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  ¿QUÉ QUIERE DIOS DE NOSOTROS?

(Miqueas 6:6-8)

El pasaje de Miqueas 6:6-8 es una hermosa exhortación que toca el corazón de lo que significa una relación auténtica con Dios, más allá de los rituales religiosos. Este texto es conocido por resaltar lo que el Señor realmente desea de Su pueblo. Una pregunta que surge: ¿Qué haríamos para agradar a Dios? Y aquí es donde Miqueas nos da la respuesta que es muy clara y conmovedora. Vamos a reflexionar sobre este mensaje:

Texto de Miqueas 6:6-8:

"¿Con qué me presentaré ante Jehová y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? ¿Se agradará Jehová de millares de carneros o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia, y humillarte ante tu Dios."

El texto comienza con una pregunta sincera: ¿Cómo podemos acercarnos a Dios? En un contexto donde el sacrificio y las ofrendas eran parte integral de la adoración, Miqueas nos lleva a reflexionar más allá de los actos externos. La preocupación no es qué podemos dar, sino cómo podemos vivir conforme al propósito de Dios.

De ahí que Miqueas nos dice que el sacrificio no es suficiente, Dios no busca ofrendas materiales, busca el corazón de la persona que es lo más importante. Este es el mensaje central.

Miqueas 6:8 resume en tres principios lo que Dios espera de nosotros:

1. Hacer justicia

  • Dios nos llama a vivir con integridad y rectitud. Esto significa actuar correctamente, ser justos en nuestras relaciones con los demás y abogar por aquellos que son vulnerables o están en desventaja.
  • En nuestras vidas diarias, hacer justicia puede incluir tratar a todos con igualdad, defender la verdad, y buscar la equidad en nuestras decisiones.
  • Practiquemos la justicia siendo honestos en nuestras palabras y acciones. Por ejemplo, cumpliendo nuestras promesas y rechazando toda forma de corrupción.

2. Amar misericordia

  • Amar misericordia implica tener un corazón compasivo y estar dispuesto a perdonar. Es un llamado a reflejar la gracia de Dios en nuestras relaciones.
  • No se trata solo de "hacer actos de misericordia", sino de tener un carácter marcado por el amor y la bondad hacia los demás, especialmente hacia los que no lo merecen.
  • Extendamos misericordia a aquellos que nos han herido, siguiendo el ejemplo de Cristo.
  • Como iglesia, defendamos a los marginados, busquemos la reconciliación y ayudemos a quienes están en necesidad.
  • Participemos activamente en construir una sociedad más justa y compasiva.

3. Humillarnos ante Dios

  • Este llamado es a caminar en humildad, reconociendo nuestra dependencia total de Dios. Es rechazar el orgullo y la autosuficiencia para vivir en sumisión a Su voluntad.
  • La humildad ante Dios también nos lleva a confiar en Él y obedecerle con un corazón dispuesto.
  • Busquemos una relación genuina con Él, no basada en obras, sino en fe y obediencia.
  • Humillémonos en oración y permitamos que Su Palabra transforme nuestro corazón.

Para terminar nuestra reflexión es bueno preguntarnos: ¿Estamos viviendo de acuerdo con lo que el Señor pide de nosotros: justicia, misericordia y humildad?

Dios no desea sacrificios vacíos ni un servicio mecánico. Él busca corazones comprometidos con Su justicia, llenos de Su amor y humildes ante Su grandeza. Que este mensaje de Miqueas nos inspire a vivir vidas que agraden a Dios, reflejando Su carácter en todo lo que hacemos. Comprometámonos a vivir según los principios de Miqueas 6:8.

Que Dios nos ayude a vivir una vida que le agrade. Amén.

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

 

                                 


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