Realizar un
sermón sobre este relato histórico, es encontrar un mensaje que se centra en la
respuesta del rey Josafat a una crisis militar, destacando temas como la fe, la
oración y la búsqueda de Dios. Temas muy importantes para nuestros tiempos de
hoy.
Los puntos
claves que se suelen abordar son la naturaleza de la amenaza, la reacción
inicial de temor del rey, su posterior decisión de buscar al Señor y su llamado
a toda la nación a ayunar y orar. Este pasaje bíblico sirve como un poderoso
ejemplo de cómo los que somos creyentes debemos afrontar desafíos abrumadores
recurriendo a Dios con humildad y dependencia.
El libro de 2
Crónicas narra la historia del reino de Judá, enfocándose en la vida de sus
reyes. El capítulo 20 comienza con una amenaza inminente: una coalición de
ejércitos enemigos (los moabitas, amonitas y meunitas) marcha contra el rey
Josafat. A pesar de que Josafat era un rey justo que buscaba a Dios, se
enfrentaba a un desafío que superaba sus propias fuerzas. La noticia de que un
"gran ejército" venía contra él lo llenó de miedo. ¿Y ahora? ¿Qué hacer ante
estas circunstancias?
La primera
reacción de Josafat, tal como se registra en el versículo 3, es el miedo. Esta
emoción es natural y humana, y la Biblia no la esconde. Sin embargo, lo crucial
no es el miedo en sí mismo, sino lo que Josafat hace a continuación. En lugar de
sucumbir a la desesperación o actuar impulsivamente, "dispuso su rostro para
buscar a Jehová." Esta es una lección fundamental: aunque el miedo puede ser
inevitable, no debemos dejar que nos paralice.
La respuesta
correcta es usarlo como un catalizador para buscar a Dios con más urgencia y
determinación. Josafat no confió en su propio ejército ni en estrategias
humanas; en cambio, puso su confianza completamente en Dios. Josafat se
encuentra rodeado por enemigos más grandes y poderosos. La noticia es clara:
“una gran multitud viene contra ti”.
Así también,
cuando nosotros enfrentemos “ejércitos” en la vida: problemas de salud, crisis
familiares, pruebas espirituales, incertidumbre económica, debemos seguir el
ejemplo del rey Josafat. No siempre podemos controlar lo que viene contra
nosotros, pero sí podemos decidir cómo responder. El problema no es sentir
temor, sino dejar que el temor no nos paralice. Josafat transforma su miedo en
búsqueda: “humilló su rostro para consultar a Jehová”.
Ahora bien,
Josafat no confía en sus ejércitos ni en alianzas políticas, sino en el Señor.
Convoca al pueblo al ayuno y a la oración.
Aquí está la clave: en lugar de huir o desesperar, se humilla y busca al Dios
que puede librar.
De ahí que,
cuando la iglesia enfrenta crisis, este es nuestro llamado: unirnos en clamor,
poner el problema en las manos del Señor.
Después de
que Josafat decide buscar a Dios, el versículo 4 muestra cómo él invita a todo
Judá a unirse en esta búsqueda. La gente de todas las ciudades acude a Jerusalén
para orar y ayunar. Este llamado a la unidad en la oración y el ayuno demuestra
varias verdades importantes: Humildad; el
ayuno es un acto de humillación, una forma de admitir que somos impotentes y que
dependemos completamente de Dios. Unidad;
la oración colectiva fortalece a la comunidad de creyentes. Cuando enfrentamos
desafíos, no estamos solos; nos apoyamos mutuamente en la fe. Fe;
la acción de Josafat no solo fue para él, sino para toda la nación, demostrando
su fe en que Dios respondería a un clamor unido.
La oración en
comunidad es una fuerza espiritual que rompe cadenas. Dios escucha no solo al
individuo en su cuarto, sino también al pueblo que clama unido. La iglesia de
hoy necesita recuperar ese espíritu: no sólo reuniones sociales, sino asambleas
de clamor.
Como
conclusión, podemos decir que: cuando no sepamos qué hacer, busquemos al Señor
primero. El miedo es natural, pero la fe nos
lleva a doblar rodillas en lugar de rendirnos. La oración y el ayuno son armas
espirituales poderosas. La comunidad de fe unida en clamor atrae la intervención
divina. Cuando no sabemos qué hacer, pongamos nuestros ojos en Aquel
que todo lo puede. Amén.