Estimados hermanos y hermanas, en esta oportunidad, quiero invitarlos a algo muy especial: a hacer un inventario espiritual. Pero, no de cosas materiales, sino de algo mucho más profundo y poderoso: los milagros de Dios en nuestras vidas.
Vivimos en un mundo tan apresurado que a veces olvidamos lo que Dios ya ha hecho. Nos enfocamos en lo que nos falta, y no en lo que hemos recibido. Pero el salmista nos recuerda: “No olvides ninguno de sus beneficios” (Salmo 103:2b)..
El mensaje se enfoca en reconocer, recordar y dar gracias por las obras de Dios en nuestras vidas, y cómo este ejercicio fortalece la fe y la gratitud.
Pero, antes, es bueno recordar qué es un milagro. Un milagro es cualquier intervención divina que transforma una situación según el propósito de Dios. No todos los milagros son estruendosos o sobrenaturales como la apertura del Mar Rojo. A veces, el milagro es silencioso: una puerta que se abre, una sanidad inesperada, una reconciliación, una provisión en el momento justo.
Una pregunta que surge es: ¿qué significa hacer un inventario de los milagros de Dios y por qué es importante hacer este inventario?
Hacer un inventario de los milagros de Dios, significa tomarse el tiempo para recordar y reconocer las bendiciones, las sanidades, las providencias y las intervenciones divinas que hemos experimentado. No se trata solo de los grandes eventos espectaculares, sino también de las pequeñas cosas que a menudo pasamos por alto: una palabra de aliento en el momento justo, una oportunidad inesperada, la paz que sobrepasa todo entendimiento en medio de la dificultad.
Ahora bien; la importancia de hacer de hacer este inventario implica:
En primer lugar, fortalece nuestra fe: Al recordar lo que Dios ha hecho en el pasado, renovamos nuestra confianza en su poder y fidelidad para el presente y el futuro. Como dice el Salmo 77:11-12: "Me acordaré de las obras de Jehová; sí, haré memoria de tus maravillas antiguas. Meditaré en todas tus obras, y hablaré de tus hechos."En segundo lugar, cultiva la gratitud: Hacer un inventario nos ayuda a enfocarnos en lo que tenemos en lugar de lo que nos falta. Nos llena de agradecimiento y nos permite ver la mano de Dios en cada aspecto de nuestras vidas.
En tercer lugar, nos da perspectiva en las dificultades: Cuando enfrentamos pruebas, recordar los milagros pasados nos da esperanza y nos recuerda que Dios ha estado con nosotros antes y estará con nosotros ahora. Nos ayuda a ver los problemas como oportunidades para que Dios obre nuevamente.
Por último, edifica nuestro testimonio: Compartir los milagros que hemos experimentado puede inspirar y fortalecer la fe de otros. Nuestro testimonio se convierte en una poderosa herramienta para mostrar la realidad y el amor de Dios.
Y, ¿cómo podemos hacer este inventario? Pues, siguiendo estos pasos:
Oración y reflexión: Dediquemos tiempo a orar y meditar sobre nuestras vidas. Pidamos al Espíritu Santo que nos traiga a la memoria las ocasiones en que experimentamos la gracia y el poder de Dios.
Llevar un diario: Escribir nuestras oraciones, las respuestas que recibimos, así como los momentos en que sentimos la presencia de Dios, nos ayudará a tener un registro tangible de sus obras en nuestras vidas.
Compartir con otros: Hablar con la familia, amigos y hermanos en la fe sobre los milagros que hemos vivido. Escuchar las experiencias de otros también puede abrir nuestros ojos a las maravillas que Dios está haciendo a nuestro alrededor.
No descartar lo pequeño: A veces esperamos grandes señales, pero los milagros de Dios a menudo se manifiestan en los detalles cotidianos. Aprendamos a reconocer su presencia en cada bendición, por pequeña que parezca.
Para concluir, reafirmamos que hacer inventario de los milagros de Dios es reconocer que Él ha estado con nosotros en todo momento. Y si Dios ha sido fiel en el pasado, lo será también en el futuro. Tengamos un tiempo para hacer nuestro propio inventario espiritual. Al hacerlo, veremos que estamos más bendecidos de lo que pensábamos. De ahí que sería bueno tener en cuenta las palabras del rey David sobre este tema: "Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, no pueden ser enumerados. " (Salmo 40:5). Por eso, “no olvidemos ninguno de sus beneficios.” Amén.


