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   Colombia en el contexto del ALCA y el TLC. ¿Competir o negociar?

Colombia es un país ubicado en la zona tropical. Por eso dispone de energía solar durante los 365 días del año. Posee tres cordilleras, separadas por valles, que atraviesan su territorio de sur a norte. En ellas se encuentran alturas que superan los 4,000 metros sobre el nivel del mar. El país tiene, además, salida a dos grandes océanos, con islas, cayos y arrecifes, tanto en el Atlántico como en el Pacífico, y más de 2,900 kilómetros de costa. Aquí se encuentra una de las zonas más lluviosas del planeta, el chocó geográfico y el macizo colombiano, consideradas como áreas geoestratégicas, ya que son verdaderas reservas para el planeta en cuanto al líquido vital y biodiversidad se refiere. Tiene la montaña más alta del mundo frente al mar (la Sierra Nevada de Santa Marta) y una enorme selva húmeda frente al río Amazonas. Cuenta con el mayor número de ecosistemas del mundo, cinco hoyas hidrográficas, innumerables lagunas, lagos y humedales. Alberga el 10% de los vertebrados del planeta y el 20% de las plantas del mundo. Tiene el mayor número de especies de plantas existentes (55,000), entre las cuales encontramos las palmeras (258) y las orquídeas (3,550). El 20% de las aves del mundo y el 60% de las mariposas del planeta (3,500 especies) viven en este país. Asimismo, se extraen de estas tierras las esmeraldas más finas. Finalmente, podemos decir que esta nación es poseedora de las mayores minas de carbón explotadas a cielo abierto.

Este es el patrimonio esencial con el que cuenta esta enorme nación bolivariana y que pretende negociar el gobierno con la firma del ALCA. No es su "industria" el atractivo que tiene este país, sino que son sus reservas naturales, sus recursos forestales, mineros y su fauna lo que despierta la ambición de los mercaderes de la globalización.

El plan de acción para América, el ALCA, está concebido como el instrumento perfecto de afianzamiento del capital a escala continental, y corresponde a la fase de expansión monopolista que incluye transformaciones en la estructura económica y la superestructura jurídica, y permitir el libre acceso de las transnacionales gringas en las naciones de América Latina, convirtiendo al Estado nacional en ejecutor del plan global; es decir, del saqueo legal de las riquezas y de los recursos naturales. Por eso, a pesar de su incalculable riqueza, Colombia presenta un alto riesgo de sufrir una extinción masiva de su fauna, como consecuencia de la tala y la deforestación de sus bosques y de la contaminación del agua por parte de los industriales que ingresen gracias al tratado.

La agricultura ha sido la actividad más importante de la economía colombiana desde los tiempos de la república bolivariana. Ella aporta el 25% del producto interno bruto global, utiliza el 35% de la fuerza de trabajo y genera el 75% de las exportaciones. En el país se cultiva, además del café y el banano, la yuca, el frijol, la caña de azúcar y una variedad de flores. Estos productos cada día descienden en cuanto a su proporción en las exportaciones, como consecuencia de la violencia del campo y por efecto de la economía milagrera del narcotráfico.

Los campesinos y agricultores colombianos serían los primeros lesionados con la firma del tratado, dado que Estados Unidos no está interesado en revisar la política proteccionista de subsidios a su agricultura y que, sobre todo, insiste en poner todo tipo de trabas y obstáculos a los productos colombianos, los que son mirados con reservas y sospechas. Entonces qué sentido tiene firmar un acuerdo que sólo beneficia a los intereses del imperio gringo. En realidad, el país está en una verdadera encrucijada. Desde luego, si no firma el acuerdo, el país se verá perjudicado por cuanto no "elevará sus exportaciones" y, de hecho, afectará la entrada de divisas. No hay alternativa: con cara o con sello pierde, y el subdesarrollo será la constante. Porque las multinacionales no tienen como propósito hacer obras sociales y superar la miseria. El objetivo es muy claro: aumentar sus grandes utilidades.

Si firma el acuerdo, se permitirá la libre circulación de mercancías y de capitales desde Alaska hasta Tierra del Fuego. No se puede desconocer que el ALCA ofrece ventajas significativas para los capitales criollos o "cacaos" colombianos, quienes podrían ampliar sus fronteras de influencia y llevar sus productos hasta el corazón del imperio. Pero la inmensa mayoría de medianas y pequeñas empresas serán fulminadas y las que sobrevivan, se convertirán en apéndices del gran capital, quien las explotaría sin compasión y sin garantías sociales. Y por supuesto, facilitaría a las multinacionales patentar los recursos. Los tenderos o pequeños comerciantes serían liquidados por los grandes supermercados de cadena, los que introducirían todo tipo de alimentos "chatarra" o transgénicos, en detrimento de la calidad de vida de los colombianos.

La experiencia ha demostrado que siempre que se negocie en condiciones de no igualdad, es el más poderoso quien gana y el otro es liquidado. Los países pobres dependen esencialmente de sus recursos naturales y en el mercado sólo ganan los que están preparados para agregar valor a su inmenso potencial. Esto los hace fuertes y competitivos.

El Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos podría ser una magnífica oportunidad si en los países de América Latina no existieran las asimetrías. Para dar sólo un ejemplo, en la actualidad Colombia exporta a los Estados Unidos el 0.4 % de sus productos e importa de esta colosal nación el 50% de las mercancías que consume.

Por lo tanto, antes de firmar el acuerdo, se deben desarrollar las regiones, fortalecer el campo y la industria, y ,fundamentalmente, se deben disponer de excedentes y, desde luego, de excelentes negociadores, y no de sátrapas vergonzantes de su propia tierra.

¿Cómo negociar o firmar acuerdos con la mayor potencia del planeta cuando no se ha podido superar la guerra interna, la miseria, el atraso, y, sobre todo, no se han podido construir relaciones sociales democráticas que hagan posible generar ventajas y compromisos para los más pobres del país? Dejo a ustedes, amables lectores, esta interrogante, con el ánimo de abrir el debate.

Réplica y comentarios al autor: almipaz@latinmail.com




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