Capitulo 20

* Búsqueda

 

Su conciencia regresó de golpe de una manera violenta como la que una terrible imagen paso por su mente inconsciente, obligándola a despertar y que su pecho tomase aire con mucha rapidez al sentir una gran desesperación reprimida...

Miró con ojos asustadizos el lugar en el que se encontraba... Barrotes... tres paredes de barrotes la rodeaban mientras ella yacía en el suelo en una improvisada 'cama' de heno.

Intentó ponerse de pie, pero sus piernas se encontraban perezosas y no le permitieron el levantarse, le resulto extraño, al igual que el sentirse tan mareada con el solo hecho de haber erguido su espalda. Miró en todas las direcciones posibles, no divisaba a nadie... por lo menos no a la distancia que lo débil de su vista le permitía...

¿Qué había pasado?... si, lo recordaba... Recordaba lo importante... lo que vio, lo que descubrió de él... pero en ese instante recordó cómo había terminado todo... él estaba herido y  el que lo recordase regreso su  angustia... ¿Qué habría pasado con él?... ¿Con Serena?... Se concentró tratando de extender su ki para localizarlos... Pero fue extraño, no era capaz de concentrarse, el mareo era terrible y volvió nuevamente a caer al suelo, pero logrando mantenerse conciente aun. En el suelo, escuchó algunas pisadas que resonaban en eco que se aproximaban. Ante la próxima visita que seguramente tendría logró erguirse nuevamente, apoyándose con sus manos sobre el suelo y lograr levantar el rostro a quien le hacia compañía...

Era uno de esos Sirois... no se trataba del mismo que había visto antes, eso era evidente por el distinto color del pelaje y la manera de vestirse.

- Vaya... pensé que la dosis sería un poco más efectiva para una humana... pero olvido que no eres cualquier humana... aunque te veas tan frágil... eres aquella a quienes Los Guardianes Celestiales han escogido, para traer la paz a este mundo... eres tu quien destruirá al Rey Lanancuras... Aunque, soy algo curioso... y siempre había querido preguntar- dijo el recién llegado con tranquilidad e incluso solemnidad- Seme sincera y dime pequeña humana... ¿te crees lo suficientemente capacitada como para lograr tanto en tu insignificancia?..- preguntó. Yakumo escuchó con atención y esas palabras las tomo como recriminaciones.

Yakumo: La verdad es que... Jamás me eh creído capaz de... hacer tantas cosas como dicen que debo hacer, que estoy destinada a realizar...- murmuró- Créeme, yo también... suelo cuestionarme lo mismo.... ¿quien soy yo para qué mi vida sea tan importante y que muchos ya se hubiesen sacrificado protegiéndome? ¿quien soy yo para llevar todo aquello que dicen que haré?... Y lo mismo se lo eh preguntado a los Guardianes...

- ¿Y qué es lo que ellos te han respondido?...

Yakumo: ... Nada... Solo... que algun día sabré la respuesta...

- Ah si... los Guardianes siempre tan poco comunicativos... escondiendo lo que saben de antemano... Es desesperante que jamás pidan la opinión de quienes involucran en su idea de 'destino'- comentó.

Yakumo: .. Puedo preguntar... ¿quien eres? ... ¿a dónde me han traído? ¿dónde están mis amigos?- preguntó.

- Muchas preguntas... Pero si eso ayudara a mantenerte tranquila aparte del sedante, responderé... Mi nombre es Isamu, es un placer conocerte Yakumo pese a que trabajes para el lado equivocado- dijo al hacer un ligero incline de cabeza- Pero no es tu culpa... solo eres una marioneta más de los guardianes como nosotros lo fuimos... Estas a salvo, en nuestras tierras, en nuestra ciudad. Tus amigos están bien.

Yakumo: ¿Para qué nos trajeron aquí? Si bien entendía solo me querían a mi, déjenlos a ellos en paz- suplicó.

Isamu: Temo que ellos se han adecuado perfectamente a lo que planeamos... No te preocupes, no los queremos muertos... Bueno, el saiyajin tal vez no tenga la misma suerte...

Yakumo: ¿qué es lo que quieren?! ¿que piensan conseguir con esto? Si bien sé... Los Guardianes me dijeron que solían ser sus aliados... ¿qué los hizo estar en contra de ellos?

Isamu: Nos hicieron lo mismo que te han hecho a ti pequeña... No somos tan diferentes, yo te entiendo... Entiendo lo que es sentirse solo como un muñeco... un muñeco del cuales los hilos no los tira el destino... sino los que tienen el poder... Los guardianes hacen creer que todo es por culpa del destino, cuando en verdad ellos son los que tienen el poder para otorgarte tanto una vida plena como para hacerla miserable, si así la pueden adecuar para sus planes... ¿No lo crees querida?... Cómo te han tratado ellos pese a que seas tan importante para sus planes de 'salvación'... ¿Y te lo preguntaron a caso?...

La humana se volvió ante la realidad tan apegada a su 'realidad' que aquel siroi le echaba en cara... no deseaba pensar de aquella forma nuevamente...

Isamu: ... Deberías sentirte agradecida... Nosotros, te ofrecemos una oportunidad de no tener que llevar esa carga contigo...- con aquello, logró atraer la atención incrédula de Yakumo.

Yakumo: ... Quienes son ustedes para... poder cambiar lo que ya esta escrito?...

Isamu: ... Solo piénsalo... Pero, con tu consentimiento o sin él no, lo haremos...- añadió al haber tronado los dedos y un miembro de los de su raza de un rango muy inferior trajo consigo una especie de charola con algo que parecía comida- Provecho, ya vendré a verte después y charlaremos más...- agregó al dar media vuelta y salir de aquella prisión.

 

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La puerta automática se abrió e Isamu pudo acceder a uno de los pasillos de la fortaleza y a su paso encontrarse con su compañero.

Isamu: Sugai ¿qué sucede? por qué tan molesto? Ah no me digas... se extendió la noticia  sobre que te causo muchos problemas el atrapar a una chiquilla?

Sugai solo gruñó ante el comentario.

Isamu: Veo que sí...

Sugai: Aun es una vergüenza el solo haber pasado por tal humillación, para que en cada una de las miradas de los soldados pueda ver su 'burla' hacia mí.

Isamu: hehehehe debes admitir que es una novedad que aviva a nuestro súbditos...

Sugai: Pero me pone en vergüenza...

Isamu: Bueno, por lo que me has dicho, la chiquilla lo merece... Mira que te obligo a tener que utilizar un conjuro de regeneración.

Sugai lo recordaba perfectamente... Aun el intenso dolor que sintió cuando el hueso de su hombro fue perforado tan limpiamente... El dolor no le permitía el actuar decentemente... estaba tan desacostumbrado al dolor que el experimentarlo de nuevo causo una conmoción en su sistema nervioso... No le permitió el pensar bien sus acciones... Fue extraño, ya que cuando aquella chiquilla se libero de su hechizo, en vez de intentar huir nuevamente... ella logró acercarse lo suficiente a él, había sujetado su brazo con cuidado y miraba la herida... No pudo moverse cuando ella lo tocó, la energía que desprendía de su juvenil cuerpo, logró que se amansara como un fiel perro... Pero, cuando hubo regresado a sus cinco sentidos, sus garras sujetaron por el hombro a la sailor, y a través de un conjuro mágico, logró que su herida se curase en cambio de que aquella lesión debía ser trasladada a otro cuerpo...

Era una técnica un tanto eficaz como tramposa... Pasabas tus heridas y cansancio al oponente para que él cargase con sus males, mientras que el hechicero recuperaba fuerzas y desaparecía su dolor... Sailor Moon no se lo esperó cuando su oponente la sujetó y en cuestión de segundos ella misma se sintió desfallecer y miró su sangre el brotar de su hombro... Serena Tsukino jamás había visto su sangre fuera en alguna batalla pasada...

Sugai: Olvida eso quieres?!-bramó enfurecido.

Isamu: Esta bien... si eso logra que dejes de hablarme como a cualquiera de los soldados. Acabo de estar con la 'Elegida', ¿que tal tu?

Sugai: Todo marcha bien con el otro prisionero... Vaya que Eizan hizo un gran trabajo...

Isamu: Debiste verlo... peleando al mismo ritmo que ese saiyajin... Claro, eso fue antes de que él comenzase a comportarse de una forma poco ortodoxa... no muy lejos de 'bestial', como si fuese un perro rabioso, eso le dio un nuevo enfoque a su poder y tal vez hubiese podido matar a Eizan... pero él también tuvo sus contratiempos, perdió su transformación... así que, es difícil de precisar quien de los dos es el mejor- explicó al haber sido espectador de lo sucedido.

Sugai: Sin duda alguna el saiyajin es diferente, es digno de ser admirado incluso por nosotros... En mi opinión Eizan solo es un niño ah su lado.

Isamu: No hablaría tan seguro... tu no estuviste ahí.

Sugai: Mira, eso es de poca importancia ahora. Ya que descubrimos el potencial de ese saiyajin, no será necesario que debamos perder a nuestro gran General para lo que debemos hacer...

Isamu: La suerte nos sonríe... Hubiese sido una lastima el perder a Eizan para llevar a cabo nuestro propósito.

Sugai: Aunque el saiyajin es resistente, no ah muerto aun pese a que se esta desangrando desde hace algunas horas...

- Tal vez, el potencial del muchacho no debería ser desperdiciado tan estúpidamente- añadió una tercera voz que había estado atenta a la conversación, había estado en el lugar equivocado y a consecuencia de eso termino por escuchar más de lo que debía...

Isamu: Eizan... que agradable sorpresa el verte... Veo que las cámaras de recuperación siguen tan eficientes como siempre para ti- añadió.

Eizan: No pienso fingir el que no escuche lo que estaban conversando...- dijo con cierta hostilidad.

Sugai: Y por esa honestidad nos agradas... Hubiese sido una pena perder a un aliado como tu en el proceso de obtener uno de los 'ingredientes' que necesitamos...

Eizan: Pensaban sacrificarme de no haber encontrado un mejor prospecto ¿cierto?

Sugai: Hmmm, sí... así es.....- habló sin miedo.

Eizan: Me alegra conocer el grado de su honestidad caballeros...

Isamu: Por favor Eizan, no estarás molesto con nosotros ¿oh si?

Eizan: A ustedes... les debo mi lealtad, mi vida y el que nuevamente mis poderes hubiesen regresado... Sus decisiones las respeto... Pero no acepto el que me mientan... Si escondieron esto hasta estos momentos... están escondiendo más de lo que ya han dicho.

Sugai: Tanto golpe que has recibido por ese saiyajin te ah vuelto paranoico...- agregó desafiante y sarcástico.

Eizan: Solo trato de serles lo más eficientemente posible mis señores... Y no puedo serlo si ustedes me ocultan información y hechos- agregó- Además, me preocupa lo que puedan planear sin que obtengan el provecho adecuado...

Isamu: ¿Y qué es lo que podrías aconsejarnos entonces?

Eizan: ... Creo que es un desperdicio completo el que desechen al muchacho cuando ya no les sea útil.

Isamu: El proceso en el que se encuentra por si solo lo destruirá...

Eizan: Bueno... pueden detener ese proceso antes de que crece la línea de un estado critico.

Sugai: Siento como si... quisieras salvarlo Eizan... ¿por qué? ¿por qué tu preocupación?

Eizan: Detesto ver cuando se desperdician buenas oportunidad... será de provecho, se los garantizo... un guerrero como él no debe de ser desperdiciado... Y de antemano que ustedes tienen métodos para obtener la obediencia de otros... Se los garantizo señores, es lo mejor que pueden hacer...

Isamu: Hehehe me gusta como piensas Eizan, por eso aun sigues en este puesto... Y espero que así sea...

Sugai: Es interesante tu propuesta...

Eizan: Entonces?... ¿cual es su decisión?.

Ante la pregunta ambos lideres se miraron por unos segundos, cuando uno le asintió al otro de forma discreta.

Isamu: ... Esta bien Eizan... Tu te encargaras del muchacho, pero si resulta una perdida de tiempo... afronta las consecuencias...- añadió al girar hacia el flanco derecho y comenzar su andar nuevamente, seguido por su compañero hombro con hombro mientras Eizan se inclino respetuosamente por su partida y recibimiento de ordenes... Aunque solo bastaba ver la forma en la que miraba a ambos para darse cuenta que el imperio comenzaba a perder su fe...

 

Sugai: Estoy comenzando a desconfiar de ese sujeto- murmuró en el camino.

Isamu: Tal vez... pero aun así tiene razón ¿sabes?... Sería algo entretenido tener en nuestras filas a un sujeto como ese hombre...

Sugai: Desde que le informamos sobre nuestras acciones, ah comenzado a ponerme nervioso... nunca sé lo que puede estar pensando al respecto... Su honor no nos ha permitido moldear su voluntad adecuadamente... Detesto no tener completo control sobre él...

Isamu: Si tanto te molesta, podemos arreglarlo... Hahaha él mismo nos ah cedido un sustituto para él... Uno sin limitaciones...

Sugai: Si, creo que tienes razón. Pero aun lo necesitamos... Pase lo que pase, no podemos permitir que Eizan se vuelva contra nosotros, y mucho menos debe ver a la chiquilla rubia o el pasado lograra que se revele antes de tiempo.

Isamu: Ya me encargue de ello, di ordenes estrictas... Además, Eizan desconoce de su existencia aquí... así debe seguir...

 

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Ya no era capaz de sentir ninguna clase de dolor... no sentía su cuerpo en sí, solo era capaz de sentir toda la presión que se ejercía sobre sus hombros y brazos el ser el único apoyo por el cual su cuerpo entero se mantenía suspendido en el aire, al encontrarse unas cadenas sujetando fuertemente sus muñecas, que se sujetaban en paredes paralelas. Sus pies tocaban el suelo de aquella estrecha habitación, pero no había signo de su parte para que se molestase en plantar sus pies en el suelo... Estaba tan agotado, tan confundido, tan débil...

Ya había tenido 'visitas' anteriormente, pero no se molestaba en levantar su cabeza para mirarlos o si quiera escuchar lo que decían por más que lo hubiese golpeado para sacarle palabra o por simple 'entretenimiento'.

Naturalmente... solo cadenas de hierro no sería capaces de retener a un saiyajin... Solo bastaría con un tirón para liberarse pero... por todo lo poco que le restaba de su energía y fuerza parecían salir de su cuerpo con el mismo fluir de su sangre desde aquella herida que entendía había sido por lo que había perdido... Pero él ya había perdido la batalla desde que se dejo influenciar por su bestia interna... perdió el completo dominio... no recordaba lo que sucedió... pero si se encontraba aquí a merced del enemigo entonces... perdió.... Y le había fallado a Yakumo, sin mencionar que... se consternaba al pensar lo que ella pudiese pensar de él ahora que descubrió muchas cosas de él mismo...

Al no poder sostener su cabeza, su vista estaba condenada a permanecer en el suelo. Como guerrero sabía catalogar la gravedad de sus heridas... y aquella que veía... no era pequeña, era algo serio que si no se trataba... Su armadura le había permitido que el ataque no lo hubiese cortado en dos...

Le habían privado de su armadura dañada... tal vez en un intento para que su sangre brotase y cayese al suelo con más facilidad... Era extraño puesto a que tenia el conocimiento de haber estado mucho tiempo ahí, bajo sus pies no había ningún rastro de sangre... a aquellas alturas debía haber un mar de ella allá abajo... Era como si solo 'desapareciese' al gotear sobre el suelo...

Un poco de luz se reflejó en el suelo, cuando la puerta automática del lugar se hubiese desplazado permitiéndole la entrada al General Eizan, quien la cerró y selló por dentro para no ser molestados.

No había visto al muchacho hasta ahora... Vaya que posees una gran fortaleza para continuar respirando después de tener sus garras marcando aquella herida en su pecho...

Se le acercó hasta que el saiya hubiese logrado ver sus pies.

Eizan: Vaya que eres difícil de matar muchacho...- agregó para comenzar a hablar. Sin esperárselo, el siroi le levanto el rostro con su garra izquierda mientras que la derecha sujetaba algo que no pudo distinguir por la falta de luz, pero fue algo que acerco a su cabeza de la cual salió algo, liquido, fresco... agua... Pero en su desconfianza no la acepto, aunque su tentación y su sed fue bastante como para que la probase levemente- Puedes confiar con que es agua... créeme, yo jamás utilizaría un método tan bajo para hacerte daño- agregó, y esa fue la pauta para que bebiese con confianza y cierto desespero, después de todo resultaba un alivio el gustar de aquella agua ante su estado. El siroi vació todo el contenido y lo dejo recuperarse-  No sé de qué estén hechos los saiyajins... pero has tenido mucha suerte, demasiada...

El saiya fue al único el que merecía su atención en sus palabras... no solo porque le hubiese mostrado algo de 'compasión'... sino porque había comprendido en su ultimo encuentro que era un guerrero al que se debía respetar, no importando que estuvo a punto de matarlo... y aun tiene ese poder sobre él.

Eizan: Los espíritus te sonríen.... No morirás, por lo menos no ahora...

Cort: ....... No me... importa saber... lo que me espera.... ¿cómo.. están... mis 'amigas'?- preguntó con una voz cansada.

Eizan: Deberías preocuparte por ti... Pero claro, no esperaba menos de un guerrero que protege a alguien más... No somos tan diferentes muchacho, me recuerdas a mi mismo hace muchos siglos... Tal vez, si nos hubiésemos conocido bajo otras situaciones, luchando por el mismo lado... nos hubiésemos llevado muy bien- agregó al recargase contra la pared- Tu amiga, Yakumo, esta bien, no debes preocuparte por ella.

Cort: ... y la otra... la niña rubia...?

Eizan se volvió a él con extrañeza... no tenia entendido que hubiese otra prisionera además de ellos dos... Además ¿por qué mentiría el saiyajin a estas alturas?

Eizan: .... No sé... nada sobre ella... Pero lo averiguare... de eso puedes estar seguro- murmuró para si mismo- ... Tal vez no es el momento, ni el lugar mas propicio... pero no te veo como los demás del Imperio lo hacen, te veo como lo que en verdad eres, un guerrero que merece cierta de mi apreciación... Jamás eh sabido tu nombre...

El saiya lo miró con desconcierto... No esperaba un trato como aquel de su parte... de un oponente con quien luchó ferozmente al pertenecer a 'bandos' opuestos al que estaba dispuesto a matar si tuviese la oportunidad... Lo miró por un momento... y por una razón sus pensamientos pusieron otra imagen sobre la silueta del siroi... una que no veía desde hace mucho tiempo... pero que ciertamente le recordaba un poco su manera de actuar... Frío durante los combates... pero una gran nobleza en su interior...

Cort: ... Mi nombre... soy Cort... Ciertamente... y debes de saber que no soy de los que les agrada... recibir estos tratos por parte del enemigo... pero estoy a su merced... Pero pareces alguien razonable Eizan... tal vez tengas razón... si nos hubiésemos conocido bajo otras circunstancias... seríamos.. buenos aliados...

Eizan: Escucha muchacho... Estoy conciente de lo que nuestros dirigentes intenta hacer... Yo les soy fieles a ambos, pero por el bienestar del Imperio y lo míos... Pero aun así, tengo cierta fe en lo Guardianes a quienes tu sirves...

Cort: ... Yo no sirvo a esos imbeciles...- agregó- ... Yo solo lucho... por proteger a Yakumo... Nadie me obligó a tomar esa decisión...

Eizan: Pero aun así, eres parte de todo esto... Y vaya que tienes una lengua muy osada...- agrego sarcástico- De alguna manera, sé que eres importante en todo esto... que debes vivir.. pude interceder por ti... Y si los Guardianes tienen un plan para ti muchacho más allá de estas paredes, entonces de algun modo lograras liberarte de cualquier cosas que pueda suceder...

CorT: ... ¿por qué el ayudarme?...

Eizan: ... No me preguntes eso... Yo... sé que algo podrido se esta moviendo por este lugar, acechando como una serpiente lista para lanzar una mordida mortal... Si no me equivoco chico, sería muy bueno que estuvieses aquí...

 

Cort: ... Espera...- le habló antes de que se retirase del lugar- Pareces ser... el mas sensato de este lugar... Yo.. yo no sé quien rayos tiene la razón... ni me importa tampoco... Solo sé que... Yakumo debe estar a salvo... Eizan... ella es importante... Si lo que dices es... sobre... aun tener fe... en lo que los Guardianes dicen.... entonces protégela... No me importa... lo que llegue a pasar conmigo.... ella debe estar bien... ¿lo entiendes?...- habló al borde de colapsarse y con cierta ansiedad y desesperación.

Solo recibió una ultima mirada del general, antes de que saliese de la habitación y sellase nuevamente la puerta, y como la luz que dejo entrar por unos instante, la conciencia del saiya se vino abajo nuevamente  cuando se encontró nuevamente en aquella oscuridad, solo...

 

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Un siroi de bajo rango entró con prudencia a la sala en donde ambos lideres del Imperio, llevó a cabo una ligera reverencia y pidió disculpas por la precipitada intromisión.

- Lamento el molestarlos mis señores, pero el equipo Meings de rastreo finalmente regreso habiendo regresado exitosamente con lo que pidieron- añadió al extenderle una especie de pergamino que tomó Sugai y miró primero que cualquiera- Son esas las coordenadas exactas del lugar que nos pidieron buscar. Como verán, las indicaciones del Oráculo no fueron muy exactas, pero se encontraba próximo a la ubicación real- explicó.

Sugai: Eso es lo de menos... Lo importante es que han localizado el lugar exacto.

- Nos prepararemos para el ataque en cuanto ustedes lo ordenen.

Isamu: No habrá necesidad Soldado- habló ante la extrañeza del soldado- Ya encontraremos a alguien que pueda hacer lo mismo que veinte de los nuestros... Puede retirarse soldado.

- Hay algo más señores- dijo con prontitud- Creo que deberían ver algunos resultados de algunos análisis de la portadora del Cristal.

Sugai: ¿Ya fueron capaces de separarlos?

- No... temo que no señor. Ni siquiera con nuestra tecnología podemos separarlos... Unidos son uno, y no quisiéramos arriesgarnos a que si la chica muere, el cristal podría perder su fuente de poder...

Isamu: El Cristal por si solo tiene un gran poder... Pero comparto tu inseguridad ante lo que pudiese ocurrir si la portadora muriese.

Sugai: así es, por ello mismo es que la traje, ya que aunque hubiese perdido la conciencia allá afuera, intente tomar el cristal que lleva en su pecho y...- miró la palma de su garra, en donde el pelaje que lo cubría se encontraba ligeramente chamuscado- Nadie puede tocarlo...

Isamu: Tal vez no lo intentaste lo suficiente- añadió.

- Si me permiten proseguir señores, me temo que no es eso lo que necesita de su presencia...

Sugai: ¿Que puede ser mas importante?

- Tienen que verlo ustedes mismo...- dijo al extender algunos papeles, Sugai volvió a tomarlos, ya que él es el que entendía mejor todos aquellos conceptos técnicos y de análisis.

El semblante del siroi se contrajo levemente al que todo aquello tomase significado simple... simple pero que trae consigo 'algunas complicaciones'. Sin decir más se dispuso a salir de la habitación, seguido por el soldado mientras que Isamu decidió quedarse y verificar algunos datos más sobre las coordenadas.

 

Sugai pasó a una habitación en la que dos guardias que portaban armadura y casco custodiaban la única entrada, logrando una reverencia al darle el paso a su líder, el cual entró seguido por el soldado de hace unos momentos y los siguió uno de los guardias de la entrada quien hizo guardia.

En aquella habitación se encontraban numerosos artefactos mecánicos, morteros, tubos de ensaye, computadoras, un sin fin de artefactos de laboratorio. En el centro, una tableta de metal muy amplia parecía levantarse sin la necesidad de tener una base o patas, en ella un cuerpo descansaba en un estado inconsciente, tal vez no solo por cansancio, sino por el efecto de varios sedantes... No deseaban tener que batallar más de lo debido. Su hombro había sido atendido por lo que era seguro que no sufría de dolor alguno.

Uno de los sirois que formaba parte del equipo  de 'investigación' se acercó ante la presencia de su líder.

Sugai: ¿Es verdad lo que dice esto?- preguntó.

- así es mi señor, no hay error.

Sugai: Complicaría la separación.

- No, no lo creo señor... Sin embargo temo informar que ninguno de nuestros artefactos es capaz de lograr tal labor... además, ni siquiera podemos acercarnos lo suficiente, usted lo intento y apenas y pudo sujetarlo.

Sugai: Sin duda es una clase de reflejo como protección a quien pudiese intentar retirarlo si el portador esta indefenso... Pero tal vez no lo intente con el suficiente esmero...- agregó al verse ansioso como para intentarlo de nuevo.

- Pero no creo que sea prudente, una separación tan repentina podría matarla y a...

Sugai: Estoy dispuesto a correr ese riesgo, que tener que esperar inútilmente- agregó- Falta muy poco para que obtengamos la 'Tarjeta' del guardián... lo único que nos separa es el tiempo... y el no tener ese cristal... Es lo único que falta para poder comenzar verdaderamente- pero titubeo ligeramente cuando al haber acercado su garrar nuevamente el broche hubiese presentado reacción y una energía lo hubiese rodeado levemente- Creo que ya sabe cuales son mis intenciones y no me permitirá acercarme demasiado... Inténtalo tú soldado- le pidió al guardia que cuidaba la puerta quien solo había observado en silencio lo que pasaba- Tal vez tenga mejor suerte...- agregó con ansiedad.

Ciertamente no habría ninguna diferencia si lo intentase él u otro que compartía algun deseo de ambición por tenerlo... oh por hacerle daño a la portadora... Esto es algo que ellos no sabían... Pero Sugai tenia razón en creer que aquel siroi sería capaz de tener una mejor oportunidad. El soldado se acercó con cierto titubeo, pero de un modo firme llevo su garra hacia el frente para sujetar el cristal...

El cristal de plata tal vez era algo que poseía conciencia propia ya que actuaba de formas confusas en ciertas ocasiones...

Aquel soldado siroi fue capaz de oprimir entre sus garras aquel broche. Todos lo miraron con expectación, esperaron verlo cubierto de dolor cuando lo hubiese tocado pero... nada de eso ocurrió. Ante una orden muda, el siroi logró  separarlo de la portadora, quien de un modo 'mágico' sus ropas hubieron cambiado frente a sus ojos, la marca de la luna sobre su frente se desvaneció al igual que las alas blancas.

El soldado se giró hacia su señor, a quien le extendió de un modo firme y humilde. Sugai lo tomó con exceso de cuidado, cuando tomó confianza en que no volvería a quemar su mano, oprimió victoriosamente entre su garra.

 

Sugai se encontraba mas que extasiado con lo que llevaba entre sus garras, no quiso saber más dentro de aquella habitación desde que sintió aquel poder tan seductor de aquel cristal... No por nada irradiaba por el poder de la luna...

Aquello representaba la llave que les brindaría la liberación del guardián Celestial capaz de destruir a Lanancuras... Era una tontería que los Guardianes no lo hubiesen elegido a él para traer la paz y orden a este Universo... en vez de ello escogieron a una insignificante humana a quien solo le dieron poder, una inexperta niña que no tendría oportunidad alguna para llevar a cabo todas aquellas hazañas... Pero ellos podrían lograr transformar lo que estaba 'mal', a que sea lo correcto.

 

En algun lugar de aquella fortaleza, el sonido de un casco cayendo sobre el duro suelo resonó con rudeza al haber sido arrojado del mismo modo contra la pared por el General Eizan, quien se sentía traicionado al tener que descubrir por medios rastreros como el de usurpar el lugar de un guardia aquella verdad...

Por qué le habían ocultado que no solo ese cristal había sido trasladado a este mundo de otro diferente, sino también a aquella persona que en su mundo era la Princesa de la Luna... Claro... Ahora comenzaba a entenderlo... Lo creían tan apegado a su código de honor, y a la lealtad a sus recuerdos que sabían perfectamente que no estaría de acuerdo en sus acciones... .... Que bien lo conocían...

Pero ¿qué podría hacer él solo contra todo un Imperio?... Un Imperio con lideres ciegos que profanan las muertes de muchos compañeros guerreros al no importarles el traer algo tan peligroso a este mundo... ¿Qué es lo que podría hacer?... si tan solo los Guardianes... no, su fe en los guardianes aun existía pero era muy escasa... no después de haber escuchado por muchos años a sus lideres y su ateismo contra ellos y sus acciones... Por un momento pensó en las palabras del muchacho que resonaban con cierta lógica en su cabeza...

 

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Estaba cansada de dormir... estaba hastiada de encontrarse sedada todo el tiempo... El de despertar y no ver nada diferente para ser poco el tiempo antes de caer nuevamente... Pero debían mantenerla así, impedir que se fortaleciese e intentar un 'escape'.

No tenía idea alguna del tiempo que ya había pasado en aquel lugar. En ocasiones en las que se sentía desesperada y con una gran angustia por no saber nada de sus amigos, las lagrimas salían de sus ojos, pero cuando se percataba de ello lograba detenerlo... aunque su corazón llorara debía aparentar lo contrario...

Deseaba saber si estaban bien... Sabía que estaban con vida... Debía tener esperanzas en que los vería de nuevo... Deseaba verlos de nuevo.

Había tenido algunas visitas, la mayoría de las pocas veces se trataba de aquel siroi de nombre Isamu. Hablaba de algunas maneras extrañas, tratando de probar la fe que ella misma tenía hacia quienes la 'dirigen', en ocasiones lograba desanimarla tanto... Comenzaba a inundarse en su mismo miedo acerca de su futuro... Un miedo que creyó ya no tendría al haberlo asimilado, pero... pero había experimentado tantas cosas nuevas que han fortalecido su apego por la vida... Eso era lo mas triste, había recobrado sus deseos de vivir...

 

Aquel día nadie había venido a administrarle más de aquella droga.. y poco a poco sentía la capacidad de poder levantarse e incluso caminar, pero no más. En esos momentos en los que Yakumo buscaba con cierta ansiedad un modo de salir, fue que un soldado siroi entró al lugar, y sin decir ninguna palabra abrió la puerta de la celda y haciendo una seña le indicó que saliera y lo siguiera. El soldado fue considerado con su condición, ya que la condujo por el pasillo de la fortaleza yendo al mismo paso que ella, pero aun así, vigilándola con cautela.

Yakumo ni siquiera intentó preguntar lo que pasaba o a dónde la dirigía. Por otro lado era la primera vez en la que podía revisar la clase de lugar en el que se encontraba, así como también ser la primera humana en poder ver el cierto esplendor del Imperio Siroi. El pasillo por el cual era conducida contaba con una pared lateral de cristal, por el cual era posible ver las muchas construcciones que allá afuera había; eran un tanto modernas, como una pequeña ciudad que se encontraba refugiada debajo de la tierra misma, teniendo como cielo solo un gruesa muralla de piedra caliza. Increíble el saber que una raza diferente a la humana y a la enterricola se encontrase habitando y floreciendo en este planeta desde hace mas de 500 años...

Aquel corredor parecía muy extenso, y nadie mas que ellos circulaban por la zona, pero el camino terminó ante una puerta automatizada que se abrió ante la presencia de ambos individuos. El soldado le permitió el pase primero, y esta haciendo uso de su valor entró con aparente tranquilidad cuando en el fondo temblaba... Algo estaba mal, lo presentía.

Era una habitación algo extensa, poseía muchos paneles de control como si fuera un centro de mano ya que una gran pantalla rodeada de algunas otras pequeñas se encontraba a la vista de todos los que se encontraban en la habitación, los cuales solo eran dos sirois que manejaban los paneles, el soldado que custodiaba la puerta y a los dos lideres que ella ya había visto con anterioridad... Ambos se volvieron a mirarla y ella se mantuvo firme ante ambas bestias.

Isamu: Ah, Yakumo, te esperábamos, ven aproxímate para que puedas ver mejor...- añadió al referirse a las pantallas que habían comenzado a mostrar imágenes.

Yakumo: Prefiero quedarme aquí- agregó.

Isamu: Cómo quieras...- dijo despreocupadamente.

Yakumo: Para qué me solicitan aquí?- preguntó finalmente.

Isamu: Solo creímos necesario que estuviese aquí querida. Como representante de los Guardianes Celestiales debes presenciar esto- añadió- Sin mencionar que, requerimos algo de ti cuando obtengamos lo que nuestros dos hombres han ido a buscar...

Yakumo no pudo agregar más puesto a que no entendía lo que trataban de insinuarle, miró como es que el otro de ellos dos se colocaba algo sobre su oreja que le servía como una especie de micrófono muy útil para las comunicaciones si se desea tener las manos libres.

La humana entonces se concentró en las pantallas... que mostraban un paisaje rocoso, pero eran algo insípidos los colores y parecía estar en movimiento, como si alguien quien estuviera en el lugar real y mandase esas imágenes por alguna cámara.

Lo que vio la humana logró que su corazón se sobresaltase.

Isamu: Comencemos. Eizan... ya sabes que hacer- dio la orden a través de algun comunicador en el panel. Mientras que Sugai realizo algunos movimientos con sus manos que emanaban levemente una aura rojiza.

Sugai: Bien mi pequeña marioneta... Obedece...

 

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Lo que tenían frente a ellos era un paisaje triste y un tanto desolado. Solo una zona rocosa de piedras tan grises como el cielo mismo sobre aquel territorio...

Eizan recibía ordenes por el artefacto en su oreja con el cual igualmente era capaz de comunicarse con la base. Había tenido que acceder a continuar leal a los suyos, pese a que sus recuerdos ejercían un peso sobre su conciencia muy constantemente... Miró por unos momentos lo que entre su garra cuidaba, aquel cristal que podría recordarle tanto con tan solo mirarlo o solo con sentir su influencia... Necesitaba tenerlo aquí, puesto que para obtener lo que en aquel lugar protegían...

A lo lejos de donde ellos se encontraban, se podía divisar especies de construcciones, hechas con las mismas rocas de las que se encontraban formado el suelo. Se podían percibir algunas presencias, pequeñas en comparación de la propia y la de su acompañante.

El oráculo había predicho que la Carta del guardián que buscaban se encontraba ahí, había sido sellada por los Guardianes hace mucho tiempo, la cual estaba custodiada por Hyper Enterricolas que los mismos Guardianes habían colocado en aquel lugar moviendo los hilos del destino que podrían atraer... Colocarlos como  piezas de ajedrez, y saber cuando utilizarlas correctamente...

Eizan había recibido la orden de acompañar a quien sus lideres habían envuelto bajo su manto de protección. Solo para vigilar sus actividades... no estaban seguros si el que se encontrase lejos de ellos lograría que el control sobre él fuese mas débil...

El siroi miró a su compañero que parecía más un robot que un ser viviente, al encontrarse con un semblante tan ausente de la realidad, con mirar sus ojos vacíos de cualquier emoción daban aquella impresión...  Era extraño el ver a un humano, oh por lo menos uno que pareciese uno, que utilizase una armadura de su imperio, le venía bien estilo.

Eizan recibió ordenes de mantenerse en una posición cercana a su compañero, pero que no interviniera mientras que el saiyajin, quien igualmente poseía un artefacto en su oído para escuchar solo las palabras de Sugai, quien lo mantenía dominado bajo algun conjuro, recibió la orden de moverse, y así lo hizo...

 

Comenzó su andar con tranquilidad por aquella llanura. Era difícil de creer que el espíritu tan indomable de un saiyajin de raza pura lograría ser doblegado por simples conjuros... Claro, eso pensaría cualquiera que no conociera el nivel que Sugai o Isamu podrían tener en cuanto a poderes mágicos... No importase cuan difícil sonase un problema, de un modo practico lograban solucionarlo y aquel no había sido la excepción, simplemente aislaron la conciencia de aquel cuerpo, y mientras esa conciencia se encontrase en estado de éxtasis, el cuerpo reaccionaria de un modo natural e inconsciente, como si fuese solo reflejo, pero siguiendo ordenes de quien escuchaba por el aparato. Nadie dijo que había resultado tan fácil tampoco, pero las condiciones del saiya al haberse encontrado tan vulnerable tanto física como emocionalmente, no le permitieron luchar contra ello...

La herida de su ultima batalla había desaparecido, las cámaras de recuperación de los sirois eran eficientes para cualquier raza... Pero aun les parecía extraño el hecho que una cicatriz que había en la espalda del guerrero no se hubiese cerrado en el proceso...

 

De un modo tranquilo y con cierto porte llegó hasta la zona en donde aquellas antiguas construcciones comenzaban a levantarse, se detuvo de pronto, en el centro de aquellos edificios que por su arquitectura serían perfectos lugares para esconderse e idear alguna emboscada... claro, si el que iba a ser emboscado no supiese de antemano su localización porque los sentía....

 

Hyper Enterricolas eran quienes custodiaban aquel sitio sagrado, de muchos tipos y sexos. Su vigilo había  impedido durante siglos atrás el de profanar una 'vieja tumba'... una Puerta que no debía ser abierta.

No importara de quien se tratara quien pisase aquel suelo, era considerado un extraño el cual no debería salir para contar lo descubierto en aquel territorio desolado, al que ningún humano era capaz de acceder por la condiciones extremas en la que se encontraban, la altura y la presión del sitio no eran favorables para criaturas débiles, solo hyper enterricolas lo lograrían... Pero si ese sujeto a quien miraban estaba ahí... significa que no era cualquier sujeto...

 

Un ataque sorpresa es lo que hubiese tomado desprevenido a cualquier pobre diablo que hubiese llegado por equivocación, pero aquel sujeto no se trataba de alguien que por error hubiese llegado ahí. Había recibido ordenes precisas: Elimina a cualquiera que se te ponga en el camino... Y así lo haría, claro que debería esperar a que todas las 'ratas' salieran de sus escondrijos, y solo lo harían cuando tuviesen la seguridad que él sería presa fácil.

Un par de cadenas emergieron desde puntos paralelos de aquellas construcciones, las cuales se afianzaron con rudeza a las extremidades del saiyajin quien se mantuvo quieto incluso ante aquel movimiento de parte de las 'ratas', quienes como creyó  comenzaron a salir...

A simple vista eran alrededor de veinte enterricolas de diversos tipos y géneros, lo único en común es que todos ellos se encontraban en su ultima fase de transformación. Algunos de ellos permanecieron alertas pero rodeándolo, solo un enterricola con semejanza a la de un gran toro erguido con armadura de colores opacos se acercó sujetando con firmeza un lanza que acercó al rostro del 'prisionero', quien no mostró ninguna clase de reacción ante la cercanía del filo a su cabeza.

- Vaya, hasta que por fin dan la cara- agregó el gran toro de piel oscura quien levanto la barbilla de su prisionero con la hoja de su lanza- Pero... no pareces ser miembro de esos lobos que han estado merodeando esta zona... Pero el que no seas uno no significa que no trabajes para ellos- añadió con rudeza.

- Córtele el cuello jefe, arrojaremos su cabeza para que sirva como advertencia hehehe- habló uno con forma de reptil quien sostenía una de las cadenas.

- Tal vez solo así nos dejen en paz..- agregó un segundo con forma de tigre quien sujetaba la segunda cadena.

- Es Ley de los Guardianes el que nadie puede pisar este suelo sagrado y vivir para contarlo- finalizó cuando hubo sujetado su arma con ambos corpulentos brazos.

Pero antes de que pudiese pensar si quiera en utilizarla, el saiya, con sus piernas y cintura libre, golpeó violentamente al enorme toro al desarmarlo con la ayuda de sus extremidades libres.

Los enterricolas al ver el ataque a su líder quisieron responder, pero el saiya fue tan rápido ya que aunque los que lo tenían sujeto intentaron mantenerlo cautivo habían recibido un ligero rayo de energía que salieron de la punta de los dedos índices del saiya les atravesó la frente limpiamente. Ante aquellas acciones, los guardianes del lugar restante se enfurecieron y arrancaron a la lucha.

El saiya los miró con fría indiferencia antes de que se desplazase utilizando su velocidad y que arrematase a cada uno de ellos sin haber sabido la manera en la que habían sido golpeados antes de caer inertes al suelo, utilizando su energía, o su puño perforando sus cuerpos.

El que parecía el líder de aquella finada guardia se levantó solo para ver cómo es que el ultimo de sus hombres yacía los pies de aquel hombre de armadura oscura, después de que este le hubiese aplastado el cráneo con la planta de su pie, para después él lo mirase al ser el único sobreviviente. Buscó su arma tanteando el suelo sin apartar los ojos de aquel hombre quien venía caminando hacia él. Se levantó y se dispuso a hacerle frente.

Intento atacarlo con su arma, pero al tratarse con ese tipo de armas era fácil el esquivarlas, no tenían demasiada maniobrabilidad, en un descuido, él mismo saiya logró sujetar la lanza y con un ágil movimiento había tomado el control de la misma arma con la cual irónicamente estaba dispuesto a matar a aquel individuo.

Eizan: Espera, a él no lo mates!- le ordeno a distancia. El saiya lo miró y confirmando las indicaciones de su 'amo' tras el audífono en su oído, obedeció.

Eizan se acercó a ambos pero presto mas su atención hacia el enterricola quien se mantenía inmóvil al tener aun la punta de su lanza en su cuello lista par actuar bajo cualquier intento.

Eizan: Te dejaremos vivir solo con la condición de que contribuyas en nuestra búsqueda.

- Sé perfectamente lo que buscan... pero no sabrán nada de mí... No traicionare mis creencias y mi deber por amenazas- añadió con fiereza.

 

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En el centro de mando del Imperio Siroi.

 

Yakumo miraba aterrorizada lo que aquellas pantallas le mostraban. había sido espectadora de muchas masacres de aquella clase.... Pero aquella era diferente, no era su enemigo a quien veía matar inocentes, sino a alguien quien ella creía conocer bien... Ya lo había visto antes, pero aquel modo de matar tan calculadoramente y sin mostrar sentimiento alguno por ello... Había escuchado de su misma boca que los saiyajins actuaban de esa manera, era su naturaleza... pero ella jamás quiso creerlo, no lo imaginaba a él actuando de ese modo que describía... Esas imágenes que demostraban su bestialidad y crueldad hacia los demás  solo lograban que sintiese una gran opresión en su pecho, uno que comenzaba a asfixiarla al tener que contener sus lagrimas.

Yakumo: Ya basta! por favor ya basta, deténganlo!!- suplicó al no poder ver más aquella carnicería. El soldado que custodiaba la puerta la sujeto para evitar cualquier arranque de histeria que pudiese tener. Isamu se volvía a ella y le complació el verla en aquel estado- No lo obliguen a hacerlo mas!

Isamu: Pero de qué hablas- dijo al volvérsele y mirarla con sarcasmo- No lo obligamos a nada, eso- apuntando a la pantalla- lo que vez es su verdadera naturaleza... Esta en su sangre, en su cerebro.

Yakumo: Eso no es cierto! ¿qué es lo que le han hecho?! No sigan  por favor!

Isamu: Oh pequeña humana, ahora te das cuenta la clase de guerrero que los guardianes ponen en tu camino para cuidarte... Pero como veras, no lograron encontrarle su verdadero potencial para servir y obedecer, como nosotros lo hemos hecho. No hicimos nada asombroso... solo reprimimos la conciencia humana, lo que ves es solo el cuerpo y los instintos actuando por si solos, bajo nuestra supervisión claro esta. Ahora te das cuenta, con la clase de bestia con quien has interactuado... No te agrada el conocerlo un poco mejor?- dijo sarcástico.

 

Isamu: Es inminente que encuentren lo que hemos buscado con tanto esmero, solo faltaría el que lo trajeran aquí... y es por ello que cuando llegue estemos listos...- murmuró con cierta malicia-  Solo hace falta un ingrediente más... el cual podemos sacar de ti.

Yakumo: ¿De qué hablas?- preguntó ciertamente temerosa.

Isamu: Ya te lo eh repetido en varias ocasiones. Nosotros solo queremos darle el poder a quien en verdad lo merece... Debes saber bien que le debemos más que a nadie el libramiento temporal de Lanancuras por un guardián, quien se sacrifico para lograr tal hazaña, convirtiéndose en tarjeta, una tarjeta que fue oculta por los Guardianes... Nuestro Oráculo nos proporciono la localización en dónde los Guardianes ocultaron esa carta.

Yakumo: Y eso qué tiene que ver con nosotros? No hay manera en la que una tarjeta vuelva a formar un individuo!

Isamu: ¿Acaso has olvidado que tus amigos enterricolas alguna vez regresaron aun cuando se convirtieron en tarjetas?

Yakumo: Pero aquella fue una única ocasión, ya no existen las Cartas que necesitan para traer vida nuevamente a enterricolas que ya murieron!

Isamu: Oh, te equivocas pequeña, por supuesto que para la tarjeta de un guardián Celestial es imposible que se recurra al mismo método para traer una burda tarjeta enterricola nuevamente a la vida... No, el Oráculo nos mostró un método... Esa tarjeta volverá a la vida a través de la vida de otro guerrero, y como debes saber bien, la sangre es la representación perfecta de la vida...- habló con arrogancia- Se debía sacrificar a un bravo y digno guerrero que diese su sangre completa para darle nuevamente vida... Originalmente, pensábamos en nuestro propio gran general al ser el más fuerte guerrero del imperio, pero se dieron las cosas pequeña humana, y gracias a la misma intervención de los Guardianes al brindarte un guardián tan poderoso, es como llegamos a decidir el utilizar a ese saiyajin para tal sacrificio...- añadió al haber pasado su garra sobre el rostro de la humana- Pudimos haberlo dejado morir, desangrarse como si solo se tratase de una bestia... pero, decidimos mejor el utilizar el potencial que los mismos guardianes debieron ver en él para entregártelo a ti, en contra de ellos mismos, sirvieron a nuestros propósitos... ¿No te resulta irónico?- añadió sarcástico- La sangre de ese saiyajin es lo que traerá vida a la tarjeta del guardián, adaptando su fuerza a la que el 'donador' posee... Imaginas eso? Hace 500 años ni la fuerza de ese guardián fue capaz de destruir a Lanancuras, pero con las fuerza que le brindaremos lo hará! podrá erradicar al imperio Cardian para siempre y así muchas razas lograran ser vengadas. El que posea este cristal también ayudara a obtener más poder... es una lastima que no contemos con las 3 joyas en las que fueron depositadas el Poder del mismo Mushrambo... por más que buscaron no lo lograron.

Yakumo guardaba silencio ante las palabras de aquel siroi, ni siquiera ella misma sabía dónde se encontraban aquellas tres joyas que poseían el poder de su antiguo guardián... Recordaba la ultima vez que las vio, pero ciertamente había olvidado la existencia de estas... De alguna manera, sabía que estaban en buenas manos... Era un alivio en el que el poder de esas joyas no vaya a ser profanado para usos de ese tipo... No después de haber formado parte de sus tres grandes amigos...

Isamu: Mushrambo... el único guerrero que merece admiración al igual que ese guardián celestial... es una verdadera lastima que no se encuentre entre nosotros... Pero aun así, podemos prescindir de ese poder... puesto a que es el mismo al que tu tienes pequeña Yakumo- dijo al sonreír maliciosamente.

Yakumo: ¿A qué te refieres?...

Isamu: Sabes bien, que cuando la colisión de la prisión de Lanancuras en este planetas sucedió, dos fragmentos con los poderes de los celestiales se desprendieron... Uno fue absorbido por Mushrambo y el segundo... fue absorbido por tu pequeño cuerpo hace 500 años... Un poder Yakumo que no te pertenece... Un poder que no te ah traído más que sufrimientos y carencias... uno que te ah llevado a esta vida que no quieres... Te haremos un favor y te lo quitaremos- murmuró al levantar su garra, palma arriba, de la cual se formó una pequeña esfera de energía transparente, de un tamaño menor a la de su palma.

Yakumo: No... ¿qué pretendes hacer?...- dijo asustadiza, pero sin la capacidad de retroceder o impedir lo que pudiese venir.

Isamu: Ya te lo dije... Te libraremos de tus responsabilidades... Deberías sentirte agradecida- añadió cuando hubiese acercado aquella esfera al estomago de la humana, en donde aquella esfera de energía se introdujo sin problemas dentro de ella.

La humana sintió un efecto inmediato, aunque esa esfera no perforo su carne para entrar, sintió como si una hojilla de alguna espada se hubiese albergado en su vientre, una sensación que le causaba mucho dolor.

Isamu: Esa pequeña esfera hará el resto.. no te resistas, de cualquier forma absorberá todo ese poder que te fue brindado erróneamente... No durara mucho... tal vez te desmayes antes de que termine- agregó antes de dar media vuelta y volver su atención hacia los paneles y las pantallas.

 

El soldado que sujetaba a la humana, era el único apoyo que impedía el que no hubiese caído al suelo en ese momento... Cuanto dolor sentía... estremecía cada músculo de su cuerpo. Sentía cómo es que una fuerza externa rodease cada una de sus articulaciones y se llevase algo de ella... Hubiese deseado gritar en ese momento, exteriorizar su dolor, el gritar un solo nombre vino a su mente... pero no pudo, en vez de eso solo pudo exteriorizar su dolor e impotencia del modo en el que siempre lo hacia, de un modo tan pacifico como ella ya estaba acostumbrada a actuar, mediante lagrimas... lagrimas puras que rodaron por sus mejillas mientras se aferraba a un nombre el cual repetía interiormente... Si tan solo pudiese escucharla...

 

- Fin del Capitulo 20-

 

Ulti_SG: Bueno, lamento la demora de este capitulo..... así como lamento que no fuese muy bueno ^^°°° pero..... no sé de donde salió tanto relleno O.o que abarco todo este capitulo...... en el próximo más acción! Y algunas revelaciones! Para aquellos que SI conocen la serie, han de saber tan bien cómo yo la identidad de ese guardián Celestial... y como que las cosas no 'encajan' cierto? hehehe prometo que pronto habrá explicaciones y todo tendrá coherencia con la serie ;)

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