Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!

   

   

   NUESTRA IDENTIDAD COMO NACIÓN SANTA

(1 Pedro 2:9-10)

En este pasaje bíblico podemos encontrar nuestra identidad como nación santa: "Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncien las virtudes de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable; ustedes que en otro tiempo no eran pueblo, pero que ahora son pueblo de Dios; que en otro tiempo no habían alcanzado misericordia, pero ahora han alcanzado misericordia." (1 Pedro 2:9-10). Aquí el apóstol Pedro nos recuerda quiénes somos en Cristo y cuál es nuestra misión como nación santa en el mundo.

Pedro comienza diciendo: "Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios." Esa es nuestra identidad como nación santa. Analicemos estas palabras. Somos linaje escogido, es decir, somos seleccionados por Dios, no por nuestras obras o méritos, sino por Su gracia y amor. Dios nos ha escogido para ser parte de Su familia. Real sacerdocio, en el Antiguo Testamento, solo los levitas podían ser sacerdotes. Pero ahora, en Cristo, todos nosotros somos sacerdotes, llamados a ofrecer sacrificios espirituales y a interceder por otros. Nación santa, Dios nos ha apartado para ser suyos, para vivir una vida de santidad, diferente del mundo que nos rodea, que vive en tinieblas. Pueblo adquirido por Dios, pertenecemos a Dios. Fuimos comprados a un alto precio, la sangre de Jesús. Esto nos da un valor inmenso y nos recuerda que nuestra vida tiene un propósito en Su plan.

Como nación santa, pueblo de Dios, tenemos un propósito a realizar en este mundo. Pedro nos dice que fuimos escogidos "para que anuncien las virtudes de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable." Esta es nuestra tarea: anunciar las virtudes de Dios. De ahí que, nuestro propósito es proclamar las maravillas y grandezas de Dios. Compartir cómo Él nos ha transformado y cómo Su amor y gracia han cambiado nuestras vidas. Recordar que salimos de las tinieblas a la luz. De alguna manera todos venimos de un lugar de oscuridad, de pecado y separación de Dios. Pero ahora, en Cristo, vivimos en Su luz admirable, una vida nueva y llena de esperanza.

Ahora bien, en el versículo 10, Pedro nos recuerda nuestro pasado y nuestro presente: "ustedes que en otro tiempo no eran pueblo, pero que ahora son pueblo de Dios; que en otro tiempo no habían alcanzado misericordia, pero ahora han alcanzado misericordia." Es decir, hemos experimentado una transformación. No éramos pueblo, ahora somos pueblo de Dios. Antes estábamos perdidos y sin identidad, pero ahora somos parte del pueblo de Dios, con una nueva identidad y pertenencia. No habíamos alcanzado misericordia, ahora la hemos alcanzado. Vivíamos bajo condenación, pero ahora hemos recibido la misericordia de Dios, perdón y redención a través de Jesucristo.

Estos textos bíblicos de la Carta de Pedro, que hemos revisado, nos recuerdan quiénes somos y cuál es nuestro propósito en Cristo. Somos escogidos, somos sacerdotes, somos una nación santa y somos el pueblo adquirido por Dios. Nuestra misión es proclamar Sus virtudes, compartiendo la transformación que Él ha obrado en nosotros, sacándonos de las tinieblas a Su luz admirable.

Oremos al Señor, para que vivamos siempre recordando nuestra identidad en Cristo y cumpliendo con gozo el propósito que Él nos ha dado. Amén.

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

 

                                 


Copyright © 2024 Rev. Lic. Jorge Bravo-Caballero. Todos los derechos reservados.