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  SIEMPRE GOZOSOS, oRAR SIN CESAR, Y DAR GRACIAS EN TODO

 

(1 Tesalonicenses 5:16-18)

"Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús."

Hoy en día, vivimos en tiempos donde las emociones cambian rápidamente. La alegría muchas veces depende de las circunstancias, la oración se vuelve esporádica y la gratitud escasea en medio de las pruebas. Pero Pablo nos da aquí tres mandamientos simples y radicales que forman el corazón de la vida cristiana.

Estos mandamientos son un llamado a una forma de vida que desafía la lógica humana, especialmente en un mundo lleno de pruebas, desilusiones y dificultades. Pablo nos exhorta a adoptar una actitud de gozo constante, oración incesante y gratitud universal, no como sugerencias opcionales, sino como la expresa voluntad de Dios para cada uno de nosotros en Cristo Jesús.

I. Estad siempre gozosos

¿Qué significa "siempre gozosos"? No es una alegría superficial o una euforia constante, sino un gozo profundo y arraigado que proviene de nuestra relación con Cristo. Es un gozo que persiste a pesar de las circunstancias, no porque las circunstancias sean siempre buenas, sino porque nuestra esperanza está puesta en algo más grande que ellas.

La fuente del gozo cristiano es el Espíritu Santo (Gálatas 5:22), la seguridad de nuestra salvación, la promesa de la vida eterna, la presencia de Dios en nuestras vidas. Pablo escribe esto a una iglesia que sufría persecución, pero les recuerda: el gozo es fruto del Espíritu (Gálatas 5:22). El gozo del cristiano no depende de lo externo, sino de lo eterno.

Ejemplos bíblicos tenemos: Pablo y Silas en la cárcel cantando himnos (Hechos 16:25); Jesús en el Getsemaní, aunque con agonía, cumpliendo la voluntad del Padre.

¿Cómo podemos cultivar este gozo? Centrándonos en las verdades de Dios, recordando sus fidelidades pasadas, confiando en su soberanía en el presente y esperando su gloriosa venida. No es una emoción que fabricamos, sino una postura del corazón que cultivamos. No permitamos que las noticias, los problemas o las decepciones roben nuestro gozo. El gozo del Señor es nuestra fortaleza (Nehemías 8:10).

II. Orad sin cesar

¿Qué significa "orar sin cesar"? Esto no significa estar todo el día repitiendo oraciones, sino vivir en constante comunión con Dios. Es cultivar una vida de dependencia, como respirar: siempre conscientes de la presencia de Dios.

No implica estar de rodillas las 24 horas del día. Significa mantener una actitud de comunicación constante con Dios, una conciencia de su presencia en todo momento. Es vivir en un espíritu de oración, donde cada pensamiento, cada decisión, cada desafío nos lleva a conectarnos con Él.

Hay muchas formas de oración continua: oraciones cortas a lo largo del día, meditación en la Palabra, acción de gracias, peticiones por otros, confesión.

Los beneficios de la oración incesante es fortalecer nuestra relación con Dios, nos da dirección, nos provee paz en medio de la tormenta, nos recuerda nuestra dependencia de Él. Como ejemplo tenemos a Jesús que se retiraba a orar frecuentemente. Si Él necesitaba tiempo con el Padre, ¡cuánto más nosotros!

Que nuestra vida sea una conversación constante con nuestro Creador. Que aprendamos a llevarle todo a Él, desde lo más trivial hasta lo más trascendental. Oremos en la mañana, en medio del trabajo, mientras caminamos. Hagamos de nuestra vida un diálogo continuo con Dios.

III. Dad gracias en todo

¿Qué significa "dar gracias en todo"? Es el desafío más grande de los tres. No dice "dar gracias POR todo", sino "dar gracias EN todo". No se nos pide agradecer el mal o la tragedia, sino encontrar motivos para agradecer a Dios EN medio de las circunstancias difíciles. Hay situaciones dolorosas que no entendemos, pero incluso allí podemos hallar razones para agradecer: Porque Dios está con nosotros; porque toda obra para bien (Romanos 8:28); porque el sufrimiento produce carácter.

La perspectiva de la gratitud es reconocer que Dios es soberano, que Él puede obrar incluso lo malo para nuestro bien (Romanos 8:28). Ver la mano de Dios en los detalles pequeños, en las lecciones aprendidas, en la fortaleza obtenida a través de la adversidad.

Tenemos como ejemplo a Job, quien, en medio de la tragedia más profunda, adoró a Dios; a David, quien en sus salmos expresaba gratitud incluso en la aflicción.

Practiquemos la gratitud diariamente. Llevemos un diario de gratitud. Recordemos las bendiciones que a menudo damos por sentadas. La gratitud es un antídoto poderoso contra la amargura y el desánimo. Hagamos del agradecimiento un estilo de vida. Demos gracias por lo que tenemos y también por lo que Dios está haciendo, aunque no lo veamos aún.

IV. Porque Esta Es la Voluntad de Dios para Vosotros en Cristo Jesús

Muchos se preguntan: “¿Cuál es la voluntad de Dios para mi vida?” Aquí tenemos una respuesta clara: Vivir con gozo; ora sin cesar; ser agradecido en todo.

No es fácil, pero es posible con la ayuda del Espíritu Santo. Y cuando obedecemos esta palabra, nuestra vida se alinea con el corazón de Dios. No podemos lograr esto por nuestra propia fuerza. Es en nuestra unión con Cristo, a través de Su Espíritu que mora en nosotros, que podemos vivir esta vida de gozo, oración y gratitud. Él es nuestra fuente, nuestro ejemplo y nuestro capacitador.

Estas actitudes son medios por los cuales nos conformamos a la imagen de Cristo y glorificamos a Dios. Estas no son meras sugerencias, sino la voluntad expresa de Dios. El gozo, la oración y la gratitud no son opcionales para el creyente; son parte de la vida que Dios desea para nosotros.

Señor, ayúdanos a vivir cada día con gozo, en oración constante y con un corazón agradecido. Que podamos reflejar tu voluntad en todo lo que hacemos, confiando en que tú estás obrando aún en los momentos difíciles. Amén.

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

 

                                 


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