, tenga misericordia. Kirie. Nuestro Señor, fuego divino, ayuda nuestros corazones, que nosotros podemos ser capaces, para tu alabanza, para extender los sacramentos del arte, tenga misericordia. Graduale. Él desciende como lluvia en el vellón, y como lluvias que caen suavemente sobre la tierra. Allelujah. Oh, el creador bendito de la tierra, más blanco que nieve, más dulcemente que la dulzura, fragante en el fondo del vaso, como el bálsamo. Oh, la medicina saludable para los hombres, que curó cada debilidad del cuerpo: Oh, la fuente sublime, de donde chorrea verdaderamente la verdadera agua de vida, en el jardín de tu fiel. Ave María. ¡Salve la lámpara bella de cielo, luz brillante del mundo! Aquí, el arte que usted unió con la luna, aquí se hace la banda de Marte y la conjunción de Mercurio. De estos tres nace, conducto a través del magisterio del arte, en el cauce del río, el gigante fuerte, el cual mil veces mil buscan, cuando estos tres habrán disuelto, no en agua de lluvia... pero en agua mercurial, en esta, nuestra goma bendita que disuelve de sí mismo. y que se llama la Esperma de los Filósofos. Ahora él se apresura a desposarse con la novia virgen, y para conseguirla en compañía del niño en el baño sobre un fuego moderado. Pero la Virgen no se quedará embarazada en seguida a menos que ella se besada en abrazos repetidos. Entonces ella concibe en su cuerpo, y de esta manera se engendra el niño de presagio bueno, de acuerdo con el orden de naturaleza. Entonces aparece en el fondo del vaso el etíope poderoso, quemado, se calcinó, destiñó, completamente muerto e inanimado. ¡Él pide ser enterrado, para ser rociado con su propia humedad y lentamente calcinado hasta que él se levante de forma resplandeciente del fuego feroz!...¡Mire una restauración maravillosa y la renovación del etíope! Debido al baño de renacimiento él toma un nuevo nombre que los filósofos llaman al azufre natural y su hijo, este siendo la piedra de los filósofos. Y contempla: es una cosa, raíz primordial, la esencia única, con nada extraño añadido y de que mucho que era superfluo se toma como algo lejano al magisterio del arte... es el tesoro de tesoros, la poción filosófica suprema, el secreto divino de los antiguo. Bendito es él que encuentra tal cosa. Uno que ha visto esta cosa escribe y habla abiertamente, y yo sé que su testimonio es verdad. La alabanza es para Dios, para siempre más.   URL: https://www.angelfire.com/zine/cas/misa.html © Sergio Fritz y Eduardo Moya