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  ESPERAR LA RESPUESTA DE DIOS PACIENTEMENTE

(Salmo 40:1-5)

El texto bíblico nos dice: "Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios; verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová. Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira. Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas y tus pensamientos para con nosotros; no es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, no pueden ser enumerados."

Todo el proceso de nuestra vida cristiana está lleno de momentos en los que necesitamos esperar en Dios, escuchar su voz, recibir Su respuesta. A veces, nos sentimos atrapados en el "pozo de la desesperación", sin ver una salida, causando una gran angustia y una terrible desesperación. Pero. el Salmo 40 nos enseña que Dios siempre escucha nuestro clamor y nos saca de las situaciones más difíciles, dándonos un nuevo comienzo. Y esa es nuestra confianza en Dios.

Este salmo lo reflexionaremos de la siguiente manera:

I. Esperando con Paciencia en Dios (v.1)

"Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor."

David comienza este salmo hablando de la importancia de la paciencia. La espera no es fácil, pero cuando confiamos en Dios, sabemos que Él oye nuestras oraciones y responderá en su tiempo perfecto. José esperó años antes de ser elevado a gobernador de Egipto.

De ahí que, aunque las respuestas de Dios no siempre son inmediatas, debemos siempre confiar en que Él está obrando en nuestro favor.

II. El Rescate de Dios (v.2)

"Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos."

Dios no solo escucha, sino que actúa. Él nos saca de la desesperación y nos da estabilidad. El "pozo de la desesperación" representa las crisis, el pecado y la angustia. La "peña" es Cristo, nuestra seguridad y salvación. Pedro caminó sobre el agua, pero cuando quitó su mirada de Jesús, comenzó a hundirse. Sin embargo, Jesús lo rescató cuando clamó a Él (Mateo 14:30-31).

Es por eso que, si nos sentimos atrapados en problemas, debemos recordar que Dios nos rescata y nos da un camino seguro.

III. Un Nuevo Cántico de Alabanza (v.3)

"Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios; verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová."

Cuando Dios obra en nuestras vidas, nuestra respuesta natural debe ser la alabanza. Además, nuestro testimonio inspira a otros a confiar en Dios. Un ejemplo es Pablo y Silas en la cárcel (Hechos 16:25-26). Aunque estaban encarcelados, cantaron himnos a Dios y fueron liberados milagrosamente.

Nuestra adoración y alabanza deben ser un reflejo de nuestra confianza en Dios, aun en tiempos difíciles.

IV. La Bendición de Confiar en Dios (v.4)

"Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira."

Bien sabemos que, Dios bendice a quienes confían en Él en lugar de poner su fe en el mundo o en sus propias fuerzas. Al respecto, Jeremías 17:7 dice: "Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová."

Recordemos que, en tiempos de incertidumbre, debemos confiar en Dios en lugar de seguir caminos engañosos.

V. Las Maravillas de Dios Son Innumerables (v.5)

"Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas y tus pensamientos para con nosotros; no es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, no pueden ser enumerados."

David reconoce que Dios ha hecho innumerables maravillas en su vida. Un ejemplo es la provisión de Dios en el desierto para Israel (maná, agua de la roca, victoria sobre enemigos).

Debemos siempre recordar y testificar de las innumerables obras de Dios en nuestras vidas.

Finalmente, este salmo nos recuerda tres verdades importantes:

  1. Dios nos oye y responde en su tiempo perfecto.
  2. Él nos saca de la desesperación y nos da un nuevo comienzo.
  3. Nuestra respuesta debe ser confianza y alabanza en Él.

Si hoy estamos en un "pozo de desesperación", esperemos pacientemente a Dios, clamemos a Él y confiemos en que Él nos levantará. ¡Y cuando lo haga, no olvidemos cantar un cántico nuevo de gratitud!

¿Estamos confiando en Dios o en nuestras propias fuerzas? Hoy es el día para entregar nuestras cargas a Él y esperar con fe su respuesta. Amén.

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

 

                                 


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