En la Biblia podemos encontrar grandes oraciones, como por ejemplo la oración de Salomón (1 Reyes 8), la oración de Abraham (Génesis 18), y la oración de Moisés (Éxodo 32). Pero, la oración de Jesús es la mejor que se haya registrado en la Biblia. En el Evangelio de Juan, capítulo 17, se encuentra la oración de Jesús por sus discípulos. Esta oración es conocida como la "Oración Sacerdotal" de Jesús, la cual tiene tres partes principales:

1. Jesús ora por sí mismo (Juan 17:1-5):

   • Jesús pide ser glorificado para que pueda glorificar al Padre. Esta es una petición llena de humildad y de fe. Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.

   • Habla de haber terminado la obra que el Padre le había encomendado. Jesús, con una confianza y seguridad divina, ve la obra en la cruz ya terminada.

2. Jesús ora por sus discípulos (Juan 17:6-19):

   • Pide protección para sus discípulos en el mundo. Jesús habiendo enseńado y fortalecido a los discípulos tanto como pudo en la víspera de la desesperanza, ahora hace algo grandioso, Él los encomienda al Padre en oración.

   • Ruega por su santificación en la verdad. Esto implica ser apartados de la corrupción del mundo. Jesús no dejó a los discípulos para que se santificaran a sí mismos. Él oró por su santificación. Esta es una obra de Dios en nosotros y a través de nosotros.

   • Menciona que les ha dado la palabra de Dios y que el mundo los ha odiado por ello. La palabra de Dios ya ha sido leída, escuchada, comprendida y aplicada. El pensamiento de servicio se encuentra en medio de la santificación. Somos apartados para servir, no para admirarnos mutuamente.

3. Jesús ora por todos los creyentes (Juan 17:20-26):

   • Ora por todos los que creerán en Él a través del mensaje de sus discípulos. Jesús oró por sus once discípulos, pero tuvo el corazón y la visión para orar más allá de ellos. Él oró por aquellos que vendrían a la fe por el testimonio de estos discípulos. Él oró por nosotros.

   • Pide unidad entre los creyentes, así como Él y el Padre son uno. Jesús ora por una unidad entre todos los creyentes, así como entre los discípulos originales. Jesús no oró por uniformidad ni por una unidad institucional entre creyentes, sino por una dinámica personal de unidad, reuniendo la rica diversidad de la Iglesia.

   • Desea que los creyentes vean su gloria y que el amor del Padre esté en ellos. Jesús ora para que la iglesia sea marcada con gloria. El ora por una unidad fundada en amor. Jesús al término de su oración pide que el amor con que ha sido amado, esté en ellos, y él en ellos.

Este capítulo que hemos revisado es muy significativo, porque muestra la intercesión de Jesús por sus seguidores y su deseo de unidad, protección y santificación para ellos. Aquí podemos ver el gran amor de Jesús por sus discípulos, compańeros de misión, y por toda la humanidad, a la que fue enviado.

Seńor, ayúdanos a vivir en unidad y en amor, para dar testimonio de Tu gran amor por la humanidad. Que podamos ser instrumentos de Tu amor, siempre. Amén.