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  GRABANDO LA PALABRA DE DIOS EN NUESTROS CORAZONES

(Deuteronomio 6:6-7)

El libro de Deuteronomio es un llamado a la obediencia y fidelidad a Dios. En este pasaje, Moisés exhorta al pueblo de Israel a guardar los mandamientos del Señor, no solo como una obligación externa, sino como algo que debe morar en el corazón y transmitirse a las futuras generaciones.

En esta oportunidad reflexionaremos sobre tres aspectos claves de este mensaje:

  1. La Palabra en el corazón
  2. La enseñanza en el hogar
  3. La Palabra en la vida cotidiana

1. La Palabra en el corazón

Dios no desea una obediencia superficial; Él quiere que su Palabra esté grabada en nuestro interior. Cuando la Escritura está en nuestro corazón:

  • Se convierte en nuestra guía diaria (Salmo 119:105).
  • Nos fortalece en tiempos de prueba.
  • Nos transforma desde adentro (Romanos 12:2).

Ahora bien, para que esto suceda, debemos leer, meditar y orar con la Palabra de Dios constantemente.

2. La enseñanza en el hogar

El versículo 7 nos llama a repetir estas palabras a nuestros hijos. La familia es el primer espacio de discipulado. Y esto, por la siguiente razón:

  • Los niños aprenden no solo con palabras, sino con el ejemplo.
  • La enseñanza debe ser continua, adaptada a cada momento de la vida.
  • No basta con delegar esta responsabilidad a la iglesia; el hogar debe ser un lugar donde Dios sea el centro.

Como padres, abuelos, o mentores, debemos compartir con nuestros hijos y con la próxima generación, el amor y la fidelidad de Dios.

3. La Palabra en la vida cotidiana

Moisés menciona cuatro momentos claves para hablar de la Palabra:

  • En casa: En la intimidad del hogar.
  • Por el camino: En las actividades diarias.
  • Al acostarse: Reflexionando sobre Dios antes de dormir.
  • Al levantarse: Comenzando el día con Él.

Esto nos muestra que nuestra fe no debe limitarse a la iglesia, sino integrarse en todo lo que hacemos. La Palabra de Dios debe moldear nuestra forma de pensar, hablar y actuar, en todo momento y circunstancia.

Finalmente, Deuteronomio 6:6-7 nos llama a hacer de la Palabra de Dios el centro de nuestra vida y enseñanza. De ahí que, debemos comprometamos a:

  1. Guardar la Palabra en nuestro corazón.
  2. Enseñarla con amor en nuestros hogares.
  3. Vivirla en cada aspecto de nuestra vida.

Que el Señor nos ayude a ser fieles y a transmitir su verdad de generación en generación. ¡Amén!

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

 

                                 


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