"LXG: The New League of Extraordinary Gentlemen. "

Por Albion Vega

Prólogo: Imperio sin sueños.

 Londres, enero de 2003, 16:50...

 Una mujer rubia camina por el paseo que se extiende a orillas del Támesis, en los tonos grises y brumosos de una típica tarde invernal en londres. Vestida completamente de negro, esta joven camina con velocidad y estilo. Después de todo, sus servicios son requeridos una vez más. Ella, lingüista y diplomática, esperaba que el mundo hubiera cambiado lo suficiente para no necesitar de sus servicios nuevamente. Camina, en la distancia puede ver ya Thames House, su destino. Cruza la avenida, y penetra en ella. Un guardia la saluda. Avanza unos cuantos metros hasta un elevador, donde inserta una tarjeta. Sube... cuarto piso, despacho al final del pasillo. M, director del Servicio de Inteligencia Británico, la espera tras esa puerta en su despacho, y estamos ahora en los cuarteles generales del MI5. Ella toca la puerta, y una voz de tenor, cien por ciento británica, contesta lacónicamente "adelante".

-Buenas tardes, ¿Cómo ha estado usted, Sr. Bond?

-Buenas tardes, Señorita Behrens. Muy bien, gracias, aunque ya sabe que la humedad invernal me hace un poco de daño. Siempre he preferido los ambientes tropicales: las Bahamas, Cuba, Jamaica...

Bond miró escrutadoramente a su interlocutora. A pesar de su edad, el viejo espía seguía teniendo esa fama de Casanova que lo había hecho célebre entre sus colegas. Pero de esas aventuras ya sólo quedaba el recuerdo. La anterior M había fallecido, su viejo amigo Q también, y la elección obvia para sustituirla fue él. Lo cual fue bueno, ya que Bond era ahora un hombre maduro, y ya no estaba para aventuras. Sin embargo, conservaba esa aura atractiva. Sólo un mechón blanco manchaba su cabello oscuro, y los ojos azules no eran acuosos y pálidos como los de un viejo, sino cálidos y penetrantes. Observó durante unos momentos las piernas perfectas de su interlocutora, enfundadas en ese pantalón negro y rematadas por unas botas altas. Sin embargo, recordando para que la había llamado, el otrora agente 007 volvió a concentrar sus ojos en los de Samantha, y pensar claramente en las cosas que tenía que hablar con ella.

-Ha sido mucho tiempo, Samantha. Mucho en verdad.

-Así es, señor. Tanto, que no me imagino por qué el servicio de inteligencia requiere nuevamente los servicios de una espía cuyas especialidades son las lenguas y la diplomacía, más que las explosiones y asesinatos escandalosos a los que están acostumbrados hoy en día.

Bond rió divertido. Esa chica era nieta de un viejo agente, uno de los mejores, antes de la creación de los agentes 00. Había sido mentor de Bond, y Bond habría querido ser mentor de su nieta, pero ella no era la clase de agente que ellos habían sido. Samantha era diplomática y fria, observadora y extremadamente inteligente. Pero no era una asesina. Y ahora necesitaba a alguien que pudiera reunir a un grupo disparejo de gente, misión que requeria a alguien con sus habilidades.

-Samantha, ¿Has oido hablar de Los Extraordinarios, y sus diferentes agrupaciones a lo largo de la historia?

La chica lo miró inexpresivamente, y negó con aire interesado. M continuó hablando

Desde los tiempos de Ricardo Corazón de León, ha habido siempre en tiempos de crisis un grupo especial encargado de defender al imperio. Grupos formados por gente extraordinaria. El primero fue formado por Robin Hood, La Flecha Negra y el caballero Ivanhoe. Yo fui parte de un grupo especial en los sesentas, con tu abuelo, el Dr. Who, el inspector Clouseau y...

M se interrumpió. Una risita indiscreta de parte de la chica había llamado su atención.

-¿Si?

-Bueno, Sr. Bond, no esperará usted que yo crea eso y...

-No me crees, ¿Eh? Es comprensible. Sin embargo, déjame mostrarte algo.

M se levantó y caminó hasta un enorme mueble. Abrió una puertecita y oprimió una serie de botones. Samantha Behrens estaba comprensiblemente intrigada, y para su sorpresa la pared tras el escritorio de M se abrió descubriendo una pantalla enorme. M la miró benevolentemente, una mirada que parecía decir "ahora verás las maravillas de la cueva del tesoro".

Y asi fue. Durante poco más de media hora, ante los ojos de la diplomática desfiló la historia de aquellos que habían defendido al imperio, aquellos que habían visto y vivido lo que nadie más, de aquellos cuyas habilidades los ponían por encima de la gente común. Los extraordinarios, los grupos que habían formado, y las amenazas que habían derrotado. Más de 800 años de historias secretas y leyendas pasaron ante su mirada, atenta como la de un niño que acude por primera vez a un cine.

Cuando terminó la proyección, Samantha no podía creer completamente todo aquello. Era algo ridículo. Sin embargo, M al parecer no compartía esta opinión ya que se sentó tranquilamente y comenzó a hablar nuevamente.

-Esto era en los viejos tiempos, Samantha, cuando había un Imperio Británico que proteger. Hoy, sin embargo, cuando nuevamente hay amenazas que requieren a gente especial... simplemente nos hemos quedado solos. No queda casi nadie en Inglaterra con las habilidades necesarias para ser parte de los Extraordinarios. Y lo que es peor, eso de "pelear por el imperio" es cosa del pasado. Inglaterra, mucho me temo, ya no es lo que era antes.

-¿Entonces? ¿A quiénes planea reunir y para qué?

-Los tiempos son otros. Ahora, nuestro imperio es el mundo. Es el único imperio que podemos defender, y, por tanto, las reglas han cambiado. Ahora necesitamos un grupo más grande y fuerte. Y sabemos dónde están. Los Extraordinarios, los que han visto más allá de lo que la gente ha visto, los que conocen la historia secreta del mundo. En este disco están los archivos con la localización de tres de ellos, que están a tu alcance aquí en Europa. Tu misión es encontrarlos y juntarlos. El objetivo todavía es confidencial y se les revelará cuando estén todos juntos.

-¿Y si no acepta alguno de ellos?

-Entonces habrá que tomar medidas extremas, pero no creo que ese sea el caso. Estos sujetos han vivido tan rodeados de cosas y situaciones extrañas que les resulta difícil separarse de eso. Les gusta, y harán lo que sea por una aventura más. Por cierto, tenemos suerte de que uno de ellos esté aquí, en Londres, así que estudia bien ese disco en tu casa, y hazle una visita a ese tipo. Él debe ser el primero de la lista.

-¿Y qué hay de los demás? Me imagino que no sólo serán estos tres sujetos los que formen su equipo especial.

-Eso ya está cubierto. Los demás sabrán dónde buscarlos cuando llegue el momento. Cuando los que yo espero pueda juntar un agente especial en Norteamérica, sólo faltará uno de ellos, que es bastante importante, y... bueno, no te puedo decir más por el momento. ¿Crees que podrás cumplir cabalmente la misión que te encomiendo?

-Estaré encantada de trabajar de nuevo para el MI5, señor, aunque debo decir que este asunto me parece todavía algo... ridículo.

Bond sonrió levemente, agitó su mano en el aire en un franco gesto de negación y se levantó, al igual que Samantha. La chica extendió su mano a Bond, y por un segundo su mirada se posó en los firmes ojos azules del viejo. Sin poderlo evitar, se sintió un poco incómoda, como se sentían la mayoría de las mujeres en presencia de Bond. Sin embargo, no duró bastante. Soltó su mano y despidiéndose fríamente de él, abandonó Thames House, dispuesta a revisar inmediatamente los archivos y a entrevistarse al día siguiente con el primer sujeto de su lista.

Mientras tanto, en su despacho, Bond observaba incómodo el teléfono. Sabía que Samantha encontraría a aquellos que le había ordenado buscar en Europa. Pero los que estaban fuera de ella tardarían un poco más, y, bien lo sabía, el tiempo es algo que se agota rápidamente. Por suerte tenía, como le dijo a Samantha, esa pequeña dificultad casi cubierta. Sólo faltaba que aquel al que iba a pedir ayuda aceptara... en lo cual, desgraciadamente, había un poco de dificultades. El director daba vueltas nervioso... sin decidirse a llamar. Finalmente, dio un suspiro de resignación, levantó el auricular y marcó un número telefónico. Un número de Norteamérica.

-¿Si? -contestó una voz de hombre, con un leve dejo de molestia en la voz.

-Vaya... pensé que no te iba a encontrar. Como siempre andas huyendo...

-... ¿M? ¿Eres tú realmente?

-Diablos, claro que soy yo. ¿acaso creías que era un hombrecillo verde el que te llamaba?

-Déjate de bromas. ¿Qué demonios quieres?

-Muchacho, nuestra agencia te ayudó bastante cuando tú eras parte de la tuya. Ahora es tiempo de que nos devuelvas el favor. Quiero que seas el líder de un grupo especial de agentes, por que nadie en el mundo tiene tanto conocimiento como tú acerca de cosas extrañas. Y necesito además que juntes a algunos de los que serán tus compañeros... Agente Fox Mulder.


FIN DEL PRÓLOGO.

Capítulo 1: Leyendas de una nueva era.



Notas:

Y bueno, cuando a alguien le viene una idea a la cabeza... no le da muchas vueltas.
Como ya habrán leído en la página principal de Fanfics, esta historia esta basada en un cómic del distinguido Alan Moore, famoso entre otras cositas por haber escrito Watchmen, considerado casi unánimemente el mejor cómic de la historia (así nomás).

Bien, realmente yo no tengo ni la capacidad ni la cultura del señor Moore, y fuera de Watchmen, no había leído ninguna de sus obras... hasta que leí el segundo volumen de The League of Extraordinary Gentlemen. Y, demonios, sólo puedo decir que es excelente. Pero, bueno, aquella liga estaba formada sólo por personajes literarios, así que, para los que conocen de que estoy hablando, se les habrá hecho raro ver a personajes de series de TV, películas y videojuegos metidos en esta liga. Bien, la razón es simple. Como dice Bond aquí, las reglas han cambiado, es una nueva época, y ahora se debe jugar más rudo. Y, bueno, si en el siglo XIX eran Mina Murray, Allan Quatermain, el Dr. Henry Jeckyll y su "compañero" Mr. Edward Hyde, el Capitán Nemo y el honorable Mr. Hawley  Griffin, mejor conocido como el Hombre Invisible, los que movian a la gente y hacían que uno se encariñara con ellos, hoy lo mismo puede aplicarse a los miembros de esta nueva Liga de Caballeros Extraordinarios, sólo que ahora ya no sólo se encuentran en libros, sino también en los medios arriba mencionados.

Otra cosita que distingue al trabajo de Mr. Moore son la ENORME cantidad de referencias, cameos, apariciones especiales, ETC, que aparecen en su magistral obra. Bien, aqui también habrá de eso, si bien no será tanto debido a la falta de imágenes, por lo menos puedo tratar de ponerlas en el momento adecuado para que no se convierta en un desfile sin sentido de cameos. Por cierto, no voy a decir cuáles hasta después de un cierto tiempo, pero si tienen dudas ("Oye, ¿de dónde diablos sacaste a Samantha?"), no se sientan mal y escríbanme.

Por último, aquí no va haber personajes de cómic o anime (¿Será en serio?). Esto es principalmente porque:

1.-Quiero ser fiel, de alguna forma, al espíritu de la liga original.
2.-Ya hay DEMASIADOS fanfics de anime, y también con personajes de cómic, aunque no tantos de estos últimos. Además, de alguna forma, como que no encajarían bien en un grupo así... demasiado poderosos, o demasiado brillantes, o demasiado raros algunos... es un poco difícil de explicar, pero creo que ustedes entienden.
3.-Además, se necesita tener a estos personajes anclados de alguna forma al mundo "real", y no negarán que los personajes literarios, de TV, de cine y de algunos videojuegos, gracias a su apariencia, pueden lograr esto de forma más fácil.

Y bueno, para finalizar, ¿han adivinado quiénes son los miembros de la liga? Bueno, el primero ya se ha revelado es Fox Mulder (The Agent). Y sí, ya sé que algunos de los apodos no dicen mucho, pero pues hay al menos un par que son fáciles de adivinar (¿Inmortales y magos famosos?). De cualquier forma, he aqui una pista para el personaje denotado como "The Avenger": Es el ÚNICO miembro del equipo que, hasta dónde yo sé, está basado en un cómic, pero fue la versión cinematográfica la que lo hizo famoso. Si esto no es suficiente, bueno... él vive en Detroit.

Ahora, sigue leyendo el Capítulo 1, donde conocerás a los primeros miembros (Y no, Samantha no es miembro, sólo juega un papel similar al de Mr. Campion Bond en el cómic).

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