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   Cuba: los líderes deben gozar de excelso prestigio

Es saludable, no sólo al paladar, diferenciar entre lo que es amargo y lo salado. Sin embargo, existen algunos mortales que anhelan la fama y los elogios, aunque sus argumentos estén faltos de juicio y calidad para convencer. He aquí lo "maravilloso" del no conocer y no aplicar el entendimiento, como lo es también la no templanza. Entre estos se encuentran los que desde fuera de Cuba claman una solución militar al problema cubano. ¿Cuántos de estos individuos viven o tienen familiares en la isla? ¿Cuántos de ellos sufrirían las secuelas negativas de una guerra?

Amo la naturaleza humana, pero estoy convencido de que hay hierbas malas y buenas; y es útil destruir las primeras y regar amorosamente las segundas. No obstante, hay que comprender esta realidad, y tener la mente limpia para conocer a los honestos que son capaces de vindicar su espíritu con el sólo objetivo de romper las cadenas que le oprimen, para finalmente dejar de sufrir.

No hace mucho conocíamos la existencia del "Proyecto Varela", y también de otras iniciativas como las de "Cambio Cubano". Hace pocas semanas, se realizó una campaña para un "referendo" en el seno del "exilio". Hoy, para mi asombro, aparece un llamado "Congreso Nacional Cubano", que proclama ser un aparato de carácter representativo, de corte parlamentario, y presidencia colegiada, de amplia presencia ciudadana, en la que participan, en calidad de representantes, más de 300 delegados de la Florida, así como un número similar en representación de las otras áreas que conforman al "exilio" cubano.

¿A quiénes representan? ¿Quién les ha dado el carácter parlamentario y colegiado? ¿De qué presencia ciudadana hablan? ¿Acaso un grupo de personas de la Florida representa al pueblo cubano de la isla y a la generalidad del "exilio" desparramados por el mundo?

Por más de cuarenta años no se aprende la lección: la mayoría de los cubanos anhelan cambios que mejoren la situación crítica en que se debate el país. Empero, no quieren saber nada que ponga en peligro los aspectos positivos adquiridos, como los de la educación, la salud y el racial. Tampoco quieren pasar por las complicaciones sociales, políticas y económicas de algunos países "democráticos", de Iberoamérica, y del bloque ex comunista de Europa del Este. Qué decir, de unos cuantos representantes del "exilio", que derraman, sobre la Patria, la desvergüenza y el deshonor. Para este humilde ser humano, un líder debe gozar de excelso prestigio y mérito decoroso, más allá de la filiación política, económica o social.

Es que se olvida, con asiduidad, la esencia de que lo mucho o lo poco que se hace en cada minuto de la existencia tiene una razón de ser, en esa extraordinaria y natural propiedad humana de mirar al futuro, preparándose a confrontar y seguir el curso de los tiempos que en definitiva actualiza la vida.

No es mentira de que hay una profunda batalla de ideas, promovidas por el gobierno de la isla -el "exilio" no se queda atrás-; gusten o no, están sustentadas en hechos conocidos por aquellas personas que saben prestar oídos y analizar. Quién puede negar la desgracia que implicaría una guerra o el neoliberalismo en Cuba. Qué decir, de algunos opositores, que sin tener el poder sobre el pueblo cubano, ya han dejado ver su violencia y corrupción política-económica.

Empero, la presente estructuración de la sociedad cubana, en la isla y fuera de ella, no será nunca lo que previeron como nación nuestros abuelos; tampoco el anticipo de lo que necesitan nuestros nietos. Para que exista una "democracia" se hace necesario que la sociedad cubana tenga una activa participación en la política, con ética y coherencia. ¿El pueblo cubano y sus "líderes" -adentro y fuera de la isla- están preparados para el cambio?

No es posible una transformación pacífica hacia la democracia, mientras no tenga unidad la oposición, no solo en el "exilio", sino también en la isla. Unidad que inspire al pueblo, con proyectos que no pongan en peligro su dignidad. Los últimos acontecimientos en Cuba, y ahora con un "Congreso Embaucador", dejan mucho que desear.

La situación en Cuba es grave; el turismo no ha generado las divisas esperadas, después del 11-S, lo que se suma a los resultados nada halagadores de la zafra 2002-2003. También es preocupante la doble moral de muchos "patriotas" en la isla que, amparados en una supuesta lealtad al gobierno, delinquen con total impunidad, trafican influencias y mercancías ilícitas de todo tipo; ya se habla de drogas. Ahora hay otro debate, el papel de los intermediarios en los mercados agropecuarios, y la creación de un "sindicato clandestino". Faltan las consecuencias de las sanciones políticas de la UE; y cuál será la actitud futura de EEUU, que, para bien de Cuba -y disgusto de algunos en el "exilio"-, por ahora tiene otros asuntos de mayor importancia que le perturban el sueño.

Cuba necesita paz y prosperidad, pero se hace necesario dejar de lado la parcialidad, y hacer frente a la realidad, con el alma desnuda ante el pueblo cubano, mostrando y aceptando las dos caras de la moneda. Si el absolutismo de Fidel Castro y la terquedad de la oposición no actúan en consecuencia, todo lo que ambos bandos están haciendo por la Patria es bazofia; porque están sepultando en el ostracismo a la nación y ocultan la verdad. Derramar la sangre del hermano no es trascendental, es más decoroso hacérsela ascender interminablemente al semblante.

Es una verdad los cambios positivos en la China comunista, y la identificación de muchos cubanos con éstos. ¿Es un delito aspirar a un cambio de parecida naturaleza en la isla? Empero, se deben "anticipar" con sabiduría los resultados de cualquier acto que esté encaminado a las reformas en Cuba, y debemos estar preparados, de alguna manera, a sus consecuencias buenas y malas. Por experiencia conocemos algunas, y por intuición podemos inferir otras; porque querámoslo o no, el caminar histórico de la Patria ha sido de un constante "anticipar", que ha llevado de unas ideas a otras. Preciso es dar a cada acto el de la palabra franca, en relación armónica con el pensamiento, como alternativa que permite encontrar solución a cada problema, teniendo como premisa las palabras que las sustentan y la verdad de un juicio razonable.

El futuro de Cuba es sombrío. Todos los cubanos son hermanos, y tienen el sagrado deber de moverse a conmiseración; aceptando el consenso, y asumiendo el reto de las reformas democráticas necesarias, con resolución, valentía, y constancia.

Réplica y comentarios al autor: pfperezg@reymoreno.net.co

Para mayor información sobre este tema, visite: Libertad de palabra y opinión




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