
LA SALVACIÓN NO ES EXCLUSIVA
(Lucas 4:21-30)
Jesús, al prever su incredulidad, menciona ejemplos del Antiguo Testamento en los que Dios obró milagros entre extranjeros, como la viuda de Sarepta (1 Reyes 17:8-24) y Naamán el sirio (2 Reyes 5:1-27). Esto enfurece a los oyentes porque desafía su visión exclusivista de la salvación, mostrándoles que el mensaje y la obra de Dios trascienden las fronteras de Israel. La reacción es violenta, y buscan expulsarlo y hacerle daño. Aquí podemos ver cómo el odio puede hacer daño a alguien que dice la verdad y que no forma parte de su grupo.
Este pasaje nos invita a reflexionar sobre varios puntos:
Para nuestro tiempo, este texto bíblico nos reta a examinar nuestras actitudes hacia el mensaje de Cristo y a abrirnos a su llamado, incluso cuando desafía nuestras ideas preconcebidas o costumbres. Los opositores de Jesús se llenaron de ira porque Jesús insinuaba (v.v. 25-27) que la bondad de Dios no se dirige solamente al pueblo de Israel, sino también a las gentes de otras naciones. Ellos consideraban que la salvación era exclusiva y no inclusiva. Aquí Jesús, rompió con un esquema teológico de su tiempo, dando lugar a que otras personas, no judías, ingresaran al reino de Dios, solo por la fe y por la gracia de Dios. Dando lugar al rechazo de su propio pueblo, hasta el punto de quererlo matar. Este hecho nos enseña que siempre hay un costo que pagar por decir la verdad.
Rogamos al Señor que nos dé un espíritu abierto y de comprensión, para con aquellos que no piensan o actúan como nosotros. Amén.
Rev. Lic. Jorge Bravo C.
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