Este es un pasaje poderoso de la carta de Pablo a los Filipenses. En estos versículos, Pablo nos ofrece una visión clara y desafiante de la vida cristiana: una vida de enfoque, determinación y esperanza.
Nuestra vida cristiana es como una carrera. Pablo, nos invita a mirar hacia adelante, a no quedarnos atrapados en el pasado y a enfocarnos en la meta que Dios ha puesto delante de nosotros. Muchas veces tomamos esta actitud, quedándonos en el pasado, perdiendo tiempo valioso para empezar algo nuevo.
Analizaremos este pasaje bíblico de la siguiente manera:
I. Reconociendo la Imperfección:
Pablo, un apóstol experimentado, admite humildemente que no ha alcanzado la perfección. Para muchas personas, alcanzar la perfección es la máxima aspiración de sus vidas. No aceptan el no lograrlo, haciendo que la frustración los invada.
Esto nos recuerda que todos estamos en un proceso de crecimiento espiritual. Debemos ser honestos acerca de nuestras propias limitaciones y depender de la gracia de Dios. Tal vez tome tiempo lograr la perfección de nuestras vidas, solo el Señor puede realizar grandes logros en nuestras vidas en su tiempo.
II. Olvidando el Pasado:
Pablo nos anima a dejar atrás el pasado. Nos habla de "olvidar lo que queda atrás". Esto no significa borrar la memoria, sino no permitir que los errores, fracasos o logros pasados nos paralicen. y que pueden ser obstáculos para nuestro crecimiento espiritual.
Debemos aprender de nuestro pasado, pero no dejar que nos defina. En lugar de eso, procuremos enfocarnos en el presente y el futuro que Dios tiene para nosotros. No debemos vivir con la culpa, sino recibir la gracia de Dios y seguir adelante. No podemos conformarnos con lo que ya hemos logrado; Dios tiene más cosas para nosotros.
II. Extendiéndonos a lo que está delante
Pablo se "extiende a lo que está delante". Esta es una imagen de esfuerzo y determinación. Debemos tener una visión clara de la meta que Dios ha puesto delante de nosotros.
Debemos tener un deseo de seguir adelante, buscando siempre la voluntad de Dios.
De ahí que Pablo nos desafía a mirar hacia el futuro con fe y determinación. Lo que implica:
-
Buscar un crecimiento continuo en nuestra relación con Cristo.
-
Confiar en que Dios tiene planes mejores para nosotros.
-
No desanimarnos por las dificultades, sino avanzar con esperanza.
III. Prosiguiendo a la meta
El creyente no corre sin propósito. Nuestra meta es el "supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús".
La vida cristiana es una carrera que requiere perseverancia y enfoque. Debemos mantener nuestros ojos fijos en Jesús y seguir adelante, sin importar los obstáculos.
Esto significa:
-
Vivir con propósito, buscando agradar a Dios.
-
No distraernos con cosas pasajeras, sino enfocarnos en lo eterno.
-
Perseverar hasta el final, confiando en que Dios nos fortalecerá.
Para concluir, podemos decir que: la vida cristiana es una carrera de resistencia, no de velocidad, es una aventura emocionante y desafiante. No estamos solos en este camino. Dios está con nosotros, guiándonos, fortaleciéndonos y animándonos a seguir adelante. Que podamos aprender de Pablo a olvidar el pasado, extendernos hacia el futuro y proseguir a la meta, hasta que alcancemos el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Señor, ayúdanos a dejar atrás lo que nos impide avanzar y a seguir adelante con determinación, fijando nuestra mirada en la meta: Cristo Jesús. Amén.


