CAPITULO XI
SECRETOS REVELADOS
En el puente de mando del destructor Artemisa, Cadmio estaba delante de la reina Andrea y los hologramas de todos los capitanes de la flota exponiendo su plan para ir en busca del comando aliado. Mientras hablaba, su mente estaba absorta en la reciente discusión que había sostenido con Astrea momentos antes. Todavía no podía creer que le hubiera dicho que jamás lo había amado. Se sentía confuso, frustrado y enojado, no con Astrea a quien todavía amaba profundamente a pesar de no ser correspondido, sino con su suerte y con Asiont. Aunque muy en el fondo sabía que estaba equivocado en hacerlo, insistía en culparlo de todos sus infortunios.
Sí mis suposiciones son correctas, creo que podré restablecer la comunicación con el comando aliado dijo, y con ello terminó su exposición.
¿Estás seguro? masculló el capitán Endoriano Karanth del Juris-Arius no muy convencido. Sí te acercas a las principales rutas de navegación corres el riesgo de toparte con una patrulla imperial.
Cadmio desvió la mirada hacia uno de los cuatro hologramas.
Estoy consciente del riesgo, capitán, pero a mi ver, es la única posibilidad de contactar al príncipe Saulo o a cualquier otro líder de la Alianza.
Yo opino lo mismo que el capitán intervino Andrea. Es demasiado arriesgado, además de que no podremos brindarte la protección necesaria.
El Caballero Celestial miró a la reina fijamente.
Estoy consciente del riesgo que esto implica, pero aun así, sigo creyendo que es nuestra única posibilidad se detuvo un momento. No podemos andar vagando por ahí eternamente, tenemos que restablecer el contacto con la Alianza cuanto antes.
Se produjo un absoluto silencio mientras la reina y los capitanes de la flota se miraban los unos a los otros. Finalmente, Andrea suspiró y alzando una mano repuso:
De acuerdo, te doy mi autorización, pero debes entender que sí no vuelves en menos de dos horas tendremos que dejarte. No podemos permanecer por mucho tiempo en un solo lugar ya que corremos peligro de ser encontrados.
Cadmio respondió con una ligera inclinación.
Gracias, majestad, le aseguro que volveré con ayuda.
Andrea asintió levemente con la cabeza y luego se volvió hacia el capitán Wex del Artemisa.
Capitán, quiero que los cazas comiencen a patrullar el área en lo que permanecemos aquí. Quiero dos escuadrones por cada turno.
Wex hizo una especie de saludo militar y asintió.
Lo que usted ordene, majestad.
La reina de Lerasi se inclinó unos centímetros hacia delante y se giró hacia el grupo de capitanes que aguardaban.
Manténganse alerta, quizás todo pueda parecer tranquilo hasta ahora, pero no debemos subestimar los recursos de nuestros enemigos.
Los hologramas respondieron con una pequeña inclinación antes de desaparecer.
El guerrero Celestial miró como las imágenes de los capitanes desaparecían y después se volvió hacia Andrea.
Veo que desconfía bastante, alteza observó.
El rostro de Andrea se mostró indiferente.
Estamos tratando con Abbadón no lo olvides.
Cadmio dejó escapar una leve sonrisa.
No lo hago, majestad, es sólo que finalmente veo que está tomando las cosas como debe ser y eso me alegra.
Girando sobre sus talones, el guerrero Celestial se dio la vuelta y abandonó el puente.
Andrea se recostó en su puesto y meditó unos segundos acerca de la difícil situación que atravesaban. No tenía la menor idea de como contactar al comando aliado o a alguna otra nave de la Alianza y eso era un verdadero problema. Luego de la desastrosa batalla de Marte, los ejércitos aliados se habían dispersado por toda la galaxia y sus líneas de comunicación estaban totalmente destruidas.
Aun así, tenía esperanzas de que Cadmio tuviera razón y pudiera volver con algo ayuda, pero mientras eso no ocurriera sabía que no podría descansar en paz hasta resolver aquel problema.
Reino de Papunika.
Con los puños crispados y la mirada en el suelo, Lance maldecía una y otra vez su suerte. Con la partida del Devastador Estelar Abbadonita sus posibilidades de regresar a su propia dimensión se habían desvanecido en el aire y nadie lo entendía mejor que él.
¡No puede ser! exclamó con angustia. ¿Qué demonios haremos ahora?.
Eclipse meneó la cabeza negativamente e ignorando las palabras de su compañero de la Alianza se volvió hacia Poppu con una duda.
Hay algo que no entiendo comenzó a decir con absoluta calma. Cuando me acercaba al castillo puede darme cuenta desde lo lejos que tú, Lance y nuestro gigantesco amigo Krokodin estaban combatiendo con un Meganiano. Dicho guerrero ya los tenía dominados y en el ultimo momento se elevó por los aires para lanzarles una enorme esfera de energía. ¿Cómo rayos fue que se salvaron?.
Lance levantó la cabeza extrañado y se giró para mirar al Espía Estelar, quizás aún no había entendido la gravedad de la situación, quizás no lo había escuchado.
¡Oye! exclamó para llamar su atención. ¿Estás sordo o que? ¿No escuchaste que no podremos volver?.
Poppu, que tampoco entendía las palabras del guerrero Celestial, se llevó uno de sus dedos a la cara para rascarse debajo de la nariz y repuso:
¿Nos estabas observando? le preguntó desconcertado. ¿y por qué rayos no nos ayudaste?.
Eclipse sonrió cínicamente e hizo un encogimiento de hombros.
Eh, en realidad pensé que ese tal Isótopo ya los había matado.
Poppu se fue de bruces al suelo al oír semejante respuesta. Apenas se puso de pie nuevamente, se volvió furioso contra el Espía Estelar.
¡Eres un canalla! ¿cómo rayos se te ocurre decir semejante tontería?.
Lance se acercó al Espía Estelar con una expresión sombría que revelaba claramente su sentir.
¿Eres idiota o qué?... Lee mis labios: No podremos volver.
Eclipse ni siquiera se molestó en mirarlo.
Bueno, la verdad es que estaba seguro de que lograrían salir con vida de ese problema, ¿vas a decirme o no?.
Poppu exhaló y asintió.
Yo también pensé que moriríamos con ese ataque, pero en el último momento corrí hasta Krokodin y Lance y usando un hechizo mágico conocido como Iura conseguí teletrasportarnos lejos del lugar de la explosión.
Eclipse abrió los ojos de par en par.
¡Guau! exclamó fascinado. ¿En realidad te puedes teletrasnportar?.
Antes de que el joven mago pudiera responderle, Lance perdió la paciencia y sujetó a Eclipse por la ropa para jalarlo. El Celestial colocó su rostro a unos centímetros de la del Espía Estelar.
¡Óyeme, pedazo de imbécil! ¿Entendiste lo que dije?... ¡Nos quedaremos aquí para siempre!.
Eclipse le sostuvo la mirada sin inmutarse.
Ya lo escuche desde hace rato contestó tranquilamente mientras se zafaba de su agarre. Pero parece olvidar que aún tenemos mi nave, inútil.
Dai, que como todos los demás no entendía lo que decía Lance, se rascó levemente la mejilla y dijo:
Oigan, sí tienen problemas, quizás podamos ayudarlos.
Eclipse se volvió hacia el chico y se arrodilló delante de él.
Te lo agradezco, Dai dijo, mirándole a los ojos, pero afortunadamente no es algo que el zoquete mayor y yo no podamos solucionar.
Lance se alzó unos centímetros dándose por aludido.
¡Hey! cuidado con lo que dices hizo una pausa y se cruzó de brazos. Quizás no entendiste bien, imbécil, pero para volver a nuestro universo debemos atravesar las barreras dimensionales. No sólo volar por el espacio.
Eclipse se incorporó y se colocó junto a Dai.
Claro que lo sé, no crea que soy un estúpido declaró de mala gana. Usted no lo sabe, pero mi nave está equipada para los viajes dimensionales.
¿De qué rayos hablas? le preguntó Lance, frunciendo el entrecejo. ¿Tú cuentas con esa tecnología?.
Así es respondió Eclipse alegremente. No olvides que antes trabaje para los emperadores José Zeiva y Jesús Ferrer. Durante todo ese tiempo supe muy bien como aprovechar mi contrato laboral.
¿Les robaste esa tecnología? le inquirió el Celestial.
El Espía alzó las cejas claramente inconforme.
Esa palabra es muy fea, mejor digamos que cobre mi pensión por adelantado, je, je, je sonrió cínicamente y continuó. Como sea, he equipado mi pequeña nave para viajar por las dimensiones. Es un sistema algo rústico, pero servirá para nuestros propósitos.
Lance se mostró más tranquilo.
Eso está bien, pero ¿cómo rayos volveremos sí no tenemos las coordenadas precisas?. Podríamos aparecer en cualquier dimensión o perdernos para siempre.
Eclipse meneó la cabeza negativamente, esbozando una enorme sonrisa. Alzó su antebrazo mostrando el cartucho de memoria que le había quitado a Sigma.
Aquí tengo la mejor manera de regresar comenzó a decir dándole énfasis a sus palabras. Es seguro que Sigma haya copiado información clasificada del banco de datos imperial.
Lance no se mostraba muy convencido todavía.
¿Y cómo puedes estar tan seguro de eso? preguntó.
Es lo que yo haría declaró Eclipse orgullosamente. No olvide que nosotros los Espías Estelares somos bastante desconfiados.
Sí, ya me estoy dando cuenta.
Leona avanzó unos cuantos pasos deteniéndose a unos centímetros de Lance. La sola presencia de la joven soberana de Papunika basto para minar toda la seguridad del Celestial.
Disculpen, pero ¿serían tan amables de explicarnos?.
El Celestial tragó saliva con dificultad.
Eh, bueno titubeó tratando de hilar sus ideas. Sólo estábamos planeando la mejor manera de regresar a nuestro mundo.
Leona miró curiosa el rostro de Lance y sonrió gustosamente.
Me alegrará conocer su mundo.
Lance suspiró con nerviosismo. Iba a hablar, pero la intervención de Eclipse no lo dejó hacerlo.
Bien, ahora sólo necesitamos una pequeña carga de energía de plasma y de regreso a casa.
Un momento dijo Lance apartándose de Leona, ¿cómo que una pequeña carga de plasma? ¿acaso tu cacharro no tiene la potencia suficiente, Eclipse?.
Me temo que no, pero ¿de qué nos preocupamos?. Estoy seguro de que las celdas de poder de su traje nos proporcionaran la energía suficiente para... .
Eso será imposible le interrumpió Lance, las células de poder de mi traje se dañaron durante mi lucha con Isótopo. Sí nos equivocamos al transferir la energía podríamos provocar una explosión que acabaría con todos.
Un gesto de angustia se apoderó del rostro del Espía Estelar, había parecido fugazmente que todo saldría bien, que estarían de regreso en su hogar en unos momentos, pero ahora todo se venía abajo.
No me diga eso masculló con algo de temor en su voz. Usted es el científico y como tal debe saber qué rayos hacer.
Lance bajó la mirada y vaciló mientras meditaba en alguna posible solución. Aquel era un mundo atrasado tecnológicamente y tanto Eclipse como él, estaban convencidos de las personas que poblaban el mundo de Dai a lo mucho conocían el fuego y el viento como fuentes de energía, pero hasta ahí nomás. No había electricidad, ni mucho menos energía nuclear.
De pronto alzó la cabeza con una pregunta para el espía.
¿Cuanta energía necesitas?.
Eclipse oprimió unas cuantas teclas en su R.E. y al cabo de unos segundos, alzó el antebrazo mostrando la pantalla de su computadora personal. Unos extraños símbolos que sólo Lance pudo identificar parpadeaban constantemente.
¡¿1.21 Azus?! exclamó descorazonado. Ahora estaba seguro de que se quedarían con Dai y los otros para siempre en ese mundo. Grandioso, eso es justo la energía que provoca una reacción nuclear hizo una pausa y se llevó la mano a la frente preocupado. ¿Qué demonios vamos a hacer ahora?.
Eclipse bajó la mirada y reflexionó unos instantes antes de hablar.
Bueno, creo que Papunika no es un lugar tan feo para vivir y... .
La sola mirada de Lance le fue suficiente para guardarse aquellos comentarios.
Leona, que no sabía que eran los Azuz ni la energía nuclear, se acercó a Lance para ofrecerle su ayuda, atrás de ella Marina y Eimi avanzaron conjuntamente.
Disculpa, pero seguimos sin entender que sucede, quizás sí nos contaras.
El Celestial se rascó la nuca mientras en su cabeza le daba vueltas al asunto.
Lo que sucede es que necesitamos energía para hacer funcionar nuestra nave y poder volver a nuestro hogar.
¿Energía? repitió Hyunkel contrariado. ¿Qué clase de energía necesitan?.
Olvídenlo, no hay manera en que puedan ayudarnos dijo Lance desesperanzado.
Dai se golpeó una palma con el puño.
Vamos, estoy seguro de que entre todos podremos encontrar una solución a su problema.
Eclipse miró a Lance tratando de forzar una sonrisa sin éxito. En realidad estaba a punto de soltarse llorando.
¡Buuuaaa! chilló Eclipse. ¡Nos quedaremos aquí para siempre!.
El Celestial exhaló un suspiro con desesperación y se volvió hacia Dai aparentando normalidad, pero aunque se esforzaba en mostrarse tranquilo, el chico bien podía darse cuenta de su angustia.
Lo lamento, Dai, pero a menos que puedas conseguir producir 1.21 Azus de energía no veo la manera en que puedas ayudarnos.
Dai enarcó una ceja.
¿Qué es un Azus?.
Lance se llevó las manos a la cabeza. Ahora estaba convencido de que todo estaba perdido. Jamás volvería a ver a su hermano Cadmio, ni a Asiont, y lo peor de todo era que sus amigos contaban con él para obtener alguna clase de información que pudiera ayudarlos a ganar la guerra con Abbadón. Aquella era una verdadera catástrofe.
Quizás podamos producir esa energía de la que hablan declaró Dai negándose a darse por vencido. Sólo tienes que decirnos como hacerlo guardó silencio para volverse hacia sus amigos, ¿no es así?.
Cuenta con ello, Dai convino Krokodin todavía dominado por los efectos de la metamorfina. No importa lo que me pidan, en estos momentos me siento tan poderoso que podría derrotar al mismo rey Ban.
Lance negó con la cabeza lentamente y sonrió amargamente.
Amigos, déjense de cosas. La única fuente natural capaz de generar 1.21 Azus de energía es un condenado rayo, ¿vale? hizo una pausa y continuó, desafortunadamente es imposible saber donde y cuando va a caer uno.
Mientras el Celestial volvía a bajar la mirada completamente abatido, Dai y Poppu se miraron entre sí y sonrieron con complicidad.
¿Con qué un rayo? murmuró Poppu mientras se acariciaba la barbilla.
Tokio-3.
El bar Kobayashi nunca estaba muy frecuentado los fines semana. Sólo concurrían algunos clientes fieles y el lugar era magnifico para quienes quisieran reunirse sin interferencias. Masamaru Kyo escudriñaba el bar con la mirada en busca de su viejo camarada Ryuoji Kaji. Como no había rastro de él, ordenó que le trajeran otra cerveza bien helada. Luego de que la camarera colocara el jarro sobre la mesa, Masamaru se dispuso a continuar bebiendo cuando de pronto un joven se acercó hasta la mesa.
¿En una misión oficial de Seele?.
¡Kaji-kun!.
Hola, Masamaru, cuanto tiempo le saludo el joven al tiempo que ocupaba el asiento al otro lado de la mesa. Me da gusto volver a verte, supe que te ascendieron dentro de Seele.
Masamaru hizo un gesto con la mano indicándole a la joven camarera que le llevara otra cerveza a su acompañante. Luego de que la mesera le trajeran el jarro a Kaji y se retirara, ambos hombre sabían que podían conversar tranquilamente.
Vaya, vaya farfulló Masamaru. El gran Kaji-kun. ¿Sabes?, escuche que tuvieron problemas en Nerv con el último monstruo que los atacó. Me da gusto ver que no te pasó nada.
Kaji dejó escapar una leve sonrisa y dio otro trago.
Hubo algunas dificultades murmuró, pero afortunadamente el Eva-01 pudo hacerse cargo.
Masamaru se recostó en su asiento y sonrió burlonamente.
¿Te refieres al mocoso hijo de Gendou, no es así? preguntó con una expresión de desprecio. La ONU gasta demasiado dinero en esos muñecos de lata.
Kaji suspiró y le miró.
Quizás, pero no es de los Evas de lo que he venido a hablar contigo, Masamaru.
Entonces ¿de qué, oh gran Kaji-kun? preguntó en son de broma. ¿Qué puedo hacer por ti?.
¿Qué sabes del grupo Apocalipsis? preguntó Kaji.
La expresión de Masamaru cambio por completo para hacerse rígida. Dejó el tarro que sostenía sobre la mesa y miró a su camarada fijamente.
¿El grupo Apocalipsis? repitió. Según tengo entendido es una agencia especial de inteligencia que trabaja para la ONU bajó las ordenes del general Kymura murmuró con frialdad. Tal como lo hace Seele sonrió. Tal como lo hace Nerv.
Masamaru, los de Seele tienen sospechas de que el general Kymura ha estado desviando fondos y realizando maniobras a espaldas de la ONU dijo Kaji. También sospechan que muchos de nuestros agentes han sido sobornados y trabajan en complicidad con el grupo Apocalipsis.
Miren quien habla de actuar a espaldas de la ONU Masamaru echó la cabeza para atrás y clavó la vista en el techo Escucha, Ryouji, no me vengas con esas idioteces, ¿acaso crees que ese desgraciado de Gendou no hace cosas a espaldas de Seele, la ONU y todo el maldito mundo?.
Eso no tiene nada que ver afirmó Kaji. Algunos en Seele sospechan que tú estás trabajando en secreto para esa organización, ¿es eso verdad .
Una chispa se encendió en los ojos de Masamaru.
Esos desgraciados de Seele creen que lo saben todo, pero la verdad es que son unos malditos hijos de perra. Ellos y su mentado Proyecto de Complementación Humana van a provocar que el mundo se vaya al carajo.
Kaji frunció el entrecejo extrañado.
¿Quién te habló del Proyecto de Complementación Humana? le inquirió con desconfianza,. Sí trabajas para el grupo Apocalipsis, ¿verdad?.
Masamura sonrió con cinismo.
Bueno, has descubierto mi secreto, pero antes de que me digas algo, te diré que todas esas acusaciones que ha hecho Seele, no son más que un montón de viles mentiras tomó otro trago. El general Kymura es un hombre de honor que lucha por el bienestar del mundo. Sí trabajo para ese grupo es porque me estoy convencido de que lo que hacemos está bien.
Kaji meneó la cabeza impaciente.
¿Sabes bien en lo que estás metido?. Los de Seele ya los tienen bien identificados y conocen de las maniobras del grupo Apocalipsis. Sólo necesitan un pretexto e irán por Kymura y todos ustedes. Sabes tan bien como yo, que esa gente no tolera las traiciones.
¡Ja! ¿Lo dices por experiencia, agente Kaji?. Estoy seguro de que a la gente de todo el mundo le gustaría saber todos los secretos de Seele y Nerv. El general Kymura es un hombre que está trabajando por la salvación real del mundo y no como esos bastardos hijos de perra de Gendou y el presidente Keel.
Kaji lo miró con frialdad.
¿De qué rayos estás hablando, Ryo-kun?.
Lo sabrás a su debido tiempo, Kaji, pero no te preocupes que mi intención no es perjudicarte se levantó de la mesa y sacó unos billetes del pantalón. Es obvio que estas algo preocupado por mí y te lo agradezco, pero te aseguró que no tienes porque hacerlo. Sabemos a la perfección lo que hacemos dejó los billetes sobre la mesa y se aprestó a retirarse. Te daré un consejo: aléjate de todo lo que tenga que ver con el grupo Apocalipsis, sí crees que sólo Seele es de cuidado es porque todavía no nos conoces.
Kaji meneó la cabeza negativamente mientras veía a Masamura alejarse.
Quizás tengas razón, Ryo-kun murmuró. Quizás la tengas.
Distrito Nerima.
En el patio de la residencia Tendo se estaba desarrollado un drama catalogado por todos lo que ahí vivían como algo casi cotidiano: una acalorara discusión entre Ranma y su padre Genma.
¿Qué fue lo que hiciste ahora? preguntó Ranma mientras sujetaba a su padre de la ropa. ¡Vamos, responde!.
Genma sonrió nervioso, era como sí en verdad tuviera algo que ver con la súbita aparición de aquellos extraños visitantes.
¿Y yo por qué?.
¡No te hagas! insistió Ranma. Siempre que hay un malentendido, tú eres el principal responsable.
Genma sonrió nuevamente y luego lanzó una mirada los recién llegados. Ciertamente sus vestimentas y aspecto eran muy extraños, pero eso era algo común de la gente que solía visitar el Dojo de los Tendo, así como otros singulares personajes que él y su hijo habían conocido a lo largo de toda sus viajes.
No los recuerdo confesó Genma mientras los examinaba minuciosamente detrás de sus anteojos. Realmente creo que nunca los había visto en mi vida.
Sombrío frunció el entrecejo con enfado y dio un rápido paso al frente para examinar todo el lugar con suprema arrogancia.
¡Ya estuvo bueno de tonterías! gritó llamando la atención de todos. Será mejor que se larguen de aquí, de lo contrario prepárense para pelear con nosotros.
Soun respondió avanzando unos cuantos pasos.
Oigan, un momento, ¿ustedes fueron quienes me causaron este daño? preguntó refiriéndose a su barda destruida. Sí es así, quiero que me la paguen ahora mismo.
Belcer fulminó a Soun con la mirada y a continuación desplegó el poder de su aura, lanzando algunas cuantas ráfagas de aire en torno a él.
¿Cómo te atreves a hablarnos así, insolente basura?le preguntó mientras su aura rielaba. Con un solo movimiento podríamos destruir este ridículo planeta.
Soun parpadeó varias veces sin entender aquellas palabras. ¿Acaso estaban fanfarroneando?. Iba a decir algo más cuando una ráfaga de aire emanada del cuerpo del Khan imperial lo lanzó de espaldas al suelo.
¡Papá! exclamó Akane mientras corría al auxilio de su padre.
Soun levantó la mirada y vio como Belcer alzaba su mano exhibiendo la palma amenazadoramente.
Akane se arrodilló junto a Soun y luego lanzó una mirada asesina contra los misteriosos forasteros que habían irrumpido en su hogar.
No se crea señor declaró Soun riendo nerviosamente. En realidad ya estaba pensando en remodelar.
Sarah, la Khan del Basilisco, examinó con la mirada todo a su alrededor sin tomar en cuenta a Ranma y los otros.
Que lugar tan conmovedor murmuró.
¡Oye Sarah! exclamó Belcer. Este no es el momento para admirar el paisaje, tenemos que encontrar la maldita gema estelar.
Es cierto, Sarah añadió Sombrío con una leve sonrisa malévola. Según mi escáner, la gema se encuentra dentro de esa casa.
Soun se levantó rápidamente con un pequeño salto para interponerse en el camino del Khan del Lobo.
Oiga, no puede entrar a mi casa así nada más.
Sombrío lo miró de reojo con fastidió.
A un lado, viejo amenazó el imperial. No intervengas.
Antes de que el jefe de la familia Tendo pudiera darse cuenta, el Khan del Lobo lo golpeó con un rápido manotazo que lo arrojó a los pies de Akane.
¡Papá! gritó Akane aterrada. ¿Te encuentras bien?.
Ah balbuceó Soun, frotándose el rostro con cuidado. Anoten la matrícula del camión que me atropelló.
Al ver lo ocurrido, Ranma y su padre se dirigieron apresuradamente hacia Soun y Akane.
Oiga, Tendo, ¿se encuentra bien? le inquirió Genma. A ver ¿cuántos dedos puede ver?.
Completamente furioso y con los puños crispados, Ranma Saotome se volvió hacia Sombrío y los demás guerreros imperiales para lanzarles mirada feroz. Atrás de él, Shampoo permanecía en su sitio preocupada.
No tengo la menor idea de quienes sean dijo Ranma con determinación. Pero no voy a permitirles que hagan lo que les plazca.
¡No, Ranma no lo hagas! le suplicó Shampoo.
¡Ja, Ja, Ja! rió el Khan del Lobo con burla. Muchacho tonto, no tienes posibilidades de ganarme. Para mí eres como una basura. Puedo vencerte con una mano atada a la espalda.
Eso lo veremos, fanfarrón respondió el joven Saotome seguro de sus fuerzas. Esta es mi técnica... ¡Kachu Tenshin Amaguriken! (El Truco de las Castañas Calientes).
Con una asombrosa velocidad, Ranma arremetió contra Sombrío con una potente lluvia de puñetazos. Sin embargo, algo extraño ocurrió ya que a pesar de que los golpes de Ranma eran muy veloces, Sombrío conseguía esquivarlos ladeando la cabeza de lado a lado o bloqueándolos con sus manos sin hacer el menor esfuerzo. El joven Saotome sencillamente no podía creerlo, pero su enemigo se movía con una rapidez que nunca había imaginado que existiera.
"¡No puede ser!", pensó mientras continuaba atacando. "¡Mis golpes no le hacen absolutamente nada!".
Sarah, Belcer y los soldados imperiales observaron la escena divertidos y, luego de un momento de calma, alguno que otro de la tropa rompió en carcajadas.
Qué patético observó Sarah. A pesar de que es infinitamente inferior a Sombrío insiste en atacarlo.
Belcer desapareció su aura y asintió con la cabeza.
Es una basura inmunda.
Sorpresivamente Ranma detuvo su ataque y se alejó de su enemigo con un ágil salto hacia atrás. Aunque le parecía imposible, no había conseguido ni siquiera tocar a su adversario.
¿Qué pasó, mocoso? preguntó Sombrío con burla. No me digas que esa fue tu mejor técnica porque para mí fue algo verdaderamente insignificante.
¡Cállate! profirió Ranma enardecido. ¡Apenas estoy empezando a calentar!.
Sombrío sonrió malévolamente y bajó la mirada.
Ahora sabrás lo que es una verdadera técnica, mocoso de porra.
Una especie de densa neblina comenzó a emanar de los pies del Khan del Lobo esparciendo en todas direcciones. Acto seguido, Sombrío desapareció misteriosamente.
¡Ranma, ten cuidado! gritó Akane verdaderamente preocupada.
Ranma murmuró Shampoo por su lado.
El joven Saotome volvió la vista hacia todos lados con incertidumbre. La espesa niebla había comenzado a rodearlo rápidamente y le impedía ver más allá de su nariz.
¿Qué rayos es esto? preguntó para sí.
Los lobos suelen atacar en las noches aprovechando la neblina le respondió la voz de Sombrío. Como podrás darte cuenta es difícil saber de donde vendrá en ataque.
¡Cállate! gruñó Ranma irritado volviendo la vista hacia el sitio de donde creía venía la voz del Khan. ¡Sal y pelea, cobarde!.
Enseguida, se sobresaltó cuando escuchó la voz de Sombrío detrás de él.
Aquí estoy.
Ranma se puso en tensión cuando la figura de su oponente emergió de la densa neblina.
Mira bien esto, chico... comenzó a decir Sombrío mientras hacía una serie de extraños movimientos con las manos. ¡Nebula Lupus!.
Con una velocidad sobrehumana que Ranma Saotome era incapaz de seguir con la mirada, el Khan del Lobo comenzó a atacarlo con una serie de poderosos y rápidos golpes.
¿Qué opinas de mi técnica, chico? le inquirió Sombrío mientras lo atacaba desde todos los ángulos posibles. ¡Toma, gusano!.
Sotome ni siquiera tuvo el tiempo necesario para protegerse y luego de ser golpeada brutalmente durante unos instantes, salió de la niebla volando para caer pesadamente en un pequeño estanque ubicado en el centro del jardín.
¡SPLASH!. Al ver lo ocurrido, Akane no se lo pensó dos veces y rápidamente se interpuso entre el estanque y Sombrío extendiendo los brazos. No estaba dispuesta a permitir que continuarán lastimando a su prometido.
¡Alto ahí! gritó mientras adoptaba una especie de guardia. No dejaré que sigas lastimando a Ranma, canalla.
Sombrío miró a Akane de arriba abajo con morboso detenimiento. Ciertamente aquella era una chica bastante atractiva y muy hermosa. Luego de que acabó de comérsela con la mirada, el imperial sonrió pervertidamente.
Pero ¿qué veo? No tenía la menor idea de que me iba a encontrar una cosa tan linda por estos lugares.
Sarah no pudo disimular el enfado que le provocaba escuchar a Sombrío y se cubrió el rostro con una mano en un gesto de malestar.
Tenía que salir con esas tonterías, ya se me hacía raro que no lo hiciera susurró para sí.
Akane le lanzó una mirada de ferocidad al Khan del Lobo, estaba bastante claro que estaba dispuesta a entrar en combate si era necesario.
¡Ya cállate! Más vale que te defiendas.
Sombrío sonrió divertido al escuchar las palabras de Akane, le encantaban las mujeres con carácter.
Je, Je, Sí deseas atacarme, puedes hacerlo, por mi no hay problema, nena.
Akane avanzó un paso al frente. Iba a lanzarse sobre el Khan cuando una chica de cabello rojo emergió de las aguas del estanque para detenerla.
¡Akane! gritó la pelirroja. ¡No intervengas! ¡Yo me haré cargo de él!.
Tanto Sombrío como sus acompañantes se volvieron hacia la misteriosa pelirroja. Un detalle que realmente saltaba a la vista y que llamaba la atención era el hecho de que aquella jovencita de figura escultural portaba las mismas ropas de Ranma.
Vaya, Sombrío exclamó Belcer alisándose los cabellos. Ya me di cuenta porque pudiste vencer tan fácilmente a ese niño, estabas peleando con una chica.
¿Una chica? repitió Sombrío parpadeando varias veces. Pero miren nada más, tampoco esta nada mal dejó a Akane de lado y se acercó a la pelirroja. Aunque la verdad lograste engañarme, por un instante pensé que eras un muchacho.
¡Yo soy un hombre! gritó la chica pelirroja visiblemente irritada. ¡Miserable, ahora continuaremos nuestra pelea!.
No digas tonterías intervino Belcer. Ya se te cayó el disfraz ¿qué te crees? ¿la versión moderna de Mulan?.
De pronto Kasumi y Nabiki, las hermanas de Akane, se asomaron por la puerta que daba al patio para tratar de averiguar lo que sucedía.
¿Pero qué le paso a la barda? exclamó Kasumi alarmada.
Nabiki observó a los recién llegados por un momento, luego a Shampoo y finalmente a la chica pelirroja.
Este va a ser uno de esos días murmuró con absoluta indiferencia y comenzó a caminar rumbo a su cuarto segura de que no se perdería nada que no hubiera visto antes.
La pelirroja salió del estanque con paso firme, tras hacer a un lado a Akane encaró a Sombrío.
Yo soy a quien echaste al estanque hizo una pausa y alzó los puños, así que mejor prepárate.
Sarah y Belcer se miraron entre sí, algo extrañados.
Creo que el golpe la afectó murmuró Sarah. Ahora se cree hombre.
Molesta, la pelirroja lanzó una mirada de soslayo a los Khans.
Yo soy Ranma Sotome declaró enérgicamente. Esta vez comenzara la verdadera pelea.
Sombrío sonrió malévolamente.
Espero que sea cierto, preciosa.