
LA RESILIENCIA EN LA VIDA ESPIRITUAL
(Filipenses 4:13)
En estos últimos tiempos, muchos libros de psicología, medicina, educación, y administración, han desarrollado, en forma predominante, el tema de la resiliencia. En muchos de ellos, se ha enfocado bien el tema de la resiliencia, para afrontar la adversidad. Sin embargo, en el ámbito de la fe, pareciera estar ausente, pero también está presente, aunque con otro nombre. La resiliencia, es una palabra muy poca conocida, en el ámbito religioso. Muy pocos libros de teología, educación cristiana, pastoral, consejería, o psicología cristiana, hacen referencia a este tema. Entonces, es bueno preguntarnos: ¿Qué es la resiliencia? Muchos la definen como la capacidad de afrontar la adversidad, y la habilidad de recuperarse y adaptarse. Esta definición es muy importante tenerla en cuenta. En las últimas décadas, la resiliencia ha despertado un gran interés en muchos profesionales de diversas ramas del saber, tales como, la educación, la salud, la administración, y la psicología. Con el aporte de las observaciones, investigaciones y prácticas psicosociales, se ha podido evidenciar la capacidad del ser humano para resistir y superar las adversidades, autoconstruyéndose con integridad, a pesar de haber sufrido experiencias traumáticas (abandonos, pobreza, maltratos, traumas en la infancia). Todo esto, se viene dando en el ámbito científico y social. Lamentablemente, en el ámbito religioso, poco a nada, se ha hecho para redimensionar este tema.
Ahora bien, puede que el concepto de "resiliencia" sea algo nuevo en estas últimas décadas, pero en realidad, es una cualidad universal que ha existido desde siempre. Los historiadores la han reflejado al describir las maneras en que las personas y los pueblos afrontan las adversidades y progresan culturalmente, en especial, en sus procesos de emancipación. La literatura también está llena de personajes que han vivido en la desgracia y han sido capaces de sobreponerse: "El patito feo", Pulgarcito, Cenicienta, Oliver Twist, los personajes de la Cabaña del Tío Tom, entre otros. Las Sagradas Escrituras, también resalta esta cualidad humana, al mencionar a diversos personajes que, por su fe en Dios, afrontaron adversidades y supieron vencerlas. Tenemos una infinidad de nombres, tales como, Noé, Abraham, Jacob, Moisés, Josué, Gedeón, Rut, David, Ester, Job, Pablo, entre otros. En el siglo XVIII, John Wesley, observó que muchos niños que trabajaban en las mimas, en las industrias y en los campos, eran huérfanos y abandonados, mostraban un gran interés por vivir y salir adelante. Muchos niños fueron recuperados en las escuelas dominicales, establecidas por Wesley. Hoy en día, hay muchas historias de personas que han sabido salir adelante, triunfar y ser ejemplos, en medio de diversas adversidades de la vida.
En el ámbito de la vida espiritual, la resiliencia se ha dado desde siempre. La fe en Dios ha permitido que esta capacidad humana se de en diferentes personas. Como decía anteriormente, tal vez, no se le conozca con este nombre. Pero, apelar a la resistencia, a la lucha por vencer, a la confianza de que Dios responde, a la esperanza de lograr algo mejor, son evidencias de la resiliencia de dichas personas. Todas estas personas, por la fe en Dios, supieron afrontar adversidades y salir triunfantes. La historia salvífica está llena de nombres. Cada personaje, nos sirve de ejemplo, y nos da valor para resistir y vencer cualquier adversidad, por medio de la fe. En nuestros tiempos actuales, la pandemia del COVID-19, ha arrasado con vidas y puesto a prueba la fe muchos creyentes. Gracias a Dios, la fe en Él, nos ha permitido afrontar muchas adversidades, dificultades, y problemas, haciéndonos personas de fe, o, en otras palabras, personas resilientes.
Este tema de la resiliencia, debemos incorporarlo en nuestras enseñanzas en las escuelas dominicales, estudios bíblicos, retiros, campamentos, escuelas y seminarios teológicos. La Iglesia debe tomar en cuenta que estamos pasando situaciones muy difíciles y que éstas, pueden vencerse, como en tiempos pasados. Ahora bien, las adversidades pasadas son una fuente de ayuda al desarrollo de la Misión. En el interior de la Iglesia, la resiliencia puede ayudar a desarrollar nuestras fortalezas personales y las del equipo pastoral. Las personas que son emocionalmente resistentes, pueden ayudar a quienes les rodean. Hoy en día, hay muchas personas débiles en la fe y que están pasando momentos de prueba muy difíciles. De ahí, la importancia del buen testimonio personal en cuanto a este tema. En un mundo cada vez más globalizado, más interconectado y comunicado, se hace necesario que la resiliencia y el liderazgo pastoral sean comprendidos integralmente, para llegar a ser un instrumento poderoso para enfrentar los desafíos a nivel individual y colectivo.
Al igual que el apóstol Pablo, podamos decir: todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. En estos tiempos de pandemia y adversidad, seamos personas resilientes. Amén.
Rev. Lic. Jorge Bravo C.
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