
DIOS NOS CONOCE EN LO ÍNTIMO
(Salmo 139:1-14)
El Salmo 139 es una de las porciones más conmovedoras y
profundas de las Escrituras, escrito por el rey David. Este salmo destaca la
omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia de Dios. Nos recuerda que estamos
completamente conocidos y profundamente amados por nuestro Creador, con el
propósito de servir en su reino. Esta afirmación debemos tenerla muy en cuenta,
ya que hoy en día hay algunas personas que lo dudan, debido a que en muchas
oportunidades le han fallado al Señor, y piensan que el Señor ya no los toman en
cuenta. Por experiencia personal, puedo decir que no es así.
En esta reflexión destacamos el versículo clave: "Señor, tú me examinas, tú me
conoces" (Salmo 139:1). Desde el primer versículo, David establece que Dios tiene un conocimiento
exhaustivo de nosotros. Este conocimiento no es superficial; es profundo y
completo. El Señor conoce cada uno de nuestros movimientos y pensamientos. No hay nada
oculto para Él. Esta conciencia puede ser tanto reconfortante como confrontante.
Él sabe cada paso que damos. Está consciente de nuestras decisiones,
nuestras intenciones y nuestros deseos. Más aún, conoce nuestras palabras antes de que las pronunciemos. Su conocimiento
es completo y perfecto. ¡Alabado sea Su nombre!
Destacaremos también sobre la omnipresencia de Dios. Él nos envuelve con su presencia. Estamos siempre en su cuidado y
protección. La grandeza de su conocimiento es más allá de nuestra comprensión
humana. Su omnipresencia es un misterio maravilloso. No hay lugar donde podamos escapar de la presencia de Dios. Él está en todas
partes y siempre con nosotros. Está en los lugares más altos y más bajos. Su presencia es constante e
inmutable. No importa a dónde vayamos, Él está allí para guiarnos y sostenernos.
El autor de este salmo, nos quiere decir que Dios nos ha creado maravillosamente.
Él es nuestro Creador. Nos ha formado con un propósito y con amor desde el
vientre materno. Somos una creación maravillosa de Dios. Cada uno de nosotros es único y
valioso. Reconocer esto nos lleva a alabar a nuestro Creador. Por eso, debemos
tener en cuenta que el Señor nos ha creado maravillosamente para un propósito, a
pesar de nuestras fallas o errores. Veamos algunos ejemplos de personajes en la
Biblia que, a pesar de sus fallas o errores, Dios los tomó en cuenta y los llamó
para que cumplan una misión. Por ejemplo, Moisés tuvo muchas ventajas mientras
estaba en la casa de Faraón, pero después, mató a un egipcio y huyó del país. En
esas condiciones no era un buen candidato para liderar la salida de Egipto de
los israelitas. Pero Dios miró más allá de lo que Moisés había hecho y vio en él
una persona capaz de cumplir la tarea. Otro caso, Pablo, que antes de su
salvación, persiguió a los que creían en Cristo. Sin embargo, por la
misericordia de Dios, el apóstol se convirtió en un gran evangelista y autor de
casi la mitad del Nuevo testamento. Finalmente, Pedro negó tres veces que
conocía al Señor. Aun así, Dios eligió a este sencillo pescador para predicar en
el Día de Pentecostés. Así es la misericordia y voluntad del Señor.
Finalmente, este Salmo 139 nos invita a reflexionar sobre el conocimiento profundo, la
presencia constante y el poder creador de Dios. Nos recuerda que estamos
completamente conocidos y amados por Él. Al entender y aceptar esta verdad,
podemos vivir con confianza y seguridad en su amor y cuidado. Que este salmo nos
lleve a una mayor adoración y a una relación más íntima con nuestro Señor.
Comprender que Dios ve más allá de nuestras debilidades humanas, la posibilidad
de lo que somos capaces de llegar a ser en Él.
Señor, te damos gracias porque nos conoces íntimamente y nos amas profundamente.
Ayúdanos a vivir en la conciencia de tu presencia constante y a confiar en tu
cuidado perfecto. Que nuestras vidas sean una alabanza continua a tu nombre.
Amén.
Rev. Lic. Jorge Bravo C.
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