Capitulo 15
Encuentros (2da. Parte)
Kyoto, Japón.
Tokio se encontró con una visita que jamás espero y recibiría con tal descaro... Después de tantos años de enemistad aun cuando la infancia les dio la oportunidad de conocerse y ser amigos.
El saludo inicial no logró que Tokio optase por un cálido recibimiento, simplemente deseaba que se marchase de su hogar. Gaho Etsuke se levantó de su asiento ante la presencia de la dama, un modo de demostrar sus refinados modales y proporcionar un buen saludo... uno que para ojos de la mujer resultaba de lo mas hipócrita.
Gaho: Veo que incluso tus expresiones frías pueden resultar de lo mas dulces mi estimada Tokio- comentó el hechicero al conservar la distancia entre ambos pese a que deseara poder acercársele- ¿o debo mejor decir Señora Fujita?- se burló levemente.
Tokio: Y dime, ¿por qué debería esperar de ti 'lo mejor' Gaho?- devolvió con serenidad- jamás lo has hecho.
Gaho: Eso fue un golpe bajo Tokio... Pero perdono la insolencia solo por venir de ti- dijo ciertamente divertido ante el trato que recibía de la mujer.
Tokio: Basta de sarcasmos Gaho, qué es lo que haces aquí- preguntó a la defensiva.
Gaho: ... Solo la curiosidad- dijo al comenzar un recorrido por las instalaciones por su cuenta- ... Saber en lo que te habías convertido Tokio... Y es algo triste que una mujer con tus cualidades haya sido relegada a esto- comentó- Una vida tan monótona como esclava de un humano que esta fuera de nuestra clase...
Tokio: No te atrevas a hablar de Hajime sin siquiera conocerlo... No tienes derecho a opinar sobre mi vida, y mucho menos proviniendo comentarios de una boca tan rastrera y traidora como la tuya- agregó.
Gaho: Je, una basura como él es indigno del privilegio de tener a alguien como tu Tokio... Aun no logró entender cómo es que fuiste capaz de acceder a esta patética forma de vida tan humana...
Tokio: Aunque te cueste creerlo, Hajime en esta vida o en cualquier otra siempre será el mejor hombre para mi... Él si es un hombre digno al cual puedo amar y sentirme halagada de recibir su amor... No que tu Gaho Etsuke careces de toda cualidad para ser merecedor de algun sentimiento...
Gaho: Percibo tu rencor hacia a mi... Pero no entiendo la razón Tokio, jamás te he hecho algun mal, al contrario... Sabes que siempre has sido señora de mi devoción, tu madre incluso aprobaba el que pidiese tu mano...
Tokio: Pero eso fue hace mucho tiempo Gaho... Y sabes que si solo tenía un vinculo contigo era puesto a que nuestras familias eran muy cercanas y solías ser el mejor amigo de Clow... Pero solo eso...- repuso con seguridad- Y aunque jamás me hubieses causado algun daño directamente, tu actual reputación no ayuda a que te vea con buenos ojos... Has intentado matar a mi hermano también ¿cómo puedes esperar que actúe como si nada ocurriese?
Gaho: 'Reputación' has dicho?- dijo antes de reír levemente- Tokio... no deberías dejarte llevar por las malas lenguas, lo que tu hermano posiblemente te ah dicho solo es 'su' versión de la historia, ocultando detalles que lo colocan a él como el hechicero bueno que deberá luchar contra el corrompido por el poder- dijo sarcástico.
Tokio: ¿Y acaso no es así?- preguntó confundida.
Gaho: Tal vez un poco... Sobre el poder no miento... Logra corromper un poco a cualquiera, nadie se excusa de ello... Pero en este mundo todo gira alrededor de dos cosas: la muerte y el poder. Son aquellos quienes tienen el poder son los que dominan y por nuestra misma naturaleza, el hombre es un ser que debe dominar a otros para sentirse completo...
Tokio: Estas equivocado...- murmuró.
Gaho: Je, solo basta poner atención a tu alrededor para contemplar claros ejemplos... incluso en tu vida misma... Tu madre siempre impuso sus normas sobres ustedes; Clow necesitó crear criaturas a las que pudiese sobreponerles sus ordenes y estuviesen a su mandato... Y podría seguir todo lo que resta del día Tokio, pero el tiempo apremia y debo terminar con lo que empecé al venir aquí- dijo al volvérsele y comenzar un acercamiento hacia ella, pero la mujer atinaba a lograr guardar su distancia.
Tokio: Sabía que al venir a mofarte de mi no era tu único objetivo... ¿Qué es lo que no me has dicho?- le preguntó buscando una salida discretamente hacia el patio trasero de la vivienda.
Gaho: Tokio, una nueva era esta por renacer al ser la actual purificada con el poder de los mares... Te estoy pidiendo que medites bien en el lado en el que estarás... Si estas del lado de Clow... bueno, creo que la perdida de tan valiosa vida siempre la resentiré en mi alma... Pero estoy aquí para evitarlo, estoy aquí para ofrecerte una salvación, que vengas conmigo- dijo hasta con cierta amabilidad a extenderle su mano a la mujer quien se había quedado muda ante la petición- No solo te ofrezco la salvación, sino la oportunidad de poder contemplar el nuevo mundo que lograre dentro de poco y que seas tú la mujer que podrá disfrutar de todos los privilegios de mi nueva era.
Tokio: ... ¿Te has vuelto loco?- preguntó con cierto temor cuando intuitivamente llevó una de sus manos discretamente sobre su vientre- Cómo te atreves a querer usar poderes tan superiores para ambiciones estúpidas?
Gaho: Lo entenderás mi bella Tokio, en cuanto aceptes mi ofrecimiento... se mi esposa...
Tokio: Por si lo olvidas, ya tengo un esposo Gaho...
Gaho: ... No por mucho- murmuró.
Tokio: Si te atreves a hacerle algun daño a Hajime yo...- la mujer no fue capaz de terminar de hablar cuando el hechicero había desaparecido frente a ella y en ese mismo instante sintió cómo es que se encontraba a sus espaldas, sujetándola como si fuese ya su mujer. Se había congelado ante aquel acercamiento tan repentino, sabiendo que era un tanto delicada su situación si al intentar liberarse podría lastimarle y no solo ella se encontraría en peligro sino la otra vida que llevaba en sus entrañas ahora.
Gaho: Si lo quisiese muerto lo hubiese hecho hace años... desde el momento en el que supe que lo preferiste a él que a mí...- le dijo con suavidad al oído antes de aspirar el aroma de los cabellos de la mujer- No sabes cuanto envidio a ese humano... Pero este mundo junto con él y toda su patética especie están apunto de desaparecer...
Tokio: Has perdido toda racionalidad Gaho... No tienes ningún derecho a ambicionar tal desastre!- añadió con cierta ira.
Gaho: Jejeje esto no es algo que yo solo ambiciono... Hay otros como yo quienes estén de acuerdo, es mas, ellos mismos me escogieron para llevar a cabo esta misión- dijo al soltarla.
Tokio: ¿De qué estas hablando, qué es lo que quieres decirme?- preguntó ante las insinuaciones.
Gaho: Es sencillo amada mía... Al oponérseme tú, Clow, o cualquier otro hechicero en este mundo es oponerse al Consejo mismo- dijo irónicamente.
Tokio: No te atrevas a decir tal blasfemia!- exclamó indignada.
Gaho: No es ninguna blasfemia, es la verdad, una verdad que el inútil de tu hermano no quiso aceptar, y creyéndose mejor que todos esta traicionando ordenes directas del Alto Consejo, por lo que puedes ver, ustedes son los traidores...
Tokio: Imposible, no pienso creerlo, esta es solo una treta tuya Gaho, lo sé!- añadió con exasperación al alejársele.
Gaho: Si lo quieres creer o no es tu problema... Pero eh estado en contacto con ese circulo y ante la situación me han permitido eliminar a Clow y a todos los que estén apoyándolo, incluyéndote- murmuró.
Tokio: Vas a matarme entonces?
Gaho: Sabes que no... Mas bien quiero salvarte, ya te lo dije... Si vienes conmigo el Consejo te perdonara, no te estoy pidiendo que seas mi aliada solo que me permitas convertirme en tu salvador.
Tokio: ... Sabes que no lo haré... Digas lo que digas yo siempre estaré al lado de mi hermano y aunque intentes persuadirme de lo contrario créeme que ahora entiendo mejor sus razones para detenerte... Y al consejo contigo...
Gaho: Je, sin duda alguna creo que deberé tomar medidas un tanto drásticas para poder salvarte Tokio- murmuró amenazadoramente.
Tokio: Un paso más Gaho y juro que te arrepentirás- añadió al intuir sus intenciones. Gaho no temió ante la amenaza, atreviéndose a continuar su avance- Te lo advertí- pensó ella cuando con rapidez hubiese llevado su mano tras su espalda y extraer de entre sus ropas una abanico diseñado al estilo de su tierra natal China*. Tras un movimiento brusco de su brazo que sujetaba el abanico, una furiosa corriente de aire se desató sobre Gaho quien ante el inminente golpe su cuerpo fue lanzado al exterior después de haber estado colocado justamente frente al acceso que llevaba al jardín de la propiedad. Los vientos huracanados envolvieron al hechicero manteniéndolo en el aire con fiereza, pero Gaho con un rápido movimiento de su mano mientras manejaba una larga espada logró neutralizar el ataque y quedar libre, volviendo al suelo con suavidad, casi como si tuviese la capacidad para maniobrar en el aire.
Gaho: Eres una tonta Tokio... una ingenua a la que aun amo y por ello parece que deberé doblegarte primero... Algo que debí haber hecho hace mucho y tal vez nos hubiéramos evitado todo esto...- dijo a la mujer que entró al terreno abierto.
Tokio: Me hubiera gustado verte intentándolo entonces- dijo.
Gaho: Eras poderosa, la magia te agraciaba... Pero ahora eres débil... muy humana... Temo decir que tus habilidades son burdas ahora- añadió.
Tokio: Tal vez... Pero deberé confiar en mis fuerzas actuales para pelear contra a ti.
Gaho: No te creo capaz...
Tokio: Sabes que no temo a la muerte, nuestras costumbres y entrenamientos nos han llevado a ello...
Gaho: Tal vez no temas el que se extinga tu vida... Pero no creo que pienses igual de la vida de un inocente- murmuró con malicia.
Tokio: ¿De qué estas hablando?- dijo con cierto temor.
Gaho: Sabes de lo que hablo... Podrás engañar a todos Tokio, pero no a mi... Ya hay vida en ti... un laso que une los latidos de tu corazón con el futuro y vida de una criatura que esta gestándose dentro de ti... ¿Estarías dispuesta a arriesgarlo igual que tu vida?...
Tokio: ... No puedes saberlo...- murmuró con terror.
Gaho: Pero lo hago... Por eso es que no te eh atacado... Incluso aunque sea hijo de un infeliz humano estaría dispuesto a aceptarlo como mío si eso te complaciera... Pero si te resistes más... no dudare en atacarte entonces- murmuró con seriedad.
Tokio: Gaho... - quiso persuadirlo, de verdad... Pero las palabras se había atorado en su garganta al formar un nudo atado por el miedo ante la situación... No sabía qué hacer en realidad... El resistirse sería su opción prioritaria... Pero la vida de su hijo la consideraba primero y mucho mas valiosa... Pero ¿debería sobreponerlo al amor que tenía a su esposo? Cómo podría siquiera pensar en aceptar tal propuesta.
Gaho: Es tu ultima oportunidad Tokio... Piénsalo bien...- murmuró sarcástico al ondear ligeramente la espada que ocultaba bajó su túnica- Decide...
- Ella no tiene porqué decidir nada... Lo haré por ella, y yo decido que se quede donde esta- intervino una nueva voz en el campo.
El hechicero volvió ligeramente su cuello hacia donde provenía la voz, solo para que sus ojos demostraran repulsión al encontrarse a alguien que resultaba desagradable para sus sentidos.
Tokio: ... Hajime- lo llamó con alivio cuando hubiese logrado acudir a él y sentirse protegida, debiendo abrazarlo para poder sentirlo.
Gaho: Vaya, no creí que me toparía contigo a estas alturas... Pero ciertamente me alegra...- comentó con cierto recelo.
Saito: ... Así que tú eres ese renombrado Gaho...- pronunció palabra al lograr apartarse de su mujer, sabiendo que el estar junto a ella solo la pondría en peligro para lo que vendría- No eres lo que esperabas...
Gaho: Humanos tontos... las apariencias no muestran la realidad de las cosas...- dijo sarcástico- Pero son ignorantes... Aun me sorprende que hubieses logrado cautivar a una mujer como ella... Considérate afortunado...
Saito: No es algo que tengo que escuchar de alguien como tú, porqué ya lo sé- comentó- Y no me interesa hablar sobre mi vida marital con un ser despreciable como tú que necesita amenazar a una mujer de tal forma para lograr lo que deseas... Solo eres basura.
Gaho: No me conoces Hajime Saito... No sabes a lo que estoy dispuesto a llegar solo por llevar a cabo mis objetivos.
Saito: Podrás ser tan tenaz como desees... Pero has causado ya muchos problemas, y mi deber siempre será el erradicar sujetos como tú en esta era... 'El malo debo morir', es la justicia que yo predico, y temo decirte amigo que eres el único villano que veo por aquí- dijo al sostener su arma desde el cinturón.
Gaho: ¿Me estas retando humano?
Saito: ¿No es eso lo que buscas?- preguntó sarcástico- Aunque mejor lo pongo de esta forma... solo tomo el lugar de MÍ mujer a quien ya habías retado haciendo uso de tus artimañas...
Gaho: Interesante... Es conmovedor, el esposo y padre da la cara por la familia- comentó entre dientes.
Saito no mostró reacción ante ello, solo lanzó un vistazo sobre su hombro a Tokio quien solo movió los labios para poder decir algo pero no fue capaz... Aquella no había sido la forma en la que hubiese deseado que él se enterara.
Gaho: Bien humano, si ya estas aquí tan dispuesto a defender lo que consideras tuyo, pero que originariamente era mío... Dejare que mueras de esta forma, en combate.... Seguramente es lo que todo miembro del Shinsengumi desearía ¿o me equivoco?
Saito: Parece que nos conoces bien... Pero no confundas a un perro amaestrado con un lobo de Mibu...- murmuró al extraer su katana al mismo tiempo que Gaho blandía la propia.
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La Sacerdotisa Yoko no tuvo éxito al persuadir a los humanos y su compañía de dejar aquella montaña y el secreto que deseaban extraer de ella, pero no se sorprendía, después de todo ningún humano jamás lo aceptaba e interponían su ambición por la vida misma. Lo intentó, repetidas veces, pero el trío no se dejo intimidar... Bien, no sería su problema, jamás se había preocupado por el destino de aquellos viajeros que con el paso de los años solo venían a esta montaña en busca de algo que jamás encontrarían... No empezaría a aquellas alturas de su existencia el preocuparse ahora por ellos.
Yahiko: No sé por qué, pero tengo un mal presentimiento Sanosuke- murmuró el niño mientras seguían a la sacerdotisa quien con paso firme los conducía por las laderas de la montaña delante de ellos.
Sanosuke: Pese a que tiene una cara bonita, sus ultimas palabras me han sonado amenazantes... Es como dicen, colocan una cara bonita para que bajemos guardia... Pero no pienso caer en esos trucos- le respondió- No te preocupes, si intenta algo sabes que no será problema para mi y mi puño- dijo con cierto aire de grandeza.
Yahiko: No temería si supiese que tu mano esta bien Sanosuke... lo que no esta, por si lo olvidas- agregó.
Sanosuke: Confía en mí chico... Tiene la potencia suficiente aun, no soy un invalido. Además tenemos el apoyo de la chica- dijo.
Yahiko se volvió a Pelea quien caminaba silenciosamente detrás de ellos- Para que digas eso significa que confías en ella Sanosuke- dijo con alegría.
Sanosuke: ¿Qué? ¿Yo? No digas tonterías- dijo al tratar de ser indiferente.
Yahiko: No lo niegues, me alegra, se lo ah ganado después de que se arriesgo por salvarnos, debes admitirlo.
Sanosuke: ¿Por qué te mortifica tanto lo que pueda pensar de ella?- preguntó con fastidio.
Yahiko guardó silencio entonces... no estaba seguro qué contestar, pero no debió hacerlo ya que la sacerdotisa escapó de la vista de los tres, alarmándolos.
Sanosuke: ¿A dónde rayos se fue?!- preguntó tratando de localizarla.
Para los sentidos de los humanos como ellos hubiese sido imposible el dar con ella, o tal vez les hubiese tomado demasiado tiempo, pero para su suerte, tenían a su lado una criatura que si poseía la habilidad de rastrear a otra con esa clase de poderes espirituales. Vieron como Pelea se apresuró, corriendo. Yahiko y Sanosuke rápidamente la siguieron, sabiendo ya que su 'sabueso' tenía a la chica. Sus pasos presurosos los condujeron hasta una especie de cañón que formaba la corteza de aquellas montañas, de tal modo que pareciera el camino un largo pasillo y altos muros paralelos la rodeasen, en cuyas paredes parecían estar talladas imágenes derruidas de esculturas antiguas, todos ellas con la misma imagen semihumana con los ojos cerrados.
Yahiko: Oh no... esto ya no me esta gustando, para nada...- dijo con temor.
Pelea decidió entrar a aquel pasaje natural, nada ocurrió cuando lo hubiese hecho, ni tampoco creía que hubiese alguna trampa... Pero dio un paso en falso, la nieve había cubierto perfectamente una especie de fosa deliberadamente cavada en medio del pasaje. Pelea cayó , no pudiendo reaccionar a tiempo o poder sujetarse de algo, pero con suma rapidez Sanosuke Sagara se deslizó sobre la nieve para poder sostenerla apenas por la muñeca. Pelea buscó el fondo del agujero, pero parecía y estar demasiado profundo aun para que sus ojos lo divisaran. rápidamente el luchador la ayudo a subir al jalarla hacia él, pero ante el fuerte impulso Pelea cayó torpemente en brazos de Sanosuke, ambos se miraron tan cerca que el humano se sobresaltó un poco y fue quien rápidamente se puso de pie, limpiando sus ropas de la nieve para tratar de ocultarlo.
Sanosuke: Fíjate con más cuidado por donde pisas niña, no estaré ahí siempre para salvarte- dijo.
Yahiko: ¿Estas bien?- preguntó atentamente el chico al ayudarla a ponerse de pie, solo respondiendo al asentir con la cabeza, volviéndose al luchador y realizar una reverencia al inclinarse un poco en signo de agradecimiento.
Sanosuke: Oh vamos, no fue nada... Creo que ya estamos a mano- dijo indiferente.
Yahiko: Cielos... no imagino que tan profundo estará esto- murmuró cuando hubiese dado un vistazo al agujero.
Sanosuke: Yo no me preocuparía por eso, sino el por pensar que en todo ese largo camino ahí adelante puede haber más de estas trampas...
Yahiko: Debemos ser cuidadosos entonces... Puesto a que sin duda alguna lo que buscamos esta por allá, ¿no es así Pelea?- a lo que ella asintió.
Sanosuke: Bien, entonces andando, pero esta vez, fíjate por donde caminas- dijo al adelantarse a proseguir el camino. La criatura se sintió un poco indignada ante la burla, pero lo siguió de cualquier manera.
Tomando las precauciones necesarias, el trío se encamino por aquella ladera cubierta de nieve. Paso a paso, Yahiko podía sentir escalofríos al ver cada vez más aterradoras las esculturas talladas en los altos muros.
Sanosuke caminaba con seguridad, liderando a su equipo, pero fue su paso quien marco un siguiente problema... Del suelo mismo se levantó repentinamente una larga y delgada punta de hielo la cual apenas y Sanosuke logro esquivar para no ser lastimado, pero de aquella repentina salida, muchas otras le hicieron compañía, amontonándose una tras otra para dificultarles cualquier ruta de escape que ellos pudiesen buscar. Era inesperado el sitio de donde emergían. Lograban pasar gracias a que Pelea y Sanosuke podían partir en dos las columnas delgadas que más y más rápidamente emergían y acaparaban lugar. Los tres ya habían recibido ligeros roces con las puntas de algunas de ellas, pero nada grave por el cual no pudiesen continuar su avance. Era asombroso el ver una pareja de luchadores como aquella, Sanosuke y Pelea parecían moverse hasta con armonía y sincronización en sus movimientos, el niño no podía hacer más que seguirlos, evitando ser lastimado de alguna forma en la que podía convertirse en una carga pesada. Sus velocidades lograron el llevarlos a suelo en donde las espadas de hielo aun no se presentaban, incluso algunas de ellas se levantaban llevando consigo huesos congelados de posibles viejos viajeros... Pero de pronto su camino se vio enfrascado al toparse con una muralla de hielo, Pelea creyó que ser capaz de destrozarla sin ningún problema, y sin detenerse corrió hasta superar la velocidad de los demás y con un impulso se arrojo sobre la muralla con su puño extendido. El sonido del impacto retumbó en la muralla, el hielo frente a la criatura apenas y se fragmento ligeramente pero Pelea resintió toda la potencia de su ataque en el puño y brazo, doliéndose de ello.
Yahiko: No le hizo ningún rasguño!- dijo al volverse y ver cómo es que aquel tapete de estacas de hielo se aproximaban a su posición.
Sanosuke: Ni hablar, habrá que tomar medidas extremas...- murmuró cuando hubiese alzado su puño derecho para calcular el impacto.
Yahiko: Sanosuke, tu puño aun no se a recuperado del todo!- intentó persuadirlo. Pelea permaneció en silencio, analizando lo que sucedía, no entendía cómo es que un humano intentaría superar sus fuerzas, si ella fracaso el humano terminaría con la mano deshecha.
Sanosuke: No veo otra salida! aquí va!!- exclamó antes de que su puño se hubiese incrustado sobre la muralla, provocando un efecto rápido, casi como una explosión en el hielo que redujo parte del muro a solo una llovizna de pequeñas partículas de cristal. rápidamente Sanosuke tomo a Pelea y a Yahiko para lograr pasar sobre los restos del muro, solo su base y yacimientos, y al pasar del otro lado todo se silencio cualquier estruendo.
Yahiko observó como es que ahora se encontraban dentro de una especie de cueva cuyas paredes estaban cubiertas de hielo. El agujero que les sirvió de entrada hecho por el Futae no Kiwami del peleador se encontraba cubierto por las estacas de hielo que hasta el final del anterior pasillo logro saturar cada espacio, pero por el momento se encontraban a salvo.
Sanosuke: No estuvo mal para no tener la potencia de antes- agregó al tocar ligeramente su mano vendada, mientras que Pelea lo miraba con interrogante al sujetar su propio brazo lastimado.
Yahiko: Tuvimos suerte.... esperemos y no la perdamos- dijo- Déjame ver eso- le pidió a la criatura que se dejase examinar por él.
Sanosuke: ¿A qué lugar habremos llegado?- preguntó en voz alta cuando se hubiese puesto en marcha para inspeccionar el lugar.
Pelea quiso ir detrás de él, pero al intentarlo sintió dolor en la extremidad que Yahiko sostenía.
Yahiko: Tranquila, tómalo con calma, no ira muy lejos, primero debemos atenderte- le explicó al persuadirla de que no se moviese- No creo que este rota... Una lesión en el músculo tal vez... No seré doctor pero sin duda lo mejor será que inmovilices tu brazo por un tiempo- añadió al quitarse la bufanda y usarla de tal forma en la que Pelea pudiese mantener su brazo inmóvil- Listo, así estarás mejor.
Pelea: Gracias- dijo en un murmullo- Podrías explicarme lo qué él hizo hace un momento?- pidió antes que cualquier otra cosa.
Yahiko: Lo del muro? Ah, Es solo una técnica llamada Futae no Kiwami.
Pelea: Futae.. no Kiwami?- preguntó con extrañeza.
Sanosuke: Así es- dijo al haber regresado de un corto recorrido y llegar justo a tiempo para escucharlos- Una técnica bastante eficiente en combate y con una simple base- explicó.
La criatura había podido ver cómo es que Sanosuke había golpeado aquel muro, gracias a sus habilidades, era fácil el comprender la realización de toda técnica de combate...
- será la ultima advertencia... Me gustaría que lo recapacitaran antes de querer continuar su avance- escucharon de una voz femenina que resonó en los muros de la cueva.
Pelea: Es ella...
Sanosuke: Por qué te escondes de nosotros?- preguntó.
- Es sencillo..... si me ven de nuevo no habría otra oportunidad para ustedes de rectificar su error... Aprovechen, si deciden marcharse los dejare ir... de no ser así, la próxima vez que pudiesen verme... sería la ultima...
Sanosuke: Déjate de juegos! Sabes que no nos iremos sin lo que buscamos!- exclamó con exaltación.
- Humanos tontos... Si esa es su decisión.... Prosigan entonces....- finalizo con cierta decepción. Pero en el momento en que su voz dejo de escucharse, la cueva completa comenzó a estremecerse y por el sacudimiento el techo comenzó a desplomarse sobre ellos, debiendo correr nuevamente, con la vista nublada ante la nieve que caía sobre ellos así como los trozos de piedra caliza que los golpeaban, logrando evadir los de mayor tamaño y no ser aplastados, pero de un momento a otro los derrumbes lograron detenerlos y cubrirlos por completo.
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Kyoto, Japón.
Ambos hombres habían quedado inmóviles frente al otro después de haber desenvainado ambos por igual sus espadas. Se mostraban confiados, pero Gaho parecía despreocupado ante aquel enfrentamiento, o más bien... deseoso... Después de todo tendría la oportunidad que había anhelado durante tantos años, venganza sobre ellos dos... Venganza hacia Tokio quien prefirió a un burdo humano sobre él, y la oportunidad de limpiar su orgullo y renombre ante tal atrevimiento estaba frente a él...
Saito no sabía a lo que se enfrentaría... Los hechiceros solían tener muchas formas de actuar en un duelo... Y ante un oponente que no solo poseía habilidades de espada, sino también controlaba magia mística y desconocida para él, sabía y debía tener cuidado... no estaba seguro de lo que pudiese ocultar...
La sola posición que tomó Gaho con su larga pero muy delgada y afilada espada alertó a Hajime Saito que debería lidiar con un diferente estilo de combate, el arte de esgrima de occidente... Aunque no debía dejarse engañar con facilidad ante una primea impresión.
Gaho: ¿Estas preparado?- preguntó sonriente.
Saito: Más de lo que crees... Aunque corre una duda por mi cabeza... ¿Piensas pelear como hombre o ocultaras terso y delicado rostro tras tus trucos baratos?- preguntó con sarcasmo.
Gaho: Jeje, sería como si un dragón pelease contra un conejo... Me rebajare a pelear como ustedes humanos bárbaros, solo esta vez....
Saito: Nadie jamás me había comparado con un dragón en todo caso, me siento halagado- agregó al voltear la comparación.
Gaho: Posees un atrevido sentido del humor Lobo de Mibu...
Gaho: Entonces, comencemos...- agregó al bajar su defensa completamente, dejando su cuerpo descubierto para cualquier ataque... Ello solo podía tomarse como una burla, pero respondería a ella, pero guardando su técnica para un apropiado momento.
Hajime Saito levantó su arma frente a si y con rapidez se desplazó hasta el encuentro con su contrincante. Gaho interpuso su arma con rapidez, pero Saito parecía poseer mucha más fuerza al momento de aquellos golpes entre espadas, no por nada él contaba con la experiencia guerrera necesaria para sobrevivir durante los disturbios del Meiji... Mientras que Gaho, aunque pareciese poseer gran adiestramiento, lo ultimo que usaría para defenderse seria su espada... una herramienta tan burda en comparación con la magia que lo protegía...
El primer choque de fuerzas favoreció a Hajime, pero una vez que Gaho logró hacer distancia, logró retomar una compostura de su estilo al extender su arma completamente al igual que su brazo, a través de estocadas fue como atacó a Saito quien despejaba los ataques con movimientos de su katana. El choque del metal retumbaba en el aire mientras que la única espectadora de aquel duelo permanecía en silencio y angustiada por este. Ambas espadas se presionaron sobre la otra.
Gaho: ¿Qué pasa? ¿Por qué no me muestras alguna técnica interesante lobo?- preguntó durante la confrontación de espadas.
Saito: Solo estoy esperando el momento justo mago... Además ¿Por qué debería?... Si tu tampoco me has mostrado nada que valga la pena- murmuró cuando hubiese logrado que su fuerza sobrepasar la del hechicero, empujándolo hacia atrás y con un rápido movimiento de su katana logró desarmarlo. El arma de Gaho salió disparada sobre su cabeza, y estando desarmado, el temible lobo de Mibu no dudo en realizar su técnica, el Gatotsu Ishiki**.
La realización del Gatotsu era una técnica furtiva y veloz, no podrían pasar mas de 5 segundos para que pudiese aniquilar al oponente, pero ese pequeño lapso de tiempo fue suficiente para Gaho... Mientras su espada se mantuvo en el aire; la magia del hechicero logró tomar control de esta. Tokio observó el hecho, así como es que apuntaba justo sobre la cabeza de Saito, y la forma en la que fue lanzada sobre él.
Saito no se percató de ello, su concentración era sobre el pecho del sujeto, pero antes de que lograse su espada atravesarle el corazón, una cortina de viento lo sujetó y detuvo su avance con fuerza, obligándolo a retroceder y neutralizar su técnica, pero en cuanto Saito hubiese dado tres pasos hacia tras por la intervención de aquellas corrientes de aire, la espada del hechicero se incrusto con rapidez en el suelo, justo en donde unos instantes antes se encontraba. Miró con cierta incredulidad el arma clavada en el suelo, siguiendo la corriente del aire volvió un momento la mirada hacia Tokio, de quien con su abanico sagrado en mano era de quien emanaba aquella tempestad. Su magia no estaba ya al nivel para neutralizar la de Gaho, y al no poder detenerla directamente, lo único que se le ocurrió para salvar la vida de su esposo fue el intervenir de aquella forma, aunque sabría que se sentiría enfadado con ella por hacerlo, pensando que tal vez lo hubiese matado primero antes que Gaho a él... jamás lo sabrán.
Gaho: así que, ese es el renombrado y temible Gatotsu del Shinsengumi...- comentó el hechicero al acercarse para tomar su espada- De ser un hombre normal, tu katana ya se encontraría manchada con mi sangre.... aunque Tal ves hubieses muerto primero ante el filo de la mía... Tokio, no debiste intervenir en asuntos que no te conciernen, pero estimo que ya es un problema de familia...- murmuró.
Saito: Debí suponer que es difícil para los de tu clase el separarse de las viejas mañas...
Gaho: No pude evitarlo... Es algo natural en mí y el utilizarlo en ese momento fue algo 'espontáneo'- dijo sarcástico.
Saito: La palabra 'Miedo' es lo que buscas amigo- dijo del mismo modo- Tokio... te pido que no vuelvas a intervenir ¿te quedo claro?- pidió sin quitar la vista de su oponente.
Tokio conocía perfectamente el carácter y orgullo de Saito, por lo que prometió a su pesar el que no volvería a hacerlo.
Gaho: Como has sido tan generoso para mostrar tu técnica más poderosa, creo que debo corresponder del mismo modo... o algo parecido - agregó cuando hubiese comenzado a rotar la hoja de la espada en forma circular, primero lentamente fue como con ella dibujaba un circulo perfecto en el aire, al ser la empuñadura del arma el eje principal mientras que con una sola mano le resultaba posible el mantener el mismo movimiento y que cobrase más velocidad hasta que pareciera similar al movimiento de la hélice de lo que sería un helicóptero dentro de varias décadas.
Saito espero con su defensa al máximo, no intuyendo nada bueno de ese ataque, sabiendo que usaría nuevamente sus habilidades arcanas. La espada de Gaho se había transformado en un disco cortante del cual se desencadenaron ondas que se dirigieron al samurai, quien intuitivamente decidió contrarrestarlas con el movimiento constante y correcto de su espada, en la hoja de la cual aquellas pequeñas hélices que se desprendían de la de mayor tamaño. No representaba un problema para Saito, pero el numero de ellas se volvía mayor así como si velocidad hasta el punto de tener que retroceder, no tenía algun ángulo de escape y si atacaba incluso desde arriba sería presa fácil.
Sorpresivamente Gaho no tuvo que continuar sosteniendo aquel disco, ya que por si solo se mantuvo en el aire y en el ataque continuo, mientras el hechicero, armándose con otra espada que formó en su mano, logrando introducirse en medio de la lluvia de ataques cortantes, corriendo hasta Saito quien anticipó su jugada, debiendo escoger qué arreglar prioritariamente, y al haber tomado su decisión, ocupó su atención al mago sin importarle que las ondas cortantes lograran herirlo, volviendo a utilizar el Gatotsu fue con lo que espero detener a Gaho, pero el hechicero ya había visto la técnica, pudo encontrar modos sencillos para evadirla, por lo que con un rápido movimiento logró evadirlo al agacharse lo suficiente para que la punta de la katana pasase por encima de su hombro y el samurai quedase a su merced. Con un movimiento de su mano, Gaho logró herir a Saito en el costado, cuando la punta de su espada hubiese logrado introducirse en su carne, pero sin alcanzar a atravesarlo ya que el Samurai aun ante la finta y el dolor de la herida logró blandir su katana para intentar cortar la cabeza de su enemigo, por lo que Gaho tuvo que decidir entre acabar al humano o salvarse, pero fue prioritaria su vida y de un movimiento rápido extrajo su espada del cuerpo del samurai para cubrir el golpe, cuando la técnica del disco de energía se hubiese desvanecido ante sus mandatos. El hechicero logró empujar a un Saito cuya sangre que emanaba de sus heridas múltiples comenzaba a empapar sus ropajes.
Gaho: Hmm creo que todo se esta volviendo a mi favor... Acéptalo humano, es imposible que puedas vencerme o tocarme si quiera, no con una aliada tan poderosa como la que tengo- añadió con aire de victoria.
Saito simplemente sonrió levemente, al mostrarse aun con su espíritu inquebrantable de lucha- Bueno... aparentemente tu aliada te ah fallado un poco... Y tal vez vaya a merecer un premio si es que soy el primero que te hace esto- murmuró cuando cínicamente hubiese levantado su katana y hubiese mostrado al hechicero como el filo de esta se encontraba manchada de sangre, y no necesariamente de la suya.
Gaho rápidamente miró su hombro, no entendía cómo es que no lo había notado antes, pero una herida superficial había marcado su hombro, justo por donde paso el Gatotsu... cómo era posible, si la hoja de la espada paso a diez centímetros sobre su hombro... ¿Acaso la fricción del ataque sería capaz de lograr que el aire alrededor de la espada tuviese un efecto cortante?... Su sangre solo había salido de su cuerpo en batallas con hechiceros... jamás a manos de un humano.... Cómo se atrevía!- Humano insolente!!- bramó con cierta furia- Al rebajarme a luchar a tu altura solo compruebo que son seres patéticos! y me repugnan!- exclamó cuando al extender su mano una corriente eléctrica hubiese golpeado al samurai. Saito cayó al suelo pero con prontitud logro ponerse de pie aun con algunas descargas de electricidad recorriendo su cuerpo- Se acabo humano necio, no eres nada frente a mi poder!- dijo con cierta furia al lanzar un sablazo contra Saito quien con cierta dificultad logró evitar el golpe al inclinarse, justo como Gaho había hecho la ultima vez ante el Gatotsu, Saito tenía libre el camino para atacar, lanzó la estocada hacia el cuello de Gaho pero el hechicero desplegó un campo de fuerza que le brindo protección ante el metal siendo capaz aquel escudo el de romper su katana, Gaho golpeo a Saito con el codo en el rostro y este desvarió un poco. Escupió la sangre acumulada en sus encías y de manera sorpresiva se dejo ir sobre el mago aun sosteniendo lo que restaba de su arma, alcanzando a golpear a puño limpio a Gaho al desvanecerse aquel campo provisional que desaparecía al recibir un solo ataque. Cuando el lobo de Mibu hubiese alcanzado a golpearlo no estaba dispuesto a soltarlo, logrando atestar una serie de potentes golpes que Gaho no logró esquivar de ningún modo. Tras una patada Saito logró que Gaho cayera al suelo adolorido.
Deseando el fin del sujeto Saito saltó en el aire dispuesto a ejecutar el Gatotsu Shanshiki*** con lo que restaba de metal en la empuñadura de su katana. El hechicero se encontró momentáneamente aturdido, solo pudiendo enfocar su mirada a ultimo momento, la impresión logró congelar su cuerpo y que su mente no pudiese pensar en algo para defenderse.
- !Alto ahí, Hajime Saito!!- escuchó que lo llamaron con exaltación. Saito tuvo la necesidad de voltear en ese pequeño instante fue que pudo retener la vista que lo llevó a deber desviar el Gatotsu y que la hoja se incrustara con rudeza al lado de la cabeza de Gaho.
Saito se reincorporó entonces y se volvió hacia el nuevo invitado en su casa, quien había sido un segundo espectador desde hace unos momentos y había llegado justo a tiempo para salvar la situación de su amo.... Si él muriese en todo caso él lo haría también... Gaho logró sobreponerse, observando a Heizo en el campo, y como es que ahora tenia domado al lobo de Mibu mientras entre sus manos tuviese la vida de la mujer que él debía amar.
Tokio no logró prevenirlo... Cuando menos lo creyó, la dura mano de ese sujeto la tomó por el cuello y la sujetó con cierta rudeza.
Heizo: será mejor que lo tomes con calma de ahora en adelante humano... no olvides quien tiene su mano sobre el cuello de esta mujer... uno muy frágil si me permites decirlo...- agregó con malicia.
Gaho: Heizo... No recuerdo haberte pedido que vinieras...- dijo de mala gana al poder ponerse de pie.
Heizo: Vaya forma de agradecerme amo... acabo de salvarle la vida....
Gaho: No te pedí que lo hicieras...
Heizo: Lo siento mi señor... Pero hay cosas que aun debe hacer antes de pensar si quiera en dejar este mundo- agregó con cierta solemnidad.
Gaho se maldijo en silencio, había quedado en vergüenza al deber ser salvado de aquella forma a mitad de un combate. Tal vez y si hubiese muerto ante el Gatotsu de su oponente y todos sus objetivos hubiesen terminado en ese momento... Pero sentía su orgullo dañado ante la intervención...
Heizo: Disculpe amo, pero no podemos perder más el tiempo... Tenemos dos Shintais al fina.
Gaho: Vaya... es una buena noticia... Entonces tienes razón, no debemos perder más nuestro tiempo, hay cosas que hacer...- murmuró al pasar al lado de Saito.
Saito: ¿Vas a huir acaso?- le susurró, al encontrarse en una situación en la que no podía actuar sin que la vida de Tokio corriese peligro.
Gaho se volvió a él entonces, su mirada desataba frustración y rabia ante aquel humano. El hechicero pareció buscar palabras para poder defender su honor, pero las palabras no marcaron sus actos, sino su espada. Saito se inclino levemente cuando la espada de Gaho finalmente había tenido la oportunidad de terminar el trabajo pendiente, introduciéndose en el mismo lugar de antes pero terminando el camino, el cual termino hasta que el hechicero logró ver el metal de su arma salir por la espalda del sujeto. El samurai logró soportar el dolor aunque se sintiese morir, no se rebajaría a mostrarse débil ante él mago. Igual de despiadadamente, Gaho extrajo la hoja de su espada, empujando al samurai para que cayera al suelo, a donde él creía debían permanecer todos.
Saito: .. Te sientes muy valiente... ahora ¿verdad?...- preguntó con cierta dificultad, tratando de parar la hemorragia con su mano.
Gaho: ... Me eres tan desagradable.... Todos los humanos como tu lo son...- levantó una vez más su espada- Y pronto lograre acabar con la escoria de tu especie...!
Tokio: Gaho no!! No!! Por favor! No lo hagas!! Déjalo en paz!!- le suplicó. El hechicero se volvió a la mujer, observando su angustia por el sujeto y hasta como lagrimas de desesperación e impotencia resbalaban por sus tersas mejillas.
Gaho: Es inaceptable que llores por este hombre... ¿Por qué debería dejarlo vivir en todo caso?- preguntó.
Tokio: ... Porque te lo pido yo...- dijo- ... Te lo suplico Gaho, déjalo en paz...
Gaho: Je, en otra época, tus lagrimas lograrían conmoverme lo suficiente para acatar cualquier petición que me hubieses dado... Ahora es tarde. ¿Qué ganaría en todo caso?
Tokio: ... A mí- dijo casi sin aire, logrando que el hechicero se mostrara interesado- ... Déjalo vivir y juro que.. aceptare tu propuesta...- murmuró casi con color.
Saito: ... No seas... estúpida mujer...- fue su modo de pedirle que fuese sensata, pero recibió un golpe por parte del hechicero quien se alejó de él para acercarse a la mujer.
Gaho: ... ¿hablas en serio?... Sabes que de cualquier modo te hubiese llevado conmigo...
Tokio: Tal vez... Pero jamás me hubieses tenido... ¿No te hace sentir mejor el saber que iría contigo... por que yo lo deseo?- preguntó.
Gaho sonrió levemente, le dio un bofetada a la mujer- Siempre has sido muy osada Tokio... Pero acepto tu propuesta... No lo matare ahora, pero de cualquier forma todos los de su clase van a morir... Considéralo un regalo de bodas de mi parte por adelantado...- finalizó, dando una orden a Heizo para que se pusieran en marcha y que cuidase a la mujer.
Gaho: Tal vez el mejor castigo para ti será el dejarte vivir... vivir en el lamento de que lo más valioso que poseías a regresado a donde pertenece... Y si te atreves a seguirme, no solo te matare a ti, sino a ella y al ser que lleva dentro- agregó al partir del lugar.
Saito intentó ponerse de pie, pero un solo movimiento y resintió todas las heridas de su cuerpo. Era una vergüenza el tener que optar por arrastrarse en la tierra para poder buscar ayuda, ya que de esa situación no sería capaz de salir solo...
Era en aquel momento en el que hubiese deseado que el torpe de Battousai no se encontrase tan lejos...
- Fin del Capitulo 15-
* Muy similar al que usa la Madre de Li Shaoran en la Ova de Sakura Card Captor, cuando viajan a Honk Kong.
** El Gatotsu 'Normal' que conocemos de la Serie.
*** El Gatotsu Aéreo.... creo que lo uso Vs Shishio en la serie.
Notas de Ulti_SG:
Un capitulo más de este fic.
Ah....... Espero que nadie se haya enojado conmigo por la pelea de este capítulos.... Si es difícil imaginarse una pelea entre dos hombres así y si me equivoque en algo de Saito.... Ni modo, lo siento, pero es lo mejor que le pude sacar en esta situación.
La conclusión de la parte de Sanosuke, Yahiko y Pelea quedara pendiente para próximos capítulos.
Lamento en este cap no continúe con la situación de Aoshi Shinomori (se escuchan abucheos por ello) pero en los prox. capítulos les será posible verlo nuevamente, y... una pelea inesperada =D
Comentarios, sugerencias a mi correo ulti_sg@hotmail.com
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