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Bajo los Hielos N° 10

Revista virtual de Tradición, Metapolítica y Poesía Trascendente

 

 

Terrorismo, guerra y Tradición

Jorge Fuentes

 

 

El terrorismo es una forma de guerra total. Ahora, desde el punto de vista tradicional sólo la guerra defensiva es lícita. O sea, la única guerra justa es la guerra defensiva. Además esta guerra defensiva tiene que cumplir cuatro condiciones para que sea efectivamente justa:

  1. Que sea declarada por quien tiene la autoridad.
  2. Que se proponga reparar un derecho violado.
  3. Que existan fundadas esperanzas de conseguir tal reparación.
  4. Que se conduzca con moderación. Está, por consiguiente, prohibida la defensa a ultranza, sin esperanza de victoria y con certeza de un vano holocausto.

Ahora vamos a dar cuatro ejemplos para poder hacer un juicio sobre la licitud de algunas guerras:

  1. El golpe militar de 1973 en Chile.

Este golpe fue realizado institucionalmente por las FF.AA. y de Orden. El gobierno de la Unidad Popular (1970-1973) era una coalición marxista-leninista que llevaba al país a una cuasi guerra civil. Los principales órganos del Estado –poder legislativo, poder judicial, contraloría- declararon la ilegitimidad de ejercicio de ese gobierno.

Chile estaba ante el dilema de la guerra civil o el golpe militar, y el mal menor era evidentemente el golpe militar. Hay que reconocer que se cometieron atrocidades; pero éstas fueron mucho menores de las que se hubieran cometido en una guerra civil. Por lo que podríamos juzgar que fue una guerra justa.

2.- La represión política de la DINA.

Entre 1974 y 1977 actuó en Chile para reprimir a los opositores la Dirección Nacional de Inteligencia, conocida como DINA. Más de mil opositores –sobre todo militantes de los partidos marxista-leninistas- fueron detenidos, torturados, asesinados y desaparecidos. La represión se realizó sin Dios ni Ley. Es lo que se llamó la guerra sucia.

Fue una guerra defensiva dirigida en contra del Comunismo internacional, en eso era justa, pero la represión se llevó a cabo fuera de toda moderación por lo que esta guerra que era teóricamente legítima se deslegitimó en la práctica. Tan injusta fue esta guerra que ninguno de los militares represores se atrevió a reconocer y justificar su actuación Niegan obstinadamente que existan los detenidos-desaparecidos.

3.- La ocupación israelí de Palestina.

No vamos a discutir la ocupación israelí de 1948 que podríamos cuestionar severamente, sino la de 1967. Antes de la ocupación de 1967, Israel ocupaba el 78% de Palestina y el resto era ocupado por el Reino árabe de Jordania. En 1967 Israel decidió ocupar el resto de Palestina.

Después de la ocupación, Israel tenía tres alternativas:

    1. Anexar ese 22% de Palestina y darles la ciudadanía israelí a los árabes que vivían ahí.
    2. Retirarse de ese 22% de Palestina y darles la independencia a esos árabes.
    3. Colonizar ese 22% de Palestina con colonos israelíes y arrinconar a los palestinos en "reservas indias", sin derechos cívicos.

Desgraciadamente Israel, hasta el momento, ha escogido la peor alternativa, la opción (c): realizar una guerra de agresión y colonización. Por lo tanto, la ocupación israelí no tiene ninguna legitimidad. Y lamentablemente para los árabes Israel es apoyado incondicionalmente por la mayor potencia militar y económica de la Tierra: Los Estados Unidos.

4.- Los atentados a las Torres Gemelas por parte de terroristas islámicos.

Los que realizaron los atentados se autoasignaron la representación de todos los musulmanes y atacaron civiles inocentes de manera indiscriminada. Es el fenómeno del terrorismo en estado puro. El resultado fueron tres mil civiles muertos. La falta de moderación en estos hechos invalida cualquiera legitimidad que quisieran esgrimir estos terroristas. Esos civiles no estaban preparados para morir y se los llevó a la muerte: el destino póstumo de esas almas cae como una pesada carga sobre estos terroristas suicidas.

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Como conclusión debemos señalar que existe una contradicción intrínseca entre la Tradición, entendida como la Revelación divina transmitida a través de las generaciones y que se expresa en las diversas religiones y el terrorismo. El terrorismo fundamentalista es una manipulación de la Tradición en términos puramente políticos, es una reducción política de la Tradición, en esto se parece a las ideologías modernas totalitarias (Rousseau y Lenin). Cuando la política se identifica de manera exclusivista con una religión, se corre el peligro de que se olvide a menudo la tolerancia con las otras religiones. Hay que diferenciar entre una política tradicional tolerante con las diversas religiones; y una política "tradicional" que reprime toda diversidad de manera totalitaria.

Además hay que reconocer que los diversos maestros espirituales han dado un mensaje de interioridad y espiritualidad y el tema político lo han abordado muy tangencialmente. Tal vez en este fin de ciclo las posibilidades de una política tradicional han sido clausuradas y en este momento sólo quede luchar, defensivamente, desde las trincheras de la Tradición, para preservar los restos que han logrado sobrevivir. Pienso que una de las principales razones por las que ha surgido el terrorismo fundamentalista, es porque se quiere encontrar una solución política, desesperadamente, frente al poder avasallador de este Nuevo Orden Mundial. Y como no se encuentra la solución política, el paso siguiente es el terrorismo. Frente a la clausura de la solución política hay sólo dos posibilidades "tradicionales": o el grupo terrorista; o el grupo espiritual alternativo. Ambas son alternativas: pero una nos conduce al Infierno y la otra al Cielo. Le dejo al lector la tarea de saber cual es cual, y elegir en consecuencia.

©Jorge Fuentes

E-mail: jorgefuentes40@hotmail.com

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