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   CONSUELO Y ALIENTO DEL señor

(Isaías 40:28-31)

Isaías 40:28-31 es un pasaje de profundo consuelo y aliento del Señor en medio de las dificultades que pasamos. El profeta Isaías, bajo inspiración divina, se dirige al pueblo de Israel, que se encuentra en una situación de exilio, agotado y con poca esperanza. El mensaje es un recordatorio del carácter y el poder de Dios, y una invitación a confiar en Él, quien da fuerzas a quienes esperan en Él. Analicemos este pasaje bíblico:

 

Isaías empieza recordándonos quién es Dios: "¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No se cansa ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance". (versículo 28). Aquí vemos la naturaleza de Dios: Él es eterno, todopoderoso y omnisciente. A diferencia de nosotros, Él nunca se cansa ni se limita. De ahí que cuando enfrentamos problemas o nos sentimos débiles, debemos recordar que Dios no está limitado como nosotros. Él es nuestro Creador, quien entiende todo lo que sucede, incluso cuando nosotros no comprendemos.

 

El versículo 29 dice: "Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas". Aquí podemos ver a Dios como fuente de fortaleza para aquellos que están agotados. En momentos en que sentimos que no tenemos más fuerzas, Dios se presenta para sostenernos. Al igual que el pueblo de Israel, nosotros también podemos sentirnos cansados y sin esperanza. Este versículo nos invita a buscar en Dios esa fuerza y renovación espiritual. Él quiere que reconozcamos nuestra necesidad y acudamos a Él.

 

El versículo 30 nos dice: "Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen". Incluso los jóvenes, que suelen tener más energía y resistencia, experimentan agotamiento. Este versículo nos recuerda que nuestras propias fuerzas son limitadas y que eventualmente llegaremos al punto de sentirnos débiles. Nuestra sociedad suele valorar la autosuficiencia y la fortaleza personal, pero Isaías nos recuerda que somos frágiles. Necesitamos aprender a depender de Dios y no de nuestras propias fuerzas, porque la fuerza humana siempre tiene un límite.

 

Isaías concluye con una promesa: "Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán". (versículo 31). Esperar en Dios significa confiar plenamente en Él y en Su tiempo, creyendo que Él está obrando en medio de nuestras pruebas. Esta espera no es pasiva, sino activa, implica esperanza y fe en Su poder. Cuando lo hacemos, Dios promete darnos nuevas fuerzas. La imagen de levantar alas como águilas representa la capacidad de elevarnos por encima de nuestras circunstancias con la ayuda de Dios. La clave para no desanimarnos en tiempos difíciles es esperar en Dios. Esto no significa que todo será fácil, pero sí que, a medida que dependemos de Él, Él nos dará las fuerzas necesarias. Nos levantará y nos dará el poder para superar cualquier prueba.

 

Isaías 40:28-31 nos recuerda que Dios es nuestra fuente inagotable de fuerza y esperanza. Nos llama a confiar en Su poder y a no depender de nuestras fuerzas. Nos asegura que, al esperar en Él, Él renovará nuestras fuerzas y nos dará la capacidad de enfrentar cualquier desafío.

 

Roguemos al Señor para que nos de las fuerzas necesarias en medio de las tribulaciones o dificultades. Amén.

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

 

                                 


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