El pasaje del Evangelio de Mateo 7:7-12 forma parte del Sermón del Monte, donde Jesús enseña sobre la oración, la fe, y las relaciones humanas. En los versículos 7 y 8 Jesús nos asegura que Dios responde a nuestras oraciones. Él no es ajeno a la situación que estamos viviendo. Más bien, nos invita a pedir, buscar, y llamar. Es la promesa de Dios para los que creen en Él. Estas tres acciones representan diferentes niveles de oración. Acerca de pedir, representa una simple solicitud a Dios. Es reconocer nuestra dependencia de Él para nuestras necesidades. Sobre el buscar, implica una acción más profunda, un esfuerzo de nuestra parte para encontrar la voluntad de Dios. Es un llamado a la perseverancia. El llamar, es insistir con fe en la puerta de la gracia de Dios, confiando en que Él abrirá. Este pasaje subraya la certeza de que Dios escucha a quienes acuden a Él con un corazón sincero. No se trata de obtener cualquier cosa que deseemos, sino de confiar en que Dios, como un Padre amoroso, nos dará lo mejor para nosotros.
Ahora bien, Jesús utiliza una comparación sencilla y poderosa en los versículos 9-11. Si un padre terrenal, a pesar de sus imperfecciones, sabe dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más no lo hará Dios, quien es perfecto? Esto nos revela la naturaleza bondadosa de Dios y su deseo de bendecirnos. Aquí, Jesús nos invita a confiar en la bondad y la sabiduría de Dios. Aunque la respuesta a nuestras oraciones pueda no ser la que esperábamos, podemos estar seguros de que es lo mejor para nosotros. Dios no nos dará lo que nos perjudique, sino lo que realmente necesitamos.
El versículo 12 es conocido como la "Regla de Oro": "Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos". Jesús resume aquí la ley y los profetas, es decir, toda la enseñanza moral del Antiguo Testamento. Este principio nos llama a la empatía y a la acción positiva hacia los demás. No se trata solo de evitar hacer el mal, sino de activamente hacer el bien. Debemos tratar a los demás con el mismo amor, respeto, y bondad que deseamos recibir.
Este pasaje nos invita a evaluar nuestra vida de oración y nuestras relaciones con los demás: ¿Oramos con la confianza de que Dios nos escucha y responde? Debemos recordar que Dios nos ama y quiere lo mejor para nosotros. ¿Tratamos a los demás como quisiéramos ser tratados? Esto requiere un esfuerzo consciente y continuo, basado en el amor de Cristo.
Por último, Mateo 7:7-12 nos enseña sobre la fidelidad de Dios en responder a nuestras oraciones y nos llama a vivir en amor y justicia hacia los demás, siguiendo el ejemplo de Cristo.


