* Solo son recuerdos.
Era un mediodía sin sol cuando todo se encontraba
tan frió que el aire al salir de cualquier cuerpo, y dejando atrás
el abrigo de la piel, se volvía tan gélido como la nieve misma.
Japón pasaba por una época oscura en su historia, y era como si
en aquel invierno, la nieve intentase cubrir con su manto tan puro los actos
humanos que se desencadenaban en aquel territorio que cobraban la vida y sangre
de cientas de personas diariamente, sean culpables o no.
No por ello, la vida debía congelarse; pese a la guerra se debía
comer, y para comer se debía trabajar, y trabajar implica viajar pese
a que los caminos se hayan vuelto tan peligrosos...
Cualquier extranjero que se aventurase en aquel inestable territorio Japonés, se enfrentaría de igual forma a toda esa clase de riesgos...
Era muy joven cuando se aventuro finalmente por aquellas
tierras tan míticas del Japón, y cuando apenas se estaba adiestrando
plenamente en las artes de su familia.
Hubiese deseado haber hecho caso a su madre sobre su advertencia al venir a
Japón, pero un sabio maestro en sus artes le había pedido viajar
a su encuentro después de que después de muchos intentos finalmente
este había accedido a ser su sensei, su tutor y consejero en estas habilidades
que comenzaba a desarrollar en plenitud... Hubiese deseado haber escuchado a
su madre, de verdad debió hacerlo y se dio cuenta de ello cuando su sangre
tibia se deslizó con rapidez por la hoja de un arma.
Su viaje entre aquellos caminos tormentosos había sido pesado bajo esas
condiciones climáticas. Él poseía altos recursos económicos
por su condición social de nacimiento, pero para este viaje había
decidido no utilizar nada de ello; diambular y aprender muchas cosas durante
su trayectoria.
Sin embargo, su andar se vio peligrosamente obstruido al momento en que algunos
hombres aparecieron de sorpresa por el camino, embistiéndolo, golpeándolo
y alejándolo del camino, desprendiéndolo de las pocas posesiones
que llevaba consigo. Para esos hombres había sido una perdida de tiempo,
ya que él no llevaba consigo pertenencias valiosas, ni dinero o algo
de valor.
Sintió el frió de la nieve al estar su cuerpo completamente sobre
ella, logró levantar su cabeza hacia a aquellos hombres, solo para mirarlos,
con cierta dificultad ya que sus anteojos se habían atrofiado por los
golpes y la caída. Esos hombres eran de mal ver, y su olor era repulsivo,
era la clara muestra de la miseria de la época; pero eso si, todos llevaban
consigo espadas en buen estado...
Continuaron golpeándolo, hasta que su cuerpo fue acorralado por los golpes
contra una formación rocosa en donde su espalda se estrelló un
par de veces al recibir más golpes.
Jamas había sido tratado de esa forma tan brutal en su vida... Se encontraba
totalmente adolorido, tal vez algunas costillas rotas y le era muy difícil
respirar, ya sea por el dolor más aquel insoportable frió, y la
nauseabunda sensación de sangre en la garganta. Lograba escucharlos burlarse
y muchos insultos, escuchaba que le hablaban pero su capacidad auditiva ya se
había distorsionado ante su estado.
Pero pese todo aquello, él no dejo nunca que el semblante de su rostro
cambiase, una serenidad imborrable, tal vez esto era lo que más molestaba
a todos esos hombres... De alguna manera, él había logrado sentarse,
estando su espalda respaldada por las rocas. Levantó su vista una vez
más, su rostro sangraba después de los golpes y al momento en
que sus anteojos se destrozaron en su rostro, logrando que los vidrios de este
lo lastimase, para su suerte ningún logró dañar sus ojos.
Le era imposible distinguir bien las siluetas que lo rodeaban ya, o encontrarle
significado a lo que sus oídos captaban, lo único claro era el
dolor y su falta de aire...
Pero dejo de sentir cualquier dolor al momento en que algo frió había
logrado introducirse a sus entrañas; sintió como es que sus ropas
comenzaban a empaparse y el fétido olor de la sangre deambulaba a sus
cercanías... De alguna manera logró concentrar su visión
para notar cómo es que la punta de una espada había sido incrustada
en su costado y como su sangre se resbalaba por la hojilla de esta.
¿Por qué no lo acababa de una vez? se preguntó, pero al
momento en que el hombre con el arma dio un giro al mango de la espada obtuvo
su respuesta, el simple éxtasis de causar dolor a las personas era la
razón...
Ese movimiento removió su carne y era como si esperara que los gritos
saliesen de su garganta...
Pero antes de que pudiese darle gusto... El sonido de
una espada al cortar el aire y la carne, seguido de un chillido de agonía
de algún pobre diablo, atrajo la atención de los que aun se encontraban
en pie.
Todos aquellos maleantes se asombraron al ver el cuerpo de uno de sus compañeros
casi partido por la mitad, y el autor de tal corte era solamente un niño!
- Patético... cinco hombres contra uno... eso solo demuestra lo poco
hombres que dicen ser- dijo con una voz fría que hacía muy buena
combinación con la mirada de aquel joven.
- Chiquillo insolente! Tu no eres nadie para hablar de esa manera, al parecer
no te enseñaron a guardar silencio frente a tus mayores! Pero pagaras
con tu vida lo que has hecho!- añadió al sujetar toscamente su
arma, seguido por los otros.
- El que puedas sujetar una espada no quiere decir que sepas como usarla- añadió
el joven recién llegado al haber sacudido la hoja de su espada con un
rápido movimiento para limpiar el exceso de sangre- Se los advierto,
no soy el oponente indicado para ustedes, lárguense si no quieren terminar
como su amigo...
El hombre en el suelo pudo ver claramente, como es que el resto de esos hombres se lanzaron contra aquel joven pelirrojo, todo indicaría que sería el final para el jovencito, pero fue increíble ver como es que aquel niño con ligeros movimientos lograba esquivar a todos aquellos mastodontes, y de igual manera solo bastaba con un movimiento de sus brazos y su arma para que los cuerpos cayeran sin ningún soplo de vida.
Se encontraba ileso aquel joven, limpió el exceso
de sangre de su espada y rápidamente volvió a envainarla, volviéndose
hacia el hombre atacado con suma frialdad en su mirada.
El hombre no se encontraba asustado... tal vez muchos otros al verlo hubiesen
creído que se tratarse de un demonio o algo parecido... pero no para
él, sus ojos pese a ser tan fríos se encontraban profundamente
inundados de tristeza, y esa cicatriz semi vertical en su mejilla que inexplicablemente
comenzó a sangrar le demostraban que eran característicos de un
humano...
El joven se llevó su mano hacia su cicatriz, notando
que volvía a sangrar... Desde que la tiene, sangraba cuando él
asesinaba...
- ¿Se encuentra usted bien?- preguntó con una voz gélida.
El hombre malherido no atino a pronunciar palabra, solo fue capaz de sonreír
despreocupadamente.
Se escucharon algunos pasos pisando la nieve provenientes
de detrás del joven pelirrojo. Lentamente la silueta de una mujer fue
fácil de distinguir en escena en cuanto un aroma a ciruelo blanco fue
sensible para su olfato.
Ella rápidamente se le acerco e hinco frente a él, examinando
su condición. Estaba seguro que ella había dicho algo pero solo
fue capaz de distinguir el movimiento de sus labios, ya que todo sonido ya no
fue captado por su oído, y momentos después la oscuridad la cegó,
confundiéndolo con el prematuro manto de la muerte cubriéndolo...
- Clow-san?- escuchó que lo llamaban- Clow- san- un intento más-
Clow-san, esta bien?- una mano se había postrado sobre su hombro, trayéndolo
de vuelta de sus recuerdos.
Li Clow salió de el trance en el que, al observar la caída de
la nieve a través de la ventanilla del vagón, se había
sumergido...
Se volvió hacia el hombre que lo llamaba con insistencia; encontrándose
frente a si con aquel mismo joven que lo había salvado aquella vez, ya
convertido en un buen hombre.
Kenshin: Lo veo distante Clow- san, sucede algo malo?- preguntó al encontrarse
los dos frente a frente.
Clow: No, despreocúpate... simplemente mi mente se transportó
a un espacio de tiempo en el pasado por unos instantes- respondió.
Kenshin: ¿Y cual podría ser ese?
Clow: Uno que viene a mi mente cada invierno y con cada nevada. El día
en que te convertiste en mi salvador.
Kenshin: Simplemente estaba en el lugar y momento indicado.
Clow: Ahora que te conozco y todo lo relacionado contigo, me sorprende que en
aquel entonces me hubieses ayudado.
Kenshin: No le mentiré Clow-san, en ese entonces yo era indiferente al
dolor ajeno y de todo lo que ocurría a mi alrededor... A decir verdad,
creo que mi mente estaba dispuesta pero todo lo demás no, Tomoe fue quien
me dio el empuje que necesite en ese momento creo...
Clow: Por algo era la funda de tu espada... Te aconsejaba de cuando debías
o no deberías utilizarla.
Kenshin: Me alegro que ella hubiese estado ahí en esa ocasión,
de no ser así, jamas hubiese tenido la oportunidad de haberlo tratado
a usted... Quien sabe donde estaría ahora de no ser por ella...- murmuró
con tristeza.
Clow: Olvidemos el pasado amigo mío si este trae consigo malos recuerdos-
añadió.
Kenshin: Lamento eso, pero no pude evitarlo ^^x
Clow: Jamas he visitado Kyoto, pero imagino que es una ciudad muy exquisita...
es una lastima que vaya a tener que visitarla por cuestiones delicadas...
Kenshin: Cuando lleguemos a Kyoto ¿qué es lo que debemos hacer?
Clow: Hmmm- dirigió nuevamente su vista hacia la ventana- Esta nevada
hace imposible que el tren viaje a una velocidad normal por una más lenta,
por lo que llegaremos a Kyoto por la noche... Lo único que podemos hacer
es buscar donde hospedarnos.
Kenshin: ^-^x El hospedaje no será problema- comentó- Contamos
con algunos contactos en la ciudad, y creo que podremos pedirles uno o dos días
de alojamiento- explicó.
Clow: No sería una molestia?
Kenshin: No lo creo, Okina y Misao son personas muy amables y no creo que nos
den la espalda en una petición de esa clase.
Clow: Esta bien.
- Hmmm tengo hambre- añadió una vocecita.
Kenshin miró incrédulo aquella cabeza redonda que emergió
de entre la valija que Clow llevaba siempre consigo.
Kerberos: ¿por qué me vez con esos ojos? - preguntó al
notar aquella forma tan peculiar del rurouni de observarlo. Él no había
tenido la oportunidad de ver a esa criatura, según entendía era
una apariencia falsa que debía tomar aquel gran león dorado para
no llamar la atención... Debía admitir que se veía muy
gracioso e indefenso así.
Kenshin: ... Ah yo... °n.nx ejem ehehehe- rió nerviosamente al no
saber que decir evitando algún malentendido.
Kerberos: Te causo gracia verdad? - el rurouni solo asintió de una manera
inconsciente y espontanea- Lo sabía! T.T Pero yo no tengo la culpa de
esta apariencia, sino todo se lo debo a este- apuntando a su amo. Que bueno
que Yue no se encontraba muy cerca y alcanzo a escucharlo ya que él nunca
permitía que le hablasen a Clow de una manera tan irrespetuosa.
Clow: Y ahí vas otra vez- añadió divertido.
Kerberos: Es que no me canso de quejarme de ello, y no lo haré hasta
que lo cambies!
Clow: Pero a mi me gusta (n)(n)
Kerberos: grrr a veces puedes llegar a ser tan odioso...
Kenshin: Kerberos-san no había tenido la oportunidad de hablarle y decirle
lo agradecido que la ayuda que nos brindaron- dijo respetuosamente.
Kerberos: Vaya 'muchachito', tu si que eres amable, no que con los dos 'cavernícolas'
con los que vivo solo se la pasan aprovechándose de mi nobleza T.T
Clow: Kerberos no se comporta de esa manera usualmente, pero se debe a que mientras
mas permanezca en esa forma, su vuelve un ser mas vulnerable, incluso en sentimientos-
murmuró discretamente mientras el guardián seguía hablando
de sus desgracias y 'explotación'.
Kenshin: n.nx si ya veo...
En uno de los últimos asientos de aquel vagón
tan poco concurrido. El joven Yue permanecía observando a través
del cristal el paisaje, mirando la nieve caer lentamente.
Sintió como es que alguien se acomodo en el asiento frente a él,
discretamente el volvió sus ojos para percatarse de su acompañante,
pero le fue indiferente y volvió su completa atención a lo que
sucedía al otro lado del cristal.
Kaoru lo miró con timidez, pero estaba decidida a hablar...
Kaoru: No había tenido la oportunidad de... agradecerte personalmente
lo que hiciste por mi ayer- dijo amablemente.
El guardián volvió su mirada nuevamente hacia ella por unos instantes,
volviéndolos nuevamente hacia el exterior.
Kaoru: dime ¿acaso hice algo malo para que decidieses no hablarme?- comentó
no entendiendo su actitud.
Pero no recibió una respuesta rápida... hasta que esta vez se
giro completamente hacia ella y la miró directamente a los ojos.
Yue: ..... Me sorprende que aun te dignes el dirigirme la palabra pese a lo
que sucedió ayer- dijo seriamente.
Kaoru: No entiendo... No hiciste nada malo ayer por lo que yo ya no quisiese
hablarte o te tuviese alguna clase de temor para no hacerlo- dijo desconcertada.
Yue: ¿No te importa lo que viste, de lo que descubriste de mí?-
preguntó extrañado.
Kaoru: Acaso debería? no entiendo porque lo crees...
Yue: Porque la primera y ultima vez que me arriesgué al salvar a un humano
a costa de que supiese mi identidad, en vez de gratitud... - bajó su
cabeza- ... recibí solo insultos, y ¿por qué no? algunos
disparos- dijo.
Kaoru miró con tristeza a aquel joven.
Yue: Era inexperto en aquel entonces... ni siquiera sabía utilizar mis
alas correctamente, ni mucho menos hubiese podido saber como utilizar mi magia
para ayudarme a salir de esa situación. Me llamaron demonio, monstruo...
pero somos tan vulnerables cómo ustedes, podemos sangrar y ser lastimados,
pero son escasos los humanos que se dan cuenta de ello...
Kaoru: Oh, Yue, yo jamas creería tal cosa... El termino 'demonio' ni
siquiera paso por mi mente al verte, es más, creí que te tratabas
de un ángel- añadió sonriente.
Yue: Un ángel... ah si, esos seres... ¿por las alas blancas verdad?
Kaoru: Sí... Yue tus alas...
Yue: ¿Qué?
Kaoru: Tus alas... son hermosas, de verdad... me gustan mucho- comentó
ruborizada- Jamas creí que algún día podría yo estar
hablando con un individuo como tu, me alegra mucho conocerte y tener la oportunidad
de ayudarlos- habló con sinceridad.
El guardián escuchaba perplejo la manera tan sincera en que aquella mujer
le hablaba, y lo que más le extrañaba es que él sentía
que podía confiar en lo que ella decía...
Los humanos siempre le han parecido seres tan superficiales y sin valor, excepto
aquellos como su amo Clow, aunque Clow siempre le comentaba que existían
una gran variedad de buenas personas en este mundo, que no catalogase a todos
por igual sin antes haberlo conocido si quiera, él jamas quiso creerlo
después de aquel incidente en el cual probó el lado 'oscuro' de
los hombres y de lo que los humanos pueden llegar a hacer ante lo que no entienden...
Pero esa jovencita frente a él era diferente, de otra clase, de esa misma
que Clow le hablaba y aseguraba que podía confiar e incluso arriesgar
su vida por proteger...
Yahiko: ¿Qué es lo que tanto estará
hablando Kaoru con ese tipo?- preguntó al observar discretamente hacia
donde ellos se encontraban conversando.
Sanosuke: >.< A mi no me importa nada hasta que bajemos de esta 'tetera'
andante >.<- añadió al aun estar paralizado en su asiento
y abrazando sus piernas.
Yahiko: ._. no tienes remedio... Eres muy valiente cuando de luchar se trata,
pero te asusta la 'tecnología', je, imagina si Saito pudiese verte en
una situación como esta.
Sanosuke: No digas nada Yahiko- CHAN!
Yahiko: Solo digo la verdad... Y no me digas CHAN! Cabeza de pollo!
Sanosuke: Solo te aprovechas al saber que no puedo hacerte nada mientras esté
en esta tetera >.<
Yahiko: Tonto - añadió al dejarse caer sobre el asiento como si
se tratase de su propia cama. Tenía esa oportunidad y debía agradecer
que solo un par de personas, aparte de ellos, compartiesen aquel vagón-
Kenshin nunca dejara de sorprendernos ¿no lo crees Sano?
Sanosuke: Tal parece que no, eso solo indica que pese a todo lo que hemos pasado,
no conocemos en absoluto a Kenshin...- murmuró.
Yahiko: Tal vez... ¿acaso él no nos tendrá la suficientemente
confianza todavía?
Kyoto, Japón.
La nieve había dejado de caer, pero la consecuencia
que traía consigo era aquel abrazador frío que resultaba incomodo
para cualquier individuo que se encontrase fuera de algún establecimiento.
La estación del tren aquella noche no se encontraba muy concurrida. Los
pasajeros bajaron de prisa y poco a poco desalojaban los pasillos.
El grupo de Tokio tomó sus pocas pertenencias y comenzaron su marcha
hacia el Aoiya.
Clow: Himura... puedo preguntar el por qué usas ese parche en tu mejilla-
preguntó discretamente al caminar a su lado.
Kenshin: Es solo una ligera precaución Clow-san, en esta ciudad es donde
muchas más personas han escuchado los relatos de el "antiguo Hitokiri
Battousai que lleva una mejilla en forma de cruz en su mejilla izquierda"
y créame que muchos individuos al tan solo notar mi cicatriz, rápidamente
me identifican, es por ello que me gusta ser discreto cuando vengo a esta ciudad
en particular- explicó.
Clow: Si, ya entiendo. eres muy precavido en esos detalles...
Yue caminaba un poco más cerca de aquel grupo
a como él acostumbraría a hacer... Lo hacia de una manera inconsciente,
de eso no había duda. Le desconcertaba tanto la actitud de esa humana
de nombre Kaoru que creía que el estar más cerca de ella podría
averiguar el porque esa clase de humanos de 'buen corazón', como los
llamaba su amo, eran tan 'especiales'. Además, debía admitir que
resultaba algo gratificante el poder conversar tan abiertamente con otras personas
que no fuesen su amo o su otro compañero alado. La miraba con detenimiento
y poco a poco pudo darse cuenta de como es que ella caminaba más despacio,
hasta el punto en que él, o caminaba como una tortuga o se decidía
a caminar a su lado. Por lo que no pudo evitar encontrarse caminando a su lado
momentos después. Él notó como es que ella parecía
bastante distante, su semblante parecía triste, preocupado... tal vez
nostálgico, y no pudo evitar preguntar...
Yue: ¿En qué tanto piensas?- preguntó sin apartar su vista
del frente.
Kaoru tardó unos segundos más de lo normal en recibir el mensaje,
al parecer estaba muy distraída y ni siquiera se había dado cuenta
que él estaba a su lado ahora.
Kaoru: Hmm no en nada- respondió al sonreír como si no pasase
ninguna preocupación por su mente, pero no creyó que eso resultase
muy convincente para él- Bueno... es solo que, Kyoto no es un lugar que
traiga a mi gratos recuerdos- respondió casi en un murmullo.
Yue: Si no te agrada, por qué quisiste venir entonces?
Kaoru: No quiero que nuevamente Kenshin tenga que enfrentar problemas y yo no
poder estar ahí, prefiero estar a su lado que estar lejos de lo que ocurre
y ser la ultima en enterarme de lo que le sucede- respondió- Además,
esta ciudad trae muchas malas experiencias para Kenshin, el simple hecho de
caminar por sus calles debe hacer que muchas de sus vivencias como Battousai
regresen a su mente- dijo sin quitar la vista del rurouni que caminaba algunos
metros más adelante y parecía sereno en su andar, pero ella aseguraba
que debía ser algo duro el volver a este sitio de su pasado...
Yue: Los humanos son extraños- comentó- Siempre dejándose
llevar por emociones y recuerdos que ya solo existen en su memoria... Por qué
no mejor simplemente olvidarlas y aparentar que jamas ocurrieron?
Kaoru: Tal vez no es bueno cuando los humanos se dejan atormentar demasiado
por su pasado, pero el pasado de cada uno jamas debe ser algo que nos avergüence,
debe convertirse en algo importante, la base en la cual forjaras un futuro ¿no
lo crees así?- preguntó directamente.
Increíble... era increíble que él tuviese la oportunidad
de escuchar a un humano decir tales palabras... Kaoru Kamiya era una mujer con
una exquisita lógica y perspectiva, ojalá todos los humanos a
quienes les revelase o se enterasen de su secreto fueran así...
Kaoru notó la manera en que Yue la miró después de hablar,
y se dio cuenta momentos después de la manera tan sabia en la que debió
haber sonado para él, y esto hizo que se sonrojase.
Kaoru: n///n Disculpa por haber hablado de esa forma, es solo que a veces no
mido las palabras con las que hablo, debí haber sonado como toda una
sabelotodo, pe- dio son cosas que las experiencias pasadas desde que conocí
a Kenshin han traído consigo- dijo nerviosamente.
Yue negó ligeramente con la cabeza- No te preocupes, eres la primera
humana que conozco que habla de una manera tan correcta como tu- añadió.
Kaoru: Bueno... n//n Tal vez es porque soy la primera con la que hablas ¿no
lo crees?
Debía admitirlo, tenía razón, ella era la primer mujer
humana con la que había entablado una serie conversación... y
debía admitir que... disfrutaba mucho de su compañía, y
le alegraba que ella hubiese sido la primera.
Clow: Veo con agrado que la señorita Kamiya ha
entablado cierta amistad con Yue- comentó al haber volteado discretamente
hacia atrás y haber notado como es que hablaban amenamente.
El rurouni dio un vistazo de igual forma y notó la manera tan entretenida
que Kaoru parecía estar al hablar con ese sujeto. Solo Clow lo notó
en ese instante pero, Kenshin despidió una mirada ligeramente adornada
con un ligero brillo de enfado al volverse hacia el frente nuevamente aunque
trato de ocultarlo muy bien. Clow simplemente dejo que sus labios se curvearan
al haberlo notado.
Las calles aquella fría noche poco a poco se fueron
desalojando por completo al encontrarse ya la noche muy avanzada.
Divisaron el Aoiya en la próxima calle y se apresuraron el llegar.
Aoiya, Cuartel Secreto Oniwabanshu en Kyoto.
- HIIIIIIIIMUUUUURAAAAAAAAA!- se escuchó en todo
el recinto aquella noche al momento en que la actual Líder del grupo
Oniwabanshu arribó en donde los visitantes sorpresa se encontraban, abrazando
con suma veracidad al rurouni a quien le debía tanto- Es un placer verlos
a todos! Que sorpresa que hayan decidido venir a visitarnos! Por lo menos hubiesen
avisado y hubiese ido por ustedes a la estación.
Kenshin: También nos alegra verte Misao ^-^x
Kaoru: Lamentamos esta llegada tan inesperada Misao, espero y no sea una molestia-
intercedió.
Misao: Despreocúpate Kaoru! Sabes que aquí son bienvenidos, imagino
que piensan quedarse aquí verdad, no aceptare un 'no' por respuesta-
añadió.
Kaoru: Muchas gracias Misao.
Kenshin: Prometemos no ser una molestia, nuestra estadía aquí
será corta.
Sanosuke: Hola niña Comadreja! Veo que sigues igual de energética
que siempre- saludo al haber encontrado la oportunidad.
Misao: Tú no hables Cabeza de Pollo! >p Que aunque no lo creas, también
me alegra verte por aquí. Yahiko ha pasado tiempo- saludo al niño,
pero sus ojos se concentraron en aquellos dos individuos que eran desconocidos
para ella- ¿Quiénes son ustedes?- preguntó.
Kenshin: Misao, ellos son amigos nuestros- intervino.
Misao: Son amigos? Ah! pues los amigos de Himura son también amigos de
los Oniwabanshu, disculpen mi indiscreción hace unos momentos, soy Misao
Makimachi líder de los Oniwabanshu de Kyoto- se presentó con orgullo.
Clow: Es un placer conocerla Misao-dono, soy Li Clow, a sus servicios, y el
nombre de mi joven amigo aquí presente es Yue- añadió con
un ligero incline de cabeza, y muy a su pesar, Yue debía ser educado
y saludar del mismo modo.
Misao: Li Clow? Es usted un miembro de la Familia Li de China?!- preguntó
asombrada.
Clow: Así es.
Misao: Clow-sama! el gusto de conocerlo es mío y es un gran honor el
poder estar frente a un miembro de una familia como la suya!
Clow: Me siento halagado señorita- añadió ligeramente avergonzado
después de tales palabras- No sabía que por estas Tierras mi familia
fuese conocida.
Sanosuke: Sí, me sorprende que la comadreja sepa de esas cosas.
Misao: A ti nadie te habló! . - añadió a Sanosuke- Bueno,
mi conocimiento se debe a que Hanya solía hablarme mucho sobre sus vivencias
pasadas durante las guerras civiles y entre esos relatos mencionaba haber luchado
al lado de algunos miembros de la dinastía Li- explicó.
Clow: Ah, si tengo entendido que algunos miembros de mi familia se vieron involucrados
en los antiguos disturbios de Japón.
Misao: De verdad me alegra mucho que estén aquí,
sin embargo debo preguntar el por qué de su visita.
Kenshin: Por cuestiones un tanto 'delicadas'- respondió- Pero antes quisiera
preguntar dónde se encuentran Okina y los demás, no los he visto.
Misao: Oh, el abuelo salió esta misma tarde rumbo a Kobe a resolver algunos
asuntos junto con todos los demás.
Kaoru: ¿Entonces te encuentras sola Misao?
Misao: No, Zae se quedo conmigo y también... n//n Aoshi-sama.
Kenshin: Aoshi? y él ¿Cómo se ha encontrado?
Misao: Bien, aun suele mantenerse distante de los demás pero, creo que
ya esta mucho mejor, ya cena y habla con nosotros, pero eso si, no deja de visitar
el templo todas las mañanas- explicó.
Kenshin: Es bueno escuchar eso ^-^x
Misao: Pero bueno, ahora si, puede hablar del por qué de su venida a
Kyoto tan repentinamente.
- No creo que sea correcto hablar sobre asuntos 'delicados' si nuestras visitas
se encuentran agotadas después de tan largo viaje- intervino una voz,
y al instante un hombre de cabellera oscura ligeramente despeinada apareció,
vistiendo ropas sencillas pero abrigadas.
Misao: Aoshi-sama.
Kenshin: Aoshi, nos dan gusto verte tan recuperado- saludó.
Aoshi: Battousai, sin duda alguna tu presencia aquí trae contigo asuntos
fuera de lo común ¿o me equivoco?
Kenshin: Ah pues... sí, temo que sí.
Aoshi: Ya veo, bien podremos hablar de ello después de que hayan descansado,
imagino que Misao ya los habrá convencido de quedarse aquí.
Kaoru: Sí, pero si te molesta Aoshi, nosotros podemos...
Aoshi: No me malinterpreten, pueden quedarse, no me opongo, además, Misao
es ahora la líder, por lo que si ella desea que permanezcan aquí,
adelante.
Clow: Se lo agradecemos mucho Aoshi-san- agregó al intuir que debía
tenerse respeto por aquel joven de apariencia tan respetable.
Aoshi había escuchado parte de la conversación que entre ellos
habían tenido, sabía que ese hombre frente a él se trataba
de un hombre por mas respetable tanto por su buen nombre, como por su sola presencia.
Misao había cedido habitaciones a sus visitantes
después de que se les ofreció una bien merecida cena, definitivamente
Zae era excelente en las artes culinaria al igual que Tae, por algo eran hermanas.
Por supuesto, Misao pidió a Kaoru que compartieran su habitación,
Sanosuke y Yahiko tomaron una, Clow y sus dos guardianes otra y finalmente Kenshin
obtuvo una 'privada'.
Resultó ser una noche tranquila, casi arrulladora, por lo que esta paso
rápidamente junto a un buen merecido descanso.
°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°
Sin embargo, antes de que la noche se consumiera ante
el pronto ascenso del Sol, en una de las residencias que se encontraban a las
fronteras de la ciudad, la silueta de un joven se encontraba de pie, fuera y
sobre el barandal del balcón de la construcción, con vista hacia
el horizonte. El viento al soplar sacudía con violencia su vestimenta
y sus cabellos, era difícil saber cuanto tiempo había permanecido
en ese lugar... Pero era detenidamente observado por otro hombre que se encontraba
dentro del resguardo de cuatro paredes y un reconfortante fuego.
Pese a todo lo que han hecho, no han obtenido los resultados rápidos
que esperaban... Sería su falla? No, no lo creí completamente,
simplemente había tendido a menos preciar a quienes tenía que
sobrepasar para poder alcanzar lo que deseaba... Estaba mal informado eso era
todo...
De un momento a otro, el mismo joven que había
permanecido en el balcón se materializó en la misma habitación
que su amo, con una mirada que Gaho pudo leer como si fuese un libro abierto.
Gaho: No me digas... La criatura que enviamos al Sur también fue destruida-
añadió no muy sorprendido al haber tomado asiento en el reconfortante
sillón cerca del fuego.
Heizo: Ya lo dijo- añadió al hombre de cabello grisáceo
y ojos oscuros que era su amo.
Gaho: (suspiro) Bueno, creo que hemos atacado el 'problema' del lado y manera
equivocada...
Heizo: Le dije que desde el principio debía dejarse de juegos y actuar
de la forma correcta.
Gaho: Creí que la manera correcta sería no llamar tanto la atención
de la gente, es por ello que una forma indirecta de recolectar los shintais
sería lo mejor, pero veo que subestimamos a quienes los protegen.
Heizo: Por algo son los protectores de los shintais ¿no es cierto? El
enviar patéticas criaturas sobre ellos no es lógico, ahora ya
saben que deben estar alertas a cualquier momento y será más complicado...
Pero creo que podré manejarlo si me lo permite.
Gaho: Hemos enviado a criaturas con poco talento, tienes razón en ello,
pero no es algo que no se pueda remediar. Bien, creo que tu y yo personalmente
deberemos hacerles una visita social a esos monjes y sacerdotisas- añadió
cínicamente- Pero, estimo que la mejor manera de proceder es simultáneamente
a los cuatro puntos, para que ninguno pueda alertar al otro cuando tengamos
éxito.
Heizo: Hasta que por fin esta actuando como se debe amo.
Gaho: Acaso quieres decir que jamas lo hago?- añadió.
Heizo: No muy frecuentemente, amo- habló.
No podía quejarse del muchacho por su osadía al hablarle de esa
forma ya que él mismo fue de esa manera siendo joven, es por ello que
le simpatizaba, por algo se dice que 'las cosas se parecen a su dueño'
y Heizo es una prueba de ello.
Gaho: Entonces, procederemos a ese plan cuanto antes.
Heizo: ¿Y qué me dices de Clow y compañía? Seguramente
tu también te has percatado de su llegada a Kyoto.
Gaho: Lo he hecho... Debemos ser cuidadosos y mantener oculta nuestra presencia
para evitar que nos localice antes de que podamos actuar.
Heizo: Aparentemente, logró la ayuda de Kenshin Himura.
Gaho: Veo que es algo que te mantiene inquieto...
Heizo: Es un espadachín muy hábil, no tengo dudas en que podré
manejarlo pero aun así...
Gaho: Te dije que no debías preocuparte por él, ya que nosotros
tenemos un guerrero igual o mucho más hábil que él mismo...
o querré decir mejor 'tendremos'?
Heizo: Recuerde amo que aun no me ha informado de lo que piensa hacer, por lo
que cuando habla de ello no entiendo a que se refiere.
Gaho: Hehehe- rió entre dientes- Lo entenderás... dentro de poco.
°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°
Aoiya.
- !!AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH!!- se escuchó un
turbulento grito proveniente de algún lugar del recinto de los Oniwabanshu.
Ante esto, rápidamente los guerreros que se encontraban despiertos se
apresuraron a llegar a donde provino aquella espantosa exclamación.
Llegaron rápidamente Kenshin, Sanosuke y Yahiko a la cocina del lugar
en donde encontraron a Zae sobre una de las mesas bastante asustada.
Sanosuke: ¿Pero qué te sucede mujer? ¿que pasa?!
Zae: e... e... es que vi un... un... un ratoooooooooooón! >o<
Kenshin: ¿Un ratón, oro? o.ox
Yahiko: ¿y por eso tanto escándalo? cielos creí que por
lo menos podría tratarse de una criatura como la que vimos la otra noche-
agregó desilusionado.
Zae: Pero era horrible! >.<- añadió.
Misao: ¿Que sucede por qué tanto escándalo?- preguntó
al haber llegado.
Kenshin: Zae-dono vio un ratón.
Zae: Si, de nuevo el mismo ratón! Algún día lo pillare!
ya lo verán!
Misao: un ratón?.... y por dónde se fue Zae?!
Zae: ¿para que quieres saberlo? >.< Era horrible, peludo y con
una gran lengua!
Misao: Tu solo dime por donde se fue!
Zae: Por allá- apuntó.
Misao no espero ni un instante cuando ya se había ido en la dirección
dada.
Kenshin: ^-^x Pero que extraño es todo esto- añadió- Zae-dono
ya puede bajar de la mesa.
Yahiko: Y ella es una espía Oniwabanshu v.v
Sanosuke: Ja, eso solo muestra que no importa que tan rudas aparenten ser, las
mujeres siempre serán unas miedosas- añadió divertido,
algo que no le agradaría escuchar a ningún mujer, por lo que solo
pasaron dos segundos cuando un puño se incrusto en la cabeza del luchador.
Kaoru: Espero y que eso te enseñe una lección >.<
Sanosuke: Serán todo lo miedosas que quieran, pero vaya que tienen fuerza
T.T
Misao llevaba algo en manos de regreso a su habitación.
Misao: (suspiro) No puedo creer que seas tan travieso como para no hacer caso
de mis advertencias- hablaba manteniendo sus manos juntas frente a su rostro,
y en medio de ambas descansaba algo que era difícil de notar- Te imaginas
lo que hubiese pasado si se tratase del abuelo u otro de los muchachos? Sin
duda alguna te hubiesen aplastado o perseguido con una escoba por todo el lugar
hasta atraparte o peor, matarte!
Uno podría pensar que se había vuelto loca, al parecer que hablaba
sola, sin embargo algo de entre sus manos emergió, delgada y de color
rosada hasta tocar suavemente el rostro de la jovencita.
Misao: Hehehe me haces cosquillas, no hagas eso- añadió divertida
al haber recibido esa muestra de cariño- Imagino que habrás tenido
hambre y por eso te aventuraste a la cocina, pero para la próxima insísteme
a mi, no quiero saber lo que pasaría si Aoshi-sama o los demás
se enterasen que te tengo.
De lo entretenida que iba observando sus manos, no notó como es que otra
silueta apareció doblando la esquina, chocando ambos sin remedio.
Misao: Tenga más cuidado por donde....!! Clow-sama o.o! Lo siento, disculpe
fue mi culpa- dijo al haberse reincorporado rápidamente del suelo.
Clow: Discúlpeme usted a mi Misao-dono- añadió al haberla
ayudado al ponerse de pie- Yo tampoco me fije bien- dijo amablemente- Se puede
saber ¿qué es lo que lleva ahí?- preguntó al apuntar
las manos de la joven y esta reaccionó rápidamente y las escondió
a sus espaldas.
Misao: ... No, no, no es nada Clow-sama! solo una err... pelota, si! pelota!
hehehe.
Clow: Una muy peluda si me lo preguntas ^-^
Misao: Ah pues es que... es de esas que... están forradas con pelusa!
si eso ^^° para que se conserven mejor hehehe- ni ella podía creérselo
¿por qué creía que Clow sí?
Clow: Oh, si entiendo- añadió con gestos incrédulos, Misao
no podía creerlo- Bien entonces no le quito mas su tiempo Misao-dono,
después de usted- le cedió el paso, y la joven no dudo en avanzar
y llegar a salvo a su habitación con lo que llevaba en sus manos.
Misao: (suspiró) eso estuvo cerca- pensó.
Kerberos: ay mi pobre cabeza- añadió al
salir de entre las ropas de su amo y resentir el efecto del choque.
Clow: ¿Estas bien?
Kerberos: ¿Qué si estoy bien? ¿que si estoy bien?! Por
supuesto que no estoy bien! Fui yo quien recibió todo el impacto de ese
choque!
Clow: Hehehe no fue mi intensión que eso sucediese.
Kerberos: Conociéndote, no te creo
Clow: Mi pequeño Kerberos, por qué eres tan desconfiado de mi
palabra ^-^?
Kerberos: Porque la vida a tu lado me ha enseñado eso - añadió
antes de volver a su escondite.
Se tuvo un rápido desayuno, y llegaba la hora
de darles explicaciones a los Oniwabanshus sobre su presencia en Kyoto.
Aoshi aun se encontraba en el templo a aquella hora, pero Misao creyó
conveniente el ir hacia donde él se encontraba para hablar.
Solo Kenshin y Clow acompañaron a Misao, mientras que a los demás
se les dio la oportunidad de pasar el resto del día en la ciudad de una
manera libre, claro, si se podía en aquel frío.
Kenshin: Clow-san, al contarle a Aoshi y a Misao sobre
nuestras razones aquí ¿qué es lo que debemos decir?- murmuró
discretamente.
Clow: La verdad ¿que más?- añadió despreocupado.
Kenshin: Pero, eso no pondría en peligro su secreto?
Clow: Himura ¿confías en ellos dos?
Kenshin: Sí- respondió.
Clow: Entonces no hay problema, si tu confías en ellos, también
yo lo haré. Por algo es que acudiste a ellos no? porque son amigos cercanos.
Kenshin: Clow-san...
Clow: Además, los Oniwabanshu tienen fama de ser grandes espías,
puede que obtengan información que nos ayuden a localizar a Gaho si desean
ayudarnos.
Kenshin: puede que tenga razón... Esta bien, hablaremos con la verdad.
-Fin del Capitulo 6-