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  DE PESCADORES A PESCADORES DE HOMBRES

 

(Mateo 4:19)

"Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres."

Los doce discípulos (también llamados apóstoles) fueron escogidos por Jesús para estar con Él, aprender de Su enseñanza y luego continuar Su misión. Ellos representan el fundamento de la Iglesia primitiva. El objetivo de esta reflexión no es solo enumerar a los doce, sino entender el significado de su llamado, su proceso de transformación y las lecciones que sus vidas nos dejan hoy.

Veremos la lista tradicional de los Doce Apóstoles según los Evangelios (Mateo 10:2-4, Marcos 3:16-19, Lucas 6:13-16) y Hechos 1:13:

  1. Simón Pedro (llamado también Cefas) – El impetuoso, pescador, el líder natural. Se destaca su impulsividad (cortando la oreja), su fe (caminando sobre el agua) y su gran negación. Se resalta la restauración de Jesús después de su resurrección (Juan 21).

  2. Andrés – hermano de Pedro, también pescador; fue discípulo de Juan el Bautista antes de seguir a Jesús. Se le conoce como el evangelista silencioso. Siempre llevando a otros a Jesús (su hermano Pedro, el muchacho con los panes y peces).

  3. Santiago el Mayor – hijo de Zebedeo y hermano de Juan, uno de los tres más cercanos a Jesús.

  4. Juan – hermano de Santiago, “el discípulo amado”, evangelista y autor de varios escritos del NT.

  5. Felipe – de Betsaida, llamado por Jesús directamente. El práctico y analítico. Siempre buscando soluciones lógicas (¿De dónde compraremos pan?).

  6. Bartolomé (también identificado como Natanael) – hombre sincero, según Juan 1:47.

  7. Tomás (llamado Dídimo) – conocido por sus dudas hasta que vio a Jesús resucitado. El dubitativo, el "gemelo". Representa a todos los que necesitamos ver para creer. Se habla de su honestidad y de su confesión final: "¡Señor mío, y Dios mío!" (Juan 20:28).

  8. Mateo (Leví) – publicano (cobrador de impuestos) convertido en seguidor de Cristo, autor del Evangelio según Mateo. El marginado, el traidor a su pueblo. Su llamado demuestra que la gracia de Dios es para todos, sin importar nuestro pasado.

  9. Santiago el Menor – hijo de Alfeo.

  10. Judas Tadeo (también llamado Lebeo, o simplemente Tadeo).

  11. Simón el Cananista (o el Zelote). El extremista político. Su unión con Mateo (el publicano) es un milagro. Muestra que el evangelio une a las personas más opuestas.

  12. Judas Iscariote – el que traicionó a Jesús. Se menciona su tragedia, no para condenarlo, sino para destacar el libre albedrío y el peligro de la codicia y la falta de fe. Su historia es una advertencia.

Nota. - Después de la traición y muerte de Judas Iscariote, fue elegido Matías para completar nuevamente el número de doce (Hechos 1:26).

Es bueno tomar nota que Jesús al comenzar su ministerio, no eligió multitudes para que lo acompañaran de cerca, sino a doce hombres comunes. No eran sabios según el mundo, ni grandes líderes políticos, ni sacerdotes del templo. Eran pescadores, un cobrador de impuestos, un zelote. Hombres con defectos, temperamentos distintos y hasta rivalidades. Pero Jesús los llamó, los transformó y los envió.

En esta oportunidad, reflexionaremos tres enseñanzas sobre los Doce Discípulos con el objetivo de que nos inspiren como Iglesia, en el presente, para el cumplimiento de la Gran Comisión (Mateo 28:19.20).

1. Jesús llama a personas comunes

Ninguno de ellos tenía un currículum brillante para ser “fundadores de una iglesia mundial”. Pero Jesús los llamó no por lo que eran, sino por lo que podían llegar a ser en Sus manos.

Hoy en día, el Señor también nos llama a nosotros, con nuestras limitaciones, para servir en su Reino. No importa el pasado, sino la disposición a seguirle.

2. Jesús los transforma en el camino

Al caminar con Jesús:

Jesús no solo llama, sino que cambia la vida de quienes le siguen. La vida cristiana es un proceso de transformación. No somos perfectos, pero en comunión con Cristo vamos siendo renovados día a día.

3. Jesús los envía con poder y misión

En Mateo 10, Jesús les dio autoridad:

De hombres temerosos pasaron a ser testigos valientes que llevaron el Evangelio hasta los confines de la tierra. De ahí que, la Iglesia no está llamada a quedarse encerrada en templos, sino a ser enviada al mundo con el mensaje de salvación, esperanza y amor.

Como reflexión final podemos decir que los Doce Apóstoles son un espejo de la Iglesia:

Hoy, Cristo sigue llamando discípulos: a todos nosotros. Y su invitación es la misma: “Sígueme”.

Señor, gracias porque llamaste a hombres sencillos para ser tus discípulos y por medio de ellos nos enseñas que Tú no miras la apariencia, sino el corazón. Llamaste, transformaste y enviaste, y así también quieres hacerlo con nosotros hoy. Haznos fieles a tu llamado y valientes en tu misión. Amén.

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

 

                                 


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