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LIMPIANDO NUESTRO SER

 

(Salmo 139:1-6.23-24)

 

El salmista, el rey David, al final de este salmo, pide a Dios que lo examine y conozca su corazón, que pruebe y conozca sus pensamientos, y vea si hay en él, camino de perversidad. A ese pedido, agrega, que lo guíe por el camino eterno. Por otro lado, al comienzo del salmo reconoce que ya ha sido examinado y conocido por el Señor. Esta acción de examinar, hoy en día, tiene la connotación de escanear. Escanear una computadora, celular u otro artefacto, tiene como fin detectar la presencia de virus que los dañan. También, se realiza el escaneo cuando se quiere saber si en el interior de una persona, existe algún tumor o problema. La acción de escanear, es examinar y detectar la presencia de virus en la computadora, en el celular o en un artefacto, que daña el software. También se realiza en personas, con el propósito de detectar algún tumor o problema que atenta contra la salud de la persona. Miles de años antes, David tiene el concepto de escanear su vida, con el fin de detectar si existe alguna maldad. No estaba tan lejano a nuestro concepto de examinar, escanear.

 

Esta acción, bien la podríamos aplicar con relación a nuestra salud espiritual. Así como la computadora, necesita ser limpiada de virus que se meten en el software y dañan los archivos, así también, nuestro ser necesita ser escaneado diariamente, para detectar los virus que Satanás envía contra nosotros, generando pensamientos y acciones negativas, que hace que vivamos en pecado. De esta manera, estos virus dañan nuestra salud espiritual. Algo de eso, señala el rey David en su salmo. Como él, también nosotros necesitamos pedir al Señor que escanee nuestro ser y detecte los virus que nos hacen mucho daño. El escaneo se debe realizar en nuestra mente y corazón, ya que ahí se alojan los virus. Por eso, para evitar que se dañe el software de la computadora, es necesario colocar un antivirus potente. De igual modo, nuestro ser necesita de un antivirus potente. En este caso, este antivirus potente, es la palabra de Dios. Si no contamos con este antivirus, Satanás enviará virus para atentar contra nuestra vida espiritual, para quebrar nuestra relación con Dios. Sus efectos son letales, postrándonos en una vida de pecado. De ahí que, cada mañana es necesario leer la palabra de Dios, estar en actitud de oración, para conversar con Dios. De esa manera, estaremos protegidos de cualquier ataque del enemigo y de sus virus malignos.   

 

Pero, muchas veces, confiamos en nuestras propias fuerzas y no nos preocupamos por tener un tiempo para leer la Sagrada Escritura y conversar con Dios. No tomamos nota, que Satanás cada día y en todo momento, envía sus virus para atacarnos y hacernos daño. Estamos desprotegidos. Pensamos que Dios ya conoce nuestro caminar, nuestro actuar, nuestros pensamientos, y nuestro corazón, y entonces no nos preocupamos por nuestra protección. Bien sabemos que esto nos es así. El rey David, a pesar de que sabía que Dios conocía toda su vida, le pedía al Señor que lo examine, lo escanee, para ver si había algo que no estaba bien. Es cierto, que Dios conoce todo nuestro ser, pero, es necesario protegernos del ataque del maligno, todos los días. Si estamos protegidos nada ni nadie nos hará caer en pecado y alejarnos de Dios.  

 

Una advertencia que es bueno tener en cuenta, es que, así como se perfeccionan los virus para superar los antivirus, así también, es necesario perfeccionar nuestra protección. Debemos escudriñar la Escritura con más frecuencia, y actualizar sus mensajes, con nuestro entorno. Pedir sabiduría al Señor para que nos revele aquellas cosas que desconocemos. Estar en constante oración y escuchar la voz de Dios. Esto es una buena protección, un antivirus potente, en tiempos de dificultad o prueba. Es bueno recordar que el mismo Jesús oraba todos los días para hablar con su Padre y estar protegido del ataque de Satanás. Estando en el desierto pudo vencerlo, con la sola Escritura.

     

Ahora bien, en estos tiempos de avance tecnológico, debemos utilizar la tecnología para perfeccionar nuestras defensas espirituales y estar protegidos de cualquier arremetida del enemigo. De ahí que, es bueno actualizar los estudios bíblicos, dar importancia a los tiempos de oración, actualizar las prédicas, priorizar las visitas pastorales y dar atención al cuidado del rebaño. Finalmente, contextualizar la Misión en medio de la realidad circundante, en favor de los menos favorecidos y de aquellos que necesitan del amor de Dios.

 

Qué el Señor nos siga examinando, escaneando cada día, para que podamos ser perfeccionados en el cumplimiento de la Misión. Amén. 

 

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

 

                                 


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