
LA CONFIANZA EN DIOS SOBRE LOS HOMBRES
(Salmo 118:8)
El Salmo 118 es un canto de acción de gracias que celebra la fidelidad de Dios y Su liberación. En medio de un mundo lleno de incertidumbre y desafíos, cuando la confianza es frágil, donde muchas veces confiamos en instituciones, en líderes, en nuestros seres queridos, pero muchas veces experimentamos decepción. El versículo 8 nos ofrece una verdad eterna: "Mejor es confiar en Jehová que confiar en el hombre". Este versículo nos invita a reflexionar sobre dónde depositamos nuestra confianza y a reconocer que solo en Dios encontramos seguridad y esperanza verdaderas.
Este versículo lo analizaremos de la siguiente manera:
A lo largo de la historia y en nuestra vida personal, hemos visto que las personas fallan. No importa cuán bien intencionado sea alguien, la naturaleza humana es limitada y propensa al error.
Los seres humanos somos imperfectos y limitados. Nuestras promesas pueden fallar, nuestras fuerzas pueden debilitarse y nuestra sabiduría puede ser insuficiente.
Confiar plenamente en el ser humano conduce a la decepción y la desilusión. Las personas pueden fallarnos, ya sea intencionalmente o no.
Algunos ejemplos: Israel, que confió en reyes y alianzas en vez de Dios, cayó en la idolatría y el exilio (Isaías 31:1); Pedro, quien prometió estar con Jesús hasta la muerte, lo negó tres veces (Mateo 26:69-75).
La seguridad de la confianza en Dios:
Dios es inmutable, fiel y todopoderoso. A diferencia del hombre. Él nunca falla, no miente, ni decepciona (Números 23:19).
Su amor es eterno, Su sabiduría es infinita y Su poder no tiene límites (Romanos 8:38-39).
Sus promesas se cumplen (Josué 21:45); Su poder es infinito (Jeremías 32:17). Confiar en Jehová nos brinda seguridad, paz y esperanza en medio de las tormentas de la vida.
La confianza en Dios se desarrolla con el tiempo, la oración y la obediencia.
Conocerlo: A través de la oración, la lectura de la Biblia y la comunión con otros creyentes, podemos profundizar nuestra relación con Dios y conocer Su carácter.
Obedecerlo: Confiar en Dios implica seguir Sus mandamientos y vivir de acuerdo con Su voluntad.
Entregarle nuestras cargas: Podemos depositar nuestras preocupaciones, miedos y ansiedades en las manos de Dios, sabiendo que Él cuida de nosotros.
Agradecerle: Reconocer y agradecer las bendiciones que Dios nos da fortalece nuestra confianza en Él.
Recordar Sus fidelidades pasadas: Cuando miramos atrás y vemos cómo Dios nos ha sostenido, nuestra fe crece.
Paz que sobrepasa todo entendimiento; fortaleza en la debilidad; guía en la incertidumbre; esperanza en la tribulación; vida eterna en Su presencia.
En conclusión, el Salmo 118:8 nos recuerda que la verdadera seguridad y esperanza se encuentran solo en Dios. En un mundo donde la confianza humana es frágil, podemos descansar en la fidelidad y el amor inquebrantable de nuestro Señor. Que este versículo nos inspire a depositar nuestra confianza plenamente en Jehová y a experimentar las abundantes bendiciones que Él tiene para aquellos que confían en Él. Amén.
Rev. Lic. Jorge Bravo C.
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