
CONSAGRADOS ANTES DE NACER
(Jueces 13:2-5, 24-25; 1 Samuel 1:1-11, 20; Jeremías 1:4-10)
En esta oportunidad reflexionaremos sobre tres personajes en la Biblia, que antes que nacieran fueron consagrados por el Señor para cumplir una misión. Se trata de Sansón, Samuel y Jeremías. Ellos tuvieron el privilegio de ser consagrados por Dios para cumplir con la misión que él les daría. No siempre se dan estos casos. La mayoría de siervos del Señor han sido consagrados por el Señor en su juventud, adultez o ancianidad,
Esto nos da pie para afirmar que para servir al Señor no hay edad. Ejemplos tenemos, Abraham fue llamado por el Señor a la edad de setenta y cinco años, a Moisés el Señor lo llamó a los ochenta años. Otros en su juventud o en su adultez. Esto significa que no debe haber excusa alguna para responder el llamado del Señor para cumplir una misión.
Veremos cada caso de los tres personajes en mención: Sansón, Samuel y Jeremías.
Sansón (Jueces 13:2-5, 24-25). - Esta historia en la Biblia, nos lleva a reflexionar sobre el lersonaje llamado Sansón. Se nos dice que la mujer de Manoa, era estéril. De pronto, un ángel del Señor se le aparece para decirle que tendrá un hijo, el cual sería consagrado como nazareo
El tiempo se cumplió y nació el hijo prometido. Ella le puso por nombre Sansón y Dios lo bendijo. Como podemos ver, este hijo llamado Sansón, antes de nacer ya había sido consagrado por su madre para servir a Dios.
Un tiempo después, Sansón fue llamado por Dios para cumplir una misión en medio de su pueblo, para ser un juez en Israel. En toda la historia de Sansón podemos ver cómo Dios estaba con él y cómo Sansón cumplía con la misión dada por Dios. La consagración para esta tarea, antes que naciera, permitió convertir a Sansón en personaje consagrado, de gran testimonio y celoso en el cumplimiento de la misión dada por Dios. Lamentablemente, Sansón se apartó del propósito del Señor y dio rienda suelta a su pasión, enamorándose de Dalila, mujer filistea, quien lo traicionó y entregó a los filisteos.
Es triste ver cómo Sansón, al apartarse de Dios cayó en desgracia, dejando de lado su consagración. Sansón sumido en su desgracia, clamó a Dios arrepentido y le pidió una nueva oportunidad para vengarse de los filisteos. Dios le dio esa nueva oportunidad y Sansón pudo vengarse de los filisteos, muriendo junto con ellos.
Aquí podemos reflexionar y decir que cuando Dios llama a servirle, no hay edad para ello. Él nos consagra para cumplir con la misión. No estamos solos, tenemos la compañía del Señor en todo momento de nuestra vida. Y si en algún momento nos apartamos del Señor, él es misericordioso, si nos arrepentimos, para darnos una nueva oportunidad.
Samuel (1 Samuel 1:1-11, 20). - La historia de Samuel es contada en la Biblia, en esa historia está Elcana y su esposa Ana padres de Samuel. Resulta que Elcana tenía otra esposa llamada Penina. En esta historia familiar hay un problema serio. Penina tenía hijos y Ana no, porque era estéril. Esta situación entristeció y angustió a Ana, por causa de la actitud hostil de Penina, que se burlaba de ella.
De pronto, Ana decide recurrir a Dios para que le dé un hijo, en medio de su dolor y angustia. Ella oraba con fervor y sin cesar. Tenía mucha fe que el Señor escucharía su oración y le daría un hijo, y a cambio le promete que dedicaría a su hijo para que le sirva toda su vida. Llegado el momento Ana dio a luz un hijo y le puso por nombre Samuel. Aquí también podemos ver, que al igual que Sansón, este hijo antes de nacer ya había sido consagrado por su madre para servir a Dios.
Un tiempo después, Samuel estando en el templo, fue llamado por Dios para cumplir una misión, ser su profeta y juez en medio de Israel. En toda la historia de Samuel podemos ver cómo Dios estaba con él y cómo Samuel cumplía con la misión dada por Dios. La consagración para esta tarea, antes que naciera, permitió convertir a Samuel en personaje consagrado, de gran testimonio y celoso en el cumplimiento de la misión dada por Dios. Los libros de Samuel dan testimonio de su labor.
Aquí podemos reflexionar y decir que cuando Dios llama a servirle, no hay edad para ello. Él nos consagra para cumplir con la misión. No estamos solos, tenemos la compañía del Señor en todo momento de nuestra vida.
Jeremías (Jeremías 1:4-10). - La historia de este tercer personaje, llamado Jeremías, nos permite ver que Jeremías siendo niño, el Señor le recuerda que antes que se formase en el vientre de su madre y antes que naciera, Él lo conoció y lo santificó para que sea profeta a las naciones.
Jeremías quiere poner una excusa para el cumplimiento de esa misión, alegando que no sabe hablar porque es un niño. Sin embargo, Dios le dice que no diga eso, porque a donde sea enviado irá y dirá todo lo que Él le mande. El Señor exhorta a Jeremías diciéndole que no tema, porque Él estará para librarlo de todo mal.
Después de ello el Señor lo consagró para el cumplimiento de la misión, extendiendo su mano, tocando su boca y le dijo que había puesto sus palabras en su boca. Ahí le da la tarea de profetizar a los pueblos y a los reinos, con poder para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar. El libro de Jeremías da testimonio de toda su labor.
Aquí podemos reflexionar y decir, una vez más, que cuando Dios llama a servirle, no hay edad para ello. Él nos consagra para cumplir con la misión. Nunca estaremos solos, tenemos su compañía y protección en todo momento de nuestra vida. Estas tres historias no enseñan que no debe haber excusa alguna para responder el llamado del Señor para cumplir una misión.
Roguemos al Señor que siempre estemos listos para cumplir su voluntad, sea la edad que tengamos y el lugar donde estamos. Amén.
Rev. Lic. Jorge Bravo C.
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