Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!

   

   

CUANDO LA FE ES IMBATIBLE

 

(1 Juan 5:4)

 

El texto bíblico nos dice: "Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe". Parafraseando el texto, esto quiere decir que, para todo creyente en Dios y que tiene fe en él, su fe es imbatible, es decir, invencible. Este tipo de fe es la que vence al mundo. En la Biblia podemos encontrar un sinnúmero de experiencias al respecto. Personajes que vencieron al mundo con la sola fe en Dios. Sería largo y tedioso revisarlas, una por una. Procuraremos citar las más resaltantes. Una fe débil, dudosa, timorata, fingida o por conveniencia, no llega a ser una fe imbatible, invencible. De esto, también, hay muchos ejemplos en la Biblia. El apóstol Pablo, en medio de sus tribulaciones y encierros, nos anima y nos dice que: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13). "¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?" (Romanos 8:31). "¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 8:35-39). Pablo con esta fe, pudo vencer al mundo, trascender el Evangelio más allá de las rejas, esparcir por medio mundo la fe cristiana. Sin duda, que la fe de Pablo era imbatible, invencible.

 

En la vida cristiana, es difícil mantener este tipo de fe. Difícil, porque muchas veces, se nos vienen problemas, tormentos, sufrimientos, dolores, enfermedades, soledad, injusticias, muertes de seres queridos, como lo que está pasando con la pandemia del COVID-19, y en esas circunstancias, como que nuestra fe se debilita, se hace dudosa, se cae, se muere, al no ver los resultados inmediatos de Dios, en nuestras vidas o en la sociedad. Las tentaciones de Satanás aparecen en medio del caos, la confusión, el dolor, la desesperación, el miedo y la angustia. Nos ataca con sus dardos, haciéndonos timoratos ante todo ello. Como consecuencia, muchos caen abatidos ante los ataques de Satanás. Por eso, no solamente basta decir, creo en Dios y dejamos todo en sus manos. Es necesario, pelear nuestra fe, sacrificarnos, luchar hasta el final contra el enemigo, sabiendo que nuestra fe es imbatible, invencible, por provenir de parte de Dios, que es invencible.        

 

Decíamos que, en la Biblia encontramos personajes con una fe poderosa, capaz de vencer cualquier situación adversa, hasta el punto de enfrentarse a poderosos de este mundo y vencerlos. A muchos de esos personajes, se les llama "héroes de la fe" Entre ellos tenemos a: Abel, Enoc, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Rahab, Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel, Esther, Nehemías, Daniel, y demás profetas; además, de Pedro, Pablo, Esteban, Tomás, Juan. Solo son unos ejemplos, porque en el desarrollo del Pueblo de Dios, muchos varones y mujeres, con una fe inquebrantable, imbatible, invencible, pudieron lograr muchos triunfos. Con el surgimiento de la Iglesia, surgieron muchos mártires en defensa de la fe y de la doctrina cristiana. La lista, también es larga. Hasta el día de hoy, son miles que han sufrido por la defensa de la fe, y siguen sufriendo todo tipo de persecución, maltrato, y asesinatos. Pero, a pesar de ello, nos muestran que tienen una fe poderosa, imbatible e invencible. El Dios en el cual creen, es imbatible, invencible, por lo tanto, su fe tiene esa esencia. A través del tiempo, Dios ha demostrado su poder sobre las cosas sobrenaturales y terrenales. Para Él, nada hay imposible. El escucha la oración de cada creyente e interviene con mano poderosa. Por eso, podemos decir, que la fe en Dios en imbatible e invencible. ¡Somos herederos de esa fe imbatible!   

 

Hoy en día, suceden muchas cosas desafortunadas en las vidas de las personas, incluso, en la sociedad. Y en todo ello, muchos buscan la presencia de Dios para que resuelva estas dificultades. Piensan que Dios siempre está a su disposición, que Él puede resolver los problemas. Ignoran que Dios interviene cuando hay fe de por medio. Dios acude al clamor de su pueblo, para librarlos de la opresión y de la esclavitud, tal como lo hizo con Israel en Egipto, porque tenían fe en Él; o al clamor de alguien que sufre y clama con fe. Cuando no hay fe, las cosas no salen como ellos quieren, y entonces viene la frustración, el temor, el miedo, la angustia, hasta la negación de la existencia de Dios. Sin embargo, que diferente es, cuando un pueblo se pone en oración y clama a Dios con fe, logrando que Él acuda con mano poderosa y resuelva cualquier situación adversa. Los milagros suceden, se producen lluvias de bendición. Más aún, es un pueblo que da testimonio del amor y poder de Dios. Pelean la buena batalla, hasta poner sus vidas en riesgo por defender esa fe. Esta fe es una fe imbatible, invencible, ante los ojos de extraños y poderosos. ¡Esta fe es la que vence al mundo!

     

Por último, he sido testigo presencial, cómo una fe imbatible, invencible, puede vencer cualquier situación adversa, hasta con poderosos enemigos. Cuántas veces he pedido con mucha fe un favor, un milagro a Dios, y he podido comprobar cómo Dios responde de inmediato y con mano poderosa. Es cuestión de tomar conciencia de qué tipo de fe es la que manejamos ante Dios. Si es, débil, dudosa, timorata, sin convicción, de hecho, que este tipo de fe no conduce a nada, solo genera frustración y decepción de la existencia de Dios. Pero, si nuestra fe, está acompañada de convicción, fortaleza, seguridad, valentía y de aventura, esta fe, ha de generar respuesta de Dios, llenándonos de gozo, alegría y confianza, por la respuesta recibida.

 

Cuando nuestra fe es imbatible, invencible, muchas cosas se pueden lograr para bien de las personas o pueblos, llegando a ser testigos del gran amor de Dios, por todos aquellos que claman a Él. Qué el Señor nos siga animando a mantener una fe imbatible, poderosa, para que muchos puedan creer en un Dios imbatible e invencible. No olvidemos Su palabra: "Porque yo Jehová, soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: 'No temas, yo te ayudo'" (Isaías 41:13). Amén. 

 

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

 

                                 


Copyright © 2021 Rev. Lic. Jorge Bravo-Caballero. Todos los derechos reservados.