Prisioneros del Destino. Capitulo 8 'Aptitudes' Capitulo 8
* Aptitudes.

El retumbante, pero melodioso sonido de la marea era ensordecedor. Los ojos celestes de Yakumo miraban complacido aquel paisaje tan bello que era el mar...
Con anterioridad había tenido oportunidad de conocer el mar, pero no se le brindo la oportunidad de poder admirarlo de la manera en la que ahora tiene permitido. El viento que respiraba traía consigo la esencia de los minerales de las aguas saladas mientras jugueteaba con sus cobrizos cabellos. Dio un ligero vistazo sobre su hombro solo para mirar la 'casa cápsula', como ella la llamaba, a una distancia considerable de la orilla, dándose cuenta así que este sitio, por algún tiempo, sería su hogar...
Aquí sería donde debería comenzar su 'adiestramiento' en artes que estaban fuera de su compresión y que jamas se llego a imaginar que aprendería o conocería si quiera... Pero era algo que los guardianes celestiales deseaban, ¿que podía hacer ella? Nada, mas que aceptar las decisiones que tomaron sobre ella... Cada vez que sus ideas de concentran en lo mismo, una gran frustración inunda sus pensamientos y su alma entera... Ojalá llegase el tiempo que ellos le dijeron, el tiempo en el que comprendería todo con respecto a su destino... Como deseaba poder comprender todo esto, encontrar conforte y darles razón en las buenas acciones que ellos tienen hacia Enterra... Pero no puede, sus pensamientos se vuelven un poco egoístas al pensar que ella debe sufrir para que miles se salven...

Para su suerte, antes de que sus pensamientos se corrompiesen más, algo la toco por el hombro, atrayendo su atención completa.
Cort: ¿Estas lista?- preguntó tranquilamente. Yakumo asintió segura, pero ciertamente titubeante- Bien, entonces... ¿por donde sería bueno comenzar?- se preguntó a si mismo al colocar una de sus manos detrás de la cabeza.
Yakumo: ^.^| Por el principio sería estupendo.
Cort: ... Esto de ser maestro es difícil... Pero, veamos, debo enseñarte el uso del ki y sus variantes, por lo que primeramente empezaremos por lo básico, ¿sabes qué es el ki?
Yakumo: Mmm recuerdo que me hablaste ya sobre el tema.
Cort: Es verdad, bueno entonces será algo más breve. Como ya te había dicho antes, el ki es la energía interior de todos los seres vivos, muchos seres no le toman importancia y no saben como canalizarla para algún propósito, ni siquiera saben que existe en muchas ocasiones. Ahora bien, la manera en la que yo utilizo el ki es... ¿como explicarlo?- volvió a preguntarse- Bueno, si logras controlar tu ki puedes hacer esto- dijo al momento en que extendió su brazo hacia el mar y de la palma de su mano emergió una esfera de luz la cual abrió levemente las aguas unos cuantos metros.
Yakumo miró asombrada aquello.
Cort: Pero no siempre su utilidad es tan destructiva, pero como soy un guerrero ¿que esperabas?- dijo al intuir lo que la mente de Yakumo pudo pensar ante aquella demostración.
Yakumo: Impresionante.
Cort: Y eso que aun no has visto nada- agregó- La manera más común en la que el ki se manifiesta es así- prosiguió, guardando silencio unos momentos.
Yakumo notaba como es que la silueta del saiyajin comenzaba a verse rodeada por una especie de aura dorada, era capaz de sentir una gran fuerza pese a no ser una experta en la materia. Intuitivamente ella retrocedió.
Cort: No, no debes temer, mi ki no va a lastimarte, a menos claro que yo lo desease.
Yakumo: Al saber controlar tu ki eres capaz de darle esa clase de ordenes?- preguntó.
Cort: Si quieres verlo así, sí. Cuando estas lo suficientemente disciplinado y preparado puedes controlarlo a voluntad, el ki tiene cierta unión con la mente, por lo que debes primero preparar tu mente antes de querer hacerlo con tu ki. De otra forma podría ser peligroso, podría salirse fuera de control- explicó.
Yakumo: ¿Y de verdad crees que yo pueda hacer eso?- preguntó tímidamente.
Cort: Yo lo creo, pero lo importante aquí es que tu lo creas- agregó al momento en que el aura que lo rodeaba se desvaneció.
Yakumo: ¿Y qué haremos primero?
Cort: Como careces de conocimientos básicos creo que deberé empezar por eso... Solo un consejo antes- dijo repentinamente- Sujétate el cabello, puede que vaya a estorbarte durante el entrenamiento- explicó.
Yakumo: Claro, como digas.

Yakumo rápidamente 'obedeció', sujetando su lacio cabello con una media coleta. La siguiente instrucción fue que se sentase en el suelo arenoso, quedando frente a frente a su 'maestro'.
Cort: Comenzaremos con un ejercicio simple de concentración, meditación por así llamarlo. Primeramente cierra tus ojos- a lo que Yakumo rápidamente lo hizo- Relaja tu cuerpo y trata de no pensar en nada, pon tu mente en blanco- explicaba con una voz tranquila- Vaya... pensar que yo odiaba esta clase de practicas cuando era pequeño...- pensó- Si Sett me viese en estos momentos, seguramente no creería lo que estoy haciendo... Ahora eh tomado su papel!!- continuo pensando.
El saiya abrió sus ojos, después de todo, no es él quien necesitaba realizar aquel ejercicio. Observaba como es que su 'aprendiz' mantenía sus ojos cerrados y se encontraba muy quieta... Algo que a él en sus tiempos le resulto demasiado difícil según recordaba, tal parecía que ella tenia aptitudes para esto.

Había logrado poner su mente en blanco pese a todas las ideas que revoloteaban en su cabeza... El sonido de las olas romperse en la costa era mucho más claro y musical que antes... aunque mientras más permanecía en ese estado, poco a poco el sonido del oleaje comenzó a desvanecerse... estaba curiosa de abrir sus ojos solo para verificar que el mar seguía aún ahí.
Comenzaba a sentir cosas extrañas conforme cualquier sonido se volvía nulo. No había nada a su alrededor, todo muy oscuro y solitario. Sentía algo cálido frente a ella, una presencia que desprendía cierta nobleza, pero que irradiaba un poco de ira, era difícil de explicar. Después de unos momentos, sintió como aquella energía se movilizo un poco, se sorprendía al ser capaz de seguirla y saber a donde se dirigía... Todo marchaba bien hasta que algo golpeo muy levemente su frente, desconcentrandola por completo, abriendo los ojos desconcertada. Tomó una pequeñisima concha de mar que se encontraba sobre sus piernas, sabiendo que fue ello que la golpeo.
Miró a su maestro quien traía una similar en su mano, sabiendo así que, había sido él quien la arrojo.
Yakumo: ¿Me podrías decir por qué hiciste eso?- preguntó ciertamente molesta.
Cort: Lo siento...- es lo único que dijo al juguetear con la pequeña concha en su mano- Vuelve a lo que estabas haciendo- agregó con una sonrisa cínica.

Intento #2, esta vez le tomó un poco más de tiempo en lograr la misma concentración, nuevamente era capaz de sentir aquella presencia... ¿estaría siendo capaz de sentir el ki de Cort? ¿tan pronto? Debía ser demasiado bueno para ser verdad... Pero nuevamente otro ligero golpe en su frente.
Yakumo: >.< ¿Qué crees que estas haciendo?
Cort: Nada- respondió secamente.
Yakumo: ¿Cómo que nada? Cada vez que haces eso me interrumpes!
Cort: No te enfades... Ya no lo haré- dijo al dejar caer su espalda sobre la arena colocando su manos detrás de la nuca.

Intento #3. Esta vez logró hacerlo más rápido que la primera vez. Y esta vez entre aquella oscuridad logró observar la silueta de el saiya frente a ella, en la misma posición en la que lo había visto antes de haber vuelto a cerrar sus ojos... Observó como se irguió nuevamente, y con la pequeña concha con la que jugaba la arrojo hacia a ella.

Cort observó como es que la mano de Yakumo logro sujetar la pequeñisima concha de mar antes de que llegase a ella.
Yakumo abrió sus ojos sorprendida, mirando incrédulamente el elemento marino en su mano, y por haber sido capaz de observar los movimientos de Cort pese a que sus ojos se mantenían completamente cerrados.
Yakumo: ¿Có... cómo es qué... yo pude... hacer... tú...- no lograba salir de su asombro.
Cort: Vaya, me tienes sorprendido, yo tarde hasta la décima roca en la cabeza para poder atrapar una- agregó al cruzarse de brazos.
Yakumo: Yo fui capaz de verte claramente al mantener mis ojos cerrados- explicó.
Cort: Eso es un avance, fuiste capaz de sentir mi presencia, tu concentración hizo el resto.
Yakumo: Vaya que esto es muy extraño- murmuró.
Cort: Y solo es el comienzo. El lograr sentir la presencia de un individuo nos es de gran utilidad a los guerreros cuando peleamos, ya que nuestros oponentes suelen moverse a grandes velocidades, por lo que no se puede confiar en la vista siempre, pero el lograr sentir la presencia de dicho oponente es mucho más efectivo cuando se necesita localizarlo en el campo de batalla.
Yakumo: Entiendo.
Cort: Bien, ya que has logrado un avance, creo que podemos pasar a algo un poco más complicado, lograr que exteriorices tu ki.
Yakumo: ¿Estas seguro?- preguntó no muy convencida.
Cort: Ya lo hiciste con anterioridad ¿lo recuerdas? Tu ki fue capaz de desaparecer el mío con un soplido.
Yakumo: Si lo recuerdo... pero no la manera en la que lo logre.
Cort: Por lo que Hakuba me ha explicado, has logrado exteriorizar tus poderes en ciertas ocasiones, todas ellas bajo cierto estado de ira de tu parte o cuando estas bajo cierto peligro... El ki en cierta forma es la extensión de tus pensamientos, al encontrarte en un momento en el que la ira recorre tu mente tu ki se vuelve agresivo y actúa de acuerdo a tus pensamientos mas claros que en esos momentos no serían otros más que en acabar con la amenaza que te ha provocado entrar en un estado de esa magnitud... también puede manifestarse inconscientemente al encontrarte en algún peligro que tu conciencia sabe debe de evitar- explicaba cruzado de brazos- Desconozco que clase de poderes posees pero gracias a esto estoy seguro que podrás descubrir las verdaderas aptitudes que esos poderes que posees te brindan.
Yakumo: Me parece muy sensato.
Cort: Bien, entonces para manifestar tu ki debes dejarlo fluir a través de tu cuerpo, para ello debes hacer algo similar a lo que anteriormente realizaste, solo relájate, respira profundo y poco a poco tu ki se manifestara- explicó al momento de colocar sus manos paralelamente frente a él, dejando un pequeño espacio de separación en donde una diminuta esfera de energía apareció- ¿Recuerdas que ya te lo había mostrado?
Yakumo: Sí lo recuerdo...- murmuró al contemplar detenidamente aquella esfera muy de cerca.
Cort: Bien, ahora inténtalo tú- dijo en cuanto hizo desaparecer su ki.
Yakumo lo miro con ciertas incógnitas en su forma de mirar, vio sus manos y las coloco de igual forma frente a ella.
Miraba fijamente sus palmas, esperando que algo sucediese, pero los momentos pasaban y no miraba algún avance.
Cort: Tranquila, tómalo con calma, si te desesperas no lograras hacerlo como se debe- especificaba al observar como es que comenzaba a desesperarse.
Yakumo: ¿Y entonces como se supone que debe hacerse?!
Cort: Lo mejor será que descansemos un poco, no debes excederte tanto o terminaras demasiada frustrada y eso no ayuda en nada- dijo al extender su mano y ayudarla a levantarse.
Yakumo creyó que tenía razón, después de todo el sol ya pasaba del medio día, vaya que el tiempo pasa rápido cuando se entrenaba.

En algún lugar de enterra, en terreno virgen para los humanos pero habitado por seres ajenos al planeta...
Dentro del territorio en donde la nieve y las montañas se fusionan en un solo ecosistema, una construcción se ve refugiada por las extensas cordilleras cubiertas de la blanca sustancia, pequeña estructura ante ojos humanos, sin embargo aquello solo era la compuerta que conectaba a la verdadera fortaleza de los guerreros Sirois con el mundo exterior. Es debajo de estas tierras frías en donde habían encontrado su lugar en este planeta, al haber sido exiliados por el poderoso Cardian centenas de años atrás...
Había sido dentro de esa fortaleza subterránea por la cual se habían ocultado de los ojos humanos por igual después de haber sido olvidados por ellos....
Ay una gran ciudadela en donde la raza sirois ha logrado sobrevivir al paso de las décadas, guerreros por naturaleza, aunque poseedores de un carácter pacifico y con un gran sentido del honor.
De aquella basta ciudadela sobresalía un edificio en particular, quizá el más importante de todos, de donde los líderes actuales de esta raza regían. En una de las habitaciones uno de ellos permanecía inmóvil, manteniendo sus ojos cerrados mientras que una ligera aura recorría por su cuerpo. Aquella habitación en particular contaba con una gran cantidad de símbolos pintados en las paredes, suelo e incluso techo. Esta silueta lobezna se encontraba de pie en medio de esta, y mientras su aura se volvía más notoria, los símbolos comenzaban a desprender un aura del mismo color, fue cuando este ser comenzó a recitar unas palabras difíciles de entender para algún humano.
Súbitamente abrió sus ojos al momento en que el aura que lo cubría desapareció, así como los mismos símbolos en las paredes...
- ¿Algo de nuevo que hayas descubierto?- preguntó una segunda silueta que apareció mágicamente dentro de la habitación.
- Nada... mis habilidades me impiden ver más allá de lo que yo quisiera- murmuró con enfado en sus palabras.
- Tranquilízate Isamu, sabes perfectamente que enfureciéndote no lograras nada- comentó al siroi de pelaje cobrizo muy opaco.
Isamu: Claro, como siempre tu eres el que toma todo a la ligera ¿no es así Sugai? Pero mientras tu juegas con tus maquinas yo si me preocupo por lo que ha ocurrido- dijo sarcástico al siroi de pelaje avellana.
Sugai: ¿De verdad te preocupa lo que los hombres de Eizan nos informaron?- preguntó indiferente.
Isamu: ¿Acaso a ti no?
Sugai: No del todo... Después de todo ya sabía yo que sino hubiésemos tenido que lidiar con el mismo Mushrambo debíamos lidiar con alguien más, los guardianes no son completamente estúpidos como creemos- agregó tranquilo.
Isamu: ¿Acaso viste cómo es que Eizan termino?
Sugai: Se confió, es todo.
Isamu: Claro... el mejor de nuestros guerreros aun se encuentra en la sala de recuperación por haberse confiado, por favor- murmuró sarcástico- Además, no se trataba de un enterrícola con el que trato, ni tampoco un humano.
Sugai: Un saiyajin... ¿esa es la palabra verdad?
Isamu: Eso es lo que dijeron, desde entonces eh intentado buscar alguna información sobre ellos pero nada concreto.
Sugai: No debes preocuparte y lo sabes, aunque Eizan haya sido fácilmente vencido no significa que nosotros no podamos hacerle frente llegando el momento, recuerda que ay poderes más efectivos contra cualquier guerrero aparte de la fuerza bruta- añadió confiado.
Isamu: Aún así, creo que debemos saber más sobre esos 'saiyajins'.
Sugai: Si eso te tranquiliza, adelante.
Isamu: ¿Y que se supone que haremos ahora?
Sugai: No debemos alarmarnos ya te dije, lo ocurrido solo atrasara lo que preparamos, nada más, los planes siguen siendo los mismos.
Isamu: Para cuando estimas que tu maquina estará lista?- preguntó curioso.
Sugai: Más pronto de lo que crees... Pero mientras tanto nos olvidaremos de la humana y nos concentraremos en encontrar una de las piezas del rompecabezas que nos hacen falta, después podemos volver a intentarlo...
Isamu: Intuyo en que hacemos mal al no tomar en serio a ese sujeto- volvió a insistir aunque su compañero hizo oídos sordos.

Yakumo: ¿De verdad crees que un ser humano como yo pueda hacerlo?- preguntó al momento en que le permitió a su espalda descansar sobre la suave arena.
Cort: No tiene nada que ver a que raza pertenezcas, tengo entendido que existen humanos comunes y corrientes que lo han logrado. Pero no debes desesperarte, como ya te dije, es un gran avance que tus sentidos comiencen a sensibilizarse para captar el ki de otros, créeme que no muchos lo logran o tardan años... incluso tengo un conocido que lleva décadas intentándolo- comentó recordando a tal persona.
Yakumo: ¿Décadas? ._. No creo que tengamos tanto tiempo- añadió.
Cort: No creo que tardes tanto... además ese tipo es un cabeza hueca... Solo debes ser paciente.
Yakumo: Jamas hubiese creído que yo debiera aprender todo esto... Si Mushra estuviese aquí seguramente hubiese perdido la poca paciencia que posee al intentarlo- comentó.
Cort: ¿Mushra?... Así, uno de tus antiguos amigos.
Yakumo: Sí. En ocasiones, tiendo a compararlo contigo, me lo recuerdas mucho por la manera de comportarte conmigo, siempre tratando de ser lo más amable posible pese a que no vaya con su verdadero carácter.
Cort: ¿Qué te hace pensar que este no es mi verdadero carácter?
Yakumo: Cuando te conocí me daba la impresión que te era muy difícil abrirte conmigo.
Cort: Siempre ha sido así... Los saiyajins somos así en ocasiones, nos es muy difícil abrirnos con los demás... no muchas personas logran que se muestren sociables con ellos con una primera impresión... lleva su tiempo, pero tu lo lograste muy fácilmente- agregó.
Yakumo: ¿Debo sentirme halagada?- comentó en broma- Pero en ese aspecto me lo recuerdas muchos... la manera de hablarme y siempre tratando de levantarme el animo...- murmuró con cierta añoranza.
Cort: ¿Lo extrañas?
Yakumo: Él era mi mejor amigo... el primero que tuve al despertar en este mundo...
Cort: ¿Sabes que puede encontrarse por ahí no es cierto? Cambiaron el pasado y sus almas seguramente debieron acoplarse a esos cambios de igual forma.
Yakumo: Sí... lo sé, pero él no me recordaría, ni nuestras vivencias pasadas... sería una extraña para él, y además... no quisiese implicarlo nuevamente en todo esto, con una vez fue suficiente, tiene una segunda oportunidad de vida y yo no pienso permitir que la sacrifique de nuevo solo por esto, solo por mi- aclaró.
Cort: Se ve claramente que sentías un gran aprecio por él.
Yakumo: ¿Acaso tu jamas has sentido lo mismo? ¿Por tu mejor amigo?
Cort: Yo no soy alguien que tenga muchos- aclaro indiferente- El único a quien realmente puedo llamar mi 'amigo' y creerlo, es a mi maestro y nadie más, los demás son simples conocidos por los que siento cierta simpatía pero nada mas- explicó.
Yakumo: ... Jamas ha habido alguien más?- preguntó de pronto- Por alguna... chica...?- un ligero rubor apareció en sus mejillas al preguntarlo.
Cort: No- contesto rápidamente- No estoy interesado en buscar ninguna clase de 'compañera', no creo poder meter alguien más a mi ritmo de vida... salvo que sea una saiyajin claro pero... créeme que prefiero evitarlo, las hembras saiyas son seres 'extraños'... aunque ¿qué mujer no lo es?.
Yakumo: Hahahaha sí entiendo.
Cort: Aunque, hay una conocida mía que desde siempre ha pregonado que es mi prometida...- comentó.
Yakumo: ¿De verdad? ¿Y es cierto?
Cort: //>/o/<// NO!!! Por supuesto que no!!!- exclamó rápidamente, notándose su sonrojo- Ella es solo una conocida y nada más ><.
Yakumo: Esta bien, esta bien te creo ^.^|.
Cort: A estas fechas solo lo continua diciendo para molestarme //>/<//- volvió a insistir.
Yakumo: Bien, creo que ya es suficiente el descanso. ¿Proseguimos?
Cort: Como desees- dijo aun apenado.

El día pasaba rápidamente, pero poco a poco era notorio como es que su practica comenzaba a brindar frutos.
Poco a poco notaba un ligero cambio, sentía un agradable sensación en sus manos, al abrir sus ojos levemente pudo notar como es que entre sus palmas un ligero resplandor luchaba por manifestarse.
Se sintió ciertamente orgullosa al finalmente observar un avance como ese... pero sabía que podía mejorar este intento...
No pudo evitar, pedir a los poderes que habitaban en lo mas profundo de su corazón, que le diesen una oportunidad de poder lograr esto, que le diesen una oportunidad de poder controlarlos y darles un mejor uso... Se pedía a si misma lograr estas pruebas.

Fue una sensación agradable la que sintió recorrer su cuerpo al instante en que una débil aura de color dorado apareció alrededor de ella...
Una gran calidez inundaba su pecho... jamas había experimentado algo parecido.
Observó sus manos incrédulas al verse rodeada por aquella energía.
Cort: Trata de mantenerlo así- explicó al acercársele- No te asustes, sé que la primera vez puedes llegar a sentirte asustada.
Yakumo: Más bien sorprendida... pero... no creo que pueda mantenerme por mucho tiempo de esta manera...
Cort: Vamos, trata de no perder esa concentración, te ayudare a estabilizar tu ki a través del mío- dijo al tomar sus manos entre las suyas y realizar lo que explicó.

Tal pareciese como si sus ki hubiesen formado uno solo que recorría ambos cuerpos. El ki del saiyajin ayudaba a encontrar el 'ritmo' adecuado al ki inexperto de la humana.
Cort: ¿Estas bien?- preguntó al mirarla con un semblante muy serio.
Yakumo negó con la cabeza.
Yakumo: Es solo que... esto es tan extraño, no me asusta pero... es algo abrumador...- murmuró.
Cort: Es algo normal, créeme. Ya veras que te acostumbraras a ello y la sensación dejara de serte extraña.
Yakumo: ¿De verdad crees que lo he hecho bien?
Cort: ¿Bromeas? Es un gran avance que hayas logrado todo esto en tan solo un día, no te tomara mucho tiempo en lograr controlar esto si continuas practicando- explicó.
Yakumo: ... Tú ki es tan hermoso...- susurró inconscientemente a un desconcertado saiya ante el comentario, y aunque el hubiese querido decir algo respecto a ello, repentinamente el cuerpo de Yakumo comenzó a elevarse.
Yakumo: ¿Qué es lo que estas haciendo?- preguntó desconcertada al mirar como es que sus pies se encontraban a varios centímetros sobre la arena.
Cort: Yo no estoy haciendo nada- aclaró sin soltarla de las manos- Solo estas... volando- explicó sonriente.
Yakumo: ... Pero ¿cómo?...
Cort: Te lo dije una vez, es por medio del ki por el que puedes volar y como ahora has logrado expulsarlo es lógico que suceda.
Yakumo: Nunca creí que sucedería tan pronto...- sin darse cuenta, Yakumo comenzó a soltar las manos de su maestro, como si sintiese la necesidad de un gran deseo de libertad al sentirse tan ligera como una pluma.
Su cuerpo se elevó a escasos metros de la superficie sin que su mentor lo impidiese. Que extraña pero maravillosa sensación era aquella. Por primera vez estaba en contacto con esos 'poderes' que los guardianes le habían brindado, finalmente era capaz de darse cuenta de su existencia dentro de ella y poder recordarlo... y sobre todo creerlo.
Cerro sus ojos por un instante, pero su tranquilidad y felicidad por su logro se desvaneció en cuanto intensas imágenes vinieron a su mente: Enterra, una guerra, guerreros con armaduras doradas, una mujer de cabello dorados, un bello cristal, los sirois, Lanancuras, un santuario de piedra, Mushrambo, Cort, los Guardianes Celestiales, un guerrero de cabellos dorados, aquella bestia gigante; todas de una manera tan rápida e intensa que lograron que perdiese completamente el control y una sensación que la sofocaba oprimía su pecho.
Cort sintió aquella irregularidad en la presencia de la humana, y repentinamente comenzaba a aumentar su poder, volviéndose mucho más violento, manifestándose con ráfagas de energía que golpeaban como si fuesen olas todo lo que tocase.
Cort: Que poder es el que posee- pensó mientras luchaba por no dejarse doblegar por aquellas ondas de energía- Yakumo!- intentó llamarla pero solo gritos desesperados eran su respuesta.
El mar mismo sentía aquel gran poder, sus aguas eran golpeadas violentamente por aquella energía y obligándolas a retroceder en contra de su naturaleza misma.
La arena se levantaba estrepitosamente como si fuese un tornado hecho de suave arena, impidiendo una buena visión a cualquiera que se encontrase dentro del diámetro de aquel fenómeno.
Sabía que debía detenerla, ya que no creía que ella pudiese ser capaz de hacerlo. Sus poderes se habían salido fuera de control, acaso ¿era tanto su poder que su mente y cuerpo era incapaz de contenerla?
Rápidamente voló hacia su dirección, una trayectoria turbulenta por las ondas de energía que se volvían mucho más densas y difícil de atravesar mientras más se acercaba, inclusive una que otra venía acompañada con una especie de descargas eléctricas.
Cort: Yakumo!!- volvió a intentar llamar su atención, pero continuaba en aquel mismo trance de dolor mientras sujetaba con fuerza su cabeza entre sus manos.
Cuando se encontraba tan cerca, aquellas descargas de energía se volvieron mucho más intensas y su cuerpo comenzó a resentirlas e impedirle el alcanzarla.
En un incremento de su ki, fue capaz de avanzar y sujetarla por la espalda. Aquel contacto trajo consigo un intenso dolor que recorrió cada centímetro de su cuerpo, el ki de Yakumo lo lastimaba, como si fuese un reflejo de protección ante algún peligro de sus poderes. Pero aun así no la soltó, elevó su ki con la esperanza de lograr tranquilizar el de ella.
Cort: Tranquila, Yakumo tienes que tranquilizarte- murmuraba al oído de la joven- Todo estará bien, no dejes que ese poder te domine, eres tú quien debe dominarlo- continuo con una voz tranquilizadora.
Yakumo: ... No... no puedo... me duele.... No puedo... respirar- dijo entrecortadamente.
Cort: Solo tranquilízate... no pienses en nada, siente el ritmo de mi respiración, trata de igualarlo.
Yakumo: ... No puedo... esas imágenes... mi cabeza...
Cort: Intenta concentrarte en una sola cosa, en un solo pensamiento... - susurraba gentilmente- Trata de concentrarte en mí, en el sonido de mi voz, no prestes atención a nada más.
El saiya poco a poco sentía como es que el cuerpo de la humana comenzaba a relajarse entre sus brazos mientras las descargas comenzaban a disminuir junto con el aura dorada que la cubría, hasta desvanecerse por completo junto con la conciencia de esta.
Cort dio un suspiro al momento en que todo regreso a la normalidad, las aguas rápidamente regresaron a la orilla y la arena volvió a su lugar.

Lentamente descendió, para verificar que ella se encontrase bien, simplemente había perdido el conocimiento, tal vez por la impresión o el cansancio que resulto para ella que su poder se manifestase de una manera tan violenta.
Que poder... le resultaba increíble el darse cuenta que en tan bella envoltura se envolvía algo tan poderoso e importante para muchos.

La llevó rápidamente al interior de la casa cápsula, creyó conveniente dejarla descansar por lo que restaba del día, ciertamente se lo merecía. La dejó descansar en la suave cama. Se disponía a dejarla dormir pero la cabeza metálica del robot/transporte apareció por el marco de la ventana de la habitación.
Hakuba: ¿Cómo se encuentra ella?- preguntó ciertamente preocupado al haber sido espectador de lo ocurrido.
Cort: Solo esta dormida... esta exhausta, es algo natural después de haber usado su poder de esa manera- explicó.
Hakuba: Es impresionante el avance que logró en un solo día- comentó.
Cort: Ya lo creo...
Hakuba: ¿Impresionado por lo que acabas de ver?- preguntó al observar el semblante serio del saiya.
Cort: Sé que tu debes saber mejor que nadie lo que sus poderes son capaces de hacer ¿no es así?
Hakuba: La protegí dentro de mi por 500 años, ella creció dentro de mi así como sus poderes.
Cort: Tomare eso como un sí- agregó- Sin embargo, eh notado como es que sus poderes no residen solamente de la esencia de los guardianes... ay algo más pero no estoy seguro de lo que eso sea, pero sé que tú lo sabes.
Hakuba: ¿Y si así fuese?
Cort: Creo que tengo algo de derecho de saberlo, después de todo, soy yo quien deberá lidiar con el si vuelve a suceder lo de hoy.
Hakuba: .... Es algo que los guardianes no me permiten revelar- dijo ciertamente apenado.
Cort: Lo sabía, en fin, solo espero que no estén ocultándole algo que pueda poner su vida misma en peligro- murmuró.
Hakuba: No debes preocuparte por eso, los guardianes no permitirían que algo malo le sucediese. Aunque no los comprendan ellos han hecho lo mejor que han podido, Yakumo no fue elegida por ellos al azar de los miles de humanos existentes, ella es un ser único en esta Tierra con el solo propósito de velar por la seguridad de este planeta.
Cort: ¿Quieres decir qué ella no es una humana común y corriente?- preguntó extrañado.
Hakuba: Así es, a sido diferente a todos los demás humanos desde su nacimiento, ella ya poseía la gracia divina mucho antes de que los guardianes le brindaran sus poderes.
Cort: Hakuba más vale que te expliques!
Hakuba: Creo que he hablado de más.
Cort: Ya lo creo que sí, por lo que no podrías tener la desfachatez de dejarme con esa información a medias, ¿o si?
Hakuba: .... Te lo diría si pudiera.
Cort: ... Definitivamente la conducta de esos guardianes esta comenzando a irritarme.


La luna se encontraba en su máximo esplendor... podía sentirlo...
La luna siempre ha sido símbolo o fuente de fortaleza para las criaturas nocturnas... para los lobos...
Sentía como poco a poco su cuerpo comenzaba a sanar a un paso más rápido a comparación de hace horas atrás. Su cuerpo se encontraba 'enraizado' por unas raíces en el interior de aquel liquido verdoso.
Lentamente sus ojos amarillentos se abrieron, era imposible una clara visión al estar sumergido en aquel tanque de recuperación. Ya se sentía más fuerte y aliviado que cuando arribo el lugar. Que humillación había pasado... jamas había sentido tanta vergüenza de si mismo al ser visto por todos sus hombres regresar de una misión en un estado tan lamentable!
Era la primera vez, en mucho tiempo, en el que fracasaba en una misión y que recibía tanto daño en un combate... Ya había olvidado como lucía la enfermería, y los mismos encargados de su recuperación se asombraron al verlo llegar en ese estado, que humillante...
Solo hace pocos minutos había recuperado la conciencia, al sentir que la luna debía encontrarse en el cielo... Ciertamente era curioso como es que podía sentir aquello, era algo que no podía explicar, una simple sensación lo invadía al sentir que se encontraba en el cielo... Aquel astro luminoso siempre ha sido la fuente de poder para los guerreros sirois, cuando ella se encontraba a sus anchas predominando en el campo celeste sus poderes aumentaban considerablemente, y en esos momentos él sentía la fortaleza que aquel astro le brindaba, pero prefería mantenerse tranquilo, debía permitirle a su cuerpo sanar completamente...

Un par de sirois se encontraban en aquel recinto de descanso y recuperación de los guerreros de su raza. Al par que se encontraba de guardia aquella noche aun no creía posible mirar como es que uno de sus pacientes era el renombrado General Eizan...
- ¿Qué clase de ser pudo haber dejado al general de esa manera?- preguntaba al mirar curioso el tanque en el que él se encontraba, incapaz de saber que él se encontraba consciente y era capaz de escuchar su voz...
- Los rumores dicen que no se trató de algún enterrícola- agregó el segundo.
- ¿Entonces fue un humano?! El General Eizan fue derrotado por un humano?!- dijo asombrado.
- Puede ser, no existen aparte de nosotros otras razas diferentes a los humanos y enterrícolas en Enterra...
- Debe ser uno muy excepcional...
- Eso, o el general ya se esta volviendo obsoleto...
¿Obsoleto?... se repitió aquello varias veces en su cabeza al escucharlo de la boca de un miembro de su raza.
- Tu sabes, desde que aquel mal lo afecto después de la guerra no ha vuelto a ser igual de hábil al no poder usar todo su potencial- explicó el que se encontraba cerca del tanque.
- Pero pese a ello, no deja de ser el guerrero más poderoso de nosotros...
- Algún día ya no lo será...
Que humillación resultaba, el poder escuchar esas palabras de esos guerreros de casta tan baja sobre él, pensando que no era capaz de escucharlos... Aunque les daba algo de razón... Sus verdaderas aptitudes se encontraban limitadas por aquel mal que su organismo presentaba... Mismo mal del cual había sido contagiado por la sangre de un mal nacido cardian y que a sido la causa de tener que reprimir sus habilidades en batallas, pero aun así, no existe siroi alguno que sea capaz de superarlo, sus dos lideres son un caso diferente ya que ellos no poseen diferentes habilidades que los de la casta guerrera...
Creyó que jamas pudiese volver a necesitar acceder a su verdadero potencial, pero ahora... un guerrero lo había derrotado fácilmente, él era el cause de toda esta humillación que sentía y que se desprendió después de tal derrota a manos de un desconocido que se hace llamar un saiyajin. Le intrigaba saber más sobre ello, obtener respuestas, y sobre todo buscar una revancha... No le importaba tener que arriesgar su vida pero en aquellos momentos lo más importante era sanar su orgullo que se encontraba más herido que su cuerpo mismo.

- Que descaro de tu parte el hablar de él de esa manera estando presente- comentó el que se encontraba sentado cerca de los monitores.
- Claro, como si el viejo pudiese escucharme...- súbitamente sus ojos reflejaron el nudo que se había formado en su garganta al tener clavados en si la mirada tan penetrante e intensa del general que lo miraba fijamente, en los que era visible su enfado.
- General Eizan, ha recobrado el conocimiento, solo denme un minuto para...- el ruidoso sonido del cristal romperse lo interrumpió- ... olvídelo.
Por la fisura del cristal, el liquido verdoso comenzó a salir del tanque. Rápidamente, y como si aquellas raíces lo supieran, se desenredaron del cuerpo de Eizan al cual se había adherido, siendo parte importante del método de recuperación de la tecnología de esta raza.
Salió a paso firme del tanque dañado, notando con buenos ojos que se había recuperado por completo, notando su armadura abollada, recordatorios de su anterior encuentro... Lanzó una mirada acusadora y poco amigable a sus 'camaradas', a lo que ellos respondieron con un estremecimiento de sus cuerpos al confrontarla.
El general hizo una mueca indiferente hacia ellos para salir del recinto de recuperación sin pronunciar palabra.
Todas esas miradas... sino fuese por su disciplina hubiese terminado golpeado a más de un idiota al haber salido de aquella habitación. Era capaz de leer lo que cada una de aquellas miradas decían... Como lo acusaban de 'perdedor', incluso la de sus hombres más cercanos... pero no permitiría que aquello lo molestase, no! Al diablo todos ellos! Ese era el espíritu! Sin embargo, esos pensamientos no lo reconfortaban al pensar lo que sus lideres le dijesen con respecto a su fracaso... ya era capaz de escucharlos, pero como siempre lo único que debía hacer es presentarse, inclinar lo suficientemente el mentón para que no pudiesen ver su rabia reflejada en sus ojos y simplemente abstenerse a escuchar y responder si fuese necesario... Siempre había actuado de esa manera frente a ellos pero esta vez tendrían una justa razón para reprender su fracaso!
Ni hablar, demostraría que sería lo suficientemente capaz de admitir su derrota, su falla, no como ellos que siempre se excusan de una forma u otra.
Por un instante por su cabeza pasaron imágenes de tiempos mejores para los de su raza... mucho antes de que Lanancuras y su imperio arrasaran su pacifico planeta... En donde si manera de vivir era tan diferente a esta, escondidos bajo las superficie como ratas, preparando un intento en contra de los deseos y planes de los mismos Guardianes Celestiales que los llevaron a la victoria hace 500 años... Aun le costaba aceptar que debían intervenir en decisiones de seres celestiales... pero sus lideres tenían cierta razón... No podían poner tal responsabilidad en los hombros de un simple humano como la de terminar con la amenaza latente que representaba Lanancuras... Para ellos, ese plan estaba condenado al fracaso total y era demasiado arriesgado... A sus dos lideres ya no les importaba intervenir en ordenes provenientes de seres con aquella divina existencia, estaban dispuesto a hacer lo que ellos creían más adecuado, y en definitiva, ellos no compartían la misma fe hacia aquella humana que los Guardianes Celestiales escogieron para tal misión...

- Fin del Capitulo 8-

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