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   EL PODER DE LA VERDAD Y LA INTEGRIDAD

(Proverbios 12:13-22)

Vivimos en un mundo donde la mentira y la falta de integridad parecen estar en todas partes. Sin embargo, la Palabra de Dios nos llama a vivir de manera diferente. En este texto bíblico encontramos una fuerte enseñanza sobre la importancia de la verdad y la justicia en nuestras vidas. Hoy meditaremos en cómo nuestras palabras y acciones reflejan nuestro compromiso con Dios.

I. La trampa de la mentira (v. 13-14)

"El impío es atrapado por la transgresión de sus labios, pero el justo saldrá de la angustia."

La mentira siempre tiene consecuencias. Puede parecer que trae beneficios temporales, pero tarde o temprano atrapa a quien la practica. Sin embargo, el justo, aquel que habla con verdad y rectitud, es librado de problemas. Dios nos llama a ser personas de palabra, fieles y confiables.

II. El valor de un corazón recto (v. 15-17)

"El camino del necio es derecho en su opinión; mas el que obedece al consejo es sabio."

La sabiduría no solo consiste en hablar con verdad, sino en estar dispuestos a escuchar y aceptar corrección. El necio cree que siempre tiene la razón, pero el sabio busca consejo y aprende. Como cristianos, debemos estar abiertos a la dirección de Dios y de quienes nos aconsejan con amor.

III. La paz en lugar de la ira (v. 18-20)

"Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina."

Nuestras palabras pueden sanar o herir. Cuando hablamos con amor y verdad, edificamos a los demás. Sin embargo, las palabras llenas de ira y mentira pueden destruir. Dios nos llama a ser mensajeros de paz y esperanza, usando nuestras palabras para edificar y no para dañar.

IV. El deleite de Dios en la verdad (v. 21-22)

"Los labios mentirosos son abominación a Jehová; pero los que hacen verdad son su contentamiento."

Dios se agrada de quienes hablan y viven en la verdad. No podemos ser cristianos auténticos si nuestra vida está llena de engaño. Dios nos llama a ser íntegros en todo momento, reflejando su carácter en nuestro diario vivir.

En conclusión, el proverbista nos muestra que nuestras palabras y acciones tienen consecuencias eternas. La mentira lleva a la destrucción, pero la verdad y la justicia conducen a la vida. Como hijos de Dios, estamos llamados a hablar con honestidad, a escuchar con humildad y a ser agentes de paz en este mundo.

Que nuestra oración sea: "Señor, ayúdame a vivir con integridad, a hablar con verdad y a ser un reflejo de tu amor en todo lo que hago." ¡Amén!

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

 

                                 


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