Esta página é dedicada a compreensão da verdadeira cabala universal, não restrita a um idioma, raça ou nacionalidade.
Vide abaixo texto selecionado do livro "A chave para a verdadeira cabala", Franz Bardon.
O texto está em castelhano, mas isto não representa muitas dificuldades para os que se concentrarem na leitura. Traduziremos ao português em breve.
Para textos complementares da cabala hermética com enfoque na origem hebréia vide nossa biblioteca para download.
Franz Bardon
El
simbolismo de la tercera carta del Tarot
La
palabra mágico-cabalistica – Tetragrammaton -
Teoría
de la mística cabalística
Ha aparecido por fin el manual
acerca del lenguaje cósmico, llamado "cábala" para los iniciados,
que el autor había prometido ya en sus trabajos anteriores, "Iniciación
al Hennetismo" y "La Práctica de la Evocaeión Mágica", a
lectores, discípulos y a todos los interesados en las ciencias ocultas.
Es de esperar que aquellos que,
a través del trabajo práctico, han podido recorrer por si mismos una buena
parte del camino en el estudio de las cieneias espirituales (es decir, herméticas),
experimentarán la mayor alegría, y que gracias a la experiencia práctica ya
ganada se fortalecerá aún más su serepa confianza en que la senda por la que
andan es la más segura y la que por consiguiente colmará todas sus esperanzas.
EI contenido de esta obra
asombrará en igual medida a muchos científicos, a quienes su gran interés por
la cábala ha animado a formular en voz alta consejos y medidas teóricas
relativas al estudio de este campo de la ciencia, sin haber adquirido antes la
madurez suficiente a través de una formación adecuada. Si no en seguida, con
seguridad muy pronto, deberán reconocer, tanto si les gusta o no les gusta, que
los métodos cabalísticos que aquí se exponen (probados en forma múltiple),
se apartan de un modo esencial de los que habían aparecido hasta ahora en los
libros cabalísticos. Esto se debe a la riqueza, variedad y veracidad de los
mismos.
Ni siquiera las bibliotecas más
secretas y escondidas de los monasterios (Ashrams) del Lejano Oriente, en
completo aislamiento a inaccesibles para el hombre común, pueden jactarse de
poseer la verdadera cábala expuesta en un único libro cifrado de una forma tan
clara y comprensible.
Cualquier conocedor de la cábala
deberá admitir con honestidad, después de la lectura del presente trabajo, que
aún le queda mucho por aprender si quiere ser considerado un verdadero
cabalista. Una reflexión madura le llevará a la conclusión de que quizá
valga la pena dejar de lado todos los otros métodos -hasta ahora imperfectos-,
y adoptar los expuestos en este manual para trabajarlos conforme a sus intereses.
A to largo de la transformación
de la humanidad, innumerables cabalistas han dedicado su vida entera a la
infatigable, pero por desgracia infructuosa, investigación en busca del
impronunciable nombre de Dios, perdido para la humanidad. EI investigador de la
cábala que trabaje a fondo este tercer volumen a través de un concienzudo
estudio práctico, creerá encontrarse frente a un milagro, frente a un
inconmensurable tesoro que la Divina Providencia depositó en su regazo, cuando,
como recompensa por su incansable y sincero esfuerzo, se le revele por s( mismo,
entre muchos otros, el verdadero y perdido nombre de Dios.
Y este premio - por demás
elevado - es el que ha previsto la Divina Providencia para todos los buscadores
de la verdad, quienes encontrarán en estos tres trabajos, únicos en la
literatura espiritual, una interesante lectura y un valioso material de estudio
que sólo necesita ser trasladado a la práctica.
Otti Votavova.
He titulado este trabajo, el
tercero ya en la serie de la iniciación, "La clave de la verdadera cábala".
Puede decirse que la cábala es una ciencia divina que trata sobre el
conocimiento de la Palabra. Los que se ocupan de la teurgia necesitan como
condición imprescindible tener una formación en la magia, es decir que al
menos deberfan dominar a la perfección las prácticas descriptas en mi primer
trabajo, "Iniciación al Hermetismo". Al igual que mis dos primeros
trabajos, el presente volumen consta de dos partes. La primera, es decir la
parte teórica, prepara al lector en forma exhaustiva para imbuirse en el
dificil terreno de Ia cábala; la segunda parte contiene la verdadera práctica.
Por desgracia, de to mucho que
se ha escrito sobre cábala - un hueso duro de roer para la literatura hermética
-, sólo una pequeffa porción es factible de ser llevada a Ia práctica
verdadera. Se dice que un estudio de la cábala es imposible sin un previo
conocimiento de la lengua hebrea, que aquel que quiera dedicarse a esta ciencia
deberá dominar dicha lengua. La cábala teórica, sobre la que tratan casi
todos los escritos existentes, es por to común de origen hebreo, y apunta a dar
al discípulo la cosmovisión emanada de los paradigmas cabalísticos. Los
libros referidos a la práctica y al use de la verdadera cábala son escasos.
Unos pocos religiosos judíos (rabinos) aislados conocfan la doctrina cabal(stica,
pero al parecer su preocupación por la ortodoxia los llevó a mantenerla en
estricto secreto, hasta tal punto que ni un solo fragmento de las prácticas
cabalísticas logró llegar a manos del público.
Las numerosas descripciones de
la cabalística ni siquiera den al estudioso serio una información exacta desde
el punto de vista teórico, ni hablar entonces de correctos puntos de partida
para la práctica. Como mucho pueden proporcionarle una interpretación filosófica
del microcosmos y el macrocosmos. A1 estudioso de la cábala se le hace
imposible obtener a través de su lecture un panorama de la cosmovisión
cabalfstica, en primer lugar porque la gran confusión de opiniones no le
permite orientarse, y en segundo lugar porque las contradicciones entre los
distintos libros continúan dejándole en la oscuridad.
El presente trabajo trata tanto
de la teoria como de la práctica. En especial esta última está descripta en
forma muy exhaustive, de to que pódrá convencerse por sí mismo cualquier
curioso de la cábala. Claro que por razones técnicas no es posible recoger en
un solo libro la cábala completa en toda su extensión. A pesar de ello, me he
esforzado para ensartar las perlas de esta maravillosa ciencia hasta obtener un
collar de inusitada belleza. Huelga decir que al hacerlo he tenido en cuenta,
como corresponde, las reglas de la analogfa en conexión con el microcosmos y el
macrocosmos. No puede hacerse de otro modo, si to que se pretende es obtener un
cuadro completo de la cábala. He tratado de recurrir to menos posible a las
numerosas designaciones hebreas tal como fueron utilizadas hasta ahora en la cábala,
dando preferencia a expresiones de más fácil comprensión para cualquiera. Sea
como fuere, mediante el estudio de mi trabajo el lector obtendrá una noción
diferente y verdadera de la "cábala práctica".
Quien desee alcanzar resultados
que to convenzan en la práctica acerca de la realidad de la cábala, deberá
recorrer en forma sistemática mis dos primeros trabajos: "iniciación al
Hermetismo" y "La Práctica de la Evocación Mágica". De no
hacerlo, la preparación para el camino de la perfección le tomaría demasiado
tiempo y los primeros resultados tardarlan en hacerse visibles. Por supuesto
queda a criterio del lector el considerar mi trabajo sólo desde un punto de
vista teórico: Obtendrá de ese modo un saber que ningún libro de filosofia
podrá darle. Pero saber está muy lejos de significar sabiduría. El saber
depende del desarrollo de la parte intelectual del esplritu; la sabiduría, en
cambio, requiere el desarrollo equilibrado de los cuatro aspectos del espíritu.
Por eso el saber es mera filosofia, que por sí sola no alcanza para hacer de un
hombre un mago o un cabalista. El erudito podrá en efecto hablar mucho sobre
magia, cábala, etc., pero nunca llegará a captar correctamente las energías y
facultades.
Con estas pocas palabras
quisiera hacer comprensible al lector la diferencia entre un filósofo y un
sabio. Queda a su criterio seguir el cómodo camino del mero saber o caminar por
la dificil senda de la sabiduría.
Ya los pueblos primitivos, no
importa a qué rata pertenecieran ni qué región del globo habitaran, tenlan
sus religiones particulares, es decir que tenian una idea de Dios y, en
consecuencia, también una doctrina divina. Todas las doctrinas divinas estaban
divididas en dos partes: una exotérica y otra esotérica. La doctrina exotérica
estaba a disposición del pueblo, la esotérica en cambio estaba reservada a los
iniciados y a los altos sacerdotes. Como la doctrina exotérica nunca trataba de
la magia y la cábala, los únieos que en los pueblos primitivos podían llegar
a ser magos o cabalistas eran los iniciados.
El mandamiento sagrado por
excelencia ordenaba desde tiempos inmemoriales mantener en secreto aquella
elevada ciencia, para así: 1) mantener la autoridad, 2) conservar el poder
sobre la masa del pueblo, 3) evitar un use indebido de dichos conocimientos.
Esta tradición ha sido mantenida hasta nuestros días. Mi libro transmite al
lector un saber completo, pero sólo saber y de ningún modo sabiduría. Esta última
debe ser alcanzada por cada uno a través de un honesto trabajo práctico. Por
otra parte, el grado de sabiduría depende de la madurez y desarrollo de cada
uno. Sólo el auténticamente maduro, es decir el elegido, encontrará en mi
libro la más alta sabidurfa. De ese modo, a pesar de publicarse las más altas
verdades y secretos, subsiste la diferencia entre el erudito y el sabio, y no se
quiebra el mandamiento de silencio. iLa sabidurla permanecerá siempre oculta
para los eruditos, y sólo se deparará por completo a los elegidos!
La ciencia de la cábala -la
teurgia- es antiqulsima y tuvo su origen en Oriente. Los sabios de los tiempos
primitivos ocultaron desde siempre los más altos secretos en el lenguaje
universal, que era el lenguaje de las imágenes, originado en los jeroglificos
de los pueblos antiguos (egipcios, etc.). Estos , sabios primitivos sabían
transmitir sus enseíianzas sólo en el lenguaje de 1a3, imágenes, es decir en
un lenguaje simbólico. La comprensión de estas enseffanzas transmitidas en un
lenguaje simbólico dependta entonces del grado de madurez de cada estudiante.
Todas las sabidurfas orientales han sido instituidas sólo en el lenguaje simbólico.
Estas verdades permanecían ocultas para aquel que no poseía el grado de
madurez suficiente, o que aún no to habla alcanzado a través del desarrollo de
su individualidad bajo la dirección de un maestro (gurú). Por eso, todos los
escritos auténticos sobre la iniciación han coincidido hasta hoy en afumar que
unà iniciación sin un gurú personal no sólo no es posible, sino que incluso
es peligrosa. Un verdadero iniciado debía, de acuerdo con el desarrollo de su
discípulo, hacerle comprensible cada escrito desde el punto de vista simbólico
y enseflarle el lenguaje del simbolismo, es decir el lenguaje original, el
lenguaje de las imágenes. El discfpulo estaba acostumbrado a este lenguaje de
su maestro, y to utilizaría a su vez cuando él mismo deseara transmitir dichos
conocimientos.
Es así como esta ciencia
sagrada ha ido transmitiéndose en forma de tradición, de persona a persona,
hasta nuestros dlas. Cada explicación de un maestro a su alumno sucedía por
inspiración del maestro, de modo tal que to que éste querfa decir se volvla súbitamente
claro para el discípulo. Esta iluminación, es decir iniciación, era designada
en Oriente con varios nombres, como Abisheka, Angkhur, etc. Los maestros no
exponfan de ningún modo los auténticos misterios de la sabiduría ante alguien
que no estuviese preparado, vale decir maduro. Claro que también hubo magos y
cabalistas que dejaron escritos sobre las verdades supremas. Pero, como ya se
dijo, por estar formuladas en el lenguaje simbólico, si calan por descuido en
manos de un inniaduro, permaneclan por completo incomprensibles para él. Sucedió
alguna vez que un inmaduro interpretara esta sabidurla desde su propio punto de
vista, pero, como puede preverse, el resultado estuvo muy alejado de la verdad.
La mayorta de los escritores
que tuvieron acceso a escritos orientales que les habfan sido legados, o que
eras asequibles para ellos, cometieron una y otra vez el mismo error: tradujeron
estos escritos al lenguaje del iritelecto, dándoles por consiguiente una
interpretación literal. Puesto que les faltaba la madurez suficiente como para
interpretar en forma correcta el simbolismo de un misterio, de una práctica y
demás, puesto que no hablan recibido la formación necesaria que les permitiría
alcanzar la verdadera comprensión del lenguaje de las imágenes o lenguaje cósmico,
provocaron innumerables errores dentro de la ciencia hermética.
En el presente trabajo he
adaptado el lenguaje simbólico al intelectual, y he abierto el camino de la
verdadera ciencia hermética en to que respects a la cábala, el secreto de la
palabra, de modo de hacerlo comprensible para cualquier erudito.
EI autor
(insere
figura aqui)
La figura anterior es la
representación gráfica de la tercera carts del Tarot.
El primer círculo (externo)
está dividido en diez partes regulares, que representan las diez claves cabalísticas.
Estas diez claves (observe su simbolismo cromático) son idénticas a las diez
Sefirots hebreas. Dado que encierran el saber del universo entero en todas sus
formas de existencia, métodos y sistemas, las diez claves o Sefirots ocupan el
círculo externo. Como las mismas se refieren tanto al microcosmos como al
macrocosmos, el siguiente círculo, el segundo, reproduce los signos zodiacales
del universo entero con su correspondiente simbolismo cromático.
El tercer circulo (de afuera
hacia adentro) es el planetario, que se caracteriza por los símbolos de los
planetas y sus colores análogos.
Los tres círculos encierran un
gran cuadrado, que es el símbolo de los cuatro elementos y contiene asimismo el
correspondiente simbolismo cromático--Este cuadrado alude a la realízación de
los elementos y vale como simbolo del mundo material.
El cuadrado interior, el más
pequefo, representa el secreto del Tetragrammaton, la Jod-He-Vau-He o clave
cabalística de cuatro, necesaria para el dominio sobre los elementos y sus
influencias.
El sol en el centro de la
figura equivale a la Divina Providencia, el Principio Akasha, el origen de todo
ser.
Se puede decir entonces que
esta figura representa en forma gráfica tanto a los hombres -microcosmos- como
al macrocosmos entero, a incluye además la.inscripción de todas las claves,
entre las que se destaca en alto grado la clave de cuatro en su carácter de
clave para la realización de los elementos.
Todo to que la cábala ensefla,
su sistema completo, todas sus correspondencias pueden inferirse con claridad de
esta figura y del simbolismo cromático. El cabalista entregado a la meditación
encontrará en el simbolismo de la tercera carta del Tarot todas las
correspondencias, de modo que estas pocas referencias explicativas serán para
él más que suficientes.
Cábala es la ciencia de las
letras, la ciencia de la palabra y del lenguaje. Sin embargo, que quede claro,
de ningún modo es la ciencia del lenguaje intelectual, sino del universal. La
denominación cábala es de origen hebreo. Algunos sistemas religiosos poseen
otra denominación para esta ciencia. Así, por ejemplo, en India y en Tibet la
ciencia de la palabra se denomina "Tantra". En otros sistemas
religiosos existen las "fórmulas", etc.
En la presente obra mantengo la
usual denominación cábala: Hablar de un modo cabalístico significa formar con
letras palabras que se corresponden con esta o aquella idea conforme a las leyes
universales. El empleo del lenguaje cabalístico debe ejercitarse de un modo práctico.
Cábala es, en consecuencia, el lenguaje universal con el cual todo fue creado,
es la encamación de una o varias ideas divinas. Por medio de la cábala -es
decir por medio del lenguaje universal- Dios ha creado todo. A la cábala se
refiere también Juan el Evangelista en la Biblia cuando dice: "En el
comienzo era Ia palabra y la palabra estaba en Díos". De este modo Juan
expresa con claridad que Dios se sirvió de la palabra para crear por medio de
ella y a partir de sí mismo.
Sólo aquel que se encuentra en
condiciones reales de realizar de tal modo la divinidad en sí mismo que habla
como divinidad, conforme a las leyes universales, puede ser considerado un
verdadero cabalista. Por ello el cabalista que trabaja de un modo práctico es
un teurgo, un Dios-hombre que, al igual que el Dios macrocósmico, puede emplear
las leyes universales. Así como un mago ha realizado en sí mismo la unión con
su divinidad mediante la iniciación obtenida y el desarrollo esforzado en el
camino de la perfección y puede actuar en consecuencia, to mismo sucede con el
cabalista, con la sola diferencia de que el cabalista se sirve de la palabra
divina para exteriorizar su espíritu divino. Todo mago verdadero que domine las
leyes universales puede transformarse en cabalista mediante la adquisición de
conocimientos sobre la cábala práctica. Las estructuras sobre la cábala
indicadas en numerosos libros son apropiadas tal vez para el teórico, para que
éste pueda formarse una idea acerca de la legalidad, pero para la práctica,
que promete la posibilidad de aplicar de un modo correcto la fuerza de la
palabra, son insuficientes sin excepción.
De aquí se desprende con
claridad que un cabalista perfecto es un hombre comunicado con Dios, alguien que
ha realizado a Dios en sí mismo y como Dios-hombre se sirve del lenguaje
universal, en tanto sus palabras se transforman simultáneamente en actos. En
cualquier esfera en que se to proponga, su lenguaje se vuelve realidad. En India,
por ejemplo, se le da el nombre de "W A G" al hombre que trae a la
realidad en el acto cada palabra por él pronunciada. En el Kundalini-Yoga se
identifica este poder y facultad con el centro Visudha. Un cabalista perfecto
conoce cada legalidad de la palabra microcósmica y macrocósmica, con to cual
la ley de la creación es aludida por medio de la palabra, y también sabe qué
significa la verdadera armonía. Un verdadero cabalista jamás atentará contra
las leyes de la armonía, puesto que él, con su lenguaje microcósmico,
representa a la divinidad. Si se condujera de un modo distinto del que le
muestra la ley de la armonía, no sería un verdadero cabalista sino un
productor de caos. Desde el punto de vista hermético un cabalista o un teurgo
representa en su propio cuerpo a la divinidad macrocósmica sobre nuestra tierra.
Lo que él pronuncia en el lenguaje original como representante de Dios, eso
sucede porque tiene el mismo poder que el creador, es decir que Dios.
Para alcanzar tal madurez y
altura en la iniciación cabalística, el teurgo debe por to pronto aprender,
como un nifio, a entender las letras, debe dominarlas a la perfección para
formar con ellas palabras y oraciones y hablar, por fin, en el lenguaje cósmico.
En la parte práctica de esta obra presento en detalle la práctica que aquí
entry en consideración.
Cualquier persona puede
dedicarse a la verdadera cábala, práctica o teórica, más allá del sistema
religioso al que pertenezca. La ciencia cabalística no es, por tanto, sólo un
privilegio de los hombres que profesan la religión hebrea. Los hebreos, por
cierto, sostienen Ia idea de que la cábala es de origen hebreo, pero en la mística
hebrea el conocimiento sobre la cábala encuentra su origen en el antiguo Egipto.
Todo estudioso puede encontrar la historia de la cábala hebrea -origen,
desarrollo, etc.- en 1a literatura pertinente, pues ya se ha escrito mucho sobre
este aspecto.
En mi obra describo la síntesis
de la cábala sólo en cuanto es indispensable para la práctica. Prescindo de
toda carga innecesaria de estructuras históricas y de otro tipo de la cosmovisión
cabalística.
A menudo se ha abusado de la
expresión cábala; se la ha desacreditado como juego de números, predicción
astrológica, correspondencia de nombres y otros diversos propósitos mánticos.
Los números tienen, por supuesto, una cierta relación con las letras, como verá
el lector en la parte práctica, pero éste es uno de los aspectos inferiores de
la cábala, del cual no queremos ocuparnos aquí. La verdadera cábala no es una
mántica que sirva para adivinar; ni es una astrología para interpretar horóscopos
y tampoco es un juego de letras mediante el cual se pronostique sobre la base de
diversos nombres.
Puesto que la verdadera cábala
representa las leyes universales, es hasty cierto punto posible -cuando se la
aplica de un modo correcto- una determinada armonía-analogla, en virtud de la
correspondencia cósmica. Sin embargo, estc es adivinación común y corriente,
y no tiene nada que ver con la verdader~ ciencia del lenguaje universal.
El lector reconocerá por sí
mismo que esta ciencia es sacrosanta y jamás se atreverá a profanar las leyes
universales con propósitos mánticos comunes. Cada sistema religioso tuvo su
verdadera cábala, que desapareció con el tiempo por diversas reformas de los
mismos y sólo se conservó en Oriente entre los verdaderos iniciados. Los
antiguos celtas y druidas tenían asimismo su verdadera cábala, que era bien
conocida por los sacerdotes druidas iniciados. El use práctico de la magia rúnica
entre los antiguos sacerdotes de los templos druidas es atribuible al antiquísimo
conocimiento de la cábala. En to actualidad lamentablemente hay muy pocos
hombres que entienden la cábala rúnica de los antiguos druidas y que aún están
en condiciones de ponerla en práctica en forma parcial. La cábala rúnica práctica
se ha extinguido por completo con el correr del tiempo.
En mi primer volumen, "Iniciación
al Hermetismo", divido al hombre en tres regiones, a saber, cuerpo, alma y
espíritu. A1 mismo tiempo hago mención del imán tetrapolar. Para el alumno
reflexivo resulta claro que la matriz mental une el cuerpo mental con el cuerpo
astral, y la matriz astral sujeta los cuerpos mental y astral al cuerpo
material. Con seguridad también le resulta claro que la alimentación -materia
sólida- mantiene con vida el cuerpo fisico y la respiración el cuerpo astral.
La matriz mental une la percepción sensorial a los cuerpos material y astral.
El cabalista principiante debe conocer todo esto con exactitud y debe poder
formarse en esta dirección una idea exacta de sus propios procesos corporales,
si quiere dedicarse con seriedad a la cábala. Además de estas enseríanzas
elementales, el cabalista debe encontrar relaciones aún más profundas con su
propio Yo, y estas relaciones más profundas constituyen la auténtica base para
el estudio de la cábala.
La acción y el gobierno entre
cuerpo, alma y espíritu tienen lugar de un modo automático en cada hombre, más
allá de que se trate de un iniciado en los secretos de la ciencia hermética o
no. Para el cabalista constituyen el ábecé; él conoce todos los procesos y,
en consecuencia, puede orientar su vida según esta leyes universales. Estos
conocimientos diferencian al iniciado del no iniciado; es decir, que el
iniciado, que posee una información exacta sobre las leyes, las puede
aprovechar de un modo práctico y se encuentra en condiciones de compensar todo
desequilibrio -en cuerpo, alma y espíritu-. Además, una orientación
consciente hacia las leyes universales posibilita al iniciado llevar un modo de
vida sensato, acorde con aquéllas, y seguir el verdadero cam,ino de la perfección.
Ya desde esta perspectiva la iniciación es algo por completo especial y ofrece
una cosmovisión especial. El iniciado observa el mundo con unos ojos
completamente distintos que el resto de los seres humanos. Los diversos golpes
del destino a los que eventualmente pueda estar expuesto un iniciado no pueden
alcanzarlo con tanto rigor, de modo que no sufre tanto. Esto es fácil de
comprender a partir de to arriba expuesto.
Desde el punto de vista cabalístico
el hombre es una encarnación perfecta del universo, pues ha sido creado a
imagen y semejanza de Dios. El hombre es el ser más elevado de nuestra tierra y
todo to que ocurre en grandes proporciones en el universo también ocurre en el
hombre, por cierto en menor escala. Desde el punto de vista hermético el hombre
es el pequeflo mundo, es decir el microcosmos, por oposición al universo, el
macrocosmos.
Un verdadero cabalista, que
quiera trabajar en efecto de un modo práctico en el marco de las leyes
universales, esto es, que quiera ocuparse de la gran obra, debe poseer
necesariamente un desarrollo mágico tras de sí y debe defender la verdadera
visión, conforme a las leyes universales. Quien se contenta con la pura teoría,
alcanza por cierto un saber cabalístico y enriquece además el aspecto
intelectual de su espíritu, pero los otros tres principios fundamentales del
espíritu quedan rezagados. Un teórico nunca estará en condiciones de
comprender en forma correcta el meollo del saber, y menos aún de realizar algo.
En caso de poseer buenas facultades intelectuales, podrá llegar a ser un filósofo
cabalista, pero no un verdadero cabalista formado en la magia, que hace realidad
la palabra pronunciada. De un teórico nace un científico, pero jamás un sabio.
La diferencia entre un erudito y un sabio es muy grande. EI mago, debido a su
desarrollo mágico, obtiene to que se propone por medio de su voluntad, pero en
la unión divina no puede servirse de la verdadera palabra mágica, como to hace
el cabalista. Un mago que no se ocupa de la cábala práctica puede servirse por
cierto de las facultades que ha cultivado en su interior y tiene además la
posibilidad de poner a su disposición para sus trabajos, de acuerdo con sus
deseos y prõpósitos, a diversos seres. Un cabalista, en cambio, obtiene todo
por medio de la palabra cabalística, sin tener que recurrir a la ayuda de ningún
ser, genio o semejante.
Desde el punto de vista herméticoln
verdadero cabalista es entonces el máximo iniciado, porque representa a la
divinidad en to pequeflo, es decir en el microcosmos y también puede producir
efectos en el macrocosmos, en virtud de Ias leyes de la analogía. Allí radica
la diferencia entre un mago y un cabalista, y por ello todo aquel que aspire a
la perfección deberá ocuparse de la cábala también de un modo práctico. Un
cabalista que participa de la gran obra es entonces escogido de ordinario por la
Divina Providencia para determinadas misiones. Así pues, el verdadero cabalista
es un representante de la creación; sin embargo, frente a las leyes universales
es el último de los servidores. Cuanto más penetra en las leyes universales,
es decir se inicia, tanto más humilde es con respecto a la Divina Providencia.
En verdad se le ha concedido el máximo poder, que sin embargo jamás utiliza
para sí mismo sino sólo para el bienestar de la humanidad. El verdadero
cabalista es el máximo iniciado, para quien desde el punto de vista universal
no hay nada imposible, y una palabra por él pronunciada debe, sin excepción,
transformarse en realidad.
A continuación me referiré
una vez más a la diferencia que existe entre un perfecto, es decir un verdadero
iniciado, y un santo. El verdadero mago no necesita de ningún tipo de ilustración
y extrae todo de to aquí dicho. No obstante, para aquellos lectores que toman
mis obras sólo en su aspecto teórico, quede dicho que un Perfecto reconoce
todas las leyes universales, las respeta tanto en el gran mundo como en el plano
material, mental y astral, y vive conforme a ellas, en tanto que el santo está
orientado sólo hacia un sistema religioso y to pone en práctica de acuerdo con
sus dogmas y preceptos, pero no en todas partes, esto es, no mantiene el mismo
paso en todas las esferas. Quien tiende sólo a la santidad, descuida el cuerpo
y el mundo material, considera a ambos como maya -ilusión- y realiza en su
interior, mediante el entrenamiento que corresponds, sólo uno o unos pocos
aspectos de las leyes universales. Estos hombres alcanzan un punto máximo en
aquellos aspectos que se han impuesto como meta, ya sea que realicen en sí
mismos el aspecto divino del amor, la misericordia, la indulgencia, etc. Estos
hombres, entonces, ven las leyes universales sólo desde el punto de vista de su
formación espiritual, pero no pueden comprender la imagen perfecta de la
legalidad universal y menos aún reproducirla. Desde el punto de vista hermético
semejante camino no es el perfecto y se le denomina "camino de la santidad".
Un verdadero iniciado, es decir un cábalista, aspira en cambio a reconocer
todos los aspectos divinos en la misma medida y a realizarlos en forma sucesiva
en su interior. Este camino es, por supuesto, más largo y más dificultoso y
una sola encarnación no alcanza por to regular para completarlo. Pero al
verdadero iniciado no le imports si alcanza su meta en una o varias vidas, para
él el tiempo no desempefia ningún rol. Lo principal para él es la plena
conciencia de que sigue por el camino correcto.
En el camino a la perfección
no debe haber prisa. Todo necesita su tiempo, necesita ante todo la madurez
necesaria para la perfección. Desde el punto de vista hermético existen de
hecho sólo dos caminos: EI camino de la "santidad" y el de la "perfección".
EI camino a la santidad tiene tantos sistemas como religiones existen sobre esta
tierra. Quien sigue el camino de la santidad ha decidido realizar en su interior
sólo uno o algunos aspectos divinos aislados, y entonces por to regular el
mundo to presenta como símbolo de la idea divina sólo pocas excepciones, su
santidad con correspondiente. Entonces, con bres maduros se transforma incluso
en un respecto al mundo o a pocos hom estorbo en su camino, puesto que la
veneración de sus discípulos, adoradores, adeptos, etc. obstaculiza muchas
veces su misión, su tarea y su ascensión.
Sobre los hombres que de un
modo consciente se colocan una aureola para valer algo, para ser venerados,
adorados, etc. no quiero hablar aquí en absoluto. Por desgracia hay en el mundo
muchísimos hombres de esta clase. Un verdadero santo se repliega en la soledad;
un santo aparente, en cambio, exhibe su aureola para Ilamar la atención. Pero
aquel que transita el camino de la perfección jamás se aísla, sino que
permanece en el lugar que la Divina Providencia le ha destinado y continúa
trabajando en su desarrollo sin atraer sobre sí la atención de su entorno. No
contribuirá en to más mínimo a la exhibición de su estado de madurez, por to
contrario, to ocultará en to posible para proteger su tranquilidad de curiosos
a inmaduros. En consecuencia también en la conducta y en la actitud existe una
gran diferencia entre un santo y un perfecto. En cuanto ha alcanzado su meta, el
santo pierde su propia individualidad, cosa que no sucede con un Perfecto. No se
trata aquí por supuesto de la individualidad como persona, sino como
Dios-hombre.
En todos los verdaderos
sistemas religiosos, y por tanto también en la ciencia hermética, las leyes de
la analogía tienen una gran importancia y desempenan por ello un rol
fundamental. En el universo todo ha sido creado conforme á una legalidad exacta
y en consecuencia una cosa encaja en la otra con asombrosa exactitud, como un
preciso mecanismo de relojería. En relación con la ciencia hermética, el
estudio de la aplicación práctica de esta legalidad se denomina "Cábala".
Todos los sistemas y métodos herméticos, todas las filosofías de la religión
y los sistemas religiosos que no toman en consideración las leyes universales o
to hacen sólo en forma parcial, son unilaterales y por ello imperfectos. Los
sistemas religiosos que sólo reconocen un aspecto de la ley y descuidan todos
los demás a incluso de vez en cuando los combaten, sólo pueden tener una
duración limitada, aun cuando el momento de la caída llegue luego de cientos y
miles de afos. Sólo aquel sistema religioso que toma en cuenta en su doctrina
las leyes universales absolutas tiene una existencia duradera y permanece por
toda la eternidad.
En la legalidad absoluta de las
leyes universales se reflejan todas Ias ideas divinas originales como, por
ejemplo, la armonía absoluta, el orden, la periodicidad, etc. A1 lector atento
no se le escapará que ya en mi primer libro, "Iniciación al
Hermetismo", expliqué un sistema para el desarrollo del cuerpo, alma y espíritu,
construido sobre la base de las leyes universales, que representa Ia primera
iniciación en el camino de la perfección. Tal como se desprende de las leyes
absolutas, Ia verdadera iniciación no es propiedad de sectas y menos aún
depende de cualquier cosmovisión religiosa. Nose hace necesario explicar que la
comprensión de la verdad fundamental, es decir de las leyes universales, exige
un equilibrio mágico en los tres planos. Quien respeta de manera estricta las
leyes universales en los tres planos, las comprende con exactitud y las domina a
la perfección, no sólo es sefor en su propio pequeïlo mundo, también es
sefior del universo. La iniciación práctica, en particular el conocimiento de
la cábala, sefalan el camino hacia allí.
En la parte práctica de esta
obra doy a conocer un sistema que trata la práctica de la cábala exactamente
según las leyes universales. Este sistema práctico de la cábala tiene una
existencia milenaria y era enseflado de boca en boca ya en los tiempos
primitivos, y con posterioridad en Ias escuelas de profetas y en los templos
iniciáticos de los pueblos y razas más diversos. En virtud del conocimiento de
las leyes de la analogia el iniciado puede alcanzar en todos los planos todo to
que existe en el ámbito de la legalidad y de la armonía. El iniciado puede
relacionar la ley de la analogía con cada ciencia, y llegará siempre a to
correcto. Si un médico, por ejemplo, es hermético, estará sin más en
condiciones de conciliar sus conocimientos con las leyes universales y por
analogia con éstas no sólo de conocer todo desequilibrio -enfermedad- y su
causa, sino además de determinar el medio decisivo para derrotar el foco de la
enfermedad con ayuda de la clave analógica. En vista de las grandes
posibilidades que se le abren aquí al conocedor, en todo caso vale la pena
cu> sólo hacerse el bien a uno mismo, sino ante todo obrar en forma activa
en beneficio de la humanidad que sufre. La misma clave analógica se puede
aplicar a toda otra disciplina y brinda idénticos buenos servicios al individuo
y a Ia humanidad.
La expresión caos, de la cual
los hombres gustan tanto hacer uso, es sólo una noc ión de ignorancia. En
realidad Dios, el creador supremo a irrepresentable, ha construido todo con
exactítud y legalidad y es justamente en su legalidad y en todos los aspectos
de esta última donde se reconoce a Dios con mayor facilidad. Como principio
universal, como existencia superior, Dios es inconcebible a irrepresentable. Sólo
a partir de su separación, es decir de la creación del universo, su obra, se
pueden extraer consecuencias analógicas para comprender, al menos en parte, la
grandeza y magnitud de Dios.
En el libro de la creación -Sefer
Jezirah- los rabinos hebreos han intentado depositar la cábala, es decir, la
legalidad de la creación. Aun cuando, por ejemplo, la Sefer Jezirah es de
origen hebreo, con ello no se quiere significar que otros pueblos no hayan
establecido también las (eyes universales de la creación. Así, por ejemplo,
en el Bhagavad Gita encontramos apuntada la historia de la creación conforme a
las (eyes universales, igual que en el libro Sefer Jezirah. También otros
escritos, leyendas tradicionales, edificios, estatuas y semejantes dan
testimonio escrito y plástico de las (eyes universales de la creación.
Por ejemplo en el antiguo
Egipto ya Hermes Trismegistos tenía conocimiento de la historia de la creación
y de las (eyes universales, que inmortalizó en la Tabla de Hermes mediante el
lema que reza: "Aquello que está arriba es también aquello que está
abajo". Hermes informa aquí con exactitud que el pequeHo mundo -el hombre-
ha sido creado exactamente según el gran mundo -el universo-. Podríamos citar
innumerables ejemplos para ilustrar la analogía de las (eyes universales, pero
estas pequefas referencias deberían ser suficientes.
La parte práctica de esta obra
contiene la mayoría de las correspondec ias; en ella ensefo al cabalista con
exactitud cómo aprender a dominar a la perfección el verdadero lenguaje microcósmico
y macrocósmico conforme a las (eyes universales y cómo aplicarlo en Ia práctica.
Las analogías son claramente manifiestas en el cuerpo humano y se pueden
indagar por medio de los números.
EI hecho de que el hombre tenga
justamente diez dedos en las manos y diez en los pies, y no sólo seis o tres,
es asimismo una analogía a Ia cual me referiré en detalle más adelante. Lo
mismo vale para todas las otras analogías que el lector puede encontrar, por
ejemplo, en el libro SeferJezirah, y ninguna analogía práctica que sea
necesaria para la cábala se deja de lado en el uso. En la parte práctica de
esta obra también hablo en detalle sobre las letras aisladas desde el punto de
vista de la esotérica en relación con el mundo mental, astral y material, las
cuales expresan no sólo sonidos, sino también números a ideas.
EI práctico de la cábala
llega a conocer otra matemática y estará en condiciones de expresar ideas por
medio de números y a la inversa, de transformar números en ideas. Además
aprenderá a trasladar letras a números y a expresar números en letras. Con
ello tendrá la posibilidad de conocerse,a sí mismo y por to tanto también a
Dios. El cabalista comprenderá la perfección de las (eyes, conocerá que Bien
y Mal, tomados en forma literal, son sólo nociones religiosas, pero en realidad
ambos principios, el principio negativo y el positivo, son necesarios, puesto
que el uno no puede entenderse sin el otro. El cabalista siempre tenderá al
bien y no desdefïará el principio negativo, sino que aprenderá a dominarlo,
pues el creador no ha creado nada superfluo.
El secreto en torno a la
palabra, mejor dicho en torno al conocimiento de la palabra y al verdadero use
de la misma es la máxima iniciación que existe. En todas las épocas, aquel a
quien se designaba como "el senior de la palabra" era siempre el máximo
iniciado, el supremo sacerdote, el verdadero representante de Dios. Cada sistema
religioso, cada iniciación, contiene como ciencia suprema la palabra. Incluso
en Jesús encontramos que Juan, su amado discípulo, se ocupaba de la palabra, y
en consecuencia de Ia cábala, to cual en definitiva está asentado en su
Evangelio, donde dice letra por letra: "En el comienzo era la palabra y la
palabra estaba en Dios". Ningún otro apóstol estaba iniciado de un modo
tan profundo en el secreto de la palabra como Juan. Como "sefor de la
palabra" pudo realizar los más grandes milagros por medio de Ia misma y
como la misma Biblia dice, este apóstol fue el único que murió de muerte
natural. Esto pudo lograrlo sólo como cabalista, como seílor perfecto de la
palabra. Todos los otros apóstoles sufrieron la muerte por martirio. Como
ensenan las tradiciones, muchos otros iniciados eran asimismo seiiores perfectos
de la palabra ya milenios antes de Juan.
Cada palabra está formada por
letras y cada letra expresa, en sentido esotérico, una idea, y con ello una
fuerza, una propiedad, etc., que no.sólo se puede expresar únicamente con la
letra sino además con el número' que se corresponde con la ley universal. En
consecuencia, por medio de los números se hace comprensible la legalidad y por
medio de las letras se manifiestan las ideas. El significado de cada una de las
letras es análogo a los tres mundos conocidos por nosotros. Debido a que el
cabalista sabe expresar en letras el sentido de una idea y conoce con exactitud
el número que conviene a cada idea, las letras poseen un significado por
completo distinto del que poseen en el lenguaje intelectual. Por tanto se da un
valor cabalístico a la letra conforme a las (eyes universales. EI conocimiento
de las (eyes universales otorga al cabalista la posibilidad de expresar varias
secuencias de ideas con las letras y por ende con los números que les son análogos.
Una palabra que se encuentra, en relación con las (eyes universales y que, en
analogía con las letras y números correspondientes, ha sido formada con ellas,
es una palabra cabalística, esto es, una palabra pronunciada en el lenguaje
universal o cósmico. Para poder formar uno mismo una palabra cabalística se
debe conocer con exactitud la analogia completa de las letras y los números.
En la parte práctica de esta
obra el cabalista aprende a utilizar de un modo correcto una palabra formada según
las (eyes universales, en conexión con el mundo mental, astral y material y en
conexión con los elementos. Aprende a pronunciar palabras y después incluso
oraciones no sólo en forma intelectual, es decir con el entendimiento, sino con
todo su ser. Sólo una palabra pronunciada de este modo resulta creadora. EI
verdadero fundamento de la mística cabalística práctica consiste en la
pronunciación correcta de Ias tetras en el espíritu, en el alma y luego también
en el cuerpo. Igual que un niïio, que al principio sólo puede balbucear y más
tarde aprende a pronunciar letras aisladas y palabras, el cabalista debe
aprender a hablar para poder resultar creador. Las letras tienen su significado
análogo, que el cabalista debe conocer y dominar, en el mundo mental, astral y
material, y también en los diversos planos y jerarquías.
De estas consideraciones se
puede concluir que un teórico, que sólo es capaz de pensar en términos
intelectuales y que concibe y comprende letras, palabras y oraciones sólo con
el entendimiento, jamás estará en condiciones de actuar comb un verdadero
cabalista. Según su grado de madurez, interpretará la cábala siempre desde el
punto de vista intelectual, es decir sólo de una manera filosófica. En cambio
el cabalista práctico sabrá interpretar el sentido de cada letra, la idea y
legalidad -número- con su espíritu, con su alma y por fin con todo su cuerpo,
y utilizarlo de un modo práctico.
Con el esoterismo de las tetras
comienza el estudio de la cábala. Mediante la creación de ideas, organizadas
en leyes universales, Dios creó de sí mismo letras, y con las tetras números,
que se encuentran en perfecta relación analógica y representan todo el
universo, desde to más elevado hasta to más bajo. La afirmación de Hermes
Trismegistos en el sentido de que to que está arriba también es to que está
abajo, parece por completo fundamentada desde el punto de vista cabalístico.
Las letras por medio de las cuales Dios creó de sí mismo las ideas que le
convenían, están descritas con exactitud en el Libro de la Creación Sefer
Jezirah.
Durante la creación se
originaron ante todo diez ideas fundamentales, que en la cábala son
reproducidas por medio de las así llamadas diez Sefirots. EI número diez, por
ejemplo, es un reflejo del número uno, es decir un reflejo de Dios en su forma
más elevada y en su emanación más baja. En virtud del conocimiento de las
leyes de la analogía, el cabalista encontratá corn. prensible mi observación
de que el hombre tiene diez dedos en las manos y diez en los pies en conexión
con las diez ideas fundamentales. Con seguridad sospechará ahora una
determinada condición, o una relación analógica, con las ideas fundamentales
divinas y la Sefer Jezirah. El hecho de que en nuestra tierra cada número matemático
se pueda reducir por suma (suma transversal) a los números del uno al nueve,
tiene asimismo una relación caballstico-analógica. En la cábala hebrea, por
ejemplo, las combinaciones numéricas se conocían como Gematra. A nuestros
fines citaré sólo to absolutamente imprescindible, to que es necesario para la
aplicación práctica de la mística cabalística, es decir
para el use de la palabra mágica.
A quien le interesen tan sólo determinadas combinaciones numéricas en relación
con los versos aislados de la literatura hebrea, le resta consultar la
bibliografia pertinente sobre combinaciones numéricas.
Algunos escritores mencionan en
sus obras el lenguaje cósmico, al que de vez en cuando designan incluso como
lenguaje uránico. Es posible que conozcan y comprendan algunas letras del
lenguaje cósmico, pero hasta ahora nadie ha escrito con mayor profundidad sobre
ello. El hermético ya sabe, por to dicho, que por lenguaje cósmico se entiende
el lenguaje de Dios o de la Divina Providencia, con el cual Dios como espíritu
universal ha creado todo to que existe en el universo, comenzando por to más
pequeclo hasta to más grande y to más elevado; y to ha hecho según leyes
inmutables, en las cuales se expresa a si mismo. Por ello sólo podemos
comprender a Dios a través de su legalidad en el universo, poner en palabras la
síntesis de sus leyes y expresarlo como máximo principio original, que resulte
comprensible para cada hombre.
Comprender la cábala y
utilizarla de un modo práctico significa aprender el lenguaje cósmico con
ayuda de la legalidad universal. EI lenguaje cósmico es, en consecuencia, un
lenguaje de la ley, un lenguaje del poder y la fuerza y al mismo tiempo también
de la dinámica, y con ello de la condensación, materialización y realización.
Desde el punto de vista cabalístico, hablar de un modo cósmico quiere decir
construir y crear en el ámbito de las leyes universales. Sólo los iniciados,
que comprenden y dominan las leyes universales en su carácter absoluto, pueden
hacer use del lenguaje cósmico entre hombres y seres de otras esferas. Hablar
de un modo cósmico, crear realmente, es decir representar a Dios como su imagen
fiel, sólo está reservado a aquel que sabe concentrarse en forma tetrapolar.
Por qué precisamente en forma tetrapolar, to explicaré en profundidad en el próximo
capítulo.
Por tanto el lenguaje cósmico
no es el lenguaje por medio del cual los seres se comunican mutuamente. La
comunicación de los seres, sin distinción de jerarqufas, se produce
mentalmente gracias al asf llamado lenguaje de representaciones. Los
pensamientos son transmitidos en forma acústica, telepática o emotiva de ser
en ser por medio de representaciones simbólicas. EI lenguaje de los seres es,
por tanto, sólo un aspecto parcial del lenguaje cósmico y no es -puesto que es
imperfecto- tan efectivo en términos mágicos, porque los seres, al comunicarse,
no hacen use de la tetrapolaridad. EI lenguaje cósmico es el más perfecto,
puesto que es análogo a las leyes, es decir qlue expresa las leyes universales
en su causa y efecto. Por ello el lenguaje cósmico es el gran "Sea".
En inumerables escritos de los
masones y de las sociedades secretas se habla mucho de la clave perdida, de la
palabra de Dios extraviada. Rituales que estas sociedades practicaban son
imitados en gran parte sólo por tradición, sin que se comprenda su sentido más
profundo en relacíón con las leyes cósmicas. Es natural, en consecuencia, que
los rituales, que una vez fueron introducidos y practicados por verdaderos
iniciados, resuiten por completo ineficaces, puesto que falta Ia clave para su
práctica correcta. La clave para todos los rituales de las diversas sociedades
debió extraviarse porque a los rituales les faltaba el misterio del imán
tetrapolar. El imán tetrapolar es precisamente la palabra mágica extraviada:
Jod-He-Vau-He, que por to común es expresada con la palabra Tetragrammaton. El
use de la clave debe haber proporcionado la verdadera fuerza mágica y el poder
a los más antiguos misterios de los masones y de otras sociedades esotéricas,
fundadas alguna vez por verdaderos iniciados. Sin embargo, los verdaderos
iniciados vieron que muchas veces los misterios eran profanados, que incluso se
abusaba de ellos, por eso se retiraron y confiaron la palabra perdida sólo a
los que eran auténticamente maduros. Por ello el verdadero use de la palabra
extraviada Jod-He-Vau-He se perdió con el tiempo.
Dios ha expresado todo el
universo, y con ello su propia esencia en relación con la creación, con su
legalidad, es decir con el imán tetrapolar, con cuatro letras. La cábala
hebrea eligió para estas cuatro letras la denominación Jod-He-Vau-He, que jamás
debía ser pronunciada en voz alta y con frecuencia era expresada con el nombre
Tetragrammaton o Adonai.
Por ello el espíritu de cada
hombre, que representa la imagen perfecta de Dios en la creaçión, tiene cuatro
polos y -como ya se ha dicho repetidas veces- cuatro principios fundamentales
que se conresponden con el nombre de Dios. El primer principio activo,
subordinado al elemento Fuego, es la Voluntad (Jod); el segundo principio,
subordinado al elemento Aire, es el Intelecto (He); el tercer principio,
subordinado al elemento Agua, es el Sentimiento (Vau); y los tres principios
fundamentales del espíritu, es decir, los tres elementos en conjunto,
constituyen el cuarto principio activo, que se expresa en la Conciencia y es análogo
al elemento Tierra. En la terminología cabalística se expresa el cuarto
principio por medio de la segunda He.
El cabalista obtiene ahora una
claridad completa respecto de la interrelación legítima y ve que todos los
sistemas de desarrollo en el ámbito de la ciencia hermética que pierden de
vista la formación de los cuatro principios fundamentales del espíritu no son
universales y por ello son imperfectos, más alla de la combinación de los métodos
particulares. Al cabalista le resulta claro por qué ya en mi primer libro sobre
la iniciación, "Iniciación al Hermetismo", tomé en cuenta la
Jod-He-Vau-He cabalística para el desarrollo de cuerpo, alma y espíritu, y
Ilega al mismo tiempo a la convicción de que el sistema de desarrollo por mí
recomendado, que contiene la legalidad absoluta, es perfectamente correcto.
La interpretación simbólica o
talismánica de la palabra Jod-He-Vau-He es sólo una imagen gráfica de la
emanación divina en su forma suprema y representa el empleo de las leyes
universales. En la parte práctica de esta obra describo el empleo del nombre de
Dios, formado con cuatro letras. El imán tetrapolar, es decir la Jod-He-Vau-He,
es la clave fundamental, la palabra suprema de la creación, que representa el número
de la realización -cuatro-. Del número cuatro surge toda legalidad en cada
ciencia y por ello cada ciencia es análoga al número cuatro.
La Jod-He-Vau-He, es decir el
imán tetrapolar del universo, se simboliza por to general por medio de un
cuadrilátero regular, por medio del verdadero cuadrado. Por ello el cuadrado
es, desde el punto de vista hermético, un dibujo simbólico de la realización
o la creación divina. En relación con el número cuatro alude a muchas analogías,
ya sea al más y el menos, a los cuatro elementos creados, al número cabalístico
cuatro, que se atribuye al planeta Júpiter y simboliza la sabiduría, o a los
cuatro puntos cardinales. Por más analogías que el cabalista extraiga, siempre
llegará a la sorprendente convicción de que el número cuatro puede ser
relacionado con todo to que en el mundo concieme a la realización.
Prescindo de la indicación de
más relaciones analógicas con el número cuatro y pongo de relieve una vez más
que el cabalista que se atenga a mis declaraciones y ensefanzas puede emplear la
clave del cuatro a11í donde se trate de una realización o del modo de expresión
de una legalidad. Está fuera de toda duda que el número cuatro en la cábala
también indica el plano material. No sólo la hermética occidental tiene como
base el número cuatro; to mismo sucede en la sabiduría oriental. En el
Kundalini-Yoga, por ejemplo, el MuladharaChakra, como centro de despertar más
poderoso, se simboliza por medio de un cuadrado, en uno de cuyos ángulos un
elefante representa el animal mâs grande y fuerte del mundo. Con ello se alude
de un modo velado al hecho de que el número cuatro es la idea de la que el yogi
debe partir en su desarrollo espiritual. En mi libro "Iniciación al
Hermetismo" he dedicado un capítulo especial al centro Muladhara. Esta
reiterada observación sólo pretende recordar al cabalista que la sabiduría
primitiva de toda la tierra, se la busque en Oriente o en Occidente y si se la
ha comprendido bien, siempre está en armonla con la Jod-He-Vau-He.
La Divina Providencia, por
tanto, ha empleado en la palabra suprema de Ia creación el imán tetrapolar -el
principio cuatemario- y de este modo ha expresado Ia legalidad en relación con
ella misma. Jod-He-Vau-He, tomada en términos numéricos y tetrapolares, es la
máxima palabra pronunciable, a partir de la cual Dios creó otras ideas
fundamentales, de las cuales han nacido muchas palabras mágico-cabalísticas,
que a su vez contienen más ideas fundamentales y números, pero que están en
constante conexión con el número cuatro. Por supuesto que también hay
palabras cabalísticas que representan los números cinco, seis, siete, ocho y
nueve como ideas fundamentales de Ia emanación divina. Además del nombre de
Dios Jod-He-Vau-He, formado con cuatro letras, hay otras palabras clave
cabalisticas formadas con cinco, seis, siete y ocho letras que representan una
idea fundamental. En la cábala hebrea existe, además de Jod-He-Vau-He, el
nombre de Dios de cuatro letras llamado Tetragrammaton, un nombre de Dios de
cinco, seis y siete letras, a incluso uno formado con doce letras, que sin
embargo se puede reducir una vez más a una única idea fundamental por medio de
la suma. El llamado Schem-Ham-Phoras de la cábala hebrea, que expresa el nombre
de Dios constituido por 72 letras y puede ser usado en diversas direcciones, se
reduce por suma del número 72 al número 9, porque 7 + 2 = 9. EI número básico
9 también tiene una relación analógica con la Jod-He-Vau-He, es decir con el
número cuatro. La correspondencia cabalística se le aclarará al cabalista en
forma inmediata.
El libro de Toth, el libro de
la sabiduría del antiguo Egipto, que ya está contenida en forma velada en el
Tarot, confirma que el Schem-Ham-Phoras no es de exclusivo origen hebreo y que
ya es mencionado en Ias tradíciones egipcias a indias. También Hermes
Trismegistos, uno de los sabios más antiguos y de los hombres más iniciados
del antiguo Egipto, aludió a ello de un modo inequívoco en su Tabla de Hermes
y en el Libro de !as Leyes. Del mismo modo, Ia jerarquia cristiana ha respetado
las leyes cabalísticas en su fundación y ha armonizado la religión cristiana
y a todos sus representantes con las leyes universales. Así, por ejemplo, el número
cuatro, Ia Jod-He-VauHe, se simboliza por medio de los cuatro evangelistas y los
12 apóstoles por medio del Zodíaco, en el cual ai mismo tiempo se expresa el número
tres, puesto que 3 x 4 =12. Además los 72 discípulos de Cristo se relacionan
con el SchemHam-Phoras y están en secreta conexión con el número supremo de
la emanación divina originaria 9 (7 + 2 = 9). Serla demasiado extenso si
quisiera mencionar aquí todas las religiones que existieron en nuestro mundo y
Ias que hasta hoy existen y quisiera ponerlas en conexión analógica con las
diez ideas fundamentales. En caso de que al cabalista le interese profundizar más,
puede investigar por su cuenta. Sólo le he proporcionado aqul una referencia de
importancia, que él no debería pasar por alto.
Con seguridad muchos lectores
se preguntarán si por mística mantra quizá se deba entender cabalística
oriental. A menudo hasta aquellos lectores que ya se han dedicado al yoga y han
estudiado sistemas yoga particulares no pueden formarse una idea clara de los
mantras y tantras, y además de la cábala oriental. Una disertación completa
sobre los mantras resultaría demasiado extensa, de modo que debo limitarme a
instruir al lector interesado sólo desde el punto de vista de Ia ciencia hermética.
Todos los tipos de mantras no
tienen nada que ver con el lenguaje cósmico que el cabalista aprende en esta
obra. Los mantras son oraciones que contienen una o también varias ideas en una
sola oración, las Ilamadas fórmulas mantras, y ponen de relieve la fuerza o
caracteristica de una divinidad a venerar. Por ello podemos considerar todos los
mantras como plegarias y emplearlos en la práctica como apoyo de la meditación.
Por tanto los mantras no son fórmulas mágicas y tampoco provocan una fuerza
semejante. Los mantras son expresiones de ideas, que sirven a la veneración, a
la unión con la fuerza, esencia, poder, propiedad, etc., a ellas atribuidas. En
Oriente se denomina Mantra-yogi a todo aquel que utiliza Ios mantras, sin
distinción de Ia via de conocimiento que profese, sea que se dedique al
hatha-yoga, al rajayoga o a cualqúier otro sistema de yoga. Mantra-yoga es, por
tanto, el empleo de fórmulas de veneración de las divinidades y sus aspectos.
No sólo la religión india ensefa los mantras, también to hacen todas las
otras religiones. Las letanías de la religión cristiana, por ejemplo, se
pueden entender como mantras. Los mantras no sólo sirven para venerar a una
divinidad, sino también para establecer una relación íntima con la divinidad
o para expresar una idea divina en pocas palabras. A qué ser se adore es una
cuestión de cada individuo y se ajusta a su desarrollo espiritual, anlmico y
carmáfco. Da exactamente igual que el conocedor adore a Brahma, a Visnú, a
Buda, a Adi-Buda, a Cristo, Alá, etc.; los nombres no tienen ninguna
importancia. Lo que es importante a11í es que reconozca y venere las ideas
fundamentales de su divinidad en forma de propiedades universales, sin distinción
de aspecto. Por ello los mantras se adaptan a la postura religiosa de cada uno.
Desde el punto de vista hermético no se recomienda utilizar los mantras de
aquellas religiones que resultan extrafas al hermético. Si alguien empleara
mantras para una divinidad que le resultara extrafa o bien antipática, el use
de los mantras resultaría inútil. Por to común es siempre to inalcanzable,
incomprensible, lejano y extrafo to que cautiva al europeo y to hace
precipitarse sobre el mantra-yoga y venerar por medio de la repetición de
mantras a una divinidad por la cual eventualmente no se siente en absoluto atraído.
Por to común to inducen a esta práctica muchos libros sobre mantras que
afirman que la divinidad en cuestión cubre de dones a aquel que la venera en
caso de que éste emplee tal o cual mantra.
Entonces si, por ejemplo, un
cristiano con orientación religiosa llega de algún modo a la idea de que
pueden serle útiles mantras de índole india, pero no pone en juego la
orientación religiosa para la propiedad divina que express el mantra, cae en
una contradicción interna, no es capaz de introducirse en la esfera de energía
de la divinidad correspondiente y no podrá obtener éxito, u obtendrá un éxito
mínimo. Pero si un místico cristiano tiene una fuerte disposición religiosa
puede seleccionarse él mismo un mantra que contenga la fuerza, esencia,
propiedad, etc. de la divinidad por él venerada, sin tomar en cuenta si repite
el mantra en una lengua oriental o si to hace en su lengua materna. En Ia mística
mantra es ante todo importante colocar la idea divina simbólica en una oración.
Pero en el caso de que un hermético sienta simpatía por una divinidad
oriental, de modo que le resulte imposible unirse a un sistema religioso de
nuestro continente y a su divinidad, puede por supuesto venerar la divinidad
oriental que más le guste. Es posible que ello sea una sefal de que la persona
en cuestión ha vivido ya en una de sus encamaciones anteriores en la esfera de
la religión escogida. Puesto que el verdadero mago es clarividente, si es que
le interesa puede tomar conciencia de sus encarnaciones anteriores por medio de
una retrospección espiritual.
Existen dos clases básicas de
mantras: los dualistas y los monistas, to cual se ajusta siempre al desarrollo
espiritual y a la meta pretendida. Los mantras dualistas son aquellos que
colocan a quien venera a una divinidad en una posición tal que é1 es el
adorador y la divinidad o ser por él venerado se encuentra fuera de su
personalidad. Los mantras de contenido monista le ofrecen al adorador la
posibilidad de unirse, no fuera de sí sino en su propio interior, con la
divinidad o idea a venerar, de modo que el adorador se siente una pane de la
divinidad por él venerada, o bien directamente ella misma.
Los mantras dualistas pueden
tener, por supuesto, un matiz monista en tanto personifican a la divinidad a
venerar dentro o fuera de sí. Estos mantras se denominan en la India
Saguna-mantras. En cambio los mantras que expresan ideas abstractas, es decir
propiedades universales con las cuales el adorador se identifica, se llaman en
India Nirguna-mantras. Allí el principiante es familiarizado primero con los
Saguna-mantras, hasta que alcanza un grado de desarrollo tal que se encuentra en
condiciones de formar ideas abstractas y utilizarlas conforme a la mística
mantra, es decir conforme a los Nirguna-mantras.
Los escritos indios y otros
escritos orientales advierten que nadie debe dedicarse al mantra-yoga si no ha
elegido un maestro (gurú) para su camino. Sólo el verdadero gurú, versado en
la mística mantra, está en condiciones de comunicar al alumno un mantra
adecuado a su grado de madurez. En esta ocasión el maestro también le da al
alumno la explicación correcta de un mantra y el significado simbólico del
mismo. Lo inicia, por así decirlo, en la energía de la palabra, esto es del
mantra, y le explica Ias relaciones analógicas prácticas del mantra con la
divinidad correspondiente. Debido a que el gurú explica los mantras al alumno,
a éste se le aclara súbitamente el sentido secreto y aprende a comprender a la
divinidad a venerar. Esta iluminación o iniciación en el mantra
correspondiente se denomina en la terminología india el Abhisheka en
mantra-yoga. Debido a que el alumno recibe el Abhisheka de sq gurú, es decir
que entiende las relaciones, se encuentra en el acto capacitado para establecer
por medio de la mística mantra un contacto con la divinidad que le ha sido
asignada, ya sea de un modo dualista -saguna- o monists -nirguna-. Con ello no
se quiere decir, por supuesto, que el alumno maduro no tenga la posibilidad de
trabajar con un mantra de veneración determinado sin necesidad de un maestro
versado en la mística mantra; pero siempre transcurre un tiempo antes de que
comprenda la relación universal y pueda trabajar con éxito de un modo práctico.
En los libros de mística
mantra también se habla de los gurú-mantras. Existen dos posibles
interpretaciones de este concepto: 1. Un mantra que ha sido transmitido por el.gurú
al alumno maduro por medio del Abhisheka. También aquí puede tratárse de
diversos tipos de mantras, todos los cuales persiguen la consecución de una
meta. 2. Por gurú-mantra se entiende un mantra que el gurú mismo utilizó
alguna vez con determinados propósitos y que tal vez hizo muy efectivo repitiéndolo
durante afos. Queda fuera de toda duda que un mantra de esa clase, confiado a un
alumno, mantiene exactamente la misma energía y poder que en el gurú. Por
supuesto que un mantra de esa clase se transfiere sólo boca a boca, del gurú
al alumno, pero no se confia a nadie más.
No es propósito de la presente
obra la descripción detallada de los diversos mantras, ya sea saguna o nirguna,
indios, budistas o de otra procedencia oriental, como así tampoco su empleo,
fin, etc., y todo aquel que se interese en ello encontrará suficiente información
en la literatura oriental, que ha sido traducida a diversos idiomas.
Muchos mantras deben ser
repetidos también en posiciones especiales, Ias llamadas Asanas, en voz alta,
en un tono susurrante, o bien sólo con el pensamiento, y no tienen otra
fmalidad que la de fijar en el espíritu por medio de la repetición la idea que
expresa el mantra, para no distraerse. En los escritos se aconseja a menudo que
en caso de distracción perturbadora el mantra sea recitado en voz alta, para
poder concentrarse con mayor facilidad en la idea mística mantra. Los mantras
repetidos en tono susurrante tienen por supuesto un efecto mayor que los que se
pronuncian en voz alta. Aquellos mantras que se repiten sólo en forma mental
poseen el máximo efecto.
Para tener un control de la
cantidad de repeticiones en los ejercicios con mantras se puede utilizar como
ayuda un rosario o una cadena de perlas -cadena de nudos- (cadena tesbik) y
todas las veces se debe desplazar una perla del rosario con el pulgar y otros
dos dedos. El trayecto de 108 perlas de un rosario indio se denomina LHOK. Por
qué un Lhok arroja precisamente el número 108 y no más o menos 100, tiene un
significado místico-cabalístico. La suma de 108 da 9 (1 + 8 = 9) y el número
9 es el número del ritmo y ritmo es movimiento ininterrumpido. En Ia terminología
oriental el número 108 tiene además otro significado; de todos modos, es análoga
a la ciencia hermética. Quien tenga interés en ello se puede informar en la
literatura oriental. Es sabido que se pueden relacionar diversos rituales a
ideas, ya sea de tipo saguna o nirguna, con mantras, de modo que no es necesario
que entre en detalles. Todo sistema religioso se sirve en sus rituales,
oraciones y mantras, de los mismos métodos para venerar las ideas, propiedades,
etc. divinas, para unirse a ellas o también para utilizar las mismas de un modo
práctico para otros fines.
En muchos libros sobre mantras
también se habla de Bidju-mantras y de Bindu-mantras. Estos mantras no expresan
una idea divina en el lenguaje intelectual, sino que son letras que, reunidas
conforme a las leyes universales y dispuestas en una palabra, expresan a nivel
cosmológico una idea que se corresponde con las leyes. En consecuencia, un
bidju-mantra es de origen tántrico y, desde el punto de vista hermético, cabalístico.
El gurú confia al alumno la pronunciación correcta de un bidju-mantra por
medio de un abhisheka, como por ejemplo los conocidos bidju-mantras de los
Elementos, los llamados Tattwas: Ham, Ram, Pam, Vam, Lam, Aum, etc. Cuando el
maestro otorga al alumno el abhisheka, le enseHa al mismo tiempo a dinamizar el
mantra y luego también a usarlo en forma tetrapolar. Lo mismo ocurre en la
religión budista, donde los tantras de los cinco elementos, simbolizados en las
fórmulas bidju kha, ha, va, ra, a, son explicados por el maestro al alumno que
ha madurado para que los utilice de un modo práctico. En el empleo de los
mantras se puede recurrir a muchos otros medios para alcanzar un estado de
liberación, como por ejemplo, oraciones, purificaciones, ofrendas, todas las
cuales están destinadas a elevar el espíritu del alumno hacia un plano acorde
con el de la divinidad.
De to dicho se desprende con
claridad que el iniciado interpreta los mantras tat como son en realidad,
mientras que el lego a menudo ve en ellos todo, excepto to verdadero.
Por último llamaré brevemente
la atención sobre aquellos monjes orientales que utilizan para sus meditaciones
los llamados molinos de oraciones. Estos molinos de oraciones son dispositivos
semejantes a placas. gramofónicas en los que se graban mantras, eventualmente
también tantras, los cuales se repiten al girar el molino miles de veces a
incluso cientos de miles dè veces. Estos monjes creen que cuantas más veces
salmodien sus mantras -o. tantras- mediante el girar del molino, mayores
progresos harán en el camino de la felicidad. Si un molino de esta clase sirve
a los budistas o a los monjes sólo como una especie de ayuda en sus ejercicios
de concentración y son utilizados como los mantra-yogis indios utilizan los
rosarios -cadenas de perlas-q entonces pueden tener su fundamentación correcta
desde el punto de vista hermético. Pero si un monjè salmodia su mantra sin
pensar mientras su espíritu se dedica a otra cosa, esta idea se pierde y el
verdadero iniciado verá en tat hombre sólo un fanático religioso, un
sectario, y se compadecerá de él con razón.
Lo que un occidental entiende
por cábala es para los orientates, en particular para un indio, tibetano, etc.,
la ciencia tantra. Un hombre de raza blanca sólo puede comprenderla a la
perfección si domina por completo el modo de pensary de actuar oriental, to
cual sin embargo sólo sucede en los casos más extraordinários. Los iniciados
de Oriente guardan con mucho cuidado sus secretos y son muy reservados frente a
los hombres de raza blanca. Si, empero, alguna que otra vez se produce un
encuentro con un iniciado, el iniciado por to regular calla sus secretos o como
máximo sólo se expresa en símbolos o hace aquí y a11í una pequena alusión.
Recibir como occidental un ankhur o incluso un abhisheka de parte de un iniciado
de Oriente es una rareza. La ciencia yoga, sin distinción de los tipos y
sistemas, se ha vuelto con el correr del tiempo más accesible a la raza blanca
que el conocimiento sobre los tantras. Los iniciados guardan de un modo muy
estricto en especial su aplicación práctica, puesto que el tantra-yoga es el
saber más secreto y es conservado como una reliquia sólo en forma manuscrita
en diversos monasterios, los Ilamados Ashrams. Con el tiempo se han acumulado
miles de escritos tantra en diferentes monasterios. El alumno tiene acceso a
ellos en forma esporádica y sólo después de dificultosas pruebas de madurez.
Puesto que en esta obra
describo la cábala prácticay por razones técnicas no existe Ia posibilidad de
que trate también la ciencia tantra en detalle, mencionaré sólo algunos
puntos principales de esta última. Un cabalista experimentado podrá -en caso
de que tenga un muy especial interés en la ciencia tantra- alcanzar buenos
resultados prácticos también en la tantrística oriental en virtud de las
leyes de la analogía y de la clave del Tetragrammaton. Sin embargo, no es
condición básica el estudio de la ciencia tantra, y si el modo de pensamiento
oriental le resulta extraflo en relación con la religión, cosmovisión, etc.,
no le prestará especial atención a la tantrística. Lo que en última
instancia el tántrico puede alcanzar mediante sus tantras, to obtiene el
cabalista experimentado por medio del use de la cábala práctica. En este punto
no existe ninguna diferencia.
Habría que observar además
que la escuela tantra oriental, en particular la budista -por ejemplo en Tibet-,
emplea la clave del Tetragrammaton en el use de los tantras. El imán
tetrapolar, tal como to he descrito, también se usa allí. Los cinco
Budas-dhyani que se veneran no son otra cosa que conexiones con los cinco
elementos y sus principios. EI tántrico.budista que coloca su mandala y trabaja
de un modo tantrístico con el mismo sabe que cada divinidad, es decir cada símbolo-Buda-dhyana
representa un elemento, pero también una idea divina abstracta o incluso varias
ideas que se corresponden con los elementos. En la escuela tantrista cada
elemento tiene una fórmula tántrica determinada, que se hace inteligible al tántrico
ai trabajar con elementos. En la escuela budista el Vairocana-mantra
(a-va-ra-ha-kha) es tetrapolar, es decir conforme al Tetragrammaton.
A se atribuye all! a la Tierra
Va al Agua
Ra al Fuego
Ha al Aire
Kha al Eter.
En la tantrística india los
elementos tienen las siguientes fórmulas tántricas:
Lam
= Tierra
Vam
= Agua
Pam
= Aire
Ram
= Fuego
Ham
= Akasha
El alumno tantra aprende de un
gurú tantra experimentado a utilizar en la práctica un tantra universal en
forma tetrapolar y en todos los planos y esferas. Sólo un gurú de esta clase
está en condiciones de conferir ai alumno el verdadero abhisheka, es decir, la
verdadera iniciación en este aspecto.
Para no abreviar la descripción
de la doctrina cabalística debo prescindir de una explicación detallada de un
Abhisheka en tantra-yoga. Los datos le muestran en definitiva al cabalista que
la clave del Tetragrammaton desempeúa un rol importante en todas partes,
incluso en los misterios más secretos, que además es utilizada en todoslos
sistemas y que, en consecuencia, es la clave absoluta para la verdadera
realización.
En la doctrina india los
elementos son simbolizados mediante divinidades. También las diosas Maha-Swari,
Maha-Kali, Maha-Lakshmi y Maha-Saraswati son símbolos de ideas abstractas
universales que se relacionan en cierto modo con los elementos. El cabalista
interesado en este punto puede encontrar en todo libro sobre iconografia
oriental mayor información sobre los símbolos particulares de las distintas
diosas en relación con la clave del Tetragrammaton. Los tantras son, por tanto,
to mismo que la cábala, es decir el use práctico de las letras, sus leyes y
correspondencias en relación con los distintos planos. A1 igual que la cábala,
el tantra-yoga posee tantras simples y compuestos, los cuales son utilizados en
forma práctica en todos los planos, con considemción de su causa y efecto.
También en los tantras existen
fórmulas que son empleadas para energías espirituales, astrales y materiales,
para causas y otros trabajos mágicos. Comunicar pormenores al respecto
superaria los límites de mi libro. También cada nombre verdadero de un ser
superior, de una divinidad, etc. posee, teniendo en cuenta sus propiedades,
ideas y fectos, su correspondencia tántrica o cabalistica y la mayoría de las
veces expresada en forma simbólica por medio de la imagen de la divinidad. Por
ello, por ejemplo, algunas diosas poseen varias manos y en cada mano sostienen
la representación simbólica de una propiedad. Asl, por ejemplo, la diosa
Maha-Lakshmi tiene cuatro manos y to que sostiene en cada mano expresa una idea
que le corresponde. En una de las manos derechas sostiene la flor del loto como
símbolo de la pureza, la belleza, el amor y el saber divino.
La mano derecha anterior
muestra un gesto bendicente como signo de protección, pero al mismo tiempo de
la voluntad y e) poder. En una de las manos izquierdas sostiene un hatillo de
espigas, con to cual se expresa lá idea de la abundancia. En la cuarta mano
sostiene un portamonedas, que simboliza la idea de la riqueza y del bienestar.
EI nombre tántrico de cada divinidad es transmitido bajo secreto por un
verdadero gurú al aprendiz tantra por medio del abhisheka. Quien ejercita el
tantra puede entonces unirse con la divinidad escogida con ayuda de los tantras
y trabajar de un modo práctico con las energías atribuidas a aquélla.
Los ejercicios tantras, en caso
de que deban poseer la verdadera energía mágica, deben ser practicados durante
afos hasta que el alumno se encuentra por fin en condiciones de poner en práctica
el tantra en forma correcta para provocar el efecto mágico deseado.
En todo Oriente existen sólo
muy pocos yogis iniciados por completo en la ciencia tantra. Pero hay mucho
misticismo y se cometen muchas tonterías con los tantras. Sólo un iniciado en
el tantra-yoga puede explicar de un modo correcto un tantra al alumno, en tanto
le ensefa con exactitud todas Ias correspondencias de las ideas determinadas y
le ensefa a pronunciar el tantra en forma correcta y paulatina con toda su
conciencia espiritual. Le ensefla al alumno to mismo que debe hacer un
cabalista, es decir utilizar el tantra en forma tetrapolar.
Todo tántrico, se trate de un
oriental o de un occidental, debe saber pronunciar el tantra con las cuatro
propiedades fundamentales del espíritu, esto es con la Voluntad, el Intelecto,
el Sentimiento y la Conciencia -conciencia de la idea correspondiente-. Los métodos
de la presente obra ensefan en detalle cómo debe pronunciarlo en forma cabalística
un hombre que no pertenece a la religión y cosmovisión oriental.
En Oriente se abusa muy a
menudo de la credulidad de los hombres que tienen una predisposición religiosa
muy fuerte, y hay a11í muchos llamados maestros que se hacen pasar por tántricos
o yogis pero en verdad no tienen una pálida idea de las verdaderas leyes y
correspondencias y profanan este saber tan elevado con fines personales. Así,
como -consecuencia de tal misticismo, muchos europeos han cometido los errores más
groseros, debido a que han tomado al pie de la letra aquello que sólo debía
ser comprendido de un modo simbólico. Entonces, cuando las instrucciones de
Oriente que deben ser interpretadas sólo a nivel simbólico han sido
transmitidas en algún lenguaje intelectual, sin comentarios y sin abhisheka,
han surgido grandes errores, sin tomar en absoluto en cuenta todas las tonterías
que se han cometido con la ciencia hermética en el transcurso del tiempo. Por
ello los verdaderos escritos orientales advierten con razón a todo alumno que
el camino del desarrollo espiritual no debe ser emprendido sin un gurú, puesto
que sólo un verdadero gurú se encuentra en condiciones de clarificar al alumno
el sentido secreto de los sistemas de yoga y de los métodos tántricos.
También a ellas dedico en la
presente obra un pequeflo apartado. Primero, porque son decisivas para la cábala,
y segundo, para explicar al verdadero cabalista qué es en verdad una fórmula mágica
y cómo diferenciarla de las fórmulas mántricas, tántricas y de otros tipos.
Existen fórmulas mágicas tántricas que se apoyan en las leyes universales,
pero por to general se utilizan sólo para fines egoístas en el plano material.
Las fórmulas mágicas tántricas están compuestas exactamente según las leyes
universales y cada letra aislada contiene una legalidad conforme a la fórmula
con referencia a la causa y efecto. El mago también debe utilizarlas en forma
tetrapolar si quiere obtener el efecto deseado con la fórmula mágica que le ha
sido-confiada.
Además existen fórmulas mágicas
que son transmitidas al mago por seres, pero que no tienen nada que ver con las
verdaderas fórmulas tantra. No es necesario que tales fórmulas se correspondan
con las leyes universales, puesto que el mago las obtiene de seres. Por to común,
cuando se emplean estas fórmulas mágicas no es la fómula la que provoca el
efecto deseado, sino el ser y el servidor subordinado a él. Sobre el tema ya he
escrito en detalle en rlai segunda obra, "La Práctica de la Evocación Mágica".
Otra clase de fórmulas mágicas
es la siguiente: Muchos hombres utilizan a modo de ritual una y la misma fórmula
mágica con un propósito detenminado, y con ello producen una batería o un
voltio en el mundo invisible. Entonces el voltio cargado provoca en el mundo
invisible el efecto deseado. Esta clase de fórmulas mágicas también pueden
emplearla con éxito hombres que no han cultivado su espíritu. Pero tiene la
desventaja de que el espíritu del hombre que utiliza la fórmula se liga a la
esfera de las energías de un modo tan fuerte que sólo con mucha dificultad
puede liberarse de ella. Por ello el use de tales fórmulas mágicas es muy
peligroso y no es aconsejable para ningún cabalista.
Existe otra clase de fórmulas
mágicas, aquellas en las cuales se repite una única palabra, sin tomar en
cuenta si expresa una legalidad o corresponde a una idea determinada, hasta que
actúa en forma dinámica y produce el efecto deseado. No es necesario poner
especial énfasis en que la dinamización de una fónmula semejante requiere de
mucho tiempo y paciencia.
En consecuencia, existen fórmulas
tántricas, es decir fórmulas mágicas universales con carácter legal, y fórmulas
mágicas relativas, construidas por un individuo o bien por varios hombres
juntos. Por to regular una fórmula mágica sirve -como ya hemos observado- a
fines personales, se trate de consecución de riqueza y poder o del dominio de
seres, etc. Es evidente que las fórmulas mágicas también pueden ser empleadas
en otros planos, para la obtención de un trabajo con motivos egoístas, sin
distinguir si los efectos son provocados por un ser, un voltio o cualquier otra
fuerza.
Para fines espirituales
elevados no existen fórmulas mágicas semejantes. Para estos casos sólo
existen combinaciones cabalísticas y tántricas que por cierto pueden ser
consideradas como una especie de fórmulas, pero que contienen una legalidad
universal muy definida y para cuya aplicación se debe recurrir, por supuesto, a
la clave del Tetragrammaton.~
Las muchas fórmulas de conjuro
que se citan en los grimorios sobre conjuros de demonios y otros seres negativos
no tienen nada que ver con la pura y verdadera cábala o con la pura y verdadera
ciencia tantra. Estas fórmulas mágicas proceden de seres o bien han sido
construidas en virtud de un poder ritualista o voltaico. Un verdadero mago y un
verdadero cabalista considerarán indigno ocuparse de este tipo de fórmulas mágicas.
Considero que es mi deber escribir sobre ello a título informativo, para
explicar la diferencia entre un tantra y una fórmula mágica y evitar
confusiones. Aquellas fórmulas mágicas que aparecen en los cuentos
maravillosos en conexión con magos, brujas, etc., contienen también un trozo
de verdadera ciencia hermética, porque los cuentos maravillosos no son sólo
puras narraciones, también son una reproducción simbólica de muchos misterios
herméticos. Para un versado en la magia y la cábala, que entiende el lenguaje
simbólico, los cuentos maravillosos revelan muchos misterios, puesto que está
acostumbrado a observar todos los acontecimientos con ojos muy distintos que los
de un hombre no instruido. A un hermético no le parecerá sorprendente que tal
vez ya en su juventud mostrara preferencia por cuentos maravillosos cuyo
contenido recuerda con placer aún en arflos posteriores, puesto que comprende
su verdadero y elevado sentido, el cual sin embargo sólo puede ser leído entre
líneas.
Ya he hecho referencia muchas
veces a la interpretación insuficiente de los libros orientales sobre yoga,
tantra y otros dominios espirituales, y he puesto de relieve que casi todos los
a ~ritores que han traducido estas obras de un lenguaje oriental a uno
occidental,4o han tomado en cuenta que su contenido debe ser entendido en forma
simbólica. Para un verdadero hermético es fácil, por supuesto, distinguir
entre un lenguaje simbólico y uno intelectual. Un hermético jamás traducirá
en forma literal las obras orientales y siempre estará en condiciones de
comprender de un modo correcto el verdadero sentido de la doctrina y en
particular de Ia ciencia hermética que estas obras contienen y de elaborarlo
para ponerlo en práctica. Por ello los muchos escritos sobre cábala, mística,
etc. han sido comprendidos si no de un modo totalmente incorrecto, si en gran
parte de un modo unilateral, y asl han sido reproducidos. Puesto que durante
muchos siglos se han escrito innumerables obras sobre la ciencia hermética y la
mayor parte de ellas son de origen oriental, con to cual cada traductor tomó el
verdadero saber de otro y eventualmente también especuló con él y to modificó,
es muy fácil de entender que las verdaderas leyes y el verdadero saber
resultaran siempre ininteligibles, y que por ello permanecieran ocultos y con el
tiempo se hayan perdido casi por completo.
Con el transcurso del tiempo se
han formado, como podía suponerse, muchas sociedades místicas, todas las
cuales afirman estar iniciadas en el verdadero saber. Pero un verdadero mago no
se unirá por medio de eventuales juramentos, etc., a ninguna sociedad, como
quiera que ésta se denomine, y se mantendrá libre de todas las bandas del
mundo para seguir su camino espiritual sin presiones ni reconocimiento de una
autoridad. En todos los verdaderos círculos de iniciados el maestro es con
respecto al alumno un profesor y un amigo, y jamás empleará su autoridad para
influir al alumno en su cam?no espiritual ni to obligará a reconocer aquélla.
Allí donde se ejerce una cierta presión sobre el alumno, ya sea mediante
juramentos a obligaciones de oao tipo, casi nunca es de suponer que es el
verdadero saber to que allí se ensefla. Habría mucho que decir al respecto,
pero estas rápidas consideraciones deben advertir que en las numerosas
sociedades místicas que existen en nuestra tierra no siempre es posible obtener
el saber más puro y más perfecto y que un alumno siempre debe aspirar a seguir
su propio camino de iniciación. Por to común son motivos financieros los que
constituyen la causa última de muchas sociedades, y tarde o temprano los
miembros experimentan con amargura que en esos sitios pueden obtener cualquier
otra cosa antes que verdadero saber.
Al cabalista le interesa ante
todo el use práctico de la palabra universal y por consiguiente el use de las
letras, que conduce al conocimiento del lenguaje cósmico. La mística cabalística
tiene su origen en el lejano Este -en Oriente- y existe desde los tiempos
primitivos. Desde los comienzos de la humanidad los iniciados han transmitido la
mística cabalística a modo de tradición de una raza a otra. En los últimos
tiempos, la mística de las letras difundida por J. B. Kerning ha encontrado
muchos interesados. La idea de esta mística es asimismo de origen oriental.
Kerning se refiere a la Biblia desde un punto de vista religioso, en tanto por
medio del deletreo interpreta el bafío de pies de Cristo de un modo simbólico.
No es mi intención censurar el
sistema de Kerning. Cada uno puede actuar según sus convicciones y permanecer
dentro del sistema por él elegido en caso de que no pueda acceder a algo mejor.
Un verdadero hermético no pondrá en relación la mística de las letras con el
bafio de pies de los apóstoles, puesto que éste tiene, tomado en sentido hermético,
un significado por completo distinto: a saber, que el individuo tiene que
comenzar su desarrollo desde las esferas más bajas, es decir desde los planos
inferiores de la tierra.
En el mundo civilizado se ha
escrito lamentablemente muy poco sobre la mística de las letras, de modo que
nadie puede formarse una imagen auténtica de su use correcto. La escuela de
Kerning, que recomienda el deletreo en los pies, no es recomendable desde el
punto de vista hermético. El hermético sabrá al instante por qué; porque al
concentrar las letras en los pies se practica un desplazamiento de la
conciencia, y todo desplazamiento de la conciencia, sea hacia los pies o hacia
cualquier otra parte del cuerpo, provoca en ese sitio una acumulación de sangre
que no es natural. Si el medio para lograr el propósito son letras, palabras
simples o compuestas, nombres de Dios, etc., no introduce ningún cambio en este
punto. A1 trasladar la conciencia a los pies y concentrarse en los mismos se
origina un calor que los místicos consideran erróneamente como el fuego místico.
Al desplazar la conciencia aparecen determinados efectos colaterales psicológicos,
fisiológicos, etc., que también erróneamente pasan por experiencias místicas,
por estados especiales de tipo anímico y espiritual.
Quien tiene un carácter bueno
y fuerte, posee virtudes morales y persigue ideales elevados, no necesita por
cierto desequilibrarse con los ejercicios de Ia escuela Kerning y percibir en sí
mismo descompensaciones psicológicas, etc., momentáneas. En cambio los hombres
que no tienen un carácter firme y no se encuentran bien de salud, es decir que
poseen poca resistencia, pueden sufrir grandes dafos corporales, anímicos y
espirituales mediante la aplicación de un sistema tan unilateral.
Si un alumno quisiera poner en
práctica con propósitos herméticos Ia mística de las letras tal como la
describe Kerning, debería por to pronto encontrarse en perfecto equilibrio
corporal, anímico y espiritual, y haber educado y afirmado tanto la voluntad,
el intelecto y el sentimiento a consecuencia de duros y constantes ejercicios de
concentración como para dominar a la perfección los tres elementos -Fuego,
Aire y Agua- a fin de operar sin peligro con su conciencia. Pero quien ha
equilibrado estos tres elementos en cuerpo, alma y espíritu y ha alcanzado un
cierto grado de firmeza no se dará por satisfecho con un sistema tan
defectuoso. Dotado de estos méritos, ya sigue el camino de la perfección, de
modo que su intuición le muestre el camino de la legalidad.
El peligro de la perturbación
del equilibrio por ejercicios místicos unilaterales (ejercicios de letras) es
mucho más grande, por supuesto, en el caso de los fanáticos. Ya he encontrado
muchos hombres en los cuales han aparecido perturbaciones espirituales tras períodos
más cortos o más largos de entrenamiento en la mística de las letras, es
decir en razón de ejercicios erróneos de desplazamiento de la conciencia. Por
medio de influjos mágicos he podido restablecer el equilibrio en estos
consternados y preservarlos de posteriores dafos a la salud. La práctica de la
mística de las letras en los pies conduce a una disociación de la conciencia,
a la llamada esquizofrenia con todas sus secuelas. Un verdadero estudioso no se
dedicará, por tanto, a la mística de las letras antes de cumplir con las
condiciones previas que se necesitan para obtener éxito.
De aquí se desprende con
claridad cuán irresponsable resulta comprender mal las obras de origen
oriental, y trasladarlas al pie de la letra a un lenguaje intelectual.
La verdadera mística cabalística
de las letras, tal como la describo enmi presente obra, es antiquísima y está
construida sobre las analogías de las leyes universales. La mística cabalística
universal es algo muy diferente de la pura ejercitación en el desplazamiento de
la conciencia, al margen de que para ello se utilicen sólo letras aisladas o
mantras. Las leyes universales y sus analogías deben ser tomadas en consideración
en el espíritu, alma y cuerpo cuando se trabaja en forma práctica. En la
verdadera mística cabalística el cabalista no trabaja sólo con la conciencia;
aprende a emplear en la práctica letras y luego palabras compuestas -fórmulas-
con las cuatro propiedades fundarnentales de su espíritu, es decir con la
voluntad, el intelecto, el sentimiento y la'conciencia -imaginación-. El hecho
de que al principio deba mantener separadas, por supuesto, las cuatro
propiedades fundamentales del espíritu para poder luego proyectar en la esfera
del espiritu, del alma y de la materia una letra, sus energías y
correspondencias, con las cuatro propiedades fundamentales del espíritu en
conjunto, en sí mismo y fuera de sí mismo, se corresponde con la construcción
de la verdadera cábala, de la verdadera mística cabalística. En Ia parte práctica
de esta obra encontrará el cabalista principiante más detalles sobre el curso
sistemático por niveles de esta mística y además sobre el use del imán
tetrapolar en el espíritu, el alma y el cuerpo.
Antes de concluir el
tratamiento teórico de la mística cabalística y proceder a la descripción de
la cábala práctica, haré sólo una breve referencia a la magia cabalística,
de modo que el cabalista pueda juzgarla en forma correcta.
Como se desprende de to ya
dicho, la mística cabalística tiene por objeto preparar el microcosmos, es
decir el cuerpo, el alma y el espíritu para el use de las letras de un modo tal
que el cabalista se encuentre en condiciones de servir al Creador, esto es, de
actuar de un modo creador por medio de la palabra. En virtud de la ejercitación
sistemática con ayuda de la voluntad, el intelecto, el sentimiento y la
conciencia junto con la imaginación, cada letra recibe un significado por
completo distinto del que posee cuando es pronunciada sólo con el intelecto.
Las palabras formadas de un modo cabalístico, con una correspondencia exacta
con las leyes universales, son palabras creadoras, poseen el mismo efecto que si
fueran pronunciadas por Dios.
Hablar de un modo cabalístico
significa: Crear algo de la NADA. Este es el mayor misterio que se revela y se
hace inteligible al hombre: Que el hombre se encuentra en condiciones, al igual
que el Creador, de poner en movimiento de un modo consciente las leyes
universales. Cada palabra pronunciada de un modo correcto en forma mágico-cabalística
debe hacerse realidad al instante. Un no iniciado jamás podrá desencadenar la
energía de la letra en forma tetrapolar, puesto que no posee la facultad del
espiritu, del alma y del cuerpo para pronunciar de un modo creador las letras y
palabras cabalísticas.
Los conocimientos teóricos
solos no capacitan a nadie para poner en movimiento las energías que contienen
las letras y palabras aisladas. Es por ello que siempre he secialado que se
tomara mi primera obra "Iniciación al Hermetisrno" de un modo práctico,
puesto que por medio de la formación en etapas dei cuerpo, el alma y el espíritu
se obtiene un gado de madurez determinado y por medio de tos ejercicios que
preparan para el camino de la perfección se educa como corresponde las cuatro
propiedades fundamentales det espíritu.
Quien, no obstante ello,
comienza en forma directa con el estudio de la cábala mística sin haber hecho
el primer curso, debe desarrollarse sólo de un modo paulatino mediante una muy
larga ejercitación de las propiedades fundamentales aisladas. Esto resulta con
mucho más dificultoso que el estudio práctico de mi primera obra.
Mística cabalística es, en
consecuencia, la preparación de cuerpo, alma y espíritu para aprender y usar
en forma práctica la palabra mágica, el lenguaje cósmico. La magia cabalística
sólo entonces es factible cuando el cuerpo, el alma y el espíritu están
preparados conforme a las leyes universales, es decir, por medio de la clave del
Tetragrammaton.
La terminología india ha
escogido la palabra WAG para la magia cabalística, con la cual se sefala el
estado de madurez del centro Visudha que se sitúa en la laringe. La diferencia
entre un mago y un cabalista reside en que el mago debe los efectos deseados a
las causas provocadas por seres, mientras que el mago experto en la cábala, el
verdadero cabalista, obtiene todo por medio de su palabra creadora, sin distinción
de esferas y niveles, y sin tener que recurrir a ningún ser.
En la magia cabalística
existen muchos sistemas, y en la práctica se pueden utilizar muchas claves.
Describirlas todas significaría llenar volúmenes enteros. Si sólo se piensa
que una propiedad fundamental del espíritu, por ejemplo, se Ileva a cabo con
ayuda de 32 sistemas y que el espíritu humano posee cuatro propiedades
fundamentales, existen entonces 128 sistemas que se podrían dividir, según la
escala de claves de las Sefirots, en diez niveles.
Yo describo sólo el use sistemático
de una clave, la clave del Tetragrammaton, que es la clave de to absoluto y de
la realización. En la magia cabalística la clave del Tetragrammaton es una de
las claves universales más importantes, y con ella se comienza en todas partes
el estudio de la cábala. Sólo a la Divina Providencia le está reservado
decidir si puedo publicar en forma sistemática otras claves que se relacionan
con el microcosmos y el macrocòsmos. Además, esto depende ante todo del tiempo
que deberé permanecer aún sobre este planeta. Con esta obra inicio al
cabalista en los secretos dei nombre inefable, es decir en el use de la clave
del Tetragrammaton, de modo tal que estará capacitado para servirse del
lenguaje universal a fin de poder actuar de un modo creador por medio de la
palabra.
Por último menciono en este
capítulo la talismanología cabalísticomágica. Los talismanes mágico-caballsticos
son signos, símbolos o letras que son grabados o escritos en analogía con las
leyes universales. Las letras o signos particulares son cargados con las cuatro
propiedades fundamentales del espíritu con ayuda de la palabra creadora, dicha
en forma correcta de un modo cabalístico. Semejante talismán mágico-cabalístico
no pierde jamás su efecto, puesto que la palabra cabatística es cautivada en
el sello, talismán o pentáculo en cuestión a los fines de la eficacia, y por
ello representa un auténtico instrumento mágico. Por supuesto que sólo un
mago experimentado, perfectamente versado en magia y cábala, puede dedicarse a
la taslimanologta cabalístico-mágica.