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Una morada filosofal en

Santiago de Chile

La sede de un club deportivo chileno.

(Sergio Fritz Roa)

 

Dedicado a los Peregrinos del Árbol Solar...

P RI M E R A P A R T E

 

FIGURA 1 

(A izquierda se aprecia un esqueleto portando un reloj de arena y observando al Artista que pacientemente trabaja en la Gran Obra. Símbolo primigenio - lo que indica la ubicación de la Muerte en el capitel -, la Muerte o el Tiempo, representa por una parte la cronología o etapas de la Obra, y por otra la putrefacción o Nigredo, con la cual se da inicio a la Primera Obra.

Fotografía tomada por Sergio Fritz)

  

El simbolismo hermético, lo sabemos, no es exclusivo de Europa, aun cuando nadie puede negar que es allí donde se manifiesta de manera más contundente.

Sin embargo, en América existen algunos objetos de este Arte que son muy didácticos en su simbolismo para los estudiantes de la Alquimia.

Uno de los mejores ejemplos de lo anterior, es la que actualmente (*1) es sede deportiva del Club Colo Colo, ubicada en calle Cienfuegos 41, Santiago de Chile.

 

(Fotografía de la morada analizada. Vista desde la entrada, en calle Cienfuegos. Fotografía de COPESA)

 

Construida el año 1926, es obra de los arquitectos Ismael Edwards Matte (pariente del escritor Joaquín Edwards Bello) y Federico Bieregel. El primero además era periodista. El segundo, construyó en 1923 una hermosa casa - la Casa Lehuedé, ubicada en la Plaza Constitución, barrio Bellavista, comuna de Providencia, en Santiago-.

Sin embargo los materiales, especialmente los vitrales, fueron traídos de Francia.

El estilo del inmueble es neogótico y se encuentra adornado en su entrada con figuras como la muerte, distintos artistas (pintor, escultor, escritor, constructor), figuras zoomorfas, y el Ouroburos alquímico. Tiene tres pisos y un altillo.

Su interior se caracteriza por ser una obra de delicadeza y buen gusto, destacando el mármol, la madera, la piedra y el vidrio, como materias preferidas.

Una de las figuras más enigmáticas que allí habita es una gárgola representativa del diablo. Este ser con aspecto bufonesco porta una especie de guitarra con cuatro cuerdas, lo cual hará recordar a los hijos de la Ciencia, que la Alquimia era conocida como Arte de Música.

Acerca de esta figura hay una leyenda que nos dice que el día que sea desprendida del muro, el inmueble completo caerá...

Como dato importante, debemos consignar que los albañiles que construyeron esta casa fueron traídos de Francia; de allí posiblemente el simbolismo alquímico que impregna el inmueble.

 

ANÁLISIS DE LA FOTOGRAFÍA 1

Sin pretender hacer un estudio exhaustivo de la simbología de esta morada del Arte Hermético, analizaremos sólo algunas de las partes de tan magno edificio.

La fotografía 1 nos muestra a dos personajes: A la izquierda una esqueleto en cuya diestra mantiene un reloj de arena; y a la siniestra un escultor.

La primera observación es, por cierto, que el esqueleto observa al artista, quien impávido continúa en su dedicación.

La muerte lleva en su mano un reloj de arena, y con ello nos indica que el Alquimista, como cualquier hombre, está sujeto a las reglas del tiempo; por ello, no pudiendo salir del círculo mortal, a menos que se transforme en Adepto y prolongue su vida.

Otro de los sentidos asociados a la muerte es el de la primera etapa o Primera Obra, también denominada Nigredo. Es la etapa de la putrefacción. Aquella en que nuestra materia se descompone para ser regenerada, y trasformada en una otra sustancia, más vital y radiante.

Pernety distingue dos muertes: "una es la muerte absoluta, que es una separación esencial y la pérdida de las raíces y forma íntima del mixto, incapaz después de retornar a su primera forma". La otra, es la Muerte Accidental, que consiste en separar lo accesorio de la materia con que se trabaja (*2).

Desde una perspectiva cristiana, el proceso de corrupción implica directa relación con el pecado.

Así lo expone el discípulo de Eugène Canseliet, Severin Batfroi, en su bella obra "Alchimie et révélation chrétienne":

"Puisque la corruption et la mort sonr des consèquences du péché orginiel, il est juste de considérer cette dernière comme une oeuvre où se trouve manifestée la volonté de destruction du Démon" (*3).

La muerte del mineral es necesaria para la obtención de un nuevo cuerpo.

La muerte de Cristo fue útil para la redención del mundo.

Esta analogía siempre sedujo a los alquimistas, quienes descubrieron la impresionante analogía de los procesos y materias alquímicas con la Natividad y la Semana Santa de Nuestro Señor.

Otra de las figuras que podemos apreciar en esta fotografía es el artesano que esculpe su Obra, sin parecer considerar el paso del tiempo.

¡Tan atractiva es la Alquimia que el artista olvida incluso su condición temporal! Enunciamos esto no como trivialidad, sino como certeza, puesto que nosotros mismos solemos dejarnos llevar por los paradigmas herméticos, ignorando muchas veces que nos ha dado la madrugada... Esto que nos ha pasado, también le ocurre a muchos Hermanos, quienes noche tras noche esperan en su Laborotorio que ocurra el milagro divino.

Seductiva y seductora como pocas, es esta Ciencia, que vela el máximo secreto. Protegida por dragones, es un desafío para el guerrero (no por nada se llama Arte Regio o Arte Real, lo que según Julius Evola demuestra el carácter solar y heroico de esta Ciencia Tradicional).

La Dama por Excelencia, como acertadamente la denominaba Eugène Canseliet, se nos impone como el Misterio de los Misterios. La posibilidad absoluta de cambiar las leyes de este mundo, para triunfar en el Reino de los Cielos.

Quien haya sido tocado por esta Dama, jamás podrá ser el mismo.

Cyliani lo supo, y siguió ciegamente a su Ninfa.

 

Notas:

(1): Decimos actualmente, pues el destino de este maravilloso edificio es incierto, toda vez que fue decretada la Quiebra del club Colo Colo, siendo embargada la propiedad.

(2): Dom Antoine-Joseph Pernety. Diccionario mito-hermético. Ediciones Indigo. Barcelona. 1993. p. 344. Vocablo "muerte".

(3): Severin Batfroi, Alchimie et révélation chrétienne. p.152.Guy Trédaniel. Éditions de la Maisnie.

 

 

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EN PARTE II

 

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