
Dejar Nuestras Cargas a Dios
(Salmo 55:22)
Sobre este tema, todos nosotros en algún momento de nuestras vidas hemos sentido el peso de las cargas, ya sea por preocupaciones, problemas personales, familiares, económicos, o de salud. Estas cargas pueden ser abrumadoras y hacernos sentir agotados. Sin embargo, hay una promesa maravillosa que Jesús nos ha dado: Él nos invita a dejar nuestras cargas en Él. "Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana." (Mateo 11:28-30).
Todos, en algún momento, enfrentamos desafíos y dificultades. Estas cargas pueden ser muy pesadas y llevarnos a la fatiga o la desesperación. De ahí que, cuán importante es reconocer y aceptar que tenemos cargas. No debemos negar ni minimizar nuestros problemas, sino ser sinceros con nosotros mismos y con Dios. A Él debemos dejar nuestras cargas, y pronto vendrá a nuestro socorro y no nos dejará (Salmo 55:22).
Cuando Jesús nos dice "Vengan a mí". Esta es una invitación abierta y amorosa. Él quiere que llevemos nuestras preocupaciones y cargas a Él. No importa cuán grande o pequeño sea nuestro problema, Jesús está dispuesto a ayudarnos. Él promete darnos descanso. Este descanso no es simplemente un alivio temporal, sino una paz profunda y duradera que sólo Él puede dar. Es un descanso para nuestra alma, un alivio del estrés, la ansiedad y la desesperación.
Jesús nos invita a tomar su yugo y aprender de Él. Un yugo en tiempos bíblicos era una herramienta que se usaba para unir a dos bueyes para que trabajaran juntos. Al tomar el yugo de Jesús, estamos unidos a Él. No estamos solos en nuestras luchas; Jesús está a nuestro lado, guiándonos y apoyándonos.
Aprendamos de Jesús que es apacible y humilde de corazón. Al aprender de Él, encontramos una nueva manera de vivir, una manera que es suave y ligera. Él nos enseña a confiar en Dios, a ser pacientes y a vivir en amor. Si elegimos llevar solos nuestras cargas, le estamos diciendo a Dios que no necesitamos su ayuda, y esto no debe ser así.
Todos los días traigamos nuestras cargas a Jesús. Confiemos en su amor y en su poder para darnos descanso. Recordemos que no estamos solos; Jesús está con nosotros, dispuesto a llevar nuestras cargas y a darnos una paz que sobrepasa todo entendimiento. Que Dios nos bendiga y nos dé la fuerza para dejar nuestras cargas a sus pies.
Señor Jesús, venimos a ti con nuestras cargas y preocupaciones. Te pedimos que nos des descanso y paz. Ayúdanos a confiar en ti y a aprender de tu humildad y amor. Gracias por tu promesa de estar siempre con nosotros. En tu nombre oramos, amén.
Rev. Lic. Jorge Bravo C.
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